Capítulo 70

El lugar fue inundado por un silencio sepulcral. Lo unico que se escuchaban eran las respiraciones y los pasos del hombre que había lanzado a Shiryu al portal.

El responsable de ello era un hombre joven y delgado de unos 20 años, apariencia superior al promedio, cabello negro y corto, ojos rojos con esclerotica negra.

El joven miraba alrededor con las manos en sus bolsillos y una sonrisa arrogante como si fuera el rey del lugar.

El joven se acercó a la mujer que había atacado al Doctor Mochizuki, la cual yacía recostada en el mismo lugar al que había sido pateada por Shiryu.

"Ese tipo seguro te golpeó fuerte, Reika-chan"

Una sonrisa astuta apareció en el rostro del hombre mientras decía estas palabras.

Dandole un vistazo al hombre, la mujer llamada Reika solo sacudió lentamente la cabeza: "Una gran variable. Sino fuera por ti, seguramente el plan sería frustrado por completo. Ten por seguro que te recompensaré adecuadamente luego de esto, sin embargo, primero completemos lo que vinimos a hacer"

Incluso cuando la voz de la mujer era ronca y debil, el hombre asintió sin dejar de sonreir y volteó hacia los miembros de Black Label.

"Reika-chan... ¿Puedo pedir como recompensa a las mujeres de este hospital?, Todas son unas bellezas que me gustaría consentir"

El hombre lamió sus labios mientras miraba a Oriha y varios lugares alrededor.

"Haz lo que quieras, sin embargo, tambien debes de encargarte de lo que buscamos"

"Lo sé, lo sé... Los maletines que robaron, ¿No?, tengo una habilidad relacionada con la busqueda, así que no te preocupes"

Oriha, el miembro más alegre y brillante de Black Label, sintió un escalofrio que subió por todo su cuerpo que la hizo temblar involuntariamente.

No era necesario ser un sabio para saber que el hombre frente a ella no era alguien a quien pudiera enfrentarse. Diablos, incluso Yuko-sensei y Sayo-sensei podrían no ser sus oponentes.

Sudor comenzó a aparecer en su rostro al mismo tiempo que sus piernas se debilitaban. Ella, como miembro de Black Label, ya estaba preparada para salir herida o incluso morir, al fin y al cabo, las tareas que completaban eran bastante peligrosas por si solas. Aun así, si alguna vez se viera en apuros, Oriha confiaba en que sus compañeros no la abandonarían y harían lo posible por salvarla, sin embargo... Eso era contra personas normales.

Cuando se enfrentaban a existencias como Shiryu o el hombre frente a ella, Oriha sabía que incluso con todos sus compañeros enfrentandolos la posibilidad de salir victoriosos era bastante baja, por no decir nula.

Las manos de Oriha apretaron el portatil en sus manos antes de que algo rodeara su cuerpo y lo restringiera en su lugar, impidiendo que hiciera cualquier movimiento.

Los soldados en los alrededores gritaron de agonía al mismo tiempo que del suelo una especie de estacas de un material oscuro y oscilante se clavaban en sus abdomenes.

Completamente atónita y aterrorizada por la escena frente a ella, Oriha perdió completamente su concentración hasta que sintió un leve cosquilleo en su cuello.

"Mmm, que fragante"

El mero susurro fue como un disparo al corazón de Oriha. Giró la cabeza levemente y pudo ver la sonrisa distorcionada del hombre mientras tomaba un puñado de su cabello y lo olfateaba profundamente.

"Quedate quieta aquí, ¿De acuerdo?, Iré por tus compañeros para que no te sientas sola... Soy muy generoso, ¿No?"

Sin dejarle tiempo a Oriha de responder, el hombre desapareció directamente dejando a Oriha inmovil atada por la extraña cosa oscura que la rodeaba.

Sin Oriha, quien impedía que los invasores manipularan el refugio a su antojo, zombies volvieron a entrar al lugar, los terroristas se movían por el lugar como si de sus hogares se tratase.

Escenas similares a lo que ocurrió con Oriha ocurrieron por todo el subterraneo. Las enfermeras comunes habían sido atrapadas por el hombre de ojos rojos y los soldados fueron asesinados directamente.

Mikoto, Saya, Fiona y el Doctor Mochizuki se movían alrededor del subterraneo sin haber tomado un descanso en media hora.

Saya, quien empujaba la silla de ruedas del Doctor Mochizuki, ahora tenía el rostro cubierto de sudor por haber hecho más actividad física de la que hacía normalmente.

