Capítulo 19 – La clase

La primera lluvia del invierno al fin llegó y duró dos días.

Roland se apoyó en su escritorio y miró a través de la ventana la brumosa ciudad bajo la lluvia. El viento trajo una lluvia que chocaba contra las ventanas, causando estallidos en forma de ondas; la silueta de la ciudad se distorsionaba a través de ellas. Las casas y las extensiones de las calles parecían dobladas y deformes, en contraste con el aspecto ordenado que tenían regularmente.

Debido a la falta de medidas efectivas de drenaje, el pavimento de losa cruzada se desbordó de agua. Y desde lejos, el agua en el camino se asemejaba a varios pequeños arroyos cristalinos.

Las distantes montañas y los bosques estaban cubiertos de niebla, niebla que cubría y cambiaba, como un mundo perdido en la tierra.

Si fuesen los tiempos modernos, ese paisaje sin duda sería una atracción turística, pero lo que Roland deseaba ver era una jungla hecha de hormigón y acero. Debido a la lluvia, la construcción de la muralla de la ciudad también tuvo que detenerse, este hecho afectó su estado de ánimo e hizo que su deleite previo al "desalentar" con éxito al mensajero de Fuerte Largacanción se desvaneciera anteayer.

La voz clara de Anna interrumpió los pensamientos de Roland, mientras lo miraba con curiosidad, con sus hermosos ojos azules parpadeantes.

—Acabas de decir que el aire que nos rodea está hecho de muchos gases diferentes, ¿es cierto?

—Ejem, señorita Anna, debería dirigirse a su Alteza con honoríficos —le advirtió el Caballero Jefe.

—No hagas un escándalo al respecto —Roland se dio la vuelta.— Ahora es mi alumna.

Como estaba lloviendo y no tenían mucho negocio, llamó a Carter y las dos brujas para asistir a su clase; sí, había decidido dar una pequeña conferencia sobre ciencias naturales, inspirado por el colegio del cantero Karl.

Si un albañil pudo abrir una escuela, entonces un ingeniero mecánico como él también podría abrir una. ¿Por qué existía la discriminación? ¿No era acaso por ignorancia? Durante cualquier período de la historia, la educación universal fue la forma más efectiva de promover el desarrollo de la civilización.

Originalmente quería que el Ministro Asistente también asistiera a la clase, pero este último estaba demasiado ocupado con otras tareas administrativas y declinó cortésmente su oferta. Roland no sabía por qué, pero desde el comienzo del invierno, Barov parecía demasiado entusiasta y se hizo cargo de toda la administración diaria de Ciudad Fronteriza por sí solo.

Ante la perspectiva de obtener nuevos conocimientos, los ojos de Anna brillaron de inmediato, llenos de curiosidad. Nana también se alegró porque no necesitaba tratar a ningún animal herido. En cuanto a Carter, ya que no tenía nada especial que hacer, asistió a la clase para ver qué nueva tontería había pensado el príncipe.

Pero no mucho después de que la clase había comenzado, los ojos del caballero se volvieron somnolientos. Nana también tenía una mirada desconcertada, con sus ojos mirando las palabras "Ciencias Naturales". Parecía que solamente Anna había captado la idea general, quien trataba de recordar todo lo que había escuchado.

Roland no pudo evitar detener la clase por un momento, dejando que los tres consideraran su charla.

En cuanto a la pregunta de Anna, él sonrió y asintió.

—Por supuesto, a pesar de que se parecen.

—Su Alteza, no lo entiendo, ya que todos se ven iguales, ¿cómo se puede decir que son gases diferentes? —Carter expresó sus dudas.

—Puedo demostrártelo.

Roland sabía que usando sólo palabras, la mayoría terminaría confundido con estas teorías. Decidió interesarles mostrándoles el ejemplo de un experimento simple.

Una vela, un vaso, un cuenco de madera y un cuenco de agua de cal clara; él había preparado estas cosas de antemano. Aunque en este momento sólo tenían un vidrio marrón claro, que era mucho menos transparente que el vidrio normal, aún podría servir para el propósito del proceso. Después de todo, no había necesidad de observar el proceso de modificación durante este simple experimento.

Roland había hecho el experimento de antemano, y los resultados mostraban que, aunque la magia existía en este mundo, las reglas de la naturaleza seguían siendo las mismas que en la tierra. Dejó que Anna encendiera la vela y la pusiera en la taza.

—El proceso de quemado requiere un gas específico. Este gas también está relacionado con toda la vida. Si dejamos de respirar, seremos como esta vela. Echen un vistazo —Roland puso el vaso sobre la vela, y después de que la llama se sacudió un par de veces, pronto se apagó.

—Agotó el aire, su Alteza, esto no es una sorpresa —dijo el Caballero Jefe con desaprobación—. Por supuesto que moriremos sin aire, por ejemplo, si caemos al agua.

Nana asintió repetidamente.

—Entonces, ¿crees que ya no hay nada en el vaso? —Roland preguntó y luego vertió el agua de cal en el lavabo. La línea de flotación se elevó rápidamente y dejó de subir cuando se llenó la mitad del vaso.

