Capítulo 11: Karl: Si no te callas te quitare un brazo.

El repentino estallido de risa salvaje hizo que los pasos de San Leschar se congelaran. Sus ojos se abrieron de repente y su rostro mostró incredulidad. 

¿Quién era? ¿Quién había tenido el atrevimiento de invadir su territorio privado sin anunciarse? 

Además, ¿cómo se atrevía a hablarle en ese tono? 

¡San Leschar, que durante mucho tiempo había dado por sentada la obediencia del mundo, se enfureció ante una declaración tan simple! 

Obviamente, esa persona no sabía lo que significaba la palabra "miedo", así que inmediatamente sacó su pistola y miró hacia el pasillo vacío, tratando de encontrar al vil sirviente que se atrevió. 

Pero antes de que pudiera decir las palabras, justo cuando pronunció una sílaba, sus ojos se oscurecieron instantáneamente y perdió el conocimiento, cayendo al suelo... 

Justo después de desmayarse, una figura robusta con una capa negra apareció en el pasillo. 

Teach: Soy yo, Barbanegra 

"Ahora finalmente entiende ahora, ¿por qué el Karl te llamó estúpido? Mi habilidad de Yami Yami para ataques furtivos es perfecta..." 

Barbanegra apareció, miró al tenryūbito r que yacía en el suelo, se quejó con desdén y luego lo pateó un par de veces. 

Inmediatamente después, lo envolvió, saltó al alféizar de la ventana del salón principal y se fue del lugar. 

Justo después de que se fueran, los teléfonos de vigilancia comenzaron a sonar por el pasillo, y la niebla negra en los ojos del tenryūbito se disipó lentamente... 

"¿Qué acaba de pasar? ¿Por qué todos los den den mushi de vigilancia están fuera de servicio?" 

"Además, ¿dónde está nuestro señor?" 

En la sala de monitoreo, varios guardias encargados de la seguridad del salón principal miraron las pantallas de los monitores que se habían cegado temporalmente y luego restaurado. 

"Puede ser que el maestro haya ido a hacer algo y no quiera que veamos..." 

"¿Por qué tengo un mal presentimiento? ¿Quieres ir al salón principal? ¡Si hay un problema con la seguridad del maestro, nuestras vidas correrán peligro!" 

"Vamos, todo el mundo sabe dónde está este lugar, ¿quién se atreve a entrar?" 

"Creo que el maestro no quiere que veamos algunas cosas. ¡Nosotros no somos dignos de conocer los secretos del señor!" 

"No me importa lo que pienses, invadir el salón principal y sorprender al maestro podría significar la muerte ahora mismo." 

"De acuerdo..." 

"Olvídalo, eres el senpai, lo que dices tiene sentido, te escucharé." 

Después de algunas palabras de comunicación, la seguridad de San Leschar quedó en suspenso, desde los monitores y sirvientes hasta los guardias de afuera. 

¡Nadie sabía que su supuesto señor desapareció de allí sin dejar rastro! 

¿Qué tipo de amo tiene este tipo de sirviente? 

¡Es bastante estúpido! 

Si San Leschar se enterara de esto, me temo que Karl y Barbanegra no lo matarían, pero se mostraría poco entusiasta... 

No lejos del palacio, en un lugar apartado y discreto, Karl estaba apoyado contra el tronco de un árbol, esperando aburrido. 

Así es, esta vez no participó. 

Después de todo, la habilidad de Barbanegra era el principal medio para que esta operación fuera exitosa. 

Con el físico actual de Karl, sin poderes especiales y con habilidades limitadas, sería inútil ir... 

Era mejor esperar aquí tranquilamente; de todos modos, ya le había informado a Barbanegra sobre los puntos para tener en cuenta antes de irse. 

"¿Lo lograste?" 

Después de aproximadamente un cuarto de hora, mirando a la figura que se acercaba rápidamente no muy lejos, Karl arqueó las cejas y preguntó. 