Ya había usado sus capacidades como 'Aprendiz de mago' un par de veces antes. Sin duda, el hecho de haber atacado de forma letal a un humano normal le afectó, sin embargo, no tenía tiempo para detenerse a pensar en ello. No podía defraudar a Shiryu incluso cuando se enteró de lo que había pasado con él.

El trabajo que él le había asignado era encargarse del Doctor Mochizuki y ella lo haría hasta que Shiryu se encontrara con ellos o hasta que los derrotaran.

Habiendo llegado a un largo pasillo, los sonidos de pisadas se escucharon tanto desde adelante como desde atrás.

Estaban rodeados.

Saya apretó los dientes con molestia y observó como almenos una docena de terroristas en total los rodeaban por cada lado.

Ellos no eran como Shiryu, quien podía enfrentarse a una gran cantidad de enemigos sin problemas. Incluso un solo enemigo era suficiente para mantenerlos ocupados, sin embargo, los rodeaba tal cantidad de enemigos.

Los terroristas apuntaron sus armas hacia ellos queriendo su rendición y su obediencia.

Desde el camino que venían, los terroristas se separaron dejando un camino en el centro desde el cual el hombre que había tratado con Shiryu caminaba tranquilamente.

"Señor Doctor, solo queremos que entregue el contenido de las maletas que robaron en el puerto hace tiempo. Evitese conflictos con nosotros y una muerte asegurada, ya sabe que no puede ganar" Dijo el hombre mientras miraba con una sonrisa al Señor Mochizuki.

El señor Mochizuki, siendo visto por el hombre con habilidades similares a Shiryu, apretó los dientes con renuencia. El contenido de las maletas no era algo con lo que personas maliciosas como las que invadieron el refugio debían de tratar.

El D99 no era una broma. El país entero ya se había estropeado por los cambios recientes, sin embargo, si el D99 fuera liberado directamente no se sabía cuales eran las consecuencias que traería.

Si pudiera elegir, destruiría completamente todo lo relacionado con el D99 para evitar que cayera en las manos de estas personas... Tampoco dudaría en matar a Fiona.

Sin embargo, ahora no podía hacer eso.

Mikoto y la chica que Shiryu había enviado a ayudarlo no tenían nada que ver con sus errores del pasado. No podía arriesgar la vida de inocentes en este encuentro.

Black Label pudo haber asesinado a muchas personas, sin embargo, nunca mató inocentes y no iban a hacerlo en el futuro. Algo similar pasaba en este momento, no podía dejar que Saya y Mikoto fueran afectadas por sus decisiones.

Aparentemente habiendo visto la vacilación del señor Mochizuki, el hombre sonrió aun más: "Dese prisa, Señor. Verás, no soy un hombre muy paciente y realmente quiero volver a casa a divertirme con mis lindas chicas... Estar perdiendo el tiempo con un anciano como usted realmente me molesta. Solo he soportado esto por las bellezas que hay a su lado, de lo contrario, ya le habría obligado a entregarme las cosas que estoy pidiendo"

"Pero, incluso así, mi paciencia se agota. Le doy 10 segundos para que me entregue lo que quiero, o sino, usted morirá y las chicas que le rodean van a recibir mi cuidado"

Escuchando esas palabras, el rostro del señor Mochizuki se distorsionó y miró al hombre frente a él con ira.

¿Qué más podía hacer ahora mismo?, Solo podía plasmar el rostro de el joven frente a él en su cerebro y rezar para que si lo encontraba en el futuro pudiera darle una lección.

Cerrando los ojos con frustración, el señor Mochizuki metió una mano dentro de su bata, sin embargo, se detuvo al segundo siguiente.

¡Ding!

[El usuario- Shiryu Ogiwara- Fue el primero en completar una mazmorra de rango C en solitario, ¡Felicidades!]

Inmediatamente despues de que tal anuncio fuera audible para todos, una increíble opresión que casi les impedía respirar apareció repentinamente.

El entorno se hizo frio y un escalofrio recorrió sus cuerpos.

El hombre de esclerótica negra chasqueó la lengua con molestia y volvió a centrar su atención en el grupo frente a él, sin embargo, sin que él lo supiera, Saya se había acercado en un momento desconocido y ahora tenía las manos apuntando hacia su rostro.

"¡¡Bola de fuego!!"

Como si de una palabra divina se tratase, una bola de fuego del tamaño de una pelota de futbol se formó rápidamente y voló hacia el rostro del hombre, quien al estar a una distancia tan cercana no pudo esquivar.

Saya retrocedió un par de pasos y comenzó a lanzar desenfrenadamente bolas de fuego hacia todos los terroristas alrededor, provocando así una brecha que los demás no desaprovecharon.

