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Planeta Vegeta

Con una parte de nuestro ejército reunido, el poderoso quinteto de las fuerzas especiales Ginyu y nuestras naves dentro del espacio aéreo del planeta Vegeta, nuestras naves chocaron con algunos edificios altos sin problemas de daños, nos dirigíamos en dirección al palacio Saiyajin en la montaña más alta del planeta.

El Rey Vegeta apretó sus puños fuertemente mientras veía las naves pasar lentamente por sus grandes ventanas mientras otros saiyajines miraban con temor la llegada.

"El gran Rey Cold ha llegado, su majestad," dijo un subordinado.

"Sí, ya lo noté," gruñó el Rey Vegeta sarcásticamente.

Otro saiyajin que miraba muy asombrado y con temor, era Paragus, un soldado distinguido de clase alta.

En la pista de aterrizaje hecha principalmente para nosotros y solo nosotros, estacionamos la gran nave y dos naves más pequeñas de cada lado, llenas de soldados bastante fuertes. Zarbon y Dodoria se pararon al frente y detrás de ellos fueron las fuerzas especiales Ginyu, quienes rápidamente entraron en su pose de presentación.

Mientras el Rey Vegeta y sus más grandes generales se acercaban a nosotros, mi padre, mi fiel asistente Beriblu y el científico más grande de nuestra organización, Kikono, bajábamos por la rampa de nuestra nave, aunque yo estaba en mi trono flotante y miraba a todos con una sonrisa fascinada y macabra.

"Qué gusto volver a verte, Rey Vegeta," saludó mi padre con un gran carisma, pero teniendo un gran aura de poder.

"Bienvenido de nuevo, gran Rey Cold," saludó el Rey Vegeta extendiendo su mano, pero mi padre no la tomó, algo que no molestó al Rey, pero sí picó su orgullo.

"Quiero presentarte a mi hijo, Freezer," mi padre presentó y yo bajé de mi trono para pararme frente a ellos y observarlos uno a uno, algo que hizo que se pusieran nerviosos y el Rey fue el primero en saludarme.

"Un… gusto conocerlo, señor Freezer," dijo arrodillándose y los demás lo siguieron rápidamente.

"Es un placer conocerlo, majestad," le devolví el saludo, pero con una gran burla en mis palabras haciendo que él tuviera una mirada de rabia, aunque no se atrevió a mirarme.

Mi padre observó y habló deteniendo cualquier rabieta del Rey Vegeta, "es algo repentino, pero tomé la decisión de retirarme, y de ahora en adelante, Freezer se encargará de mi ejército." Mi padre me dio una palmada en el hombro y yo sonreí de lado, "así que el ejército de Cold, ¡será el ejército de Freezer!"

"¿Qué dice…?" el Rey Vegeta no lo podía creer, aunque mi padre lo ignoró.

"No habrá ningún cambio, los saiyajines seguirán trabajando bajo el ejército de Freezer… el único cambio que notarán es que mi hijo es mucho más despiadado que yo."

Yo me solté del agarre de mi padre y comencé a reír fuertemente, "mucho gusto… debo decir que tengo muchas esperanzas… en la raza saiyajin." Yo ya podía sentir que tener todo este poderoso ejército bajo mis pies, todos con cabellos largos y dorados llenos de electricidad arrasando y conquistando planetas por mí sería espectacular. "Y para celebrar mi nuevo nombramiento, les traje nuevos aditamentos de combate, es un artefacto recién desarrollado llamado rastreador. Se trata de una versión compacta de los periscopios rastreadores vigías que les hemos entregado anteriormente y han usado en las batallas. Además de que sirven como transmisores, tiene el mismo uso que los periscopios vigías, revelan la posición, poder de combate enemigo y su alcance. Por ejemplo, esos tres saiyajines que nos tienen en la mira…" dije haciendo que el Rey Vegeta se alterara, pero no pudo decir una palabra por ser descubierto. "El poder de batalla de los saiyajines ocultos es de… ¿2000? Eso sí es formidable," dije con burla y le lancé un rayo de la muerte al primero que no pudo reaccionar y explotó con la parte superior de la torre, luego siguieron los otros dos muriendo instantáneamente. "Y tampoco me perdí el de atrás," dije para apuntar sin ver y lanzarle el rayo matándolo al instante. "Esa es su función principal, y para que lo sepan… mi poder es de más de un millón, deben tenerlo en cuenta si intentan rebelarse, los asesinaré si se atreven."

