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Mi matrimonio forzado: la hermosa esposa no tiene memoria

Sun Hee es una joven de 18 años. Tras haber despertado de un largo coma, se enteró de que había perdido la memoria. Ese mismo día, su malvada madre la forzó a casarse con un hombre completamente extraño para ella. Sin poder negarse tuvo que aceptar aquella extraña orden. Su esposo Jin Seong es un hombre frío, rico, arrogante y poderoso, capaz de hacer desaparecer a cualquier persona del país. Ellos dos son completamente diferentes. Sus vidas cambiarán por completo y tendrán que intentar convivir juntos aunque no se conozcan. ¿Qué pasara en su relación, terminaran enamorándose? ______________________________________________ Nota de autor: La cubierta no es mía. Por favor, no resubir esta historia

Laurasiscoyote · Urban
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132 Chs

Capítulo 86: Explicaciones (1)

Al día siguiente.

Sun Hee se despertó, sentía algo pesado apoyado en ella.

Rápidamente levantó las sabanas para comprobar que era, cuando vio el brazo de su esposo encima de ella no pudo evitar reírse.

Nunca se hubiera imaginado que él fuera de las personas que se movían mientras duermen, o eso pensaba ella.

Nisiquiera se podía creer que ella se hubiera levantado antes que él.

¿Acaso estaba enfermo y necesitaba descansar más de lo habitual?

—Para de moverte, no hagas tanto ruido y para de mirarme—dijo Seong-Jin con los ojos cerrados.

¿Como sabía que ella lo estaba observando si tenía los ojos cerrados?

Sun Hee sintió un escalofrío recorriendo su cuerpo, había estado despierto todo el rato y ni siquiera se había dado cuenta.

Le molestaba que le diera ese tipo de sustos, sentía que un día le daría un infarto.

Si seguía siendo tan... Sin duda acabarían mal.

Sun Hee seguía fulminando con la mirada a Seong-Jin.

Si él quería seguir durmiendo con ella, tendrían que establecer unos límites.

Enseguida recordó algo que no podía evitar preguntar, él le prometió que le iba a contestar, así que no tendría que haber ningún problema.

—Seong-Jin, ayer me dijiste que me contarías todo lo que te pidiese. ¿Puede ser ahora?—dijo alegre.

Seong-Jin se quedo callado durante un rato, en verdad no tenía la intención de contarle algo. Pero cuando vio que los ojos de ella estaban iluminados y la forma en la que le miraba ella, como si fuera su ídolo.

No quería que ella se sintiera decepcionada, sin dudarlo más veces, se levantó de la cama.

—¿Qué quieres saber?—preguntó casi susurrando, como si no quisiese que ella lo escuchase.

Sun Hee se quedó boquiabierta. ¿Enserio le contaría lo que ella quisiese?

—¡Bien bien! Empecemos. Háblame sobre tu hermano, Jin Chin.

Seong-Jin disimuladamente suspiró.

—Cuando nosotros dos éramos pequeños, siempre tuvimos una relación bastante buena, o eso creíamos.

Él era el mayor, así que siempre estaba mirándome o hablándome para intentar que yo me sintiera bien. Nunca era necesario, pero el insistía.

Sun Hee estaba en una esquina de la cama sentada, escuchaba atentamente todo lo que decía Seong-Jin, no quería perderse ni una parte de la historia. Si era necesario lo apuntaría en una libreta para acordarse de cada detalle.

—Se podría decir que... Él era la única persona con la que hablaba.

Mis padres nunca estaban en casa, siempre estaban viajando o estaban ocupados, nunca tuve una relación buena con ellos, siempre los evitaba y todavía los sigo evitando, eso no va a cambiar.

Sun Hee asintió con la cabeza para indicarle que continuará con la larga historia, ahora pensaba que él se parecía un poco a sus padres, siempre estaban viajando o trabajando.

—Continúa.

—Un día, estábamos sentados en el sofá como solíamos hacer.

Me acuerdo perfectamente que él dijo que tenía que hacer "algo importante"

Aprovecho que no estaban mis padres en ese momento y salió de la mansión sin ningún guardaespaldas.

Pase todo el día sin verlo, no era normal que el desapareciera durante todo el día.

Por una parte me sentía aliviado ya que por fin tenía algo de espacio, pero, la idea de que hubiera podido haberle pasado algo no paraba de pasar por mis pensamientos.

No pude evitar llamar a mis padres, si le hubiera pasado algo sabía que sería culpa mía.

—¿Qué pasó luego?—preguntó Sun Hee, la intriga de ella aumentaba cada vez más.

—Cuando se lo conté a mis padres, ellos reaccionaron de la peor manera posible, imaginé que ocurriría eso.

Cancelaron su viaje y vinieron lo más rápido posible.

Cuando finalmente Jin Chin llegó a la mansión mis padres ya estaban ahí.

Pasaron casi una hora hablando con Jin Chin.