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CAPITULO 19 RETORNO Y DECISIÓN por Sylar

PERSPECTIVA: Rozuel Drayt

Apenas llegue fui recibido por las brujas encargadas de vigilar los perímetros de Windaz, tan pronto se dieron cuenta que era yo, fueron a comunicárselo a su líder, la Eldar.

Lleve la carreta al centro del pueblo en donde madre y mi hermana estaban allí, era inevitable que rompieran a llanto al ver el cuerpo sin vida de Walter. Las ceremonias funerarias no eran tan diferentes al de mi mundo, en el cementerio se encontraban reunidos una multitud para despedir a mi padre y mi hermano Euber, los familiares (nosotros) teníamos el derecho de ser quienes más cerca estaban de las tumbas mientras se llevaba a cabo el entierro.

Fue una trágica noche y una semana deprimente, incluso en el día en que Windaz cumplía otro año de existencia, no hubo espíritu festivo, la muerte de Walter desencadeno un impacto gradual de manera negativa, ¿recuerdan la importancia del comercio para Windaz?, sin él, el pueblo se encontraba en problemas.

Aunque en el asunto de la comida, el agua y la seguridad eran algo que las brujas gozaban aun sin el comercio, privarse de este medio por un lapso mayor de tiempo resultaría que el poblado cayese en el estancamiento, mucha de las materias primas tanto de menor a mayor importancia precisan ser obtenida mediante esta actividad.

Para una bruja buscar maneras de asegurar una ruta comercial con el pueblo suma un riesgo absoluto, primero dado a la reputación de las mismas (brujas) a causa del temor que se infunde hacia los demás dificultaría hallar a alguien de confianza que desees abrir un relación de comercio, sin olvidar mencionar la hostilidad hacia ellas lleva a desafortunados encuentros con cierto grupo de gente que están dispuesto a capturar viva a una para esclavizarla y venderla al mejor postor, una bruja fuera de su aquelarre puede ser visto con ojos indiferentes de desprecio o ambiciosos como un "producto" valioso, resulta complicado para todas hallar una solución.

A los pocos días de enterrar a mi padre y del aniversario de Windaz, se llevó en el ayuntamiento una crucial reunión para debatir sobre el tema, claramente no fui invitado dado que era un tema a discutir entre "adultas", pero poco me importaron sus requisitos para asistir, la Eldar me dio su permiso y tome asiento entre un circulo junto al resto, cerca de tres docenas de personas estaban allí.

—Se prevé que Windaz comenzara a verse afectado en 10 meses si no encontramos una solución para comerciar con el exterior –Aclara una de las presentes.

— ¡Entonces debemos enviar a alguien afuera, quedarnos aquí con los brazos cruzados no hará que un comerciante caiga del cielo como regalo!.

— ¡Tonta!, ¿sabes el riesgo que afrontan las brujas fuera de sus aquelarre?, aunque enviáramos a dos o tres, no hay garantía alguna de que vuelvan sano y salva, estaríamos al principio del problema.

— ¿¡Y que propones entonces!?, ¿¡esperar un milagro!?.

—¡Calma a las dos, así no hallaremos sino más discusiones inútiles!.

—¡Es fácil para ti decirlo cuando siquiera se te ocurra algo!.

—¿¡Que dijiste!?, ¡dímelo a la cara si tienes algún problema conmigo!.

No eran tan diferentes que los funcionarios de mi mundo a la hora de discutir en televisión abiertas cualquier idiotez sobre leyes y política, escucharla me daba dolor de cabeza, la Eldar era la única que se mantenía en calma sin opinar y escuchando solamente.

— ¿Aburrido? –Me pregunto Naya ubicándose a mi lado.

—Más bien molesto, discuten las personas pero no las ideas –Respondí yo.

—¿Y a ti se te ocurra algo en mente?.

—Quizás… no, más bien, si tengo algo en mente, una decisión.

—¿"Decisión"?.

Intente hablarles para que se callasen un momento y dejaran compartir lo que tenía por decir, pero ninguna de las brujas me escuchaba o prestaba atención, el griterío entre ella superaba en creces mi intento por tener su atención, la paciencia se me estaba por acabar y mi solución más "racional" era sacar la pistola y dar un disparo en el suelo, pero no hubo necesidad de hacerlo.

