Alto en la cima.

Cuando pierdes todo por lo que has luchado, todo lo que aprecias, todo lo que una vez te importo y no quede nada, solo entonces comprendes el dolor de a quienes se les arrebato las razones de vivir.

La guerra separa naciones, pero cuando un enemigo más poderoso aparece, las mismas naciones se unirán, a pesar de sus rencores, pondrán sus prioridades en orden, en ese momento, solo en ese momento, necesitaran una señal de esperanza, es por eso que yo, confió en que el pequeño lo lograra, guiara a un héroe que sea la luz del mundo.

Las circunstancias que lo mantendrán en las sombras son por su propio bien, la eternidad es un castigo que solo trae dolor al alma.

Enfrentar al caos que da dolor que une a todos, y el unirte a una causa, viviendo al margen de la situación, en cualquier momento la causa te podrá traicionar si le eres fiel.

No se si los dioses busquen preservar este mundo o hacerlo renacer de las cenizas, vi como cambio, se lleno de vida, pero no vere como acaba, el tiempo se está terminando.

Los mortales están olvidando mi nombre, un nombre que alguna vez clamaron por protección, el nombre de un dragón original, Eolo, la antigua serpiente alada y señor de los vientos.

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Desde lo alto de mi castillo de la serenidad, desde donde vigilo las tierras de Eolia, alguna vez llamadas así, al menos en antaño, ahora solo es una isla que su historia fue olvidada, profanaron los templos y sus tesoros tuvieron que ser escondidos.

Para mi, un castillo, para otros, simplemente una cueva en una imponente montaña custodiada por criaturas peligrosas y en la cima, un dragón con muchos tesoros.

Como breve marea, imponiendo su voluntad, la intrépida montaña forjará un campeón, pero este mismo no será reconocido, será una sombra que debe criar a un héroe capaz.

Durante 3 meses he visto como su esfuerzo enfrentando la adversidad lo ha hecho crecer, enfrentarse a mi sombra guardián cada vez, terminando en un empate lo obliga a buscar mejores maneras de afrontar la adversidad, indudablemente es un demiurgo, aquel que se alzara entre todos y lograra agrandes hazañas.

Ahora, después de indudables intentos, su alma se esta fortaleciendo, frente a mi se encuentra aquel que una vez fue débil, aquel que sueña con salvar su mundo a pesar de no estar obligado a seguir ese destino, aquel que fue instruido para un propósito que no le incumbe.

Con tranquilidad movía su cabeza, tan grande e imponente, una maravilla de la creación, bajo la mirada tranquila. - Dime muchacho, ¿alguna vez dudaste de vencer a la criatura?

Dentro de una cueva, custodiando una montaña de tesoros, se encontraba el dragón custodiando la entrada, y frente a él, un pequeño de apariencia humana, este demostraba su valía sin intimidarse por la eminencia frente a él.

Firmemente de pie, apretando sus puños y conteniendo todo su valor, miraba fijamente a los ojos del Dragón que se encontraba ante él. -No su eminencia, mi maestro me dijo, que, si no confió en mí, al menos confié en sus enseñanzas. -

-Joven. - entre movimientos gráciles, el dragón se eleva en su magnificencia, para ver completamente al que esta frente a el- toma asiento, has tardado, pero después de estos 15 años desde que te encontré, llego el momento de tu recompensa y que emprendas tu viaje.

-Escuchad atentamente las enseñanzas de este viejo dragón, tú joven promesa, llegaras a la cima y lograras grandes hazañas. - Con una imponente voz exclamo febrilmente y termino con un gran rugido, mientras fulmino con una mirada tan profunda que parecía ver tu alma.

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-La magia en este mundo es limitada, no puedes crear materia, pero si modificarla, si un mortal lo intenta, simplemente morirá, explotará toda la fuerza de su ser y su alma se verá comprometida, fragmentándose y corriendo el riesgo de extinguirse sin poder llegar a una próxima vida.

-Ahora, la manipulación del maná circundante, es algo que debes sentir, aprender por experiencia, por eso los magos son escasos, más no los guerreros mágicos, ellos utilizan la magia dándole forma y manifestándola sin transmutaciones elementales en la naturaleza, al menos así es para casi todos.

Mientras hablaba elocuentemente aquel dragón, un joven se encontraba sentado en silencio en la entrada de la cueva, intentado hacer lo que explicaba el ser frente a él.

-Ahora joven, mira atentamente al legado que te hare entrega y escucha su propósito- Exclamo el dragón, mientras su cola salía de entre las montañas de monedas y otros tesoros, postrando frente a él, 3 espadas de distinta presencia, pero iguales en apariencia.

Antumbra, la espada del héroe, debes entregarla al elegido, ella te dirá quien es digno.

Penumbra, la espada del seguidor, igualmente, ella escoger a su portador.

Umbra, la espada del guardián, esta te pertenece, pero solo debes desenfundarla cuando no exista esperanza para el héroe y su seguidor.

-Ahora joven guerrero, te confiero estas espadas, como veras, la espada del héroe es un arma bendita, untada en el poder de la diosa y su voluntad de preservar la vida y la paz, siendo capas de fortalecer a su portador y permitirle crecer en completa calma. - mientras exclamaba el sabio dragón, con sus gigantescas garras señalaba cada espada entre ellos.

-Recuerda joven, no existe mejor equipaje que la cordura y una mente en calma

Entre palabras dudosas, pregunta el joven con entusiasmo por tal grande honor -Eminencia, que función cumplen las otras espadas. -

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Penumbra, una espada que cumple la función de no permitir que Umbra sea desenfundada mientras este esté junto a Antumbra, de esa forma, la técnica que te conferiré no se liberara accidentalmente.

Umbra es la espada del guardián, aquel que protegía la vida y la abandono, la técnica sellada en esta espada, Valchea, permite al portador superar sus límites momentáneamente, de igual forma cada vez que es usada, erosiona la mente y alma del portador, sucumbiéndolo ante la oscuridad. - Junto a sus palabras, la clara tristeza se volvía casi visible en el ambiente, un pesar que claramente estaba grabado en su memoria.