Jazmín es la primera hija del gran Alfa Bale. Debido a su condición de hija bastarda, vive una vida maltratando, fregando suelos y atendiendo a las necesidades de su padre, madrastra, hermanastros y toda la manada. Pero su vida da un giro drástico cuando la cambian por la hija legítima de su padre para casarla con el guapo y despiadado Alfa Xaden. Xaden está determinado a castigar a Jazmín por los pecados de su padre que había masacrado a toda su familia, aunque ella no se parece en nada a su padre. El odio lentamente se convierte en deseo, pasión feroz y finalmente en amor. Pero, ¿qué ocurre cuando Xaden descubre que Jazmín fue plantada como espía para provocar su caída y que de hecho no era la princesa original que le habían prometido? —Que esto sea una lección para todos. Real o no, Alfa o Omega —declara—. Se alejarán de lo que es mío. En mi propio territorio. En mi manada. Con eso, lanza el brazo ensangrentado a un lado y se lleva a Jazmín lejos de su mirada impactada.
Una chica pobre nacida con enfermedad cardíaca congénita no tenía muchas esperanzas para el futuro, pero su vida da un giro brusco cuando un apuesto y rico hombre le propone matrimonio después de su trasplante de corazón. Fue lo más sorprendente que le sucedió en sus 22 años de vida. Abigail nunca había pensado que Cristóbal Sherman, un joven empresario multimillonario, se acercaría a ella y expresaría su deseo de casarse con ella. Estaba eufórica y aceptó su propuesta. Pero poco sabía que el guapo hombre de 32 años tenía una razón secreta para querer casarse con ella. Abigail entró en su mundo con mucha esperanza en su corazón. Pero casarse con él no fue el final feliz. Solo fue el comienzo. ¿Podrá mantener su corazón intacto? ¿Qué sucederá si descubre su verdadero motivo? ============= —La vida era fácil antes de casarme contigo —dijo Abigail con dolor en sus ojos—. Me estaba muriendo, pero era feliz. —¿Qué quieres decir? —Cristóbal le sujetó el brazo—. Deja de decir tonterías y toma la medicina —siseó, colocando una tableta en su palma. Bajo su mirada ardiente, Abigail se encogió. —¿Te resulta difícil cumplir con mi exigencia de tener un bebé? Han pasado dos años, Cristóbal. No respondió a su pregunta. Todo lo que hizo fue mirarla, actuando mudo. —¿Por qué siento que no te importan mis sentimientos? —preguntó Abigail—. ¿No me amas? Su silencio fue la respuesta clara. ============= Un agradecimiento especial a Aurora, mi editora, por sus útiles sugerencias sobre cómo mejorar la sinopsis.