Un fuerte aplauso se hace sonar en el lugar callando a todas, era la Eldar quien lo hacía.

—Agradezco a todas por sus sugerencia, pero hay alguien que también quiere dar su opinión respecto al tema, Rozuel, ¿hay algo que quieres compartir con el resto? –Me pregunto la Eldar dándome la palabra.

—Sí, gracias por su atención –Contesto levantándome de mi asiento.

Me situó en medio del círculo, con todos los ojos de los presentes enfocados en mí, algunos pocos inconformes de dejar hablar a un niño de mi edad sobre un tema delicado.

—Es complicado, ¿no?, deciden lidiar el problema con solo enviar a unos cuantos a su suerte, pero, ¿tan poco confían en que no lo lograrían? –Ese comienzo resulto con unos murmullos molestos por parte de algunas oyentes brujas —Iré al grano con la siguiente pregunta, ¿cómo es que alguien ajeno a un aquelarre puede percibir a una bruja?, la respuesta está en la "percepción", los magos son capaces de sentir las energías mágicas a su alrededor y con ello "sentir" la bendición de Astado, incluso los no magos "afinados" tienen la misma capacidad, cuando una bruja manifieste algo de su poder es cuando deja salir a la luz la naturaleza de su magia e identidad, pero incluso se sabe de personas capaces de sentir la bendición de las brujas aun si ellas mantienen oculta su magia, hablamos de individuos con percepciones sensoriales ante el mana más avanzados y eso complicas aún más las cosas, ¿no?.

— ¿A dónde quieres llegar con todo esto? –Pregunta una de ellas directamente.

— ¿Y si alguien del aquelarre que no presentase "la bendición de Astado" fuera al exterior?, dicha persona no levantaría sospechas de venir de un poblado de brujas dado que sin importar cuando intenten "Sentir" sobre él, solo sería como otro tipo normal para ellos, al menos claro que revisaran sus recuerdos que eso ya sería otro problema aparte.

Las brujas de inmediato entendieron mi punto, comprendieron de qué estaba hablando, se dieron cuenta sobre "quien" seria ese enviado al exterior, si bien había hombres viviendo en el pueblo, como yo no presentaban dicha bendición por lo que serían candidatos perfectos para este plan, pero había un detalle considerable, pese a que eran magos no eran guerreros, carecían de una necesaria experiencia de defensa personal (adiestramiento con un arma o talentos mágicos de lucha), incluso su poder mágico no era la gran cosa, no eran magos que pasaban de la categoría Nivel C (Regular), pero yo, aun siendo un no mago, contaba con armas que este mundo aun desconocía y ante magos era un instrumento mortal, incluso entre todas comprendían que a pesar de ser un niño, no era visto como alguien ordinarias a estas alturas

—Rozuel… ¿realmente quieres ir allí afuera? –Me pregunta Naya.

¿Por qué razones tendría de hacerlo?, ¿por qué me arriesgaría?, son de seguro la mayoría de las dudas sostenida por las presentes, lo quiera o no, el problema me afecta también, incluso el comercio era la fuente más viable para conseguir cierto materiales específicos para mis creaciones, sin ella incluso yo me quedaría estancado en cuando a desarrollo de armas, mi solución era ir al exterior, explorar lo que hay más allá de Windaz podría ser una oportunidad de conocer a fondo estas tierras de Avalia.

Sin embargo, no muchas parecían convencidas de dejar tal decisión en manos de un niño, aunque la discusión se llevó por dos bandos; el "a favor" y el "en contra". Ante mi eventual regreso al pueblo al traer el cuerpo sin vida de mi padre, llego a oídos de la mayoría sobre mi "posible" confrontación con los mismos forajidos de Lars para lograrlo, lo que fomenta a la mitad en confiar en mí.

Desde que llegue, la Eldar en ningún momento me pidió que le explicase que ocurrió desde mí huida hasta mi regreso, a pesar de que desobedecí una orden suya, no parecía mostrar indiferencia o represalias por mis acciones.

La reunión termino inconclusa, ambas partes estaban igual, minutos después la Eldar y yo tuvimos nuestra propia reunión en privado en el segundo piso del edificio en donde estaba su escritorio.

