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Mi matrimonio forzado: la hermosa esposa no tiene memoria

Sun Hee es una joven de 18 años. Tras haber despertado de un largo coma, se enteró de que había perdido la memoria. Ese mismo día, su malvada madre la forzó a casarse con un hombre completamente extraño para ella. Sin poder negarse tuvo que aceptar aquella extraña orden. Su esposo Jin Seong es un hombre frío, rico, arrogante y poderoso, capaz de hacer desaparecer a cualquier persona del país. Ellos dos son completamente diferentes. Sus vidas cambiarán por completo y tendrán que intentar convivir juntos aunque no se conozcan. ¿Qué pasara en su relación, terminaran enamorándose? ______________________________________________ Nota de autor: La cubierta no es mía. Por favor, no resubir esta historia

Laurasiscoyote · Urban
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132 Chs

Capítulo 9: Día de compras

Sun Hee despertó por la mañana con mucho entusiasmo, abrió las ventanas y respiró el aire fresco.

Enseguida fue al comedor, unas deliciosas tortitas con sirope la estaban esperando.

Sun Hee recordó la cena de la noche anterior, ella pensaba qué por culpa suya su esposoo tuvo problemas con su madre.

Quizás ella debía comprarle un regalo.

Decidida, le pidió al chófer qué la llevará a un mercadillo.

Mientras tanto el joven Seong-Jin se encontraba leyendo en su dormitorio.

—Joven amo, la señorita Sun Hee a salido de compras—comentó el mayordomo detrás de la puerta.

Seong-Jin dejo rápidamente el libro y salió del dormitorio.

—¿Dónde?—preguntó serio.

—Dijo qué iría a un mercadillo.

—¿Cuantos guardaespaldas la acompañaron?

—N-ninguno, insistimos en qué se dejará acompañar pero se negó constantemente.

El mayordomo Min Ho se percató del grave error qué acababa de cometer, su cara se puso pálida en el momento qué vio la expresión del joven amo, retrocedió unos pasos atrás y le rogó qué lo perdonará.

—Localiza a esa mujer y manda a todos los guardaespaldas disponibles en la mansión.

—¿T-todos? Pero joven amo eso son muchos.

A Seong-Jin no le hizo falta ni siquiera una palabra más para advertir al mayordomo, en ese momento nadie le podría negar algo.

Sun Hee por otra parte, se encontraba mirando ramos de flores para decorar la simple habitación de su esposo.

¿Qué color le gustaba?

Si escogía un color acordé con su personalidad, el dormitorio se vería incluso peor, así qué cogió unas llamativas rosas amarillas. Sin duda eso daría al menos un poco de alegría al apagado dormitorio.

—¿Jovencita quiere esas rosas?—comentó una anciana señalando las rosas amarillas.

Sun Hee asintió vigorosamente.

Sun Hee iba caminando con el ramo de rosas, su cabeza era diminuta comparado con el ramo. Vio algo qué enseguida capto su atención, ¿collares de pareja?

Pero antes de qué pudiera observarlos desde más cerca, una larga fila de autos negros pararon cerca suyo, bajaron montones de guardaespaldas. Cuando vio qué se dirigían hacía ella, sintió qué el alma se le salía del cuerpo.

Fue a donde estaban los guardaespaldas con la cabeza agachada.

Uno de ellos enseguida aviso al mayordomo Min Ho desde un pequeño auricular qué colgaba de su oreja.

Al recibir la noticia, el mayordomo se dirigió apresurado hacía el joven amo, quién se encontraba esperando en la puerta de la gran mansión.

—Joven amo la señorita ha sido localizada.

—...

Sin decir nada, Seong-Jin volvió adentró de la mansión, en ese instante el mayordomo sintió cómo si hubiera ganado una guerra, ¿porqué se preocupó él por alguien?

Sun Hee se encontraba caminando por el mercadillo seguida de una fila de guardaespaldas, podía notar las miradas de las personas hacia ella.

Incómoda, aceleró un poco el paso, ya se había olvidado completamente de los collares de pareja.

Un rato después, Sun Hee estaba devorando dulces sin descansó, lo qué antes parecía una señorita seguida de sus guardaespaldas volvió a ser un oso gigante cazando a su presa.

Cuando finalmente terminó, Sun Hee quiso volver a la casa, ya había pasado bastante tiempo y tampoco vio algo qué llamara su atención. Comenzó a caminar hacia el auto, rápidamente subió, dejó el ramo con delicadeza al lado suyo, y ordenó amablemente al chófer qué la llevara a la mansión.

Cuando llegaron, el chofer le abrió a Sun Hee la puerta, ella bajó del auto casi olvidando el ramo dentro.

Quería dejar el ramo en el dormitorio de su esposo sin qué se diera cuenta, primero miro alrededor suyo.

Sun Hee se encontraba justo enfrente de unos hermosos tulipanes, hacían qué su belleza se notará todavía más, el vestido qué llevaba hacía resaltar sus hermosas curvas y pechos. Realmente Sun Hee no se daba cuenta de lo bella qué era.

Una vez término de contemplar las hermosas flores se dirigió hacía el dormitorio de su esposo, subía las escaleras mientras se agarraba a la barandilla bañada en oro.

Sin darse cuenta ya se encontraban frente a la puerta, suavemente Sun Hee golpeó la puerta del dormitorio.