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Dudas en medio de la oscuridad.

En una dependencia situada en un céntrico edificio de Tokio-3 el caos estaba desatado. Y no era para menos. Mas que mal la oficina japonesa de la comisión especial de Naciones Unidas para coordinación y operaciones especiales, más conocida como UN-SCCSO por sus siglas en inglés, era una sección dependiente directamente de dicho organismo internacional creada poco tiempo después de NERV gracias a una resolución acordada por unanimidad por el consejo de seguridad de la ONU. Pero no sería sino hasta algunos meses atrás, justo al comienzo de la lucha contra los ángeles que dicha sección experimento un vertiginoso crecimiento exponencial, pasando de ser una pequeña repartición con unas cuantas oficinas situadas en un piso de aquel edificio a ocupar prácticamente la integridad de dicha edificación.

Pero ese día, y por donde se viera, cualquiera notaría que, pese al nombre tan rimbombante de esa organización, lo único que verdaderamente se apreciaba ahí era un desorganizado frenesí que asemejaba mas a un salvaje pandemónium que a la eficiencia esperable de una agencia coordinadora.

Y en medio de toda la tensión, con toda seguridad no había en esos momentos personaje mas alterado que la señorita Carol Parker; quien en la soledad de su oficina parecía enloquecida llamando constantemente a una variada serie de números telefónicos que, pese a todos sus intentos, no proporcionaban respuesta alguna a sus llamados. Molesta por ese hecho, colgó el teléfono por última vez mientras maldecía en silencio la perra suerte que la perseguía, todo ello mientras la ansiedad parecía comenzar a carcomerla por dentro. Sin embargo, y pese a lo anterior, prontamente tuvo que comprender que seguir obrando así no obtendría nada provechoso. De esta manera, Carol se obligó a despejar su mente para calmarse y así tratar de recapitular y analizar de manera más fría y racional el asunto.

Todo comenzó cuando desde hacía ya algunas horas había comenzado a circular un rumor por las dependencias de aquella oficina, uno que al principio parecía descabellado, pero que a medida que el tiempo transcurría parecía estar volviéndose en una realidad tangible a medida que las pocas informaciones que llegaban se iban confirmando. Estas daban cuenta del reporte de la pérdida de toda línea de comunicación con las autoridades estadounidenses; las que, por más esfuerzos que trataban de hacer, parecían encontrarse todas ellas muertas. Tan solo inquebrantable silencio podía percibirse cada vez que trataban de pedir respuesta desde el otro lado de la línea. Y las cosas no parecían mejorar cuando las conexiones informáticas también develaban su ineptitud. Todo lo anterior no parecía tener razón alguna de ser; sin embargo, y de acuerdo a los pocos datos que había logrado conseguir dicha agencia gracias a contactos con otras entidades alrededor del mundo comenzó a coger con mayor fuerza la hipótesis de que los norteamericanos deliberadamente habían bloqueado las comunicaciones con el fin de encubrir algo grave que habría pasado en algún lugar del país del norte. Más concretamente, algo relacionado con un recóndito sitio del desierto de Nevada. No tenían muchos detalles del asunto, pero el rumor que más fuerte sonaba versaba de un catastrófico accidente que los norteamericanos estaban desesperadamente tratando de ocultar. Pero ¿Qué podría haber sucedido para que los estadounidenses montaran tamaño operativo de censura?

En esa organización, todos estaban vueltos locos intentando dar con alguna clase de respuesta. Sin embargo, las respuestas que todos esperaban le llegarían directamente a esa mujer por medio de una llamada telefónica dirigida directamente a un móvil que normalmente jamás sonaba, salvo para ocasiones muy puntuales como esta.

-¿Si?-. Contestó escéptica y lo más discreta posible aquella mujer al teléfono.

-Finalmente te estableciste-. Le contesto desde el otro lado de la línea una voz que ella conocía muy bien.

-El aparato es seguro, pero no puedo garantizar la seguridad de la línea.

-Descuida, la línea ha sido asegurada, si alguien quisiera intervenirla tan solo oiría estática sin sentido.

-Bien, no creo que hayas tomado tantas molestias solo para saludarme. ¿Dónde te encuentras?

-Al otro lado del gran charco, justo en el medio de la nada. Intentando averiguar lo mismo que, seguramente, ha estado quebrando tu cabeza por estas horas.

-¿Que has sabido por allá?

-No esperes respuestas desde aquí. Los fanáticos de las teorías conspiratorias estarían más que dichosos frente a un incidente extraño sobre el cual nadie quiere decir absolutamente nada.

-Solo que aquí no tenemos siquiera una conspiración desquiciada con la que podamos trabajar.

-¿Tienes una conexión segura a internet y un teléfono inteligente a mano?

-Aja.

-Todo lo necesario te llegará por ahí. Pasaré por comunicación oficial la información del incidente. Por teléfono veras algo que muy posiblemente esté relacionado. Recuerda como debes extraerlos.

-¿Pero acaso sabes lo que en verdad paso?

-En realidad he aprovechado el caos en que esta todo aquí para informarte, ya que aparentemente ellos habrían sido las víctimas de lo que ahí paso.

-¿Victimas? ¿Qué fue lo que ocurrió?

-Algo muy grande. Es lo único que te puedo decir.

-¿Pero qué tan grande puede ser eso que dices?

-Lo suficiente como para que el Coronel demande que examines los antecedentes con suma urgencia y luego te contactes a la brevedad posible con nuestro tercer hombre. De seguro te ayudará a unir las pistas que faltan.

-Entonces si es grande.

-No olvides informarle. Y una vez que tengamos todo, reportaremos.

-Ok-. Respondió la mujer justo en los instantes en que la comunicación se cortó, ello mientras comenzaba a llenarse la casilla electrónica corporativa abierta en el computador de la sección con los informes y datos que requería; los cuales informaban que ese día ese día la segunda rama de NERV en Nevada pretendía llevar a cabo la activación de pruebas de una nueva unidad Evangelion. Datos que Carol examino con mucha atención, ya que ella no sabía gran cosa sobre los Evas y los datos que enviaban los informes no aportaban más detalles sobre qué cosa eran aquellos armatostes. Pero si develaban que dichas cosas parecían ser lo único que podía lidiar efectivamente contra esos enemigos furtivos que respondían al nombre clave de ángeles. Sin embargo, los mismos datos obtenidos indicarían que dicha prueba debería haberse llevado a cabo no antes de una semana. Por lo que esta prueba claramente parecía extemporánea; a menos que los norteamericanos hubieran logrado terminar la unidad con antelación. Pero de ser así, eso era una información respecto de la cual no tenían ningún antecedente. Algo inexplicable, ya que la oficina de coordinación estaba, precisamente, para coordinar las operaciones conjuntas que debían realizarse entre las potencias involucradas y los organismos internacionales en todo lo relativo al control y manejo del armamento catalogable por las convenciones internacionales como de destrucción masiva. Incluyéndose, dentro de este último caso, a los Evas.

Carol tomo esa información y, gracias a un programa especial, preparo el reenvío de todos los datos directamente desde la fuente de origen a los computadores de sus superiores. Pero una vez que tuvo todo listo, descubrió que en el mismo teléfono desde el cual había respondido minutos antes, le llegaba una clave que debía desbloquear. Luego de verificar su procedencia y su autenticidad, desbloqueo la clave y accedió a un programa que le permitiría decodificar con ese teléfono un código que había aparecido ahora en la cuenta de correo privado que ella tenía abierta en un aparato propio tipo tablet. Apenas recibió el mensaje, Carol escaneo el código y vio en la pantalla de su teléfono inteligente algo que en principio no parecía gran cosa.

"Obtén las mejores postales de América Salvaje en tu móvil".

"Grandioso, siempre quise ir al parque Yellowstone y conocer al oso Yogui". Pensó para sí misma con algo de ironía Carol antes de utilizar el programa recibido por celular para decodificar el verdadero contenido de la aplicación recibida. Uno, que prontamente contrariaba la belleza de las imágenes con información e imágenes mucho más crudas que, acertadamente, le enviaron directamente a ella. Imágenes que la choquearon y que hicieron que el escepticismo inicial de esa mujer prontamente se trocara a una sensación conjunta de pena e impotencia por cierta información en principio incidental, pero que a medida que avanzaba en su análisis, fue cada vez mas importante para Carol, incluso mas, que el cumplimiento del cometido originalmente asignado.

Pero afuera de su oficina, una puerta fue golpeada con fuerza, y la aludida muy pronto tuvo que volver en si y abrir la puerta para atender a un compañero de trabajo que solo tuvo cinco palabras secas y cortantes para ella antes de retirarse.