—Supongo que ahora es cuando quiere saber qué ocurrió allí –Le dije yo en relación a mi huida al desobedecer su orden.

—No, no tengo intención de hablar del tema al respeto –Comenta ella.

—Je, ¿de verdad?, a pesar de que desobedecí tus órdenes y ataque a una de las tuyas noqueándola para lograr mi propósito.

—Es cierto, hiciste cosas cuestionables para el pueblo, sin embargo no te guardo rencor alguno, tuviste tus razones y lo más importante, volviste sano y salvo.

El grupo de búsqueda no tuvo éxito hallando a Walter, pero encontró el cuerpo de las dos brujas que le protegían, de modo que si no era el tema que quería tratar conmigo, ya me daba una idea sobre lo que querría hablar.

— ¿Tienes idea de lo que estas decidiendo por ti?, ¿verdad? –Me pregunta la Eldar.

— ¿Qué?, ¿te estas preocupando por mí? –Conteste.

— ¿Por qué no habría de hacerlo?, eres parte de este aquelarre, como todas nosotras.

—Que conmovedor, pero insisto en que no deberías involucrarte en las decisiones de otros.

—Lo que estas considerando va más allá de haber desobedecido mi orden y confrontar a los forajidos de Lars tu solo, ¿por qué haces esto?.

—Porque es lo que decidí.

—No, ¿por qué REALMENTE haces esto?.

—Eldar, Eldar… ¿en verdad quiere jugar a la curandera psicóloga conmigo?, es cierto, tengo mis razones y no es una decisión que tome a la ligera, cuando me lo plantee, estuve al tanto al instante de lo que supone y sus consecuencias.

—A veces realmente cuando hablo contigo, siento que estuviera hablando con un adulto en vez de un niño.

—Je, que halagador, puedo asegurarle que me he SENTIDO tan adulto mayormente, a pesar de tener tan solo 8 años.

—Tu madre y tu hermana, ¿saben de esto?.

—No… aun no.

Cuando regrese con el cuerpo de mi viejo, tras el funeral, madre me sermoneo con un mar de lágrimas junto a Laiza, ambas lloraron sobre mi hombro abrazándome al ver que había vuelto sano con ellas, es obvio que decirles lo que tengo planeado va a ser complicado dado a las fronteras emocionales a las que me atrevo a cruzar de hacerlo.

Mi charla en privado con la Eldar termina, pero antes de irme, recuerdo las palabras de una bruja ajena a Windaz que menciono sobre mí persona y me quedo a la duda, decidí indagar de ello preguntándole a Sara, de que la mismísima líder del pueblo lo sepa o no, estaba por averiguarlo.

—Acabo de recordar que hay algo que quisiera preguntarle, ¿alguna vez has oído del término "sangre de bruja"? –Pregunto haciendo que ella pusiera un gesto incomodo en el rostro

—Vaya… no sé de dónde oíste eso, pero ese término es usado en varones nacidos biológicamente de brujas, es decir de individuos como tu Rozuel –Contesta Sara —Como sabes no eres el primer caso de una bruja teniendo un hijo varón, ha habido muchos en otros aquelarre, dado que no es una palabra muy popular, no es muy usada, la mayoría considera que este término suena demasiado… formal para ellos.

—Entiendo, los "sangre de bruja" son una "mala hierba" para los aquelarre y lo que menos quieren es tratarlos con dignidad y esa palabra dicta lo contrario de sus métodos, pero en resumen, el termino existe y es aplicado de manera oficial para dirigirse a individuos como yo, jeje, nunca deja de impresionarme cuanta discrepancia conlleva en la larga historia de las brujas.

—Mi madre nunca vio a los sangre de brujas como una "mala hierba", y yo menos, siempre ha tenido la duda de que como serían las cosas si en su liderazgo hubiera nacido uno, supongo que tuve suerte de comprobar lo que tanto mi madre nunca pudo saber.

—Espera… me estás diciendo que desde que Windaz fue fundado, yo soy…

—El primer sangre de bruja nacido del pueblo y este aquelarre, hasta el momento.

Cuanta novedad, Windaz tenía 126 años de vida, enterarme de ser el "primero" de mi tipo en el pueblo fue interesante, marche satisfecho con esta charla pensando en lo siguiente que hare cuando me encuentre con madre y mi pequeña hermana, a pesar de como estaban las cosas, no sentía nervio alguno en cuanto pensaba sobre que se los diría.

