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Stephen llegó a King's Cross por el lado muggle, ya que se dio cuenta de que nunca había pasado por el andén 9 ¾ como debía. Así que estaba esperando a la familia Weasley frente al muro.
Quería hacerle una pregunta a Arthur, ya que desde que salió el celular mágico, producto de Magitech, el Ministerio había comenzado a molestarlo. Probablemente Fudge o las familias de sangre pura vieron el potencial del invento y querían una rebanada del pastel, algo que Stephen no estaba dispuesto a permitir. La única razón por la que lo estaban molestando era porque pensaban que era un mago sin respaldo, ya que había estado usando su alias, Steve Rogers, desde que fundó la compañía.
"Hola, Stephen."
"Hola, chicos, tengan cuidado cuando salgan del otro lado."
Mientras esperaba, algunas personas lo saludaban, a lo que él respondía con una sonrisa.
Hablando del celular mágico, algo que estaba mucho más avanzado que los celulares muggles, era similar a un smartphone, aunque aún no tenía un tipo de internet mágico. Tenía todas las funciones de un celular: llamadas, mensajes, fotos y grabación de videos. Lo que costó un poco fue volverlo compacto, pero nada que la magia de expansión modificada y la magia de ilusiones de Eldritch no pudiera arreglar.
Stephen también había modificado otros hechizos del arsenal de Strange para este mundo, incluyendo la magia astral y la de invocación. Sin embargo, los portales del Ministerio comenzaron a poner trabas y sanciones, incluso obligaron a Stephen a crear un sensor para esta magia. Stephen tuvo que aceptar a regañadientes, ya que sabía que si se negaba, prohibirían completamente esta magia. En algún momento, pensó en entrar al Ministerio a repartir palizas, pero se contuvo.
Mientras Stephen estaba con su Magicphone (nombre del celular mágico), mirando un video en el que Ron abría su regalo de cumpleaños y un payaso salía de él asustándolo hasta desmayarse, los Weasley llegaron.
"Hola, Stephen querido, ¿por qué no entraste todavía al expreso?" preguntó la señora Weasley al ver a Stephen esperando.
"Hola, señora Weasley, estaba esperando al señor Arthur. Pero parece que no vino." Mientras miraba hacia atrás de la familia.
"Puedes llamarme Molly. Arthur tuvo un problema en el Ministerio y tuvo que volver," dijo Molly mientras avanzaba con los niños.
"Hola, jefe. ¿Recibiste el video de Ronnie?" "¡Jajaja, fue muy divertido!" dijeron los gemelos mientras se acercaban.
Viendo la cara de enojo de Ron, Stephen se contuvo de reír mientras respondía: "Sí, me alegra que se lleven bien."
"No nos llevamos bien," dijo Ron en voz baja, que solo Stephen pudo escuchar.
"Desde que consiguieron ese Magicphone, no paran de hacer travesuras y grabarlas. Tal vez debería quitárselo y guardarlo bajo llave," dijo Molly, algo furiosa.
Los únicos que tenían un Magicphone eran los gemelos. Aunque Stephen quiso regalarles uno a la familia, ellos rechazaron con vehemencia. La única razón por la que aceptaron que los gemelos tuvieran uno fue porque ayudaron a Stephen a crear nuevos dispositivos. Solo aceptaron que los gemelos tuvieran uno, y lo compartieran.
Cuando Molly mencionó el Magicphone, un niño que estaba mirando perdido se acercó. Era un niño con anteojos, muy flaco pero no desnutrido, y usaba ropa que parecía quedarle muy grande. Este niño no era otro que el conocido Harry Potter.
En el momento en que Stephen lo vio, enfocó su mirada en su frente, no por la cicatriz, sino por la magia corrupta que sentía allí.
"Hola, disculpen, dijo Magicphone. ¿Saben cómo llegar al andén 9 ¾? Agrid, mi amigo, me envió un mensaje sobre cómo acceder a él, pero no lo comprendo," dijo Harry mostrando su Magicphone. Parece que Hagrid le aconsejó comprar uno.
Por cierto, Hagrid tiene un Magicphone personalizado que le regaló Stephen. Todos los profesores tienen uno, incluso Snape, quien, aunque miró con asco cuando se lo dio, aceptó porque el director dijo que sería útil para comunicarse más rápido con los profesores.