Los saiyajines se hundieron más en esa revelación y se llenaron de mucho temor al saber de mi poder, el cual obviamente no había dicho realmente la verdad ya que mi poder era muchísimo más, pero ellos no debían saberlo.

"Por ahora les regalaré 500 piezas, si no son suficientes, por favor háganmelo saber," les dije y nos fuimos del planeta sin problemas.

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1 año después

En un planeta deshabitado, un gran aura dorada brillaba intensamente en el gran y oscuro páramo desolado. Yo había estado ocupado entrenando duramente mientras secretamente le di el mando a Beriblu para que ella comandara mis fuerzas mientras yo estaba ocupado. Claro que ella siempre me mantenía al tanto con informes sin falta, yo sabía que ella aun teniendo todo mi ejército en sus manos, lo usaría de manera muy efectiva.

Así que mientras ella se encargaba de mi ejército, yo entrenaba duramente para llegar a mi etapa Golden, aunque si bien podía haber tomado una forma diferente o color, algo que por alguna razón podía hacer, decidí ir por el dorado ya que era fascinante, aun si mi primera impresión al recordarlo cuando salió en el anime no fue muy buena, tuvo tantos momentos épicos transformándose que terminó siendo una de mis transformaciones favoritas.

Otra cosa fue que yo no era el único aquí. Actualmente yo tenía a 10 mujeres saiyajines muy jóvenes a las cuales entrenaba muy duramente, estas saiyajines de clase baja eran débiles por naturaleza, pero yo tenía y les había dado un propósito muy grande a ellas, las cuales aceptaron y les inculqué duramente en sus cabezas haciendo que cuando les preguntara, ellas aceptaban su destino para ayudarme con mis objetivos.

Estas pequeñas saiyajines no eran tan fuertes como yo esperaba, pero habían alcanzado el super saiyajin y su nivel fue el de 2 millones antes de que el rastreador lanzara error. Naturalmente, sacrificar a estas pequeñas saiyajines podría ser una gran pérdida, pero sabía que la ganancia sería aún mayor así que, por el momento, las seguiría haciendo más fuertes mientras mantenían su nivel de poder oculto hasta 10 mil.

Fue entonces que decidí volver luego de que pasaron algunas semanas de recibir el informe de Beriblu sobre los nuevos nacimientos de algunos saiyajines importantes. Necesitaba volver al planeta Vegeta y obtener a futuros protagonistas que, si dejaba libre, me harían la vida demasiado difícil.

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"Has hecho un trabajo magnífico, Beriblu, sabía que no me fallarías. Dime tu deseo y si está en mi poder, te lo cumpliré," le ofrecí y Beriblu negó aun manteniendo su sonrisa.

"Mi deseo ya se cumplió al servirlo fielmente, Lord Freezer, incluso al entregarme su ejército confiando en mí para hacer su trabajo mientras tenías algo aún más importante que hacer me hace saber que servirlo siempre fue mi elección correcta, mi lealtad y mi vida siempre serán hacia usted." Ella se inclinó nuevamente y volvió su vista al frente.

Yo no dije nada, su lealtad inquebrantable e infinita fue suficiente para mí, podría entregarle un planeta de su elección y sería lo mismo ya que ella como mi mano derecha y asistente, tenía más poder que cualquier Rey de un planeta bajo mi mando y podía ordenarles lo que sea y no podrían negarse, sin mencionar que ella tenía su propio palacio, riquezas, poder, no le hacía falta nada más.

"Vayamos al planeta Vegeta," ordené e inmediatamente fuimos en dirección hacia mi próximo destino.

Luego de un largo recorrido, mi asistente, mis 10 pequeñas saiyajines, Zarbon, Dodoria y yo bajamos de la nave mientras el Rey y sus generales nos esperaban.