Esa misma noche me encontraba en casa comiendo junto a ellas en la mesa, siendo el mejor escenario para decírselas, no titubee y confesé mis planes de manera directa.

—Mama, Laiza, voy a irme del pueblo por un tiempo.

Soltaron los cubiertos con rostros atónicos tras mi repentina confesión, sus ojos denotaban una profunda inquietud acompañado de las predecibles lágrimas, lo siguiente fue que todo se puso más ruidoso, ambas descontentas tomaban de mi brazo tratando de convencerme a todo volumen sobre que recapacitara a mi decisión.

—Que ruidosas –Pensé al instante —Pero sé que lo hacen por aprecio, es parte de la familia preocuparse por los suyos.

Madre ya sentía un inmenso golpe emocional tras la pérdida de Walter y Euber, lo mismo Laiza quien entre su lloriqueo repetía no querer perder a su "hermanito", las abrazo tratando de consolarlas, nos pusimos a charlar de ello, fue como una reunión familiar bastante dramática, los primeros minutos fueron de intensos griteríos melodramáticos, pero es normal considerando la situación.

Nos sentamos en el suelo de la sala tras una larga y ruidosa discusión.

—No quiero perder a otro hermano… por favor… no te vayas –Repetía Laiza en un estado depresivo.

— ¿Por qué quieres hacer algo tan peligroso?, Roz –Pregunta madre.

—Madre, el año entrante será la última estancia en la escuela, ¿qué crees que hare después de eso? –Conteste con una pregunta aparte.

—Bueno… ¿qué tienes en mente para tu futuro?.

—No lo sé… no se me ocurre que hacer con mi vida más allá de finalizar la escuela, no tengo un rumbo fijo sobre que hare después.

No tenía el talento para ejercer el mismo oficio de curandera como madre o la determinación de vendedor como mi padre, me sentía incompleto sobre que hare de mi futuro, aun quedándome un año para reflexionar de ello.

Fuera de las cuestiones de que Windaz necesita urgente forjar una ruta de comercio para no estancar su sociedad, como excusa me planteaba, ¿podría este viaje albergar la respuesta a esta duda que marcaría una influencia vital en mi vida?.

—Soy egoísta, pero honesto respeto a lo tengo pensado hacer, solo te digo que confíes en mí, ¿me imagino que decir esto me hace raro o alguien complicado? –Dije yo.

— ¿P-pero volverás? –Me dice con duda mi pequeña hermana con ojos lagrimosos.

—Obvio que sí, solo tengo un hogar y es aquí en Windaz.

—Está bien, Confió en mi Roz –Dice madre abrazándonos a los dos, sonriendo y llorando —Me cuesta creer lo tanto que mi preciado hijo… ha crecido.

—También te quiero, mama –Contesto aferrando a sus brazos y acostándome sobre su pecho.

Sonara cursi pero atesore cada segundo de este momento como un recuerdo inolvidable, el piso nos pareció tan cómodo que nos quedamos dormimos así hasta el amanecer.

Para este día, me fui a hablar con la Eldar para confirmar que todo estaba decidido, lleve mi propuesta nuevamente al grupo asistido y obtuve la aprobación de la mayoría, ahora quedaba únicamente prepararme, para los días posteriores recibí los recursos metálicos por parte del ayuntamiento de Windaz, con ello a mano empecé a la elaboración de mi suministro armamentístico.

Tarde alrededor de 5 días en crear un total de 20 cargadores para el rifle de asalto y 5 para la uzi, dado a que era demasiado peso, tome 15 de la munición del AK-47 y 2 de la uzi para comprimirlas en formas de canicas y hacerlas livianas al cargar, cuando requiera usarlas, fácilmente podría volverla a su forma original como hice con la pistola aquella vez que confronte a los forajidos de Lars.

¿Y qué hay de la pistola?, ¿no hice munición para esta arma también?, de hecho lo hice, para unos 10 cargadores (me ahorre crear algunos usando los ya creados), pero esta arma no sería portado por mí. Al llegar madre a casa, le pedí un momento para hablar con ella de algo importante.