-El jefe te llama. Ahora-. Dijo ese hombre remarcando con fuerza cada una de sus palabras, antes de salir y cerrar la puerta. En especial, la última de ellas. Ante esto, ella se levantó y apago sus dispositivos móviles antes de recoger desde el perchero su chaqueta y hacer abandono de la oficina pretendiendo salir de ese lugar para dirigirse hacia algún otro lado. Pero antes de dar muchos pasos fuera de la oficina, una voz la llamó furiosamente, obligándola a detenerse y a voltearse para ver a quien la llamaba. Un maduro hombre japonés de cabeza descolorida, porte mediano y contextura mas o menos maciza que casi siempre vestía ternos de color gris evidenciaba a un típico burócrata gris que se comportaba como el jefe de esa señorita y que, en efecto, lo era. 

-¡Parker!, ¿Dónde crees que vas?-. Demando saber con severa molestia ese hombre.

-Pretendía salir a almorzar y después de eso fumar un cigarrillo afuera.

-¡¿Acaso estás loca?!-. Cuestiono furioso el jefe sin dar tiempo para que Carol terminara sus explicaciones. -Tenemos un gigantesco desorden aquí donde nadie responde a nadie, todo el mundo quiere saber qué demonios está pasando en Nevada. Y necesitamos tener a toda la gente disponible para que sepamos si esos chicos fueron abducidos por los alienígenas, se fueron de farra a Las Vegas, o quien sabe que otra cosa. Por lo que no puedes salir.

-Jefe, acabo de enviarle hace unos pocos minutos la mas reciente información recibida sobre lo ocurrido en Nevada…

-Ya. ¿Y que reportan dichos informes?

-En resumidas cuentas, todo indica que al parecer hubo una catástrofe en esa rama con la activación de una unidad que pretendían probar.

-¿Y se sabe algo respecto al porque de esa catástrofe?

-No señor. Solo algunas teorías especulativas, pero sin alguna base concreta para desarrollar.

-Sea como fuere, necesitamos quedarnos a analizar esos datos y porqué Norteamérica no nos informó previamente de todo ello.

-Jefe, técnicamente nosotros solo somos responsables de transferir y facilitar el flujo de información, no de cuestionar su contenido o la oportunidad de transferencia de la misma. Además, ya son más de las tres de la tarde, no he comido nada desde antes de las siete de la mañana, y si no fumo algo la tensión me va a matar.

-¿Y por qué no vas a fumarte tus cigarros en la condenada oficina?

-Muy simple. Porque está prohibido fumar en este edificio.

-Carol. Sabes bien que en condiciones normales nunca, pero nunca diría algo como esto. Pero esta vez voy a hacer una excepción y, fíjate que considerado soy, porque la estoy haciendo especialmente para ti. Manda al diablo la maldita prohibición. ¿Lo has entendido? ¡Mándala al diablo! Fúmate todos los cigarrillos que quieras, fúmate cajetillas enteras si eso te hace feliz. ¡Pero si o si te quiero aquí! ¡Y te quiero trabajando aquí y ahora! ¡¿Lo has entendido?!-. Espetó el jefe con tono de voz cada vez mas creciente mientras se acercaba a ella.

-Perfecto y claro, y eso es lo que inmediatamente hare.

-Bien. Me alegra oír eso.

-En cuanto termine mi almuerzo-. Dijo la mujer reemprendiendo más rápido sus rumbos mientras se escapaba de la presencia de aquel sujeto.

-Parker… Parker… ¡Parker!-. Termino gritando el hombre mientras ella terminaba de abandonar el amplio vestíbulo que desembocaba en los ascensores centrales, mientras ella llamaba a uno de ellos.

-¡Regrese inmediatamente aquí Parker!-. Grito por última vez el hombre a la vez que un ascensor llegaba y ella ingresaba a su interior. Despidiéndose mientras le sonreía a su jefe con una extraña sonrisa que no sabía cómo debía interpretar. Una que lo dejó mas molesto que antes y que lo hizo gritar de rabia, llamando la atención de todo el resto de sus subordinados.

-¡Demonios!-. Impreco ese hombre con toda la rabia del mundo, ira de grado tal que si no fue corriendo a despedir de manera inmediata a Parker es porque sabía que ella era por lejos la mejor en su trabajo. Y si carecía de alguna buenísima razón para colocar de patitas en la calle a Parker, de seguro el que terminaría siendo despido al final de la jornada por sus superiores bien podría ser él en vez de ella. Por ello, y como la cesantía era una mala perspectiva para ese hombre, se vio forzado a tragarse su rabia y en su lugar gritó a quienes estaban detrás de él mirando impávidos.

-¡¿Que están mirando ustedes?! Sera mejor que todos ustedes vuelvan inmediatamente a sus labores-. Espetó el hombre mientras todos regresaban a sus labores.

Mientras todo eso ocurría en uno de los pisos, afuera podía verse a esa mujer entrando a un restaurante cercano, pidiendo un plato en la barra de ese lugar para luego dirigirse al baño. Ahí, en el interior de los servicios para damas, Carol raudamente se encerró en uno de ellos, donde tomo su celular y mando un mensaje multimedia a un número. Una vez enviados todos los datos, abrió el teléfono y extrajo el chip, el cual fue destruido y sus restos arrojados al inodoro, los que se perdieron allí a medida que descendían por el desagüe. 

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En el interior del geofrente la prolongada reunión de análisis finalmente había terminado y ahora, en medio de una solitaria y gigantesca escalera mecánica la cual por momentos parecía que no avanzaba ni terminaba jamás, dos mujeres descendían por ella juntas conversando sobre temas de gran relevancia.

-Y entonces, ¿cuándo llegara aquí la unidad tercera?-. Pregunto Misato.

-Con toda seguridad la recibiremos dentro de muy pronto. Los Estados Unidos ya perdieron la segunda rama y, como bien puedes imaginarte, no están dispuestos a perder la primera rama y también están desesperados por encubrir el hecho tanto y tan rápido como les sea posible. De hecho, no me sorprendería para nada que al final terminen solicitando el auxilio de la ONU a fin de realizar todo lo relativo al traslado-. Respondió Ritsuko.

-Si el pueblo norteamericano llegara a enterarse del accidente, o que parte importante de sus tributos fueron desviados para mantener las ramas de NERV, ello sería un grave problema para el gobierno de dicho país.

-Justo ahora que por allá las elecciones están a la vuelta de la esquina.

-Y que hoy por hoy su gobierno está con demasiados problemas tanto dentro como fuera de su país que instalan severas dudas a sus pretensiones de reelección. Porque los mismos que prometieron hacer grande a Estados Unidos de nuevo terminaron siendo farsantes que solo consiguieron aumentar la corrupción político empresarial, mientras encadenaban sucesivos fiascos diplomáticos y una economía impulsada solo por desenfrenada especulación bursátil con la impresión masiva de dinero y movilización a tope del complejo industrial militar para impulsar guerras sin fin. Lo último que necesitan es envolverse en un escándalo de estas magnitudes. Visto desde esa perspectiva resulta perfectamente comprensible lo que hace dicho país. Pero por otro lado, hay algo que me cuesta entender.

-¿Qué le cuesta entender Mayor?

-Que los norteamericanos fueron durante largo tiempo los que más insistieron en obtener la construcción de las unidades tercera y cuarta. Incluso llegaron a comprometer todo su financiamiento del proyecto a cambio de aceptar tal condición, montos que no eran para nada despreciables hay que reconocer. Y ahora que ocurrió este incidente quieren deshacerse de tanto de los Evas como de su responsabilidad a toda costa. Esto es más que un abuso. ¡Es un descaro! Deberíamos negarnos.

-Puedo comprender su pensamiento Mayor. Sin embargo, no los culpo por actuar de esa manera. Cualquiera perdería el valor si ocurriera un incidente de esta magnitud.

-Supongo que esta de mas especular que al final la activación de la unidad tercera deberá efectuarse aquí por nuestra cuenta.

-Y supone muy bien Mayor.

-Y también hemos de suponer que los norteamericanos no nos reembolsaran ni un centavo de todo esto.

-Como se encuentran las cosas, creo que deberíamos sentirnos afortunados si al final del día están dispuestos a pagar el combustible de la unidad aerotransportadora que traerá la unidad. Definitivamente ellos ya no quieren saber nada mas de los Evas.

-¿Y entonces como llevaremos a cabo la prueba? ¿Utilizaremos acaso el sistema de la capsula de simulación? ¿O emplearemos a algún piloto?

-Pronto lo decidiremos Mayor. Muy pronto-. Concluyo Ritsuko como si de una respuesta evasiva se tratare, justo en los instantes en que el avance de la escalera procedía a finalizar y ambas descendían de ella a fin de dirigir sus respectivos pasos hacia rumbos completamente diferentes. 