Este era un experimento clásico, a menudo utilizado por la mayoría de los maestros de escuela primaria para despertar el interés de los niños en las ciencias naturales. Hasta hoy, Roland todavía recordaba el impacto que sintió cuando su maestro lo demostró. Fue en ese momento que se embarcó en el camino de la ciencia y la ingeniería sin mirar atrás.

Levantó suavemente una esquina del cristal e instantáneamente se podían ver burbujas de aire saliendo del agua de cal. Entonces, el agua clara de cal parecía estar un poco turbia, y algunas partículas blancas se extendieron lentamente dentro del vidrio.

—Si no hubiera nada en el cristal, no veríamos burbujas o cambios en la superficie del agua. Esto demuestra que el aire contiene al menos dos tipos diferentes de gases. En realidad, quemar una vela solo consume una parte del aire. Mientras que la otra parte no participa en el proceso de combustión. Aunque son incoloros e inodoros, su naturaleza es todo lo contrario.

—Bueno... Ese parece ser el caso. —Carter pensó por un largo tiempo antes de descubrir la relación entre los dos.—¿Pero de qué sirve saber esto?

—Si podemos obtener el gas anterior, podemos dejar que la llama arda más tiempo, y si obtenemos el otro gas, podemos extinguirla rápidamente —Anna dijo de repente.

¡Qué genio! Roland la elogió en silencio. A pesar de que cometió un pequeño error, ella había demostrado ser una genio al sugerir la separación y la purificación de los gases antes de su uso. No había recibido ninguna educación moderna sistemática, pero aun así podía pensar rápidamente en ese punto, lo cual demostró que sus habilidades lógicas eran mucho más avanzadas que las de la gente normal, al menos mucho mejor que las de su principal caballero.

—Correcto, desde el momento en que los humanos aprendieron a utilizar el fuego, se separaron de los animales. Tal vez todo comenzó como una coincidencia, un rayo que golpeó un árbol y lo encendió, o una chispa generada entre dos rocas. Pero si nadie lo hubiera notado e intentado usarlo, seguiríamos siendo animales —respondió pacientemente Roland—. El objetivo de este experimento es mostrarles que la curiosidad y el pensamiento son las fuerzas impulsoras del progreso humano. Hay muchas fuerzas similares escondidas en la naturaleza, esperando que las descubramos y las usemos.

Después de que terminó, Carter todavía tenía una mirada dudosa mientras Nana miraba a Roland con los ojos abiertos, asombrada pero incapaz de comprender a qué se refería. Solo Anna miró hacia abajo como si estuviera pensando en lo aprendido

Bueno, Roland notó que, de hecho, enseñar teorías avanzadas no traería conocimiento, sino que sólo confundiría a la gente. Su nivel intelectual determinó que no serían capaces de comprender el significado de estas fuerzas a menos que lo vieran con sus propios ojos. Sólo entonces comprenderían cuán asombrosas eran las fuerzas ocultas de la naturaleza.

En ese momento, el hervidor que colgaba de la repisa emitía un sonido metálico: el sonido del vapor chocando contra la tapa.

—Ah, el agua está hirviendo.

El caballero se acercó para quitar la tetera con un tenedor, y pronto el sonido se detuvo. Envolvió un trozo de tela alrededor del mango y luego llenó las tazas de todos con agua.

Roland extendió la mano hacia la taza y sintió la temperatura del mango.

Toma esto por ejemplo. Desde el descubrimiento del fuego, el principio del agua hirviendo se hizo realidad. Numerosas personas habían sido testigos de agua hirviendo, y la usaron, pero nadie pensó que el vapor de agua que se encrespaba y levantaba suavemente también podía contener una cantidad tan tremenda de energía.

En unos pocos cientos de años, se convertiría en la fuerza impulsora detrás del desarrollo de la humanidad, y cambiaría rápidamente la historia de la misma. Aunque el principio era simple, debido a la tecnología limitada, no sería la primera opción cuando se trataba de la agricultura. Pero este mundo era diferente, había brujas aquí. Usar la magia para luchar guerras era el camino de los bárbaros... En su lugar, aplicar la magia para crear y reemplazar algunas de las tecnologías clave para hacer que la civilización se desarrollara más rápido era la forma correcta de usarla.

Charlaron hasta el atardecer, y después de cenar juntos, Roland fue a su habitación.

No había vida nocturna en esa época, y la mayoría de la gente se acostaba temprano si no hacían el amor. Anteriormente había considerado tomar ventaja de su posición como príncipe y llamar a una criada para hacer algunas actividades físicas. Pero al final, estaba demasiado avergonzado como para hacerlo.

Justo después de encender la vela en su habitación, escuchó el sonido de aplausos detrás de él, y luego alguien dijo:

—Fue una conferencia espectacular. No esperaba que su Alteza fuese en realidad un hombre culto. —Era la voz de una mujer desconocida.

Roland instantáneamente sintió sudor frío en su frente. Si alguien pudiera y de hecho apareciera así en su habitación sin avisarle, ¿qué otra cosa podría ser sino un asesino? Inmediatamente corrió hacia la puerta, pero antes de que pudiera alcanzar el pomo de la puerta, sintió un viento frío que soplaba junto a su oreja. Cuando recuperó los sentidos, encontró una daga de plata firmemente conectada a la puerta, a tan sólo un dedo de ancho de su mejilla.