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CAPITULO 20 LA INVESTIGADORA por Sylar

PERSPECTIVA: Rozuel Drayt

Tomando el camino del bosque a pie, tenía unos 30 kilómetros para llegar a mi primer destino, el pueblo de Sota, mi decisión de no usar carreta se debe para evitar posibles encuentros sorpresas por este camino y andar en una llamaría demasiado la atención además de hacerme más vulnerable a emboscadas, en cambio yendo a pie tengo la confianza de ser más sigiloso con mis pasos.

Como partí desde el mediodía, en cuestión de horas llegaría al pueblo antes de que se anocheciera por completo (o justo), mi idea es pasar la noche allí y continuar el camino apenas salga el sol, sinceramente aun no me atrevo a arriesgarme a continuar de noche (en caso de ser realmente necesario).

Mi objetivo de momento es llegar a la aldea de Argoh, allí se encuentra un gremio de comerciantes, dado que la razón de este viaje es conseguir el apoyo de uno para crear una ruta comerciar con Windaz, por obviedad necesitaba llegar a ese lugar, ¿y cómo sabia de este gremio?, era simple, mi padre Walter me hablo de él y una vez lo visitamos cuando tenía 6 años.

Siguiendo la ruta que transitaba con mi viejo hacia Sota, me encuentro con un evento inesperado, era una mujer (calculaba de 20 o 25 años) de una cabellera negra corta con un tono azulado, llevaba una especie de falda corta negra, una camisa de cuero marrón sin mangas, un collar de cuero adornada con una pequeña piedra preciosa color verde y un morral de larga correa que llevaba encima de uno de sus hombros.

La joven se encontraba frente a 4 hombres armados, bandidos sin duda alguna, sin embargo la mujer conservaba la calma, de hecho estaba demasiada tranquila con una mueca confiada de optimismo en el rostro pese a su situación.

—Señorita, parece que no entiende muy bien su situación –Le dice uno de los asaltantes.

—En realidad lo entiendo perfectamente, ustedes tienen intención de arrebatarme mis cosas por la fuerza –Dijo ella con un tono bastante calmada.

— ¿Y aun así tienes el valor de mostrarme muy simpática aun cuando entiendes que ocurre?, no sé si estás loca o intentas tomarnos el pelo.

—Pero uno de ustedes es calvo, ¿cómo podría tomarle el pelo cuando no tiene nada de cabello en su cabeza?.

— ¡Suficiente!, yo digo que golpeemos a esta mujerzuela y le quitemos todo lo que tiene, incluido su ropa.

— ¿"Mujerzuela"?, pero si aún soy virgen, lamentablemente, mi trabajo no me da mucho tiempo para establecer ese tipo de relación con un hombre… o una mujer.

Acercándome un poco más hice que los bandidos notasen mi presencia teniendo momentáneamente su atención sobre mí.

— ¿Un niño?... no importa, espera tu turno y si eres un buen chico, nos entregaras todos por las buenas y quizás no tengamos que hacerte sufrir tanto –Me amenaza el mismo que dirige sus palabras a la mujer.

—Oh no te preocupes, tengo en mente darte algo de lo que llevo conmigo –Le respondo yo para acto seguido apuntarle con el rifle de asalto.

Disparo a su pierna izquierdo asestándole, el malhechor cae al suelo malherido gritando del suplicio, sus compañeros anonadados por la extraña arma que cargaba en mis brazos se dieron a la fuga cuando apunte sobre ellos, el saqueador lastimado se levanta resistiendo el dolor para ser el último en irse caminando a toda prisa como un chueco.

—Gracias por ocuparte de ellos –Me dice la joven muchacha —Le ahorraste el trabajo a mi compañero.

—¿"Compañero"?.

Sentía algo sobre mi hombro derecho, al fijarme me percato de un pequeño zorro blanco con minúsculas alas negras y líneas rojas como marcas tribales sobre su rostro, el cual brinca levitando gracias a sus pequeñas extremidades hasta aterrizar sobre la cabeza de su dueña.

—Najya Scheer, un placer –Se presenta ella saludando cortésmente.

—Rozuel Drayt, pero con Roz basta –Hago lo mismo —En cualquier caso, viendo que eres una maga es de suponer que tenías la situación bajo control.

—Sí, pero aun así agradezco tu ayuda, de hecho me siento intrigada, ¿qué clase de armas es esa cosa?, ¿en dónde conseguiste una?, el hecho de que no emita magia cuando la usaste deja en claro que no es un artefacto mágico y además es increíblemente fuerte, ¡esa cosa es una herramienta bastante inusual e interesante, sí que capto mi atención!.