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En un lugar recóndito y abandonado de las instalaciones del geofrente, Ryouji Kaji analizaba en una ligera y pequeña computadora portátil conectada a una gigantesca serie de servidores una numerosa serie de datos que hasta ese momento no parecían tener ningún sentido, por más que se esforzara en encontrarle alguno. Debido a que sus habilidades de hackeo no eran para nada prodigiosas no podía darse el lujo de pretender ingresar furtivamente y de manera directa al sistema informático central compuesto por las supercomputadoras MAGI; pero si había aprendido a ingresar al sistema informático periférico de ordenadores de NERV, suplantando la entrada de un vetusto y algo ineficiente ordenador por los datos de su computadora, a la cual previamente había reemplazado su respectivo número de protocolo de identificación, así como todos los otros datos informáticos de relevancia para así aumentar sus posibilidades. Aquel hombre sabía que por razones de seguridad toda comunicación electrónica de NERV con el exterior necesariamente debía de pasar por este sistema; la idea subyacente tras esto era que si llegaba a acaecer un hackeo a gran escala que no pudiera ser repelido podría sacrificarse este sistema para mantener a salvo a MAGI. Además, los potenciales hackers que quisieran ingresar furtivamente a dicho sistema tan solo llegarían a encontrar una pluralidad de basura informática así como datos irrelevantes y falsos para hacerles creer que habían conseguido algo; además de una infinidad de programas señuelos y espías; así como el primero de una portentosa serie de firewalls, por si eventualmente algo o alguien llegaba a ser capaz de traspasar todas aquellas defensas.

Normalmente aquel hombre pasaba en secreto largo tiempo investigando entre toda aquella basura con el fin de poder encontrar algún dato que fuera de interés, llegando a dedicar horas enteras para dar con algo siquiera medianamente útil, y si es que llegaba a hallarlo. Pero ahora, gracias a la colaboración brindada días antes por una mano amiga, había descubierto como podía hurgar de manera más eficiente en ese sistema. Ello, siempre y cuando no saltaran las alarmas y no lo encontraran primero. De lo contrario, su osada aventura finalizaría mucho antes de siquiera empezar.

"Si esto funciona tendré que invitar a Kensaki la próxima vez". Pensó el agente mientras se conectaba al sistema y esperaba que todo funcionara bien.

Y en efecto, todo funciono. Todos los datos que estaba buscando por largo tiempo finalmente aparecieron. Y todos estos parecían vincularse con un código que invariablemente se repetía una y otra vez.

"707"

Y cuando aquel hombre logró indagar más en los detalles de aquel código pudo vislumbrar una serie de nombres, todos los cuales demostraban compartir un mismo denominador común.

"¿Pero estos no son todos los estudiantes del curso de los pilotos?". Se cuestionó aquel agente al ver los nombres de los integrantes del curso de los elegidos con los nombres preseleccionados para ser los candidatos a pilotos de la serie Eva.

Pero la sorpresa no se detendría ahí. Muy pronto el agente descubrió que aparte de la casi veintena de nombres que aparecían en la nómina de estudiantes de dicha clase que se sumaban a los tres elegidos ya conocidos de la serie Eva, habían otros dos espacios en blanco que aparecían reservados para personas a quienes desde ya se identificaban únicamente con las denominaciones de "Cuarto elegido" y "Quinto elegido".

Esto último causo gran extrañeza en aquel hombre. Hasta ahora todas las evidencias siempre parecían haber apuntado a que la misteriosa entidad que debía encargarse de la investigación y la selección de los elegidos para pilotear los Evas, el denominado "Instituto Marduk", no era mas que una mascarada inventada por NERV para disimular sus verdaderos objetivos. Pero a la luz de los últimos antecedentes, pareciera que Marduk no era en verdad tan falsa como aparentaba. Y no solo por la mención de estos nuevos elegidos aun no identificados que parecían ser desconocidos para todos, inclusive para ese inspector de enlace que, en principio, debía manejar esa información. Sino porque sus suposiciones ahora mas que nunca parecían contradecir abiertamente toda la información que había manejado hasta ese momento. En su lugar, la información dada por Kensaki y que ahora parecía estar corroborándose estaba dando lugar a una gran paradoja. Si en verdad el Instituto Marduk no era mas que una gigantesca farsa montada entre NERV junto con otras 107 compañías de papel, ¿Cómo podía estar moviendo aparentemente por si misma dineros en cantidades tales que superaban con largueza el producto interno bruto promedio de varios países subdesarrollados? Dineros que, lejos de estar dirigiéndose hacia NERV, como bien podría de buenas a primera pensarse, parecía que se estuvieran escapando hacia destinos aún más ignotos e inaccesibles.

Definitivamente las cosas no cuadraban. O NERV utilizaba a Marduk para gestionar vastos y variados intereses mas allá de los Evas o bien, podía caber la posibilidad que Marduk en verdad fuera algo con vida propia capaz de tomar sus propias determinaciones, Pero sea como fuere, una cosa si parecía ser inequívocamente segura.

"Mientras mas grande sea el oro, mas grande ha de ser la olla que lo cobija". Pensó el hombre antes de susurrar un pensamiento que daba vueltas en su cabeza.

-¿Pero en que lio gigantesco estaremos metidos?-. Se cuestionó para si mismo ese hombre quien a pesar de todos sus empeños puestos por largas horas, aun no podía encontrar las respuestas que necesitaba; aun así, el tenía esperanzas de poder hallarlas. Y, de seguro alguien allá afuera le ayudaría a encontrar las respuestas que tanto necesitaba. Alguien que le había contactado por medio de un mensaje que había llegado a su móvil. Un mensaje que solo traía una serie de datos acompañados de una coordenada y una frase

"Como siempre, ¿Recuerdas?".

Al leerlo, Kaji solo se limitó a sonreír. Definitivamente los años podían pasar, pero tal pareciera que algunas cosas nunca cambiarían, a pesar de todo.

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-Definitivamente ha sido confirmado que el traslado de la unidad tercera será efectuado por los norteamericanos, seguramente con el auxilio de alguna intervención de las Naciones Unidas, nada ajeno a lo que dictan los protocolos habituales. Dicha unidad llegará por vía aerotransportada, tan pronto como todo el papeleo se encuentre completamente resuelto. Ya otorgue las instrucciones necesarias a Fuyutsuki para que se encargue de gestar todos los trámites burocráticos, sin perjuicio que, con seguridad, habrá gestiones que necesariamente deberán de hacerse personalmente al momento de la entrega-. Le comentó el Supremo Comandante de NERV Gendo Ikari a su jefa de operaciones científicas, Doctora Ritsuko Akagi, ello mientras ambos estaban en solitario en medio de un vasto y lúgubre salón subterraneo cuya única iluminación era una gigantesca estructura tubular situada en el corazón de dicho espacio, desde la cual emanaba una vívida luminosidad ambarina.

-¿Acaso recibiremos al Evangelion unidad tercera en las dependencias de Matsuhiro?-. Pregunto la falsa rubia.

-Así es. Y en el adyacente campo de pruebas haremos la prueba de activación.

-Sin embargo el reporte señala que, a diferencia de la fallida unidad cuarta, la unidad tres carecerá del motor S2.

-Efectivamente. De todas maneras, y por razones de seguridad, efectuaremos en Matsuhiro tanto los ajustes finales que fueren procedentes de realizar, así como la prueba de activación.

-Entiendo. ¿Y utilizaremos el sistema Dummy Plug para activar y probar dicha unidad?-. Solicitó saber la científica mientras miraba la capsula contenedora de dicho sistema comenzar a pasar lentamente por sobre su cabeza. La respuesta de ese hombre, sin embargo, no demoró en llegar de manera tajante.

-No.

-Pero dicho sistema se encuentra ya prácticamente listo para su uso. De hecho su instalación en todos nuestros Evas ya se encontraba programada y lista para ejecutarse, antes que llegaran las noticias sobre todo esto.

-Exacto. Está casi listo. Sin embargo, usted misma señalo en su último reporte que si bien el sistema estaba bastante avanzado, todavía no estaba completamente seguro para que pueda efectuar una prueba de activación. Por lo anterior será mejor no avalar aun el uso de dicho sistema y emplear mejor un piloto humano, al menos para llevar a cabo la primera prueba.

-¿Y ya tenemos algún candidato disponible?-. Pregunto con interés Ritsuko.

-A pesar de todas sus promesas, finalmente los Estados Unidos nunca nos reportaron candidatos para el proyecto. Tendremos que encargarnos de ese asunto, seleccionando a alguno disponible de la nómina de Marduk. Seguramente podremos utilizar a alguno de ellos como el cuarto elegido.