—Mama, en mi partida, quiero que tengas esto –Le dije entregándole la pistola Springfield XD —Quiero que la uses en caso que sea necesario.

Obviamente le enseñe a cómo usarla apropiadamente, desde sostenerla, apuntar, disparar y recargar, me llevo al menos unas horas explicarle y hacer que entendiera el mecanismo del arma, pero aprendió, supo cómo manejarla aun siendo alguien principiante en armas de fuego.

Para la mañana del día siguiente me fui ver a la Eldar a su escritorio para notificarle que estaba listo, pero ella me comunica que el herrero (quien me regalo el anillo encantado en mi cumpleaños) quería verme para algo urgente, dado que solo conocía un lugar en todo el pueblo con una herrería, era fácil hallar en donde estaba.

— ¡Allí esta chico! –Me saluda el herrero un hombre barbudo en sus cuarenta.

Se encontraba martillando una espada en su yunque, la razón para llamarme fue para enseñarme algo que quería darme, me llevo hacia un sótano en donde almacenaba viejas creaciones polvorientas desde armaduras y espadas ya oxidadas, pero entre todo esos trastes, resaltaba un objeto en medio de la habitación colocada sobre un soporte de madera exclusivo para este.

Era la una coraza negra muy magullada pero a la vista se sentía como si expidiera un extraño aura que llamara la atención.

—Llamativo, ¿verdad? –Me dijo el herrero —Esta coraza me la entrego una aventurera como pago hace mucho tiempo, está encantada con una magia que desconozco, a veces me sigo preguntando, ¿por qué me dio algo tan valioso?, el metal de esta pieza desborda una cálida única y la magia que lo imbuye expide una esencia extraordinario pese nunca haber visto un encantamiento como este en todos mis años como mago herrero.

El herrero mostraba un gran interés y aprecio por la armadura que yacía frente a nosotros, "y ahora es tuya" fueron sus siguientes palabras dejándome atónico.

— ¿Por qué me entrega "inusual" armadura? –Pregunte yo.

—Pese a que lo he tenido desde hace un buen tiempo, nunca me he atrevido a tocarla, sentía… que mis manos no tenían el talento necesario para manipular algo tan fascinante y bello –Me dijo él —Cuando me entere sobre tu partida, quería aportar mi granito de arena para contribuir con la causa, no soy un gran luchador, pero quiero que tengas esta armadura, aunque dado a la diferencia de tamaño no puedas usarlo, pero ya que ese guantelete tuyo es capaz de manipular el metal, estoy seguro de que podrás sacarle buen provecho.

Cierto, aunque no tenía el tamaño adecuado para usar la armadura (era demasiado grande para mi), podría aprovechar su metal y las propiedades especiales de esta para futuras creaciones, puse mi mano sobre el objeto sintiendo aún más de cerca una naturaleza mágica provenir de su metálico material.

—"Sssheila…"

El susurro de una voz resonó en mi cabeza, solté la armadura creyendo ser la causa de lo que oí, volví a tocarla pero nada anormal volvió a escucharse en mis oídos, ¿habré imaginado aquella voz?.

Tome la coraza comprimiendo su tamaño a la de una canica para cargarla con mayor facilidad y antes de retirarme el herrero me entrego a parte una espada acorde a mi tamaño la cual estaba encantada para tener mayor resistencia y ser ligera a mi mano al sostenerla.

De regreso al ayuntamiento vuelvo con la Eldar comentando que todo estaba listo y no había nada pendiente por hacer, llevo mi rifle AK-47 conmigo, el cinturón con varios bolsillos en el que cargaba las municiones, la uzi (comprimida de tamaño), lo que me queda de las granadas pestilentes (que son 3 restantes), la armadura (con el tamaño comprimido) y sin olvidar mencionar mi fiel guantelete "mágico" de mi brazo derecho.

Vestía con una chaqueta de cuero negra de mangas largas y pantalones que hacían juego con el color, no eran indumentaria ordinaria, habían sido creadas con una tela especial para resistir el fuego (incluso mi vestimenta era especial).

—Por favor toma esto, no es mucho pero espero que pueda servirte –Dijo Sara la Eldar entregándome un morral con suministro.