—Lo siento, tengo prisa, ya que las cosas están bien me retiro, adiós y tenga cuidado.

— ¿Eh?, ¿y porque no me acompañas?, tomando en cuenta el camino por el que vas, diría que te diriges al pueblo de Sota, ¿o me equivoco?, es el mismo sitio al cual me dirijo, además… no todos los días puedo encontrarme con un sangre de bruja para charlar.

Al escuchar decir esas últimas palabras mis pies se detuvieron, gire la cabeza lentamente mirando con ojos perplejos a la mujer.

— ¿Cómo… sabes eso? –Pregunte seriamente.

—Este pequeño amiguito es un espirano –Dice la tal Najya refiriéndose al pequeño zorro blanco de minúsculas alas —Una de sus habilidades es leer los recuerdos de las personas con la que hace contacto y mostrármelas, no tomo mucho recuerdos de ti, aunque si esa parte de lo que eres.

Esa mujer parecía peligrosa, por muy simpática que fuera a simple vista sentía que escondía una contraparte inquietante, podría elegir la opción de apuntarle con el AK-47 y presionar el gatillo para acabar con todo este dilema, pero sentía por instinto que era la decisión más errónea, no por humanidad, sino por preocupación.

— ¿Qué es lo que quieres? –Le pregunte.

—Charlar contigo por supuesto, por lo que entiendo de parte de los pequeños fragmentos de recuerdos que mi compañero vio en ti, Sato es solo una parada y te diriges en realidad a la aldea de Argoh, ¿o no? –Me responde Najya.

—Si…

—Te propongo lo siguiente, si aceptas caminar conmigo hacia Sato y tener nuestra charla, te conseguiré que alguien del pueblo te lleve a Argoh, muchos comerciantes pasan por ahí y digamos que me deben favores, puedo hacer que te lleven para hacer de tu viaje más rápido hacia tu destino sin preguntas o interrupciones, ¿qué dices?, ¿aceptas mi propuesta?.

Los comerciantes pasajeros de Sato que van hacia Argoh cuentan con esplendidos guardaespaldas, incluso viajan en caravanas, me plantee la idea de viajar a pie por el tema de la seguridad, pero el viajar con comerciantes que cuentan con medios seguros en su recorrido no era mala idea y considerando la prisa que tengo y que caminar hacia la aldea me llevaría muchos días hasta llegar, el aceptar su propuesta me ahorraría bastante tiempo.

—De acuerdo –Acepte su propuesta.

—Entonces es un trato –Dice ella estrechándome su mano para cerrar el acuerdo.

Hago el mismo gesto y nuestras manos se dan un apretón para dar por zanjado el asunto de la propuesta, desde aquí partí hacia Sato en compañía de otra enigmática compañera (aunque Tayra era más confiable).

—Y bien, ¿sobre qué será esta supuesta "charla"? –Le pregunte.

—Sobre el pueblo en donde naciste, Windaz –Contesta Najya confirmando aún más el hecho de que vio sobre mis recuerdos —Veras yo soy una investigadora.

— ¿Y que se supone que investigas?, ¿el que tu mascota hurgue la cabeza de otros sin permiso?.

— ¡Jajaja!, claro que no, yo soy una investigadora de la historia y cultura, me encargo de recolectar información de diversas costumbres, ideas, creencias y conocimiento de todas las sociedades que existen y son desconocidas en su mayoría para el resto del mundo, para luego plasmarlo en mis libros, de seguro te habrás topado con alguna de mis grandes obras como "Crónicas de sociedades anónimas" y "Relato de tribus perdidas".

—No, ninguna me suena.

—Bueno eres demasiado joven como para interesarse ese tipo de material, es comprensible que no admires el amplio conocimiento social que el mundo nos ofrece.

Como si necesitara una clase se ciencia sociales de una hurga-mentes, sin embargo, me retumba la duda de "cuanto" de mis memorias leyó ese espíritu familiar suyo, que problemático solo espero que no haya tomado recuerdos ajenos a Avalia.

—Ahora en cuanto a la charla sobre la que acordamos, dime como es vivir en un aquelarre, si hay algo a lo que casi nunca he tenido acceso, es al conocimiento del estilo de vida de uno –Menciona Najya —Quiero saberlo todo, ¿cuáles son sus creencias?, ¿su ideología y forma de ser como una sociedad?, ¡aaaah, que emocionante de solo saber que tengo ante mí a alguien de un aquelarre!.