-Sin embargo señor, entre el proceso de selección del candidato ideal y la preparación de toda la información necesaria para que esta sea contenida en el núcleo del Eva 03 nos va a tomar algún tiempo, ello sin contar con los planes de instalación del "Dummy Plug". Y los norteamericanos se están tornando impacientes con cada minuto que transcurre. En verdad ellos están férreamente convencidos que en cualquier momento Massachusetts podría desaparecer.

-Y ello sin considerar con que el Comité querrá que la prueba se lleve a cabo lo mas prontamente posible.

-Una vez más la paranoia de los norteamericanos demuestra no saber de límites.

-Aunque les duela en lo más profundo de su orgullo, no les quedará otra alternativa que admitir su responsabilidad en la ocurrencia de este incidente al haber acelerado el plan innecesariamente más allá de los límites razonables. Esta situación en verdad nos está complicando en demasía- Comento el Comandante esto último como si estuviera pensando y desvariando más bien para si mismo que para ser escuchado por la doctora.

-¿Entonces sugiere acaso que empleemos los medios que tenemos?-. Cuestiono la blonda mujer, luego de largos segundos de silencio. Interrogante para la cual ella, una vez mas, tuvo que esperar de parte de su superior una respuesta que, por momentos, parecía que nunca llegaría. Ello, hasta que el Comandante finalmente hablo con cierta resignación en la voz.

-Por ahora no tenemos otra opción posible.

-De acuerdo. Entonces usaremos al piloto de pruebas para la activación de la unidad tercera.

-Si lo que señala la tercera rama fuere verdadero, sería entonces preferible encomendar a otro piloto para la realización de esta labor-. Señalo sorpresivamente aquel hombre, a la vez que tomaba desde una de las consolas que ahí se encontraban un gran y delgado sobre que únicamente contenía unas pocas hojas de datos que entrego con prontitud a la jefa científica.

-¿Acaso la escogerá a ella? ¿Pero porque?-. Pregunto Ritsuko visiblemente sorprendida por la decisión que claramente se contenía del interior de ese sobre.

-Si los resultados de todos los experimentos de compatibilidad son correctos, debería poder sincronizar mucho mejor con este modelo que los otros pilotos. Además, comisionarle ese cometido puede sernos de gran utilidad para comprender de mejor manera cuales son los límites sobre compatibilidad de pilotos con los Evas; una materia respecto de la cual, hasta ahora, aún no hemos podido avanzar en demasía.

-Entendido-. Respondió de manera algo demorosa aquella mujer quien, sin embargo, en verdad no entendía los fundamentos del razonamiento empleado por el Comandante Ikari para tal decisión, ya que en virtud de ese raciocinio cualquiera de los otros elegidos bien podría haber sido escogido para la realización de dicho cometido. Sea como fuere, si algo ella prontamente pudo comprender era que no quedaba mas opción que proceder a brindar el más oportuno cumplimiento a esa orden. Y así pareció entenderlo Gendo cuando le respondió.

-Entonces, ¿puedo dejar todo este asunto en tus manos?

-Si señor-. Contesto la jefa científica, para luego advertir como ante la súbita ausencia de palabras el silencio sepulcral comenzaba ahora a gobernar todo aquel lugar, mientras el Comandante procedía a centrar toda su atención en aquello que constituía el núcleo del sistema "Dummy Plug". Una pieza clave del proyecto a nivel tal que, por momentos, podía parecer mucho mas importante que cualquier otra cosa que estuviera ahí presente, inclusive la relevancia o la persona misma de la doctora. Y tan solo el hecho de pensar en esa idea, hacía que ella la detestara con toda la fuerza de su ser. 

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-¿En verdad pretenden emplearla como piloto?-. Cuestionó Misato a su blonda amiga varias horas más tarde, casi ya al borde de terminar aquella maratonica jornada, cuando se encontraba de paso en la oficina de aquella científica, sin dar aún pleno crédito a la inesperada confidencia que la blonda mujer le había efectuado hacia tan solo instantes atrás.

-En realidad debería habértelo informado mañana, pero el devenir de las circunstancias permitieron que pudiera avisarte extraoficialmente ahora.

-Pero ¿Por qué?

-Porque en teoría debiera de ser la mejor candidata para probar esa unidad.

-¿Y acaso le vamos a asignar en definitiva el Eva 03 si todo sale como dices?

-Por el momento no. Solo la usaremos para la realización de esta prueba. De no presentarse problemas, deberíamos volver a probar la activación con el "Dummy plug". Y si todo sale bien definitivamente podríamos confiarle el Eva 03 a dicho sistema.

-Sin embargo, todavía no dejo de tener ciertas aprehensiones sobre que tan eficaz puede resultar el "Dummy plug" en el campo de batalla.

-En principio esperamos que se comporte tan eficiente como el empleo de un piloto humano, pero sin la carga ética y emocional que implica utilizar jóvenes adolescentes para pilotear estas armas sin la experiencia previa necesaria para hacer frente al desgaste de las batallas.

-Dijo que esperaba eso. ¿Pero tiene alguna certeza de lo que dice?

-A decir verdad Mayor, ninguna.

-¿Sabe doctora? A veces pienso que los científicos se comportan demasiado arrogantes; creyendo ser dueños de respuestas que, en el mejor de los casos, tan solo pueden suponer.

-Podemos suponerlas porque tenemos razones, motivos y evidencias válidas para creer en ellas. Y no voy a negárselo, ciertamente la ciencia falla muchas veces. Quizás, más de las que quisiéramos aceptar. Sin embargo, debe saber que parte importante del método científico se fundamenta en el eterno proceso del ensayo y el error hasta dar con la respuesta acertada. Además, en tiempos tan aciagos como estos es necesario mantener una cuota de esperanza y optimismo. Después de todo, quien no se arriesga, nunca cruzará el rio.

-En verdad no hay nada que me encantaría más en estos momentos que poder compartir el optimismo que manifiesta. Infortunadamente me temo que en esta ocasión no podré hacerlo.

-¿Por qué dice eso?

-Las maquinas sin duda alguna son cada vez más eficientes y poderosas cada día. Pero pese a ello, ni nosotros ni nadie ha sido capaz aún de diseñar inteligencia artificial lo suficientemente avanzada que permita a las maquinas hacer o implementar respuestas para situaciones distintas a las previamente enseñadas o programadas. Y si apareciera algo no registrado en sus patrones de conducta, o si la situación cambia abruptamente, puede que las maquinas no estén preparadas para resolver por si mismo el problema.

-Hemos enviado sondas y misiones espaciales a otros planetas y a la profundidad del espacio; incluso desde antes del segundo impacto, cuando la tecnología para hacerlo era de veras primitiva. No hay razón para temer.

-Aun así, pienso en que un Evangelion piloteado en base a un sistema de simulación puede que sea menos eficiente de lo que tenemos hasta ahora. O que, peor aún, terminemos con una unidad descontrolada que se torne en nuestra contra.

-¿Preferirías segur dependiendo de pilotos adolescentes coaccionados a pilotear bajo amenaza que su negativa a hacerlo significaría el fin de la humanidad?

-Nunca he negado que esa es una opción cruel doctora. Lo sé perfectamente bien, no olvide que vivo con dos de esos pilotos, por lo que en verdad estoy plenamente consciente de lo que ello significa. Sin embargo, y así como lo hace usted, también tengo que saber basarme en las evidencias existentes. Y por ello sigo creyendo que por el momento carecemos de una mejor opción distinta a la del uso de pilotos.

-Pero si el sistema de simulación prueba ser funcional, finalmente contaremos con una mejor opción-. Asentiría levemente con la cabeza Ritsuko.

-No voy a mentirle doctora, pese a todas las perspectivas halagüeñas que ha dicho, todavía no puedo dejar de tener dudas. ¿En verdad cree posible que una unidad Evangelion funcione de mejor manera con un sistema de manejo simulado que con un piloto humano?

-Si he de serle honesta Mayor, por el momento nadie pretende que el sistema de simulación se desempeñe de mejor manera que el manejo en base a un piloto humano. Por el momento tan solo habremos de conformarnos con que el sistema logre ser funcional hasta el punto de que sea capaz de activar una unidad de manera básica y manejarla sin mayores dificultades. Aunque pueda parecerle extraño, la eficiencia del sistema no constituye en este momento una prioridad.

-¿Entonces porque mejor no esperamos a que contemos con un sistema más eficiente y que, de paso, sea capaz de despejar todas nuestras dudas?

-Mayor Katsuragi. Hoy por hoy tenemos a nuestra disposición misiles inteligentes, drones bombarderos no tripulados y prospectos robóticos de combate que incluso prometen ser exitosos en desempeñar funciones que hasta hace poco parecían exclusivas de los soldados. Y hasta ahora nunca hemos dudado en emplearlos en cada oportunidad posible. ¿Por qué habríamos de dudar de utilizarlos en los Evas si se presenta la posibilidad de hacerlo?

-Sin embargo, no puede negarme que el Eva sigue siendo un arma que aún no logramos entender del todo como funcionan. Basta con recordar lo acontecido en las últimas batallas para comprobar mi punto. Si los Evas, de alguna manera que aún no logro entender, pareciera que necesariamente requieren una vinculación con un piloto en especial para poder funcionar sin dificultades. ¿Qué nos garantiza que logren vincularse con una máquina?

-La verdad es que no existe absolutamente nada que pueda garantizarnos aquello Mayor. Pero aun así resulta menester que al menos procedamos a intentarlo-. Culmino Ritsuko a la vez que optaba por no continuar polemizando con esa mujer para, en su lugar, regresar su atención a los monitores de computadora que tenía en frente suyo.

-Bien. ¿Y entonces cuando le informaremos a ella de esta resolución?-. Preguntaría ahora Misato luego de algunos instantes de silencio transcurridos mientras había decidido dejar por el momento sus aprehensiones de lado.

-Mañana se terminaran de instalar en todas las unidades el sistema de simulación, y a contar del mediodía haremos pruebas especiales de los pilotos con el sistema ya instalado en todas las unidades. Y, si no hay cambios, le informaremos a usted y a todos antes de proceder con las pruebas de pasado mañana.

-¿Pero pasado mañana no es sábado?

-Así es Mayor.

-¿Acaso vamos a tener que trabajar también el sábado?-. Protesto algo molesta Katsuragi por el hecho de saber que en esta ocasión el trabajo sería tan duro que ni un mísero día de descanso iba en esta ocasión a tener.

-Ello es necesario Mayor. El sábado en la tarde los norteamericanos enviarán por vía aerotransportada el Eva 03 desde la primera rama. Por lo que debería llegar a Matsuhiro el domingo muy temprano, poco después del amanecer. Y créame, los norteamericanos no tienen ningún interés en que la entrega se siga retrasando un segundo mas.

-¿Por qué llegará allá?

-Porque en caso que llegaran a surgir problemas resulta mas seguro utilizar el campo de pruebas de Matsushiro que arriesgarnos a que se susciten contratiempos en las instalaciones militares de Tokio-3 o en las dependencias mismas del cuartel central.

-Entendido.

-Por último. Hay una cosa muy importante que debo advertirle Mayor. Hasta que no se hayan efectuado por completo todas las pruebas, usted deberá mantener absoluta reserva de todo lo que le he dicho, ya que en principio usted todavía no debería saber nada de esto. ¿Lo ha entendido?

-Perfectamente doctora. No soy ninguna tonta-. Le espeto algo molesta la aludida.

-Eso lo sé bien. Digamos que tan solo se trata de un recordatorio para que no vaya a olvidarlo-. Concluiría aquella mujer, mientras regresaba su atención al conjunto de numerosos y complicados datos que aparecieron signados en aquellos monitores una vez que el sistema de hibernación de estos cesara y que solo alguien como Ritsuko parecía ser capaz de poder entender. Ello mientras la joven Mayor, luego de un breve lapso de espera silenciosa, procedía a retirarse; a la vez que en su interior dudaba sin saber a ciencia cierta que era mejor o, en subsidio, que era lo menos malo en aquellos momentos; si continuar confiando el manejo de un Evangelion a un piloto humano, a pesar de todos los dilemas que ello involucraba; o si debía aceptar que se entregara dicho manejo a una máquina, con todos los riesgos que ello implicaba. Sea como fuere, una cosa resultaba segura. Toda esta situación cada vez le estaba pareciendo cada vez más extraña e intempestiva. Y por alguna inexplicable razón, a Misato cada vez le gustaba menos todo lo que estaba pasando en ese lugar. Con cada instante que transcurría no dejaba de ratificar su idea de que alrededor de todo lo que había en NERV existían demasiadas cosas que no estaban haciendo sentido alguno y cuya comprensión iba esquivándose a medida que ella trataba de comprenderlas.

Y con todos aquellos pensamientos en mente, Misato se retiró de aquel sitio cerrando la puerta de la oficina de su amiga, mientras esta regresaba a su trabajo a la vez que discretamente extraía una pequeña tarjeta de memoria con el fin de cargar desde ahí los datos preliminares necesarios para acondicionar el desempeño del designado para la prueba de activación del Eva 03, datos que ella enviaría a un viejo y muy conocido amigo suyo.

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Varias horas más tarde, siendo ya de noche, en un lugar bastante alejado del centro de la ciudad fortaleza y cercano a la gran estación de ferrocarriles; se encontraban muchos recintos que aprovechaban las antiguas y masivas edificaciones en bloque cuyos orígenes se rastreaban a la época previa al segundo impacto, cuando dicho lugar no era mas que una pequeña urbe de unos pocos miles de habitantes denominada como Hakone; en lugar de ser la hipermoderna y futurística ciudad conocida por todos como Tokio-3, la ciudad que debería haberse convertido ya hace algún tiempo en la nueva capital del Japón post segundo impacto. Un propósito cuya realización definitiva aun llevaba demasiado tiempo pendiente por culpa de la súbita irrupción de esas desconocidas criaturas enemigas denominadas como ángeles.

Muchas de esas viejas edificaciones habían sido rescatadas de su abandono y remodeladas con esmero, transformándolas en recintos frecuentemente visitados por albergar variados comercios y servicios, algunos de ellos de moralidad más que cuestionable. Y entre ellos se encontraban variadas instalaciones que solían conocerse con el eufemístico nombre de "Hoteles del amor"; una denominación con la cual malamente pretendía encubrirse el hecho que dichos recintos estuvieran destinados para que las parejas pudieran dar allí rienda suelta a sus mas tórridas fantasías y pasiones prohibidas, las que, de otra forma difícilmente podrían llevarse a cabo de manera libre y desinhibida.

Por los callejones de ese vecindario, que a esas horas de la noche estaba bastante concurrida entre otros por innumerables parejas que iban y venían para dar rienda suelta a sus pasiones, podía vislumbrarse a un hombre que parecía deambular solitario por aquellos callejones oscuros, mirando de tanto en tanto por sobre su hombro. Había dado un largo rodeo para arribar a ese lugar. Las precauciones en su línea de trabajo nunca estaban de más, sobre todo teniendo en cuenta donde sus colegas y él estaban metiendo la nariz.

Ignorando las solicitudes muchas veces nada de discretas que le eran formuladas por algunas damiselas que se ganaban su vida gracias al ejercicio de ciertas actividades que podrían calificarse como de dudosísima respetabilidad, aquel hombre de eterna barba de dos a tres días y cabello tomado en coleta daría una nueva vuelta quedando en la penumbra de un oscuro callejón, totalmente seguro de que ninguna presencia indeseada lo había seguido. Observando como las personas transitaban por la calle de enfrente mientras lanzaba al suelo la colilla del cigarrillo que había estado fumando. En ese momento fue que una sombra se deslizo detrás de él.

-Como siempre, llegas tarde-. Señaló la mujer con un ligero tono de molestia en su voz. Ante dicha reprimenda aquel hombre no brindaría respuesta alguna. En su lugar, simplemente esbozó una sonrisa y le ofreció el brazo a la mujer. Ella lo miró por unos segundos y luego se colgó de su brazo y se apegó melosamente a él. Ambos salieron del callejón y se adentraron en la transitada calle mezclándose entre las demás parejas, pasando totalmente desapercibidos. Eran una más de las parejas que buscaban un lugar donde pasar un buen rato. Fue así como luego de caminar un poco, entraron a uno de aquellos "Hoteles del Amor".

La recepción de aquel Hotel se encontraba elegantemente decorada; sin embargo, parecía no haber nadie a la vista atendiendo dicho lugar; en cambio, adosado a la pared, había una gran estructura donde se podían apreciar todas las fotografías de todas las habitaciones del lugar, con el valor de cada una de ellas, y una ranura que servía para colocar el dinero efectivo. El hombre miró las habitaciones que estaban disponibles e introdujo un par de billetes por la ranura bajo la fotografía de la habitación que había escogido. Por una ranura inferior se deslizaría graciosamente una tarjeta magnética con el número de la habitación, mientras que sobre la fotografía apareció un pequeño letrero luminoso que indicaba la palabra "ocupado"

-Me encanta este servicio. Asegura tu privacidad.- Señaló el hombre con una sonrisa, tendiéndole el brazo a la mujer, que se apegó a él nuevamente y caminaron dentro como la pareja de enamorados que se suponía que eran. Al menos, hasta que ingresaron a la habitación y cerraron la puerta, momento en el cual aquella mujer rápidamente se separó de aquel hombre de coleta para recorrer y observar con detenimiento por si habían cosas extrañas que no deberían de estar en dicho cuarto, todo ello mientras caminaba a un lado de ese hombre, como si además pretendiera hacer y mantener alguna distancia entre ellos.

