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Juntas (Capítulo intermedio).

Advertencias preliminares:

El presente capítulo contiene escenas que pueden ser consideradas como lime o lemon "dependiendo tanto de las circunstancias como de las opiniones que el lector pueda tener debido al contenido erótico de estas". Debido a todo lo anterior, la lectura del presente capítulo puede no resultar recomendable para personas que sean escrupulosas o susceptibles con el tema. Puedes hacerlo con confianza, ya que la lectura o no lectura de este capitulo intermedio no incidirá en la apreciación postrera de la historia.

Ahora bien, si de acuerdo a la legislación y/o reglamentación vigente en tu respectivo país, estado o territorio eres menor de edad al momento de leer este capitulo, definitivamente NO DEBES LEER este capítulo y espera al capítulo siguiente que se publicará dentro de muy pronto.

Si a pesar de todas estas advertencias decides leer el presente capitulo, conste que lo haces bajo tu propio riesgo y que fuiste debidamente advertido. No vengan después a reclamarme.

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Sin dificultad, la puerta de un departamento se abrió y dos chicas hicieron ingreso en él. Asuka se sorprendió al conocer la morada de la primera elegida. Pensaba que solo hecho de vivir en esas edificaciones en bloque algo descuidadas parecía algo decadente, pero el departamento resultaba todavía más deprimente. Gris por el hecho de exhibir sus crudas paredes de cemento carentes de toda pintura o decoración, y oscuro debido a que tenia las cortinas cerradas que filtraban el paso de la luz del sol, volviendo a ese lugar carente de toda vitalidad, lo que hacía que el panorama pareciera desalentador. Sin embargo, lo que más le sorprendió no fue lo anterior, sino el hecho de que fuera un departamento simple, tal vez, demasiado simple para los gustos de la segunda piloto.

"Si el hogar reflejaba la personalidad de sus dueños, el piso de Rei es la mejor prueba de esta hipótesis. Árido y en extremo simple". Fueron los pensamientos de la chica pelirroja. 

-Linda morada-. Dijo Asuka en un tono irónico. Pero Ayanami no hizo ningún ademán de contestar a esa frase. En su lugar, simplemente ella dio unos pasos para sacar del respaldo de una silla aquel vestido blanco y se lo entrego a su acompañante.

Una vez que recibió la vestidura de manos de aquella chica, Asuka se sintió en extremo incomoda al tomar esas albas manos. Así fue como había comenzado todo, y ello no debía volver a ocurrir. Raudamente retiró sus manos y de forma nerviosa intento sin decir palabra alguna salir de ese lugar al descubrirse absolutamente incapaz de seguir disimulando una fortaleza de la cual carecía.

-¿Asuka?-. Pregunto una voz inocente que interrumpió todo, obligándola a detenerse y voltearse para mirar ese rostro que tanto quería evadir. El mismo que supo develar las verdaderas intenciones de toda esta puesta en escena con una declaración.

-Sé que no viniste por el vestido.

-¿Ah?

-Viniste por algo más.

-Pe… pe… ¿Pero de que estas hablando?

-Te sientes confundida por lo de ayer. ¿No es así?

-¡¿Lo de ayer?!... Ah si, si, eso… Bueno, eh… eso… eso solo fue una equivocación. ¡Eso!, un desliz de debilidad en que no sabíamos lo que hacíamos y nos dejamos llevar por el momento. Pero no quiero que pienses mal de mi, de que soy una pervertida o que soy…

-¿Por qué debería pensar mal de ti?-. Le interrumpió Rei.

-¡Como que por que! ¡Por lo que hicimos! Eso no esta bien…

-Si no estaba bien. ¿Porque lo hiciste?

-¡Yo no quería hacerlo…!.

-Pero lo hiciste.

-¡Estoy diciéndote que no quería hacerlo!. Todo fue un error-. Y luego de ver la incredulidad asomándose ligeramente en el rostro de Rei, Asuka suspiro de resignación y prosiguió luego de un breve silencio. -De hecho, el haber venido acá también fue un error. Todo esto esta mal, jamás debimos haber tenido esa conversación, jamás debí haber hablado contigo y jamás, pero jamás…-.

