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Capítulo 20 – Ruiseñor

Editor: Nyoi-Bo Studio

—No tema, Alteza. No pretendo lastimarle. Sólo deseo hablar con usted.

Maldición, ¿qué tipo de charla es esta?

Roland tragó saliva y lentamente se dio la vuelta. Bajo la amenaza de una daga, solo podía esperar a que la otra parte hablara.

A la sombra de la luz de las velas, Roland vio a la otra persona. Ella estaba sentada en su cama, su cuerpo escondido bajo una túnica y una capucha que ocultaba su rostro, por lo que no podía verla claramente. La luz de las velas proyectaba su sombra sobre una gran parte de la pared.

—¿Quién eres tú?

—No tengo nombre, pero mis hermanas me llaman Ruiseñor. —Se puso de pie, se subió la bata e hizo una reverencia tan bien como cualquier dama.— Antes que nada, me gustaría expresarle mi gratitud a usted, su Alteza Real Roland Wimbledon.

¿Gratitud?

Roland notó que el dibujo de su túnica brillaba peculiarmente a la luz de las velas. Tres triángulos paralelos con la forma de un ojo. ¿Dónde había visto esto antes?

El patrón en la moneda... es la insignia de la Montaña Sagrada y el Ojo Mágico. Es el emblema de la Cooperación de las Brujas.

Lo que Barov le había dicho brilló en su mente.

—¡¿Eres una bruja?!

—Jajaja. —Ella soltó una serie de risitas.— Su Alteza Real está bastante bien informado.

Después de reconocer la identidad de la otra parte, Roland se sintió aliviado. Parecía que ella no era una asesina enviada por sus hermanos.

—Entonces, has venido a esta ciudad distante por el bien de la bruja en el área de la Mina de la Ladera Norte. Aunque no tengo idea de cómo recibiste esta información, llegaste demasiado tarde. Si hubiera querido colgarla, ella estaría muerta hace mucho tiempo.

—Soy consciente de eso. Y si lo hubieras hecho, no tendría deseos de hablar contigo —dijo Ruiseñor, sentándose de vuelta en la cama.— La Asociación de Cooperación entre Brujas prefiere no intervenir en asuntos seculares, especialmente con la realeza. Pero yo prefiero no escucharles. Puede ser inapropiado matar a un príncipe debido a una bruja, pero igual podría dejar una impresión lo suficientemente profunda en usted.

Era una amenaza explícita, pero Roland recuperó la compostura.

—Ella está viva y bien.

—También estoy al tanto de la otra niña, Nana —dijo ella y asintió—. Visité este lugar hace una semana, pero no lo encontré a usted. He estado observando todo lo que ha estado haciendo, y aunque no entiendo por qué es que no tienes la típica hostilidad contra nosotras las brujas, me gustaría agradecerle en nombre de la Asociación de Cooperación entre Brujas.

—Has estado aquí por una semana.

Roland se secó la frente.

¿Ella ha visto todo?

Esto había estado sucediendo durante una semana y él no se dio cuenta de nada.

—Entonces, dime, ¿viniste aquí para hablar, o simplemente para agradecerme?

—¿No es agotador pararse mientras me habla? —dijo ella mientras bajaba su capucha— Ven aquí y habla. No soy fea. Mi apariencia no asustará a su Alteza.

Ella era más que no-fea. De hecho, casi se podría decir que era bonita. Ahora que bajó la capucha, el cabello dorado y ondulado de Ruiseñor cayó como una cascada, bailando bajo la luz de las velas. Su nariz era larga y sus ojos brillaban. A diferencia de los rostros infantiles de Nana y Anna, los de ella mostraban un aire de madurez. Aunque en la oscuridad uno no podía percibir por completo su rostro, las sombras delicadas y bien proporcionadas podían servir como prueba suficiente de su belleza.

Roland caminó lentamente por la habitación y se sentó a su lado en la cama. Lo estaba haciendo no porque su belleza lo hiciera olvidar los posibles peligros, sino porque simplemente creía que ella no era maliciosa.

—Puedes hablar ahora.

—Efectivamente, no me temes. —La mujer sonaba feliz.— Ahora puedo ver que eres diferente. Nos odian porque nos tienen miedo, y puedo ver el miedo en sus ojos. Pero en cuanto a ti... —No pudo evitar acercar su mano para acariciar suavemente la mejilla de Roland.— Sólo tienes curiosidad.

Roland tosió un poco incómodo y movió la cabeza. Realmente no estaba seguro de qué pensar sobre este cambio de carácter. Hace apenas un momento, ella era una asesina mortal, pero ahora era una maestra diplomática autoritaria.

Afortunadamente, la mujer reprimió sus emociones rápidamente.

—Vine aquí para decirte que me gustaría llevarme a Anna y Nana.

—¡De ninguna manera! —Roland dijo sin pensar, su corazón latía con fuerza. Temiendo que su repentina exclamación pudiera molestar a Ruiseñor, agregó—: Aquí están bien cuidadas, y nadie puede lastimarlas. Además, ¿a dónde quieres llevarlas? Este es el lugar más seguro.

—Las llevaré a la Asociación de Cooperación entre Brujas, ese es su destino —respondió Ruiseñor con tono tranquilo, no flaqueó ante la negativa—. Los miembros de la comunidad son sus compañeras, no hay discriminación ni persecución. No es necesario que oculten quiénes son.

—¿Y dónde exactamente se encuentra la Asociación de Cooperación entre Brujas? ¿O es que no tiene una ubicación fija? Hace un mes, mis guardias encontraron tu campamento en Bosque Nublado, y ahora las señales muestran que han estado viajando hacia el norte. ¿Qué hay en el norte aparte de montañas sin fin?

—Tienes razón. Actualmente nos estamos escondiendo en un lugar en las montañas, donde las brujas pueden estar completamente a salvo de sufrir daño.

—¿Y qué tan seguro es vivir como salvajes en las montañas durante el invierno? ¿Tendrán agua potable? ¿Suficiente comida? ¿Una cálida morada? Y con los Meses de los Demonios llegando, todo el noroeste será peligroso. ¿Qué exactamente, estás pensando...?

Roland se detuvo en seco. ¿Qué era lo que le dijo Barov, exactamente?

Las brujas viajan a la Montaña Sagrada con la intención de encontrar la verdadera tranquilidad. La Asociación de Cooperación entre Brujas se inició para que las brujas viajen juntas a La Montaña Sagrada.

De ninguna manera, ¿estaban...?

—¿Vas a la Cordillera Impasable para tratar de encontrar la Montaña Sagrada?

—No tengo nada que decir sobre ese tema. —Rruiseñor sonrió, pero su mirada le dijo a Roland claramente qué pensar con respecto a su especulación.

—Siendo ese el caso, nunca podría dejar que te acompañen —dijo Roland—. En sólo dos meses las bestias demoniacas prevalecerán fuera de los dominios, e incluso si puedes evitar a los humanos en las montañas, no podrás evitar a las bestias demoníacas. Se puede encontrar la Montaña Sagrada en cualquier momento. Debes venir a Ciudad Fronteriza para el invierno, y quedarte aquí hasta que haya pasado. —Fue el turno de Ruiseñor de aturdirse.

¿Quedarse aquí? Realmente es un hombre divertido, pensó por un momento, y luego negó con la cabeza.

—Su Alteza no tiene miedo a las brujas, pero aun así esto no significa que todos los demás sean iguales. Tan pronto como estemos expuestas a la multitud, la Iglesia llamará a la puerta.

—Mientras las brujas puedan ayudar a aliviar la carga de los Meses de los Demonios, mi gente se dará cuenta de que no son malvadas.

Antes de que Roland pudiera abrir la boca para hablar, Ruiseñor lo detuvo.

—Además de esto, tenemos otra cosa que considerar. Anna está a punto de llegar a la edad adulta.

—¿Edad adulta?

—Sí.

Como si viera a través de las dudas de Roland, Ruiseñor explicó con calma:

—La edad adulta es el primer obstáculo que todas las brujas deben superar. Normalmente, cuanto antes uno se convierte en bruja, más difícil es superar el obstáculo. Su alteza, ¿saben por qué nos ven como la encarnación del Diablo?