Por su parte, aquel hombre tan solo esbozó una despreocupada sonrisa mientras se quitaba la chaqueta, dejándola a un lado sobre el respaldo de una silla, para luego caminar hasta la gran cama que estaba en el centro de la habitación. Tanteó la comodidad de la cama con las manos, llevándose una sorpresa al sentir y escuchar, como el agua se movía bajo sus manos.

-¡Héy! ¿Qué te parece esto? Es una cama de agua-. Comentó el hombre con una sonrisa para luego lanzarse en la cama, y acomodarse de espaldas con las manos tras la nuca, mirando a la mujer con una sonrisa juguetona.

-Qué me dices, colega. ¿Te gustaría probarla?

Por respuesta aquella mujer tan solo se cruzó de brazos y le dedicó una dura mirada al hombre de la coleta. Este dio un largo suspiro de cansancio y se sentó en la cama mirando a la mujer sin apartar la sonrisa de su cara.

-¿Sabes algo? Si sigues con esa parquedad espantosa frente a la vida, nunca llegarás a ser una mujer sexy como las agentes de las películas-. Comento jocosamente el aludido, de manera claramente intencionada.

-¿Acaso no piensas dejar las bromas de lado aunque sea por un momento?-. Replico con profunda molestia la mujer.

-Pues perdóname por la ocurrencia, pero antes de nada esclarezcamos algo. Después de tanto tiempo sin vernos me traes a un hotel parejero y no es para tener sexo; te quejas por la hora y no tienes humor para aguantar siquiera un pequeño chiste. Creo que definitivamente has escogido el peor lugar posible para volverte seria-. Intentó excusarse aquel hombre con picardía en su voz.

-Tal vez tengas razón. Pero este es el único lugar posible donde podemos sostener esta reunión de manera segura. Estamos alejados del centro de la ciudad y hay varias partes donde esconderse, así como varias opciones para escapar. Además, un hombre y una mujer caminando de brazo y entrando juntos a un "Hotel del Amor" no levanta sospechas.

-Indudablemente todo lo que dices resulta ser verdadero. Pero aun así, solo a ti se te puede ocurrir pensar en trabajo en un lugar como este.

-Por favor. ¿Puedes ponerte serio aunque sea por un instante y prestarme atención?-. Le espetó aquella mujer con no poca molestia en su voz, acercando la silla que había usado el hombre para dejar su chaqueta sentándose en ella frente a la cama.

-Está bien, está bien-. Respondió el hombre cambiando su actitud juguetona, para ponerse serio, aún sentado en la cama, con las piernas cruzadas.

-Finalmente dejando ya las bromas de lado, supongo que has de saber perfectamente bien por qué te mande a llamar-. Hablo la mujer, luego que aquel hombre se hubiera acomodado.

-Pues, como ya me ha quedado claro que no me has traído para que rememoremos viejos y buenos tiempos juntos en una cama, he de suponer que quieres saber algunos detalles acerca de ciertos sucesos extraños que han acaecido por estos lados durante los últimos días.

-Exacto.

-Pues bien, tus sospechas son correctas. Efectivamente cuatro ICBM equipados con las ojivas termonucleares mas poderosas que existen fueron lanzados. Tanto los rusos como los norteamericanos dispusieron los misiles y los lanzaron con increíble prontitud. Como si ellos mismos hubieran estado en peligro.

-¿Ojivas termonucleares? El alto mando tiene razón, esto es mucho más grave de lo que sospechábamos. ¿Y qué paso con todos los protocolos de seguridad?

-Aparentemente todos ellos fueron burlados.

-¿Pero cómo pudo ser ello posible? ¿Y qué es eso respecto a que "aparentemente fueron todos burlados"?

-Porque de alguna manera el escenario parecía que estaba predispuesto de antemano.

-¿A qué te refieres con eso?-. Volvió a preguntar cada vez más intrigada y sin entender aquella mujer.

-A que el comportamiento de los rusos y norteamericanos fue muy extraño, carente de toda lógica.

-No me sorprende, muchas veces la política y los políticos no son lógicos.

-Aun así, e incluso durante los momentos más álgidos, los líderes siempre titubearon bastante antes de siquiera osar empezar una guerra, incluso cuando parecían estas ser sus últimas opciones. Imagina la sola idea de iniciar una conflagración mediante el uso de armamento nuclear. Piénsalo bien, los políticos podrán ser todo lo que quieras, pero no son estúpidos; saben perfectamente bien que la guerra es una gigantesca caja de pandora que usualmente se ostenta y frecuentemente se enseña, pero que nunca se abre, ya que de hacerlo siempre se sabe dónde se inicia, pero nunca se sabe dónde termina, o hasta donde les pueden llevar. Y si cuentan con armamento atómico dispuesto a su entera discreción, lo único que puede garantizarse con su empleo es la aniquilación mutua.

-Pues, de alguna manera todas las dudas que los altos dignatarios hubieran tenido, mágicamente desaparecieron al instante.

-¿Para lanzarle ojivas termonucleares a un enemigo situado al otro lado del mundo y que nunca los ha amenazado o atacado? Eso tiene mucho menos sentido.

-¿No que los llamados ángeles son los enemigos de la humanidad?

-Pues eso es lo que se ha dicho durante todo este tiempo. Sin embargo, hasta la fecha no se han registrado reportes de ataques sobre Washington, Moscú o Timboctú. Todos los incidentes hasta ahora conocidos únicamente han ocurrido en estas tierras. Es como si los ángeles odiaran de sobremanera al Japón-. Razono el hombre de coleta.

-¿Acaso ahora van a decir que los ángeles son armas que provienen de la China comunista, o de la Corea reunida bajo la égida del "Brillante Camarada"?-. Le cuestionó irónicamente aquella fémina.

-Créeme. Si así fueran las cosas serían muchísimo más fáciles para nosotros. Tendríamos enemigos claros; gabinetes más estables, aun a punta de sostenerse a base de pura demagogia y retórica nacionalista inflamada a mas no poder, aliados con el periodismo amarillista vendiendo como nunca. Sin embargo, Corea todavía tiene demasiados problemas con su inesperada, y no por todos deseada, reunificación. Ello mientras que los chinos ya tienen a su haber tanto la bomba H como una generosa provisión de arsenales N2. Además, gracias al segundo impacto y todas sus secuelas, China tiene hoy por hoy decenas de cosas muchísimo más acuciantes de las que preocuparse tanto dentro como fuera de sus fronteras, en vez de andar perdiendo el tiempo enredándose en improductivas y demagógicas riñas eternas con sus siempre poco queridos vecinos insulares.

-Es posible.

-Pero aun así, en verdad todo el trasfondo que hay detrás de esto es aún más complicado. Que tanto los rusos como los norteamericanos hayan ordenado el lanzamiento de ICBM así como así no parece tener sentido alguno. Y sin embargo…

-¿Y sin embargo que?-. Requirió la mujer al darse cuenta que el razonamiento de su compañero se había detenido durante un largo tiempo de manera intempestiva.

-Y sin embargo, todo esto que de buenas a primeras podría parecernos demasiado extraño, por momentos puede llegar a resultarnos tan jodidamente lógico y coherente. Como si la estrategia empleada durante el último ataque de alguna manera estuviera contemplada dentro de una serie de probabilidades previstas o, más aun, como si esa incursión hubiera sido la posibilidad contemplada.

-¿Como si todo esto fuera la trama de un gran guion perfectamente actuado?

-Algo así. Es como si todo esto que paso fuera parte de un guion mucho más grande.

-¿Y quién podría ser el guionista de tamaña historia?

-Solo puede ser algo, o alguien, demasiado grande y con demasiado tiempo libre como para armar tamaño guion.

-¿Y qué tan grande puede ser ese algo o alguien?

-Lo suficiente para ser capaz de lograr que, con solo pocos minutos de diferencia, los Presidentes de los Estados Unidos y Rusia lanzaran de forma coordinada y sin chistar armamento termonuclear a un territorio que no estaba en guerra con ellos.

-¿Y qué paso con los delegados del Consejo de Seguridad? Han de estar felices de la vida sin hacer nada más que esperar a cobrar los suculentos cheques de fin de mes en Ginebra-. Espeto Carol con molestia.

-Créeme, si ellos hubieran podido prever y resolver esto estaríamos ahora en la cama teniendo sexo, en vez de sostener hermosas conversaciones románticas sobre ojivas termonucleares.