Si bien el humo se levantó rápidamente impidiendo sustancialmente la respiración, los miembros de Black Label no podían quedarse quietos.

Mientras los terroristas esquivaban los ataques a quemarropa que lanzaba Saya, Fiona y Mikoto apuntaron sus pistolas y acabaron directamente con varios terroristas abriendo un camino hacia adelante.

Sin tiempo que perder, el impulso que llebavan anteriormente mientras huían regresó e incluso aumentó.

El hombre de esclerótica negra logró apagar el fuego de su rostro, dejando así ver su rostro al rojo vivo con heridas no profundas pero si extremadamente desagradables: "¡¡SIGAN A ESAS PERRAS!!, ¡¿QUÉ ESPERAN?!"

Tosiendo, los terroristas avanzaron tambaleantes hacia la dirección en que el grupo de Black Label huyó, sin embargo, no todo podía resultar como querían.

El sonido rugiente de un motor se escuchó repentinamente y se hizo cada vez más fuerte.

Deteniendose para observar la situación, una motocicleta voló repentinamente hacia ellos, enviandolos a todos volando un par de metros hacia atrás.

El hombre de esclerotica negra levantó la mano rápidamente formando así una fila de estacas oscuras que salían del suelo las cuales atravezaron directamente a los terroristas que volaban hacia él.

Las venas habían comenzado a brotar de la frente quemada del hombre, que miró el lugar del que salió la moto con evidente ira.

Una mujer de cabello corto violeta y ojos rojos miró con una sonrisa burlona al hombre: "Ustedes son más incompetentes de lo que pensé. Incluso sin nuestros miembros más fuertes solo pudieron hacer esto"

Como si le hubieran pisado la cola a un gato, el rostro del hombre se distorsionó profundamente: "¡¡JODIDA PUTA!!, ¡¿CREES QUE TODO HA ACABADO?!, ¡VOY A MATARLOS A CADA UNO DE USTEDES!"

Miki Tsurugi, viendo la actitud del hombre frente a ella solo pudo negar con la cabeza con algo de decepción.

"Eso te lo pregunto yo a ti, ¿Crees que todo ha acabado?... Tu ira es un poco patética en comparación a la suya, ¿Sabes?" Dijo mientras apuntaba hacia el hombre... No, hacia atrás de él.

Fuera del sonido de la agitación del hombre, un par de pasos fueron claramente audibles como un tambor resonando en una noche tranquila.

Sin que el hombre se diera cuenta, la opresión que había aparecido luego del anuncio se hizo cada vez más pesada.

El hombre giró el cuello rigidamente y lo vio.

El hombre estaba increíblemente andrajoso, nada similar a la apariencia que vio cuando lo empujó hacia el portal.

El cabello negro que estaba atado en una cola de caballo caía salvajemente por su espalda como si de una cascada se tratase.

Las prendas superiores casi habían desaparecido, dejando así ver el cuerpo increíblemente sincelado.

Aunque su rostro estaba aparentemente tranquilo, los ojos que brillaban de un color dorado detrás de los flequillos de su cabello fueron evidencia de la furia silenciosa que inundaba su ser.

Shiryu, con una gran cantidad de sangre que bañaba su cuerpo, levantó la cabeza y miró al sujeto frente a él.

"Un medio demonio. Su unica habilidad especial: Control de sombras. Un nombre increíblemente dominante para ni siquiera ser tan bueno como 'Shadow Art' de Igawa Sakura-san... No puedo creer que una pequeña mierda como tú pueda haberme tomado por sorpresa. Debo elogiarte por eso, Rindo Yuuto"

La voz de Shiryu no era especialmente fuerte, incluso era suave, sin embargo, para Rindo Yuuto y Miki Tsurugi, su voz era tan fuerte como la de alguien gritando.

Golpeando suavemente su alabarda contra el suelo, Shiryu dio un par de pasos más hacia adelante: "Como recompensa por ello, te daré un par de golpes... Así que si me haces el favor, aprieta los dientes"

Fueron las ultimas palabras que dijo Shiryu antes de levantar la alabarda y apuntarla hacia Rindo Yuuto.

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Mientras tanto, en una de las entradas del refugio.

Un zombie escualido de cabeza grande miraba la puerta abierta mientras movía la cabeza de un lado a otro.

Como si hubiera confirmado algo, el zombie escualido levantó la cabeza y soltó un grito agudo y desagradable que resonó en los alrededores.

No pasó más de un minuto desde que el zombie gritó y una enorme cantidad de zombies comenzó a aparecer en los alrededores.

Con un sonido similar a un chasquido, el zombie escualido se dispuso a entrar al refugio no sin antes tener un brillo verde y fugaz en sus ojos.