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Lo importante para mí (Pausado y en reescritura)

Un accidente, ¿cómo afectaría tu vida?, ¿fue algo bueno o malo?, ¿tal vez fue el destino?, ¿o solo es el juego de alguien? Una historia, con un buen cliché y destrucción de la cuarta pared. ... ... ... ... "Oye autor, ¿por qué quieres sonar profundo?, mejor escribe una verdadera descripción de la historia. Nadie se sentiría interesado por esas preguntas que ni tú sabes que significan" Autor: Nadie pidió la opinión de un personaje ficticio... Espera ¡¿qué demonios haces aquí?! "Pues... No sé, hace rato estaba cruzando la calle y..." Autor: ¿No me digas que te moriste otra vez? ... "¿Cómo que otra vez?" _________________________________________________________________________ P.D: Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Esta historia salió de mis retorcidas ideas y fantasías, solo espero que disfruten leyéndola. _________________________________________________________________________

CelestialAuthor · Realistic
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104 Chs

Parte 103: Secretos culinarios

Me sentía un poco extraño, como si mis pensamientos no pudieran ser escuchados por un tiempo, pero tampoco iba a preocuparme por eso. Después de que tanto Alex como yo nos alejáramos lo suficiente de la escuela, pudimos ver el mismo auto del día anterior, además de la figura de Sebastián a un lado de este.

Él nos había recibido apropiadamente con su típica actitud calmada, me disculpé un poco con él por la tardanza, pero él dijo que no había nada de qué preocuparse, después de eso me felicitó por haber aprobado todos mis exámenes haciendo que me diera cuenta de que las noticias ya había volado. Alex también lo saludó mientras mostraba su actuación de persona "refinada" para después entrar por la puerta que Sebastián nos había abierto.

El camino hacia la casa del abuelo había sido el mismo, Alex volvió a ponerse cómodo dentro del auto disfrutando del viaje mientras yo pensaba en la clase que me esperaba por parte de Dalia. No había pasado mucho tiempo antes de que entráramos a la propiedad del abuelo y viéramos la mansión al fondo.

Parecía que todo lo del día de ayer se había repetido, ya que una vez que entramos por la puerta principal acompañados de Sebastián, el abuelo nos recibió a los dos en ese instante.

Edward: Jaja, es bastante agradable tener a ambos aquí. ¿Disfrutaron del camino?

Alex: Fue bastante agradable, como una taza de té mientras se lee un buen libro.

Ignoré el comentario de Alex y respondí a la pregunta del abuelo.

Dylan: No hay mucho que mencionar, pero al menos llegamos a salvo. También lamento si en verdad estamos molestando.

Era consciente de que el día anterior ya le había preguntado al abuelo si estaba bien que viniera, además de que le había ofrecido trabajo a Alex, pero no pude evitar disculparme inconscientemente.

Edward: No hay ningún problema, Dylan. Como había dicho, me es bastante satisfactorio tener caras nuevas por aquí... En especial si una de ellas se trata de mi nieto.

Podía ver la pequeña sonrisa en el rostro del abuelo después de que se tomara su tiempo para decir eso, debía decir que, para mí, sonaban un poco extrañas esas palabras ya que en realidad nunca había tenido interacción con una figura a la que pudiera llamar "abuelo", pero tal vez no era del todo malo.

Edward: Sé que vienen específicamente a poner su esfuerzo en diferentes áreas o aspectos de su interés, yo también algo ocupado en este momento, solo quería estar presente para recibirlos, así que debo despedirme ahora... Ah, casi lo olvido, felicidades por haber superado ese reto frente a ti, Dylan. Sé que era tu obligación hacerlo, pero no está de más hacerte saber que lo hiciste muy bien.

Le agradecí sus palabras mientras tanto Alex y yo también nos despedíamos de él antes de ver como se alejaba de nuestra vista desapareciendo una vez que subía las escaleras principales. Sebastián le indicó a Alex que lo siguiera y no dio ninguna queja antes esto, también se despidió de mí a la vez que yo le recordaba que no se metiera en problemas, eso mismo hizo que se rascara el odio en un intento de decirme que no había escuchado muy bien.

Al final sus figuras también desaparecieron de mi vista dejándome completamente solo en el vestíbulo, fue entonces cuando me di cuenta de que no sabía en realidad a dónde debía ir, estaba pensando en confiar en mi suerte y recorrer el laberinto una vez más, pero entonces logré escuchar el sonido de unos pasos acercándose rápidamente al lugar donde estaba.