-Pues muy bien Casanova, tal vez habrá otra noche donde podamos dormir juntos, pero por ahora quiero que me digas una cosa.

-¿Y qué es lo que quieres saber?

-¿Qué rayos es en verdad NERV?-. Demandó ella con fuerza en su voz.

-Quieres que te reseñe las normas de su resolución constitutiva, así como sus disposiciones anexas, o lo que en verdad hay ahí.

-¿Tu qué crees?

-Bueno, de seguro no tendrás grandes dificultades en buscar la resolución respectiva del consejo de seguridad en la biblioteca de tu oficina o en el catálogo informatizado. Por lo que imagino que pretendes lo segundo. ¿No es así?-. Dedujo luego de algunos instantes de silencio el hombre de coleta, mientras ella asentía con su cabeza con prontitud luego de oír sus palabras.

-Pues bien, será mejor que olvides todo aquello que pueda prescribir cualquier resolución o tratado. En los hechos, NERV se manda prácticamente solo. Se trata de igual a igual con las potencias mundiales; y para ellos lo que resuelva el Secretario General, el Consejo de Seguridad o la Asamblea General no es más que papel impreso sin gran valor. Si tuviéramos que imaginar alguna forma para graficarlo, NERV funciona más con la despiadada lógica de una gran corporación privada multinacional que la de una agencia descentralizada de la ONU.

-Pero a la hora de pedir dinero no tienen asco o reparos en recurrir a la cooperación internacional. A pesar que los países aportantes redujeron drásticamente el presupuesto de la ONU y de varias de sus agencias, de todas maneras supieron destinar a nuestra agencia favorita varios cientos de millones de dólares.

-¡Hey! Lo dices con gran bronca.

-Bueno, no todos en la ONU tienen generosos ingresos extras pagados por cortesía de una agencia que lo único que ha hecho ha sido declarar pérdidas multimillonarias.

-No te creas, extrañamente todo indicaría que en NERV pretenden hacer recortes, curiosamente, por supuestas insuficiencias presupuestarias. De hecho, es posible que mi permanencia allí tenga los días contados.

-Pues bien, la única posibilidad lógica nos indica que entre la ONU y los trabajadores de NERV debe de haber una enorme fuga de capitales.

-¿Ahora dirás que NERV es la organización mas ineficiente del universo?

-En realidad, es algo aún mas gravoso. Al parecer, alguien pretende aprovecharse de esta situación y asegurarse una generosa pensión para su retiro aprovechándose del peso e inercia de su burocracia así como todos sus densos e ininteligibles protocolos.

-Así es Carol. Corrupción corporativa. Uno de nuestro viejos conocidos. Como fuere, basta ahondar en esa maraña de corrupción, para toparse con una entramada red de corporaciones fantasmas radicadas en paraísos fiscales que triangulan y lavan dinero por cifras multimillonarias.

-¿Qué tan grande puede ser esa red?-. Preguntó la agente.

-Lo suficiente como para que NERV maneje mas dinero que el presupuesto de varios países subdesarrollados.

-Y aún tienen cara para pedir presupuestos multimillonarios. ¿Para que querrán tanto dinero?

-En teoría es para construir y mantener los Evas y todas esas cosas relacionadas. Sin embargo, cuesta creer que la sola mantención de una agencia cueste al año tanto dinero como el presupuesto de todo el programa espacial norteamericano.

-¿Cómo conseguiste toda esa información?

-Pues, no debería saber nada de esto; los datos que tienes nunca me fueron entregados por los conductos regulares, y en verdad jamás me los habrían otorgado aunque hubiera muerto solicitándolos. Por lo que tuve que colectarlos por vías que, de seguro, ya te imaginas-. Concluyo Kaji con una pícara sonrisa mientras le hacía entrega de una pequeña tarjeta de memoria con todos los detalles de su informe.

-No necesitas decírmelo, ya imagino los problemas que has tenido que pasar-. Comento su compañera mientras recibía la información del agente. -Créeme, hace algunos días atrás tuve una mala experiencia alguien de dicha organización-.

-¿Acaso ello explica esa parquedad extrema tan poco sensual que ahora intentas disfrazar como profesionalismo?-. Inquirió de manera algo picara el hombre.

-¿Sabes? A veces no logro entender como lograste trabajar aquí. Tu sentido del tacto y la diplomacia, así como de la cortesía nunca fueron tus fuertes-. Le respondió algo irónica aquella mujer.

-Pues, hay quienes valoran la franqueza.

-No en nuestra línea de trabajo. Máxime, cuando tienes que hacer frente a desagradables personajes; como cierta Mayor de NERV con la que estuve hablando.

-¿Cierta Mayor dices?

-Así es.

-Por lo que dices ¿Es mujer?-. Pregunto el agente, repentinamente interesado.

-¿Te interesa saberlo?

-¿Hablas de Katsuragi?

-Sí, supongo que era ella. No recuerdo bien su nombre…

-No puede ser otra. No existe otra mujer que tenga el rango de Mayor en NERV.

-Como fuere, ella puede ser un obstáculo.

-Al contrario. La conozco y creo que podría llegar a sernos de gran utilidad.

-¿Estás seguro?-. Preguntó con no poco escepticismo aquella mujer.

-Por supuesto. No debes preocuparte de ella, yo me encargo.

-Claro, de seguro que sabrás como encargarte-. Le señalo ella, no sin una importante cuota de ironía en su voz.

-Puedes decirlo como quieras, pero ahora me toca preguntar a mí. Sobre lo ocurrido en la primera rama. ¿Qué sabes de eso?

-Oficialmente, no sé mucho más de lo ya deberías saber a estas alturas. La base de Nevada al parecer fue borrada del mapa junto con la unidad que ahí construían y todo lo que había a aproximadamente noventa kilómetros a la redonda. Aun no se sabe las razones de por qué ocurrió eso y todo parece apuntar a un accidente ocurrido por un defecto de instalación en el motor de la unidad. Como fuere, todo lo relacionado ha sido clasificado como ultra secreto y se ha estado manejando con riguroso secretismo. De hecho, lo de Nevada es algo cuyos detalles la propia inteligencia norteamericana al parecer todavía desconoce y, con toda seguridad, si llegaran a saber algo de eso jamás lo darán a conocer.

-Mmmm… Muy interesante. Ahora dime,  ¿Qué pasó realmente en Nevada?

-En verdad no conozco más antecedentes que lo que te dije-. Dijo la aludida mientras le entregaba una pequeña cajita en cuyo interior se encontraba una pequeña tarjeta de memoria que, con seguridad, debía contradecir las afirmaciones recientemente señaladas por ella.

-Pues bien, supongo que no tengo más alternativa que creerte-. Señaló Kaji, mientras recibía el encargo y el denso silencio pasaba a apoderarse de aquel romántico cuarto. Ello, hasta que la mujer se puso de pie y se alejó un poco del hombre a la vez que su aire de severa imperturbabilidad pareció trisarse al sorprender a Kaji con una pregunta simple y directa, formulada sin prolegómenos.

-¿Qué son los Evas?

-¿Por qué la pregunta?-. Inquirió en verdad bastante sorprendido ese hombre.

-¿Por qué la pregunta dices? Ambos sabemos perfectamente bien que en el fondo todo esto trata sobre los famosos Evas. Y sin embargo resulta extraño que tratemos con algo que en verdad desconocemos. Tan solo nos limitamos a obrar asumiendo de antemano su existencia.

-En verdad, temo que me estas preguntando sobre algo respecto de lo cual no me siento con plena libertad para responder.

-¡¿Por favor?! No has tenido problemas para hablarme de ojivas termonucleares y multimillonarias triangulaciones de dinero, pero ahora tienes reparos para contarme sobre esos extraños armatostes. Se supone que estamos juntos en esto. ¿Por qué no dices nada?

-Te conozco bien. Puedo intuir que hay algo muy personal que te inquieta y afecta. Y que por ello me estas preguntando sobre los Evas, pero que en verdad no quieres saber de eso.

-¿De dónde sacas eso?

-Del hecho que los Evas no son nuestra línea de trabajo.

-Bien, puedo concederte eso por el momento. Pero lo que si necesito saber, y no voy a aceptar excusas en ello, es lo relativo a quienes pilotean los Evas.

-¿Qué quieres saber?

-Quiero saber quiénes son los pilotos, como los eligen, y la razón del porque todos los pilotos son o parece que tienen que ser jóvenes quinceañeros.

-¿Porque tu interés en los pilotos?-. Pregunto Kaji secamente y de una forma repentinamente seria. Interrogante a la cual Carol respondió extrayendo un teléfono inteligente de su bolsillo y, luego de algunas indagatorias, le enseño la foto de un muchacho.

-¿Quién es él?-. Pregunto ese hombre luego de ver por algunos segundos aquella fotografía.

-Un chico que desapareció de un hotel sin haber dejado rastro alguno.

-Pues el secuestro de menores es una realidad triste, pero de bastante ocurrencia.

-Pues fíjate que no debiera serlo cuando este muchacho se encontraba completamente custodiado por varios agentes del servicio secreto estadounidense, todos los cuales fueron brutalmente ultimados sin razón aparente en los estacionamientos de un famoso y concurrido hotel de Las Vegas, mientras el chico fue raptado desde ese lugar para ser llevado hacia quien sabe dónde. Y todo esto ocurrió tan solo unas horas antes de que se realizara a cabo la prueba de activación del Eva unidad 04, no muy lejos de la ciudad donde ocurrió este hecho. Ahora bien, con estos antecedentes ¡¿Todavía sigues pensando que esto es tan solo otro lamentable caso de secuestro de menores?!

-Acaso dices que ese chico fue…

-¿Qué si había sido designado como piloto de esa cosa?-. Interrumpió la mujer para inmediatamente agregar. -En verdad no lo sé. Originalmente el gobierno quería prepararlo para un programa sobre el cual nunca me brindaron antecedente alguno. Tan solo seguí la orden de guiarlo en su entrenamiento antes que este fuera terminado y yo fuera redestinada para esta misión. Pero luego de saber esta noticia y que a las horas después ocurriera la desaparición de la base de Nevada, en verdad ya no sé qué pensar-. Concluyo la mujer antes de suspirar con cierta tristeza y resignación sobre ese hecho, mientras guardaba su aparato y volvía a dirigirse hacia su colega. -Por eso necesito conocer todo lo que sepas acerca de lo relativo a la selección de los pilotos de los Evas-.

-En verdad, me encantaría saber algo para así poder responderte. Pero por desgracia no sé nada de eso-. Respondió Kaji, sin comentarle nada sobre los datos que en verdad si manejaba.

-¿Estás realmente seguro que no tienes esos datos en tu nomina?

-No. No recuerdo haber visto la imagen de ese chico en alguna base de datos de la Comandancia. Lo único que puedo decirte es que hasta ahora oficialmente solo existen tres pilotos asignados. Pero en verdad puede que exista la posibilidad que ese muchacho haya sido al menos sondeado para ser uno de los pilotos. Aunque insisto que eso bien puede ser tan solo una posibilidad, ya que no tengo antecedente alguno sobre ese chico.

-Por ahora tan solo nos queda esperar que Kensaki averigüe más detalles sobre todo esto. Aunque si de mí dependiera inmediatamente para allá.

-El hacer eso sería demasiado precipitado. Y no creo que el Coronel este de acuerdo.

-Sin ánimo de ser presumida, creo que puedo hacer mucho más que la policía local que ha estado alegando estúpidas minucias de competencia, o que la inteligencia norteamericana que anda quejándose que no tiene antecedentes, como si los criminales tuvieran que dejarles las pistas en bandeja. Y mientras todo se dilata, seguimos con un muchacho que repentinamente desapareció de la faz de la tierra sin dejar rastro. Sin contar que una decena de sus mejores agentes fueron abatidos en un procedimiento que fue muy prolijo.

-En verdad, y así como lo pintas, sería un trabajo demasiado prolijo. Y eso no pinta nada bien.

-A mi menos. ¿Piensas igual que yo en que aquí pudo haber un trabajo interno?

-Es una de las hipótesis que debemos saber manejar, aunque no debemos descartar otras posibilidades.

-Pues quedándonos en este lugar no vamos a resolver nada. De hecho, en verdad ya no tengo nada que hacer aquí. ¡Debo regresar a Norteamérica lo antes posible!-. Señalo la mujer con cierta desesperación en su voz.

-Carol, debes calmarte.

-¡¿Cómo quieres que me calme?!

-Si seguimos haciendo alboroto sospecharan que este griterío no es propio de un lugar como este. Y nuestra seguridad puede correr peligro.

-Escúchame. Si algo malo le llegara a pasar a ese chico, te juro que perseguiré a las bestias que lo hicieron, y los haré pagar a como fuere lugar. Aun si tengo que bajar al mismísimo infierno para hacerlo.

-No te preocupes. Todo va a estar bien-. Dijo el hombre mientras se paraba y acercaba a fin de poder contener y abrazar a esa mujer que desesperadamente trataba de ser fuerte, aun cuando por dentro se encontraba temblorosa y aterrada. Así fue como ellos permanecieron silentes durante un largo rato, hasta que el hombre de coleta se animó a confidenciarle al oído algo que hasta entonces había preferido callar.

-¿Sabes? Si en verdad ese chico estaba destinado a ser piloto, entonces eso podría contradecir todos los antecedentes que manejaba hasta este momento.

-¿Qué quieres decir con eso?

-Hasta ahora, todo apuntaba a que NERV manejaba en exclusiva lo relativo a la designación de los pilotos. Pero la sola posibilidad que existan pilotos elegidos fuera del control de NERV resultaría de veras sorprendente.

-¿Se supone que no debería haberlos?

-Se supone que dicha organización se encarga de la selección de los candidatos.

-¿Y la aparición de otros prospectos podría entenderse acaso como una amenaza para dicha organización?

-No sabría responderte a eso. Créeme, al alto mando de NERV en verdad le importan bien poco los pilotos. Con seguridad les importa más la pérdida del Eva 04 que la de un joven quinceañero. Aunque tampoco vi escenas de gran dramatismo por la desaparición de dicho Evangelion. Sin embargo, eso no significa que la plana de NERV no este algo sorprendida por la pérdida de dicha unidad, así como por la circunstancia en que esta se produjo.

-Sera mejor que hables por ti. Lo que es a mí este asunto no termina de calzarme del todo. Hay demasiadas coincidencias aquí como para pensar que todo haya sido producto del azar.

-Tienes razón. Estas cosas nunca pasan por accidente. Como tampoco es accidental que después de tanto tiempo finalmente estemos juntos una vez más en un cuarto de motel.

-…y no precisamente para tener sexo. Igual que en los viejos tiempos… Ryouji Kaji. Definitivamente nunca dejarás de ser un caso perdido.

-Y tu Carol Parker, sigues tan encantadora como siempre-. Concluyo el aludido con cierta cuota de ironía sin gran malicia mientras se separaba del abrazo con una serena sonrisa en los labios para esa mujer. Quien en esta ocasión dejo de lado la seriedad para darle a aquel hombre una sonrisa algo triste pero dentro de todo esperanzada, como si en verdad y a pesar de todas las adversidades, todo al final iba a salir bien.

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En el aeropuerto internacional de Tokio-2 se informaba mediante las pantallas y altavoces que uno de tantos vuelos intercontinentales había aterrizado en una de sus pistas. Y entre toda la frenética muchedumbre destacaba la irrupción en medio de ese amplísimo vestíbulo de un hombre de edad madura de porte imponente resaltado por su impecable vestir que parecía haber sido capaz de quedar indemne a las largas horas de vuelo, corta cabellera algo decolorida a causa del paso del tiempo y ojos azules algo cansados que delataban lo largo e incómodo del viaje, llevando ese hombre consigo tan solo una pequeña maleta de viaje con ruedas que iba arrastrando tras de sí.

A pesar de no ser claramente nativo de ese lugar, dicho sujeto pareció no experimentar mayores problemas tanto para efectuar todos los trámites necesarios de desembarque, como para salir de ese recinto, donde pudo reconocer a otro hombre que se ajustaba plenamente a una descripción que había sido convenida de antemano.

Sin dudarlo, se acercó a ese hombre y le formuló una discreta pregunta que sería respondida de la manera antes pactada. Luego de otra pregunta respondida también de forma conveniente, esos dos hombres se alejaron rumbo a la salida de aquel recinto aeroportuario, donde ambos abordarían un elegante vehículo que raudamente les llevaría rumbo hacia destinos indeterminados. Todo ello mientras que en el interior de dicho vehículo al recién llegado le hacían entrega en sus manos de una tablet con datos que, aseguraban, habían sido recién obtenidos desde el corazón de NERV.

Ante la información que se desplegaba frente a sus ojos, el hombre se sorprendió por la gravedad de lo que ello podía implicar para sus objetivos. Ahora entendía a la perfección porque sus superiores le ordenaron encarecidamente viajar lo más rápido posible desde tan lejos hasta esa lejana tierra a la cual alguna vez había juramentado nunca mas regresar.

Definitivamente, aquel hombre había llegado justo a tiempo para comenzar a cambiar muchas cosas. 

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Continuará…

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