"Claro, deja que los chicos vayan y te muestren. Fred, tú vas primero," dijo Molly mientras señalaba a uno de los gemelos.
"Yo soy George, él es Fred. De verdad, madre, ¿y te llamas nuestra madre?" Mientras su madre pedía disculpas, Fred dijo "Era mentira, sí soy Fred" y luego atravesó el muro, seguido de George.
"¿Quieres ir tú delante, Stephen?" dijo Molly mientras se giraba hacia él, que estaba lleno de golosinas con Ginny.
"Claro. Nos vemos del otro lado." Mientras cruzaba tranquilamente.
Del otro lado, los gemelos ya habían ido a guardar las maletas mientras Stephen observaba cómo salían Harry y Ron. Casi no pudo resistir la tentación de dejar un payaso en el camino, pero no era el momento. Después de que Molly y Ginny salieran, se despidió de ellos y fue a buscar un vagón vacío.
Por suerte, había avisado a Jordan que guardara un espacio para ellos antes.
Cuando llegaron los gemelos, estuvieron comiendo golosinas y hablando de bromas como siempre.
Un ruido en la puerta llamó su atención.
"Disculpen, ¿han visto una rana? Pertece a Neville y la perdió," dijo una bonita niña con cabello tupido y grandes dientes. Detrás de ella estaba un niño bajito y nervioso.
"No, pero puedo ayudarte con eso," dijo Stephen mientras se levantaba.
Se acercó a Neville y le sacó un pelo con el pequeño grito de este.
"¡Auch!"
"¿Qué estás haciendo?" preguntó la niña enojada, pero se quedó en silencio al ver aros de luz saliendo de la mano del joven mientras hacía algo con el cabello.
"Listo. Está a dos vagones, segunda puerta," dijo Stephen con una sonrisa mientras volvía a sentarse.
"¿Eso era magia de Eldritch? Compré el libro aunque Hogwarts no lo pide. La vendedora lo recomendó. ¿En Hogwarts nos enseñarán eso?" preguntó Hermione.
"No, y no creo que exista un profesor que pueda enseñarlo aún, ¿verdad Fred?" "Cierto, a menos que el jefe se convierta en profesor, no creo que nadie pueda enseñarlo tan perfectamente," respondieron los gemelos.
El libro de magia de Eldritch se vendió muy bien, pero el problema era que sin nadie enseñando, a los magos y brujas les costaba aprender.
"Y eso que la magia de Eldritch es técnicamente lo básico. No me imagino los demás," dijo Stephen con una sonrisa.
"¿Jefe, quieres decir que creaste otros hechizos más poderosos que la magia de Eldritch y más difíciles?" preguntó Jordan, pegándose a la manera de decirle jefe a Stephen, imitando a los gemelos.
"Sí y no. Incluso hay magia que puede invocar criaturas de otras dimensiones, pero la mayoría requiere mucho mana, así que no puedo usarlas (y tal vez nunca pueda, porque no creo llegar a poseer el mismo nivel de mana que Vishanti)."
"¡Tú… tú creaste esa magia! ¡Eres Stephen Strange!" dijo sorprendida la niña.
"Sí, soy Stephen, pero Strange es un apellido falso que uso como seudónimo," dijo Stephen y luego miró hacia afuera.
"Bueno, basta de charla, es hora de que se cambien. Ya estamos a punto de llegar. Y por favor avisen a los vagones cerca de ustedes que se preparen," dijo Stephen a la niña.
"¡Ah, cierto! Me olvidé de presentarme. Yo soy Hermione Granger, un gusto," dijo Hermione y luego se fue con el pequeño Neville detrás de ella.
Después de que se fueran, los muchachos se pusieron sus túnicas y se prepararon para bajar.
Cuando llegaron a la estación y bajaron del tren, vieron cómo los de primer año se agolpaban en dirección a Hagrid, que los llamaba. Ellos saludaron a Hagrid con una seña y se fueron a buscar las carretas.
Todo iba bien en la carrera mientras se acercaban al castillo. Luego de un momento, la carrera se detuvo y bajaron todos, aparentemente felices de volver a Hogwarts.
Mientras Stephen estaba por pasar la gran puerta, se dio cuenta de que todo se volvió muy silencioso. Al mirar a su alrededor, parecía que el tiempo se había detenido. En ese instante, Stephen se dio cuenta de lo que estaba pasando.
"Mierda…"
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El capítulo ha sido corregido por ChatGPT.