Dentro había alimentos y 200 Bals presentes en 10 monedas de cobre y dos de plata, tenían en mente proveerme más alimentos para el viaje, pero el tema del peso era la cuestión de problema, no era un fortachón para cargar tanto y aunque el anillo mágico que me dio el herrero hace unos años me brindaba mayor capacidad física, tenía sus límites. Me ofrecieron el usar la carreta (e incluso a alguien que me llevara en ella), pero negué tal ofrecimiento porque tenía mis razones para realizar el camino a pie, ya que había planificado mi ruta de antemano desde hace días.

Ahora ya no quedaba más por esperar, eran cerca del mediodía, la Eldar me aconsejo que partiera temprano a la mañana, pero el tiempo era un elemento crucial y debía aprovechar su uso de manera adecuada, le asegure que "hoy" era el día ideal y proseguí mi camino despidiéndome de ella.

Al salir del edificio de la líder de Windaz, soy recibido por una multitud de habitantes del pueblo quienes estaban informados sobre mi travesía y la razón del porque la emprendía, me reciben con elogios deseándome suerte en mi viaje, me despedí por última vez de mi madre y hermana.

Llegando a los límites del pueblo, el camino que conectaba al bosque, allí me aguardaba Riza, esperándome.

—Vas a irte de nuevo, ¿no es así? –Pregunto ella con un rostro algo decaído.

—Si –Conteste con simpleza.

— ¿Y supongo que no puedo acompañarte?.

—El que una bruja me acompañe, arruinaría la razón principal del porque hago esto solo, lo siento, así son las cosas.

— ¿¡Porque!?... ¿tan débil parezco?, ¿realmente sería una carga?.

Podía sentir que esto se volvería una escena dramática, comprendía las buenas intenciones de Riza, pero ahora su ayuda era innecesaria, de solo venir conmigo le depararía lo peor y nuestras posibilidades de supervivencia disminuirían, aunque parecía una persona fría por resaltar tales cálculos, era lo mejor para ambos.

—Riza, ¿tan poca confianza me tienes? –Le pregunte yo —En verdad debes creer que moriré como un perro, quizás por el hecho de ser un no mago.

— ¡No, no es lo que trato de decir!, a lo que me refiero es… -Trataba ella de excusarse a medias siendo interrumpido por mí.

—¡Contesta mi pregunta Riza!, ¿tan poca confianza me tienes?.

—Yo… no… yo… yo creo en ti, Roz.

—Entonces, ¿podrías confiar en mí y dejar esto en mis manos?, tus intenciones son buenas, lo entiendo, pero comprende que de venir conmigo, las cosas solo podrían complicarse, descuida, ten por seguro que planeo regresar vivo y puede que para la próxima, si pueda contar con tu ayuda.

Con ojos lagrimosos responde bajo una sonrisa "de acuerdo", se despide de mí, pero no sin antes entregarme una daga de plata con empuñadura dorada.

—Momento… que esta daga, ¿¡no es una reliquia de tu familia!? –Dije asombrado —No puedo aceptar llevar algo tan valioso…

—Dijiste que confiara en ti, entonces confía en mí, quiero que tengas esto, como muestra de nuestra mutua confianza.

Entregarme algo tan valioso, era la prueba misma de que Riza tenia fe en mi retorno si culminaba con éxito esta tarea, la daga de la familia Gramwind era conocida por albergar en su hoja la maldición incura, sin duda resultaría útil, aunque me era incomodo llevar tan valioso conmigo, confiaba en que regresaría a Windaz nuevamente para entregarla a las manos de su auténtica dueña.

—Gracias, Riza.

Acepte la daga y cruzando nuestras miradas nos despedidos con una mueca de alegría, partí hacia el bosque mirando por última vez a la bruja de cabellera naranja quien agitaba su mano no como una señal de "adiós" sino "hasta luego".

Continuara…

Notas finales:

NOTAS FINALES:

1: [AFINIDAD]: Se les llama personas con "Afinidad" a aquellos no-magos con la capacidad de percibir/sentir la magia o energías mágicas, también son llamados "observadores" pero este último término no es muy utilizado.

EJEMPLO: Rozuel es un no-mago con "afinidad" por poder sentir la magia pese a no ser un mago.

Con este capitulo, damos por finalizado la primera Saga, gracias por leer y en especial comentar =).