—Oye tómatelo con calma, para ser una adulta te emocionas con exageración como si fuera una niña.

—Ya que lo mencionas técnicamente soy una adulta ya que casi voy rosando por los 30 años, aunque a vista de muchos tengo el candente cuerpo de alguien de 20 y los pechos de una quinceañera.

—Oye, ¿estás bien que digas eso en voz alta frente a un menor?.

—Como sea, solo comparte conmigo ese dulce, delicioso, suculento y sabroso conocimiento conmigo… por favor.

— ¡Esta bien lo hare, lo hare!, solo dame espacio… y límpiate la baba que te sale de la boca.

Compartí los detalles de mi vida y la forma en que Windaz se maneja, omitiendo por supuesto el mencionarle sobre las armas de fuego y mi época de mierda que pase en mis primeros años en el pueblo, solo fui por la parte que le interesaba, las creencias, costumbres y el cómo se organizan las brujas como individuos sociales.

— ¡Interesante, muy interesante!, en especial su dios Astado, esa "bendición" que mencionas y les ofrece a las brujas es sin duda algo… increíble como curioso –Comenta ella.

— ¿"Curioso"?, ¿en qué sentido? –Pregunte yo.

—Mencionaste que desde los tres años las brujas ya son capaces de recibir educación, el recibir aprendizaje para impartirles conocimientos básicos, ¿sabes lo que eso significa?.

— ¿Qué?, acaso me vas a decir que no es así en otros lados.

— ¡Claro que no!, un niño de 3 años carece de la consciencia desarrollada necesaria para ser moldeado de tal forma a esa edad.

—Espera, ¿me estás diciendo que no es lo mismo con otros niños en otras partes de Avalia?, ¿aunque sea en ciudades?.

—No, un niño no tendría esa capacidad de razonar para aprender sino hasta los 5 o 6 años, ¡sin embargo por lo que entiendo de tus palabras, las brujas son capaces de adquirir una consciencia de sí mismas a tan temprana edad!, su intelecto es… brillante como aterrador.

—¿Y qué tiene que ver Astado su deidad con todo esto?.

—Esa "bendición de Astado", para muchos no es más que una "marca" que todas las brujas llevan, para las mismas es el símbolo de su unión con su dios y su enlace a la magia, ¿pero y si dicha bendición ofreciera mucho más que solo el don de la magia?, ¿y si mejorara otras cualidades en ellas?.

—Momento… ¿me estás diciendo que la misma bendición les otorga a las brujas una inteligencia mayor al del ser humano común?.

—Piénsalo, veras no muchos lo saben, pero algunas de las grandes invenciones de Avalia en el pasado, tuvieron por origen de autor a una bruja, pero la historia reconoce que el crédito fue de otros quedando esta información como un mero rumor sin fundamento, como por ejemplo la creación de pociones medicinales o la sastrería mágica se dice que fueron al principio practicados por brujas, pero nuevamente la historia "oficial" hace mención con una versión de "magos" en vez de ellas.

No negaba que fuese notable lo que mis oídos escuchaban, jamás pensaría que la "bendición de Astado" fuese más allá de solo una expresión, tenía mi idea de que la razón de que pudieran usar magia fuera por eso, pero nunca imaginaria tal hecho, ¿sonaría una locura a oídos de otros?, tal vez, por algo esta investigadora me lo cuenta sin dudar.

—Pero he aquí otro hecho curioso –Notifica Najya —Si las brujas son lo que son gracias a la bendición de su deidad, ¿entonces cómo es posible que tú también tengas el mismo caso?, no eres uno de "ellos", careces de dicha bendición, entonces… ¿cómo es que a tan temprana edad ya eres capaz de razonar al nivel de ellas y no de un niño normal?.

Maldición, como no estaba al tanto de que otros niños en Avalia fueran así, llego a esa conclusión conmigo, obviamente no podía revelar la verdadera naturaleza de lo que soy, de momento preferiría mantener el secreto de reencarnado para mí.

—Quien sabe… quizás como un sangre de bruja algo habrá de relación –Dije en mi excusa.

—Hmmm… es posible, el mundo hila de formas misteriosas –Opina ella.

Nuestra charla continúo a un ritmo normal (lo suficiente para no preocuparme), entre sus interrupciones de rata sabionda de biblioteca y sus orgasmos emocionales cuando llenaba cada hoja de lo que explicaba en un pequeño libro con una pluma, la noche cayó y al mismo tiempo llegamos al pueblo de Sato.

Como siempre y cada vez que volvía recordaba a este sitio con el mismo aspecto de un pequeño poblado de época medieval, tanto en las estructuras de los edificios como en los aldeanos y sus herramientas de trabajo, Sato era un pueblo en crecimiento que albergaba de momento un estimado de 1000 habitantes (hace dos años eran 900). La mujer y yo nos acercamos al banquillo que estaba cerca de un viejo árbol como nuestra última parada.

—Supongo que este es el adiós –Comenta ella acompañado de un suspiro deprimente.

—Oh vamos, a saber cuánto páginas llenaste en ese libro con el que escribías cada palabra de lo que decía, ¿acaso no es suficiente? –Le pregunte.

—Nunca es suficiente para una esplendorosa acumuladora de conocimiento como yo en plena flor de su juventud.

—Más bien para una rata acaparadora de biblioteca en sus 30.

—Disculpa estaba distraída y no te escuche, ¿me decías algo?.

—Oh nada importante, solo… un gusto charlar.

Nos despedimos desde aquí separándonos cada uno a lo suyo, pero no sin antes de que Najya me avisara sobre que mañana a unas horas después del amanecer alguien vendría a recogerme para ir en compañía de comerciantes hacia la aldea de Argoh, era el acuerdo que habíamos hecho y ella realmente parecía que iba a cumplirlo (espero que no sea una estafa).

Me recomendó descansar en una posada (la única del pueblo), al llegar soy recibido por una niña de mi edad de larga cabellera café.

—Hola forastero, ¿se te ofrece algo? –Pregunto ella.

—Sí, una habitación por favor –Conteste a la niña.

—¿Solo para ti?.

—Eh… si, ¿ves alguien más conmigo?.

—¿Estas solo acaso?, ¿y tus padres?.

—Estoy solo, aun dado a mi edad, viajo solo.

—Melany, ¿alguien busca? –Retumba la voz de una mujer adulta preguntando.

—¡Si mama, es un niño que necesita una habitación!.

La madre de la niña (llamada Melany) una mujer de ancho cuerpo (por no decir algo gorda) se vio incluso más sorprendida al ver que estaba solo, fuera de eso pude alquilar una habitación la cual me costó 10 Bals, incluso me ofrecieron comida sin cobrar (dado que el costo de la comida es aparte de la habitación), ¿habrán sentido lastima por mi acaso?, en cualquier caso no rechace tal generoso oferta.

Para la mañana del siguiente día, Melany toco mi habitación para avisarme de un hombre que preguntaba por mí, supuse que era el que Najya menciono, tan pronto me levante y prepare, salí de la posada despidiéndome y agradeciendo a la madre e hija por su hospitalidad.

Afuera del establecimiento me topé con un hombre delgado de bigote y sombrero puntiagudo.

— ¿Eres tu Rozuel Drayt? –Pregunto él.

—Sí, soy yo.

—Najya me pidió que te llevara con nosotros a Argoh, ¿estas listos para partir?.

—Seguro, vamos.

Viajaría en una pequeña caravana de tres carretas, bien protegidos por escoltas magos bien equipados y fuertes en aspecto, parece que después de todo algo bueno salió de haber conocido a esa mujer, pero aun así persistía cierta inquietud en ella, como que ocultaba algo que me inquietaba, sea paranoia o no lo que siento, espero que nuestro reencuentro no sea lo más pronto posible.

EPILOGO:

PERSPECTIVA: Perspectiva narrada en tercera persona…

A varios metros lejos de Sota, la mujer Najya Scheer observaba al muchacho partir en la caravana, miraba sonriente deseando suerte al muchacho en su camino.

— ¿Por qué no se lo preguntaste? –Le dice el pequeño zorro espíritu de minúsculas alas sobre su hombro revelando su capacidad de hablar —Sabes que no fue un "poco" lo que vi en sus memorias.

—Calma mi pequeño, aún es pronto –Contesta su ama poniendo una mano en su cabeza.

Sobre su mente se reproducen recuerdos ajenos a los suyos, eran de Roz, fragmentos de memoria de su vida pasada como traficante de armas.

—Oh… que maravilla… recuerdos de una civilización… de otro mundo… que excitante –Dice la mujer en voz alta acompañado de un gesto excesivo de lujuria en su rostro —Suerte en tu viaje mi pequeño "Trotamundos".

Continuara…