"Zehahahahaha, los problemas esperados no aparecieron, parece que pensamos demasiado, ¡este idiota y sus subordinados son bastante estúpidos!" 

"¡Sin ninguna dificultad, tuve éxito!" 

Barbanegra se río un par de veces y luego arrojó a tenryūbito, que todavía estaba inconsciente, a los pies de ambos. 

Esta escena... 

No importa cómo se mire, es un poco extraña. En cambio, parece que Karl es el capitán, asigna la tarea y Barbanegra la completa e informa... 

Bueno, ¡es lo opuesto a lo habitual! 

Pero, obviamente, a Barbanegra no le importaba esto, ¡y ahora estaba extremadamente feliz! 

Nunca pensó que esta operación se desarrollaría tan bien y sin ninguna dificultad. 

¡Barbanegra no pudo evitar emocionarse al pensar en la emocionante sesión de extorsión que seguiría! 

"Vamos, regresemos primero." 

A altas horas de la noche, en la Isla Archipiélago Sabaody 1, en una habitación de hotel. 

Barbanegra y Karl estaban sentados a ambos lados de la mesa, mirando a San Leschar quien poco a poco se estaba despertando del coma frente a ellos, con una sonrisa maliciosa en sus rostros. 

"Humilde sirviente, arrodíllate ante mí..." 

Aún no estaba completamente consciente y sus ojos no se habían abierto del todo. San Leschar inconscientemente soltó estas palabras. 

¡Se notaba hasta qué punto era arrogante! 

¡El tenryūbito nunca considero en toda su vida este tipo de situación 

*Paf* 

De repente, una clara bofetada resonó en la habitación, y San Leschar, que todavía estaba aturdido, ¡se despertó instantáneamente! 

Al momento siguiente, sintió el ardor en su mejilla izquierda. 

¡Y la capucha transparente en su cabeza se cayó con la bofetada! 

"Idiota, reconoce dónde estás ahora". 

Vio que Karl ya estaba parado frente a él, mirándolo con desdén. 

Obviamente, la bofetada de hace un momento la había dado Karl... 

*Paf* 

En ese momento, sonó otra bofetada y fue en la cara derecha de San Leschar. 

Una a la izquierda y otra a la derecha, con una fuerza tan poderosa que casi desdibujó la conciencia de San Leschar en ese momento... 

"¡Zehahahahaha, golpear a este idiota es realmente genial!" 

Al ver el comportamiento de Karl, Barbanegra sintió ganas de intentarlo, y ni lento ni perezoso dio un paso adelante para darle otra bofetada a San Leschar... 

*Paf*Paf*Paf*Paf* 

Está todo atado, ¿no es suficiente golpearlo tan fuerte? 

¡En tiempos normales, tal oportunidad sería impensable! 

Aunque no hay odio, ¡Karl y Barbanegra se sienten bien golpeando a este sujeto sin ningún motivo! 

"Tú... ¿quién eres? ¡¿Sabes quién soy yo?!" 

San Leschar, que ahora estaba completamente despierto, nunca imaginó que alguien se atrevería a hacerle algo tan "rebelde"! 

En el pasado, ni siquiera podía pensarlo, ¡era inimaginable! 

¡Incluso su padre, cabeza de familia, nunca le había tocado un pelo desde niño! 

(N/T: Debería ir a América, estoy seguro que lo educan bien) 

Hoy, en este Archipiélago Sabaody, ¡le habían abofeteado una y otra vez, muchas veces! 

¿Está loco o el mundo se ha vuelto loco? 

¿Cómo podría existir un loco así? 

*Pum* 

Tan pronto como San Leschar terminó de hablar, lo que recibió fue una patada que lo hizo dar un giro de 360 grados... 

"Deja de decir tonterías, responde lo que te pregunten y si dices una palabra más, ¡te arrancaré un brazo!" 

@ Daoist5RvI4q, Este Rey está muy agradecido, gracias por tu piedra de poder.