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Ulquiorra Cifer.

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[CAPÍTULO ÚNICO.]

"Doloroso Amor"

No podía explicar con palabras lo difícil que era para ella aceptar lo que estaba sintiendo, Ulquiorra Cifer el cuarto Espada, uno de los fieles seguidores de Aizen, alguien sin sentimientos. Él era todo lo que ella quería, aun así, seguía siendo imposible poder estar con el románticamente,

Era persistente en lo que quería, y directa al hablar. Lo dijo todo, no quería callar. Sin embargo, lo que ya sabía que pasaría, paso. Y él la rechazo.

Debería estar devastada, pero siguió intentándolo, no de una manera intensa, ni mucho menos acosadora. Solo quería que todas aquellas ilusiones que vivían en su imaginación fuesen convertidas en una bella realidad.

Pero la vida es cruel. Ella lo entendió.

Y lo dejo.

Fue raro para todos verla ser indiferente cuando compartía la misma sala con aquel Arrancar de inexpresiva mirada.

Fue raro para todos ver que ella ya no insistía en hablar con él.

Ulquiorra parecía no importarle, incluso podría decirse que parecía estar más cómodo sin ella a su alrededor. Molestándolo. Aun así, la realidad era otra para él; estaba indiscutiblemente confundido de que aquella hermosa mujer ya solamente lo ignorara.

Comenzaba a fastidiarle el hecho de ser desechado como un juguete ya no deseado. Entendió que los humanos eran débiles y frágiles, y que ella, estaba herida por su indiferencia.

Odiaba los sentimientos, aquel mar de emociones que surgía cada vez que la miraba sonreír, aun cuando sus inexpresivos ojos verdes y sus facciones no podían expresar lo que en ese momento sentía.

El amor es tan doloroso, recordó que alguna vez aquella mujer de ojos dorados le había dicho. ¿Doloroso? ¿No se suponía que el amor era lo más dulce que un ser vivo pudiera experimentar?

Se dio cuenta, en el instante en que perdió todo de ella, que en efecto. El amor era lo más doloroso que existía, como ser dañado por el filo de mil espadas, como el impacto del más fuerte Cero. Y quiso regresar el tiempo atrás, por primera vez en su vida, le hubiera gustado sentir y expresar.

La miro, durmiendo tan tranquilamente. Tomo un mechón de su delicado y suave cabello negro, en ese momento quería tenerla para él. Haber dejado toda la indiferencia de un lado, sin embargo. Carecía de sentimientos, o lo que los humanos como ella llamaban corazón.

¿Cómo alguien tan dulce como ella pudo fijarse en alguien tan cruel como él?

—Lo siento Malory— se disculpó en un susurro inexistente —Lamento haberte lastimado...

Se levantó y con las manos en los bolsillos se dispuso a irse de aquella habitación. Sus ojos se abrieron de sorpresa al sentir una suave mano tomar su muñeca.

—Ulquiorra... No me has lastimado— respondió Malory mientras lo miraba a los ojos.

Pero el Arrancar supo en ese momento que ella mentía, pues sus ojos dorados brillaban con lágrimas retenidas.

—Mientes, mujer. Mírate, estas a punto de llorar a mares— agrego con fría indiferencia.

Otra vez volvía a ser el mismo de siempre, una vez más volvía a ser cruel y antipático con tan dulce mujer.

—No es verdad— susurro mientras limpiaba sus lágrimas —No me has lastimado. No te preocupes por eso...

Las palabras se quedaron en el aire cuando observo con creciente sorpresa como aquel pelinegro se volteaba para mirarla a la cara; acariciando con extraña suavidad su mejilla, limpiando con su dedo pulgar las lágrimas que salían inquietas de sus ojos dorados.

—Es verdad y lo sabes, no soy alguien que pueda corresponder tus sentimientos. A diferencia de los demás Arrancars, carezco de lo que tu especie llama "Corazón", no soy bueno para alguien tan dulce como tú, Malory...

Sus miradas conectaron, los verdes ojos de Ulquiorra no tenían brillo propio a diferencia del oro que brillaba como estrella sin fin que Malory poseía como ojos. Ambos sentían mil cosas, uno más que el otro.

—No me importa, quiero estar contigo Ulquiorra— agrego mientras abrazaba con fuerza el delgado cuerpo del Espada.

Cifer la miro, sintiendo que algo en el crecía sin límites. No tenía ningún conocimiento en lo que muchos llamarían amor.

Pero, si se sentía así, no quería dejar de experimentarlo. No quería dejarla a ella.

Su brazo derecho rodeo la fina cintura de la mujer que lo abrazaba como si su vida dependiera de ello. Mientras su mano izquierda acariciaba la mejilla de Malory, obligándola a levantar la mirada y verlo a los ojos. Una vez más, los colores de ambos se mezclaron en una mirada, que por primera vez podía expresar lo que sentía.

Si, era cruel y carecía de sentimientos o empatía; estaba total e indiscutiblemente seguro de que él no era el indicado para estar con tan bella y dulce mujer. Sin embargo, la valentía de querer intentarlo seguía ahí.

—Malory... ¿Quieres estar conmigo para el resto de la eternidad?— pregunto deseando una respuesta positiva por parte de la pelinegra.

Y una vez más, la sorpresa invadía el cuerpo de la humana. Mirándolo a los ojos, deseando que no fuese un sueño.

—Si Ulquiorra. Me encantaría estar contigo hasta el fin de nuestras vidas— susurro con una suave sonrisa.

Juro que el mundo se le vendría encima cuando miro aquella sonrisa, tan pequeña e inesperada. Jamás había visto al Espada sonreír. Deseando que aquel bello momento no se tornara en el Doloroso Amor que alguna vez en su corta vida había sentido...

Bueno espero que les haya gustado. Gracias por leer ♡

Atte: Kristymorelos ♡

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