No pasó mucho tiempo para que la figura de Dalia apareciera frente a mí mientras podía notar que su respiración era un poco errática indicando que debió haberse apurado a llegar, además de que sus palabras me convencían todavía más de ello.

Dalia: ¡Lamento mucho la tardanza, joven Dylan!, el tonto de mi esposo había olvidado decirme que ya había llegado.

Escuché atentamente sus palabras, estaba por decirle que no se preocupara por eso, pero me sorprendió un poco la actitud de Dalia en el momento que mencionó a su esposo, por lo que tuve curiosidad al respecto.

Dylan: Tranquila. No ha pasado mucho tiempo desde que estoy aquí... Por cierto, no sabía que estaba casada.

Dalia: Es muy considerado, joven Dylan. Y sí, estoy casada, creo que no lo mencioné antes, aunque no es muy necesario que diga mucho al respecto, ya conoces al tonto de mi esposo de todas maneras.

Esas mismas palabras me dieron una repentina idea, pero, además de que me sorprendió un poco, no pude evitar preguntar.

Dylan: ¿Acaso es...?

Y sin dejare terminar, la confirmación de Dalia se hizo presente.

Dalia: Sí, mi esposo es Sebastián. Aahhh... Puede que pienses que es algo extraño que lo llame tonto, pero si dejas de lado su trabajo y su actitud, es un viejo tonto.

No sabía qué decir respecto a eso, además de que, por la expresión de Dalia, parecía que ella estaba totalmente convencida de eso, pero no pasó mucho tiempo antes de que pasáramos al tema principal.

Dalia: Por cierto, tal vez ya ha escuchado lo mismo, pero también quería felicitarlo por su esfuerzo, eso muestra que puede superar muchas situaciones que aparezcan en su vida.

No sabía si esas palabras eran del todo correctas, pero igualmente le agradecí a Dalia por sus palabras.

Dalia: En fin, después de todo esto, será mejor que no perdamos más tiempo, me había dicho que le interesaría aprender sobre los misterios de la cocina y dominarlos en su totalidad, ¿no es así, joven Dylan?

Realmente no había dicho esas palabras exactas, pero igualmente me eran suficientes.

Dylan: Podríamos decir que sí, a partir de ahora estaré bajo su cuidado, prometo que pondré mi mayor esfuerzo en ello y evitaré causar muchos problemas.

Dalia: Jeje, por solo su actitud es suficiente para que me dé cuenta de que en verdad lo hará. Por favor, sígame, no queremos que se pierda en el camino.

Sonreí un poco ante su comentario ya que eso era lo que posiblemente pasaría si no fuera por ella. Hice exactamente lo que me dijo que seguí su figura mientras avanzábamos por los pasillos del lugar hasta que frente a mi vista apareció una puerta algo diferente a las demás para al siguiente instante cruzarla haciendo que toda la sensación que me trasmitía la habitación fuera suficiente para que me diera cuenta de que habíamos entrado a la cocina.

Si tenía que destacar algo, eso era el tamaño de esta haciéndome pensar que incluso era más grande que la sala de mi casa, una enorme isla adornaba el medio del lugar mientras que alrededor estaba una larga encimera combinada con un par de estufas y una enorme nevera al lado de esta. Por encima de mi cabeza se encontraban las alacenas que seguramente guardaban una gran de ingredientes y especias para usar.

Debía decir que en el fondo era un amante de la concina, desde joven había empezado a preparar mi propia comida yo mismo e interesarme igualmente por recetas y los utensilios necesarios para hacerlos.

"Extraño un poco mi sartén antiadherente, había gastado todos mis ahorros para comprarlo, también mi arrocera... ¿Dónde estará en este momento?"

Y después de dejar mis extraños pensamientos de lado, fui consiente de que Dalia estaba llamando mi atención en ese momento haciendo que me diera cuenta de que la clase estaba por empezar.

Dalia: Bien, joven Dylan. Tal vez ya tienes una idea, pero es correcto que pienses en esto como una clase, como te había dicho, me aseguraré de trasmitir mis conocimientos, tal vez no esté especializada en el aspecto de la gastronomía, pero qué mejor que una vida de conocimientos para poder estar orgullosa y segura de mí misma.

