110 La dolorosa vida de Izuke- CAPÍTULO 53

—Eres rápido, niño, aunque estés gravemente herido, eres muy rápido... ¿Eres un hada o un humano?

—Yo... Soy un hada, pero me crié como humano... Soy un ser humano.

—Ya veo... Me interesas... Te propongo algo, te dejaré vivir y serás mi nuevo amigo, ¿Qué te parece?

—No... Mi propósito en este mundo es derrotarte... Y eso es exactamente lo que haré.

—Como quieras, acabemos con esto rápido.

Me acerco corriendo a ella e intento atacarla. Salta hacia atrás y se aleja.

—Es realmente rápido.

Me acerco rápidamente a ella volando e intento golpearla.

—¡¡Muere!!

Se hace a un lado y esquiva mi ataque.

—Soy muy débil en estos momentos... Este niño puede matarme... Debo pensar en algo... Ya sé que haré.- Piensa mientras esquiva los ataques que lanzo.

Su puño empieza a volverse rojo y un vapor sale de él.

—Te mataré de un solo golpe.- Piensa.

Minder nos observa pelear desde lejos.

—Eso estuvo cerca, esa explosión casi me mata... Izuke está peleando demasiado bien... Es imposible que peleé de esa forma, está completamente herido... Realmente es un chico increíble... Aunque lo odio, si derrota a Golan, no podré tener la vida eterna que me prometieron.

Intento golpearla con la espada y con un rápido movimiento con su puño, golpea mi espada y mi espada sale volando.

—¡¡Izuke!!- Grita Crismei.

—Es tú fin, niño.

Con un rápido golpe, atraviesa con su puño mi pecho, destruyendo mi corazón.

—Eres bueno, pero sigues siendo un niño.

Me levanta del suelo mientras tiene su puño dentro de mi pecho y me sonríe.

—Tienes mi respeto, niño.

Sangre sale de mi boca y la veo a los ojos con una mirada que refleja furia.

—¡¡Te tengo!!

Mi puño es rodeado por un material negro y le doy un gran golpe en el pecho, destruyendo su corazón.

—¡¡Imposible!!

—Usé toda mi magia... Mi corazón fue destruido... Pero logré derrotarte.

—M-maldito.

Los dos caemos al suelo y Crismei se acerca corriendo a mí llorando.

—¡¡Izuke!!

Intenta levantarme.

—¡¡No te mueras, por favor!!

—Crismei... Mi corazón fue destruido... Me quedan unos segundos de vida...

—¡¡No te mueras, Izuke!!

—Crismei... Cuando te conocí eras una niña obediente y no eras feliz... Te haz convertido en una niña muy buena y feliz... No quiero que esa felicidad se arruine por mi culpa... Intenta no pensar en mí... Intenta olvidarme y sé feliz.- Digo con un tono bajo.

—¡¡No puedo hacerlo, no podré olvidarte!!

Acaricio su mejilla y le sonrío.

—Cada momento que estuve contigo y los demás, fueron los mejores momentos de mi vida... Los amo a todos... Crismei, llévate el cuerpo de Golan y dáselo a los hechiceros del castillo... Ellos sabrán cómo sellar su cuerpo en una roca... Es lo que Sinfer dijo que hiciéramos si ella volvía... Crismei, sé una chica alegre y sonriente... Espero que tú próximo amo sea alguien bueno contigo... Te extrañaré...- Digo llorando.

Crismei me abraza con fuerza.

—Y-yo te extrañaré también, Izuke... Te amo mucho... Eres mi primer amor.

—Vaya... Eso no lo sabía... Yo también te amo, Crismei...

Mis ojos comienzan a cerrarse.

—A-adiós... Crismei.

—¡¡¡¡Patle Cano Fetoca Tarapo Buentalan reencarnación!!

Cierro los ojos y dejo de respirar.

—¡¡Izuke!!

Crismei golpea al suelo.

—¡¡No es compatible con el hechizo, maldita sea!! ¡¡Izuke!!

Minder vuelve a su forma humana y se acerca corriendo a Crismei.

—¡¡Crismei!!

Crismei lo observa con furia.

—¡¡Izuke me dijo que intentaste matarlo!! ¡¡Te mataré!!

—¡¡Es lo que trato de explicarte, un demonio me estaba controlando, no era yo!!

—¿Un demonio?

Se para frente a ella e intenta cargar mi cadáver.

—¡¡En el camino, te explico, vámonos!!

—C-claro.

Minder se aleja y sonríe.

—Izuke arruinó mis planes, maldita sea.

-Paraiso-

Aparezco en una casa vestido con un traje blanco. Estoy recuperado y no parece que haya peleado.

—Lo sabía, existe el más allá.

Me siento en el suelo y suspiro.

—Con que así se siente estar muerto... Interesante...

—¡¡¿Izuke?!!

Volteo y veo a Ángel y a Sonia.

—¿C-chicos?

Me salen lágrimas y me acerco a ellos.

—¡¡¿Q-qué hacen aquí?!!

—¡¡¿Tú qué haces aquí?!! ¡¡¿Moriste?!!

—Bueno... Es una larga historia.

-Minutos después-

Estamos sentados en una mesa.

—Con que eso fue lo que pasó... Realmente lo lograste, Izuke.- Dice Sonia.