"Es un gusto verlo nuevamente, Lord Freezer," el Rey Vegeta se inclinó al igual que los demás.

"Sí, por supuesto que lo es. Por otro lado, escuché que has tenido un hijo y vine a verlo personalmente," le dije y él apretó sus puños y dientes mientras asentía.

"Claro… por aquí, Lord Freezer," dijo entre dientes y nos dirigimos a la sección de maternidad principal del palacio donde los hijos de los más poderosos saiyajines eran cuidados con privilegios especiales.

Llegamos y observé donde se encontraban varias incubadoras con bebés en ellos. Yo pude sentir los poderes de los niños y eran increíblemente fuertes para ser bebés, en especial el hijo de Paragus, el legendario super saiyajin. Yo estaba eufórico con solo ponerle las manos al niño para criarlo bajo mi ala como mi hijo. Tenerlo sería tener a uno de los escudos más fuertes y duros del universo.

"Qué interesante, tu hijo tiene un muy buen nivel de pelea para ser solo un bebé," dije haciendo que el Rey Vegeta se sintiera orgulloso, aunque también tenía un malestar que no lo dejaba desde que llegué.

"Él es mi orgullo, Lord Freezer, se convertirá en un Rey magnífico," afirmó muy seguro de su primogénito.

"En efecto… pero imagínate en lo que se convertiría si estuviera al cuidado del emperador del universo." El Rey Vegeta inmediatamente se congeló y me miró como si quisiera matarme con la mirada. "He venido aquí para tomar bajo mi ala a algunos saiyajin que considero dignos de tener bajo mi protección y cuidarlos. Sé que tu hijo a mi cuidado se convertirá en un ser magnífico y un mejor futuro Rey, ¿no crees lo mismo, Rey Vegeta?"

El Rey Vegeta vio mi sonrisa depredadora y supo en todas sus células saiyajin que yo esperaba que él actuara y atacara. Él creyó ver mis intenciones y pensar que si tenía al siguiente en la línea de la raza saiyajin a su cuidado, tendría al futuro Rey más sumiso y controlado junto a toda su raza igual, pero aunque quisiera detener esto, negarse y posiblemente matarme, él supo que no importaba que, no había forma de que pudiera detener mi pedido, y sí, él sabía que no era una pregunta, era una orden, yo tomaría a su hijo le guste o no.

"Sin duda… Lord Freezer… estoy seguro de que mi hijo será… un magnífico Rey bajo su cuidado," murmuró respirando casi agitadamente tratando de controlar su ira y su alma guerrera.

"En efecto que así será… por otro lado, este niño también me ha interesado," dije caminando hacia la otra incubadora. "¿De quién es este niño? Tiene un poder sorprendente…" yo puse mi mano a mi lado esperando que alguien me diera lo que quería y Beriblu me dejó el rastreador sabiendo exactamente lo que pedía y me lo coloqué. "Impresionante, 10 mil de poder de pelea."

"Es mi hijo, Lord Freezer, mi nombre es Paragus," la voz de Paragus resonó en la habitación muy orgulloso de su hijo y más controlado que Vegeta ya que, a diferencia de su Rey, él estaba muy entusiasmado de que su hijo haya llamado mi atención, lo que le dio una gran posibilidad de que su hijo estuviera en las ligas mayores. "Su nombre es Broly."

"Tu hijo Broly me ha sorprendido, Paragus. Espero que no tengas problemas de que lo lleve a mi cuidado."

"De ninguna manera, Lord Freezer, sería un gran honor para mí que el mismísimo emperador Freezer tomara a mi hijo bajo su ala."

"Perfecto, prepárenlos para partir de inmediato y súbanlos a mi nave, tengo mucho trabajo que hacer y asuntos sin terminar como, por ejemplo, destruir el planeta de uno de mis subordinados que decidió que era buena idea intentar rebelarse en mi contra, muy estúpido a mi parecer, ¿no lo crees, Rey Vegeta?" Mi indirecta fue muy clara y él asintió tontamente. "Bueno, me despido."

Y así, yo me fui del planeta Vegeta con el Príncipe Vegeta y el Guerrero Legendario Broly.