Escuché a Dalia atentamente y solo pude acepta sus palabras mientras seguía guardando silencio.

Dalia: Así que, me transmitió su deseo de aprender a hacer comida igual de deliciosa que la mía, pero antes de empezar con lo interesante, debo saber en qué nivel se encuentra ahora mismo para que pueda darme una idea por donde vamos a empezar, por lo que me gustaría probar su habilidad degustando algún platillo preparado por usted.

Esas palabras me tomaron un poco por sorpresa, sabía que era inevitable cocinar ya que para eso me encontraba ahí, pero no sabía que no pasarían ni siquiera cinco minutos antes de que ya tuviera un desafío frente a mí.

Dalia: No se preocupe por los detalles, puede preparar cualquier platillo de su preferencia, estoy segura de que encontrará todo lo necesario aquí en la cocina, yo solo me quedaré aquí para observarlo, puede imaginarse que yo no estoy aquí y cocinar como lo haría siempre.

Lo que dijo fue bastante claro para mí, por lo que no tenía demasiadas dudas rondando en mi cabeza.

Dylan: ¿Cualquier cosa estará realmente bien?

Dalia: Por supuesto, no importa si es algo simple, claro que hay ocasiones en las que es necesario preparar algo especifico, tiene mucho que ver, ya sea el comensal, ambiente o incluso la habilidad de quién cocina. Pero este no es ese tipo de situación, lo único que importa es que muestre su propio estilo y naturalidad.

Dylan: Entiendo... Entonces me pondré manos a ello. Esto... ¿Estaría bien si la llamo maestra de ahora en adelante?

Hice esa pregunta ya que aún no sabía cómo referirme a Dalia correctamente, intentaba hablar con el respeto que se merece alguien mayor, pero era un poco cansado para mí cuidar eso, por lo que eso me ayudaría un poco ya que parecía que íbamos a interactuar continuamente en el futuro.

Dalia: Oh, es la primera vez que me llaman de esa forma... Jeje, si el joven Dylan está de acuerdo, entonces no tengo quejas sobre ello.

Y con eso resuelto, lo último que hice fue preguntarle a Dalia cuanto tiempo tenía para preparar todo. Ella dijo que podía tomarme el que fuera necesario siempre que el platillo no requiriera varias horas para hacerlo, así que me quedé pensando un poco antes de decidir algo bastante simple para mí.

Lo primero que había hecho fue lavar mis manos además de ponerme un delantal alrededor para no manchar mi ropa y después ir a buscar todos los utensilios de cocina que creía que necesitaría, una olla, sartén, cuchillo, etc. Lo siguiente era claramente buscar los ingredientes, en la alacena y nevera encontré los vegetales frescos que buscaba además de un corte de carne que creía sería suficiente.

Las especias estaban a la vista, había muchas que no conocía, pero tomé las que eran familiares para mí. Teniendo todo eso, no tenía nada que me impidiera empezar con lo que tenía pensado. Había lavado los vegetales que necesitaría para entonces agregar algunas tazas de agua a la olla que había puesto sobre la estufa al mismo tiempo que ponía adentro un par de papas algo grandes.

El fuego rápidamente había comenzado a calentar la parte inferior haciendo que poco a poco se vieran algunas burbujas formándose en el agua, sabiendo que eso tardaría unos minutos, puse atención al corte de carne que había puesto en una tabla de picar sobre la isla de la cocina.

En ese momento también fui consciente de que Dalia estaba sentada cerca de ahí viendo cada uno de mis movimientos, pero dejé de prestarle atención rápidamente. Tomé un cuchillo y comencé a limpiar el exceso de grasa de la carne dejando solo la necesaria para que aun permaneciera el sabor en ella, tome algo de sal y pimienta para condimentarla sin exagerar demasiado.

Me había asegurado de dejar un sartén con algo de aceite calentándose en la estufa, por lo que no tuve que esperar mucho para poner la carne sobre él. Los olores llenaron rápidamente la habitación, realmente era algo simple, pero el solo olor de eso hacía que una cantidad decente de saliva se generara en mi boca. Parecía que todo iba según lo planeado y, por lo relajado que me sentía en ese momento, supe que estaba haciendo lo mejor que podía, pero al mismo tiempo, m estaba divirtiendo.

Continuará...