—Hiciste un gran trabajo, Izuke.- dice Ángel.

—G-gracias.- Digo mientras me limpio las lágrimas.

Veo a todos lados.

—¿Y Sinfer?

—Un ángel nos dijo que él fue al infierno... No merece estar en el paraíso.

—Bueno... Él es un demonio después de todo.

Un ángel entra al comedor y se acerca a mí.

—Izuke, te daré una información. Los muertos pueden renacer cuando ellos quieran. Puedes quedarte a vivir aquí y renacer cuando tú quieras.

—Renacer... ¿Mi padre renació?

—Tú padre es Saito... Él te verá en unos días, quiere que tengas tiempo para que te despidas de tus amigos.

—¿En unos días?... Está bien... Gracias.

Sonia se levanta y Ángel también.

—Izuke, nosotros hemos decidido renacer... No creo que mi hijo quiera volver a verme, así que no es buena idea que siga aquí.- Dice Sonia.

—Mi hermana se encuentra muy lejos de aquí, así que iré a visitarla... Fue un placer haberlos conocido... Pero supongo que es la última vez que nos veremos.

Me acerco a Ángel y le extiendo mi mano.

—Fue un gusto haberte conocido, saluda a tu hermana de mi parte.

Me toma de la mano.

—El gusto fue mio.

Sonia nos abraza.

—Los extrañaré.

—Adiós... Chicos...

-Tres días después-

Crismei está en medio de un bosque sentada.

—Logramos sellar a Golan en una roca y Minder se encargará de la escuela de Sinfer... Nei se fue a vivir al bosque... Todo se resolvió gracias a tí, Izuke.- Dice mientras levanta la mirada llorando mientras sonríe.

Se levanta del suelo.

—Mi momento ha llegado... Espero que mi próximo amo sea igual de bueno que tú... Te amo, Izuke...

Se desintegra poco a poco.

—¿Cómo será mi nuevo amo?

Se desintegra por completo.

-Paraíso-

Un ángel está frente a mí.

—¿Listo?

—Sí, Sonia acaba de renacer y mis hermanas también decidieron renacer, así que no tengo nada más que hacer aquí.

—Vámonos.

-Minutos después-

-Godfer-

Entramos a un bar y veo a mi padre sentado bebiendo.

—¡¡Izuke!!

Se levanta.

—¡¡Padre!!

Me acerco a él llorando y nos abrazamos.

—¡¡Te extrañé demasiado, perdón por no haberte ayudado antes!!

Mi padre me acaricia la cabeza.

—No te preocupes, no te preocupes... Tengo una historia que contarte.

-Minutos después.

Estoy sentado en una mesa junto con mi padre.

—Déjame comprender todo... Eres el rey demonio del infierno del mundo uno, te convertiste en un vagabundo cuando derrotaste a un espíritu igual a Fetoca y cuando lo derrotaste te envió a un mundo alterno donde no pudiste usar tú magia por qué mágicamente tus puntos mágicos fueron borrados... ¡¡Es lo más genial que he escuchado!! ¡¡Eres increíble!!

—Tú lo eres también, derrotaste a miles de demonios tú solo... Realmente eres increíble... Quiero que conozcas a alguien.

Me toma la mano.

—Viaje.

Desaparecemos de ahí y aparecemos en un comedor donde se encuentra un enorme demonio.

—¡¡Genial, ¿Ese fue un hechizo de teletransportacion?!!

—Sí, es un hechizo del mundo uno, pero también puedes usarlo.

—¡¡Genial!!

El demonio se acerca a mí.

—Estuve viendo tus peleas, eres un guerrero increíble. Yo soy tu abuelo, mucho gusto en conocerte.

—Increíble, eres enorme.- Digo mientras elevo la mirada.

Un hombre aparece de la nada a lado de nosotros. Tiene el cabello blanco y usa una camisa roja con un pantalón rojo.

—¿Destino? ¿Qué haces aquí?- Pregunta Saito.

—En una semana, Izuke deberá tomar la decisión de renacer.

—¡¡¿Por qué?!!

—No puedo dar detalles, pero el mundo que salvó, en miles de años estará en peligro, su reencarnación deberá salvarlo.

—¡¡Él ya hizo su trabajo, no volverá...!!

—Padre... Un mundo está en peligro... Si tengo la oportunidad de salvarlo, lo haré.

—Izuke...

—Voy a renacer y lo salvaré.

Bueno... Esa es mi historia. Pasé todo el tiempo posible con mi padre y luego reencarné en el mundo quince miles de años después.

-Mundo quince-

Una mujer y un hombre observan a un bebé dormir.

—Es muy lindo... ¿Como lo llamaremos?- Pregunta la mujer.

—No sé por qué, pero algo dentro de mí me dice que lo llamemos Izuke.

—¿Izuke? Ese es un nombre japonés, somos mexicanos... ¿Qué te parece Daniel?

—No, creo que mejor Hector.

—No, es muy común... ¿Brian o Kevin?

—No... ¿Ángel?

El bebé se ríe y lo observan más de cerca.

—Ángel.

El bebé les sonríe mientras ríe.

—Creo que le gusta ese nombre.

—Está bien, se llamará Ángel.

avataravatar
Next chapter