Aquella frase nunca llegó a completarse, ya que ante el concertado esmero de negarse a la realidad los labios de Asuka terminaron siendo abruptamente silenciados por otros labios que supieron comprender que ya no había necesidad de seguir desperdiciando palabras para intentar negar lo que ya era evidente. Fue así que la sinceridad de aquellos labios terminaron hablando por esa boca que nunca parecía tener razones para gesticular palabras. Fue así como toda duda se disipo en solo cosa de instantes mientras la razón cedió ante la emoción y se decidió a permitirse aparcar a un lado todos sus prejuicios, haciendo que Asuka cerrara sus ojos y se prestara para sumergirse en tan bucólica ensoñación. Pero antes de cualquier cosa, algo se detuvo.

Abrió sus ojos para saber el porque del abrupto final. Encontrándose con la mirada de Rei, quien expectante aguardaba la respuesta para la pregunta que tímidamente formulara aquella chica.

-¿Crees que esto es un error? ¿Crees que esto esta mal?.

La interpelada no respondió, y no lo hizo porque en verdad ya no había necesidad de responder ya que ella en el fondo conocía bien la respuesta. Fue así como se abalanzo sobre la chica peliazul tomando su fino y suave rostro entre sus manos antes de volver a besarla, mientras se abrazaba a ella y sentía como la primera también le estrechaba en un profundo abrazo lleno de calidez. Y durante largo rato permanecieron ambas deliciosamente atrapadas en esta situación hasta que sintieron que el aire les faltaba a su alrededor, siendo forzadas a tener que romper aquel beso encadenado.

Al observarse ambas prontamente se dieron cuenta que ninguna de ellas eran ni podían volver a ser ya las mismas muchachas que habían ingresado a ese departamento hacia tan solo unos minutos atrás. Y fue así que ambas descubrieron que, contra lo que podían pensar, todo lo que estaba pasando no era en lo absoluto un error. Tan solo bastaba con mirarse mutuamente para descubrir que ambas habían sido dos almas solitarias que el dolor las obligó a darse cuenta de sus respectivas soledades, así como ninguna de ellas querían en verdad continuar por más tiempo inmersas en esa desdichada soledad que tanto daño les estaba infligiendo a las dos.

Fue entonces cuando cayeron en cuenta que, al mirarse en la otra, en realidad también se estaban vislumbrando a si mismas. No era primera vez que sentían que esta situación les ocurría, pero era la primera vez que se realmente se dieron cuenta plenamente de ello. Así fue como se dieron cuenta cuanto se necesitaban la una a la otra; no tan solo para pelear juntas contra los enemigos celestiales, sino que también se necesitaban para encontrar una razón para vivir y un motivo para salir adelante.

Sin necesidad de prodigarse palabras, y tan solo con mirarse, fue que ambas solemnemente se juramentaron a partir de ese momento que ellas nunca se dejarían y que, pasara lo que pasara, ellas estarían siempre juntas.

Simultáneamente los tímidos rostros de ambas féminas sonrieron, finalmente habían concordado en silencio abandonar entre ellas y para siempre las caretas que las alejaban, mostrándose siempre tal cual eran.

Y queriendo simbolizar dicho gesto Rei acerco sus manos al rostro de Asuka, tomando su rostro para luego acariciar su cabellera mientras soltaba la pelirroja cabellera de su compañera, bajando hasta posar sus manos sobre los hombros de ella donde con delicadeza procedió a bajarle la parte superior de su uniforme para luego desatar el lazo rojo que llevaba alrededor del cuello de la camisa y así poder desabrochar mejor los botones de esa camisa. No paso mucho rato para que cayera esa vestimenta y se descubrieran los pechos de aquella chica pelirroja, sostenido por un corpiño que la peliazul procedía a desabrochar y a retirar mientras estrechaba un abrazo en torno a su compañera.

La confusión inicial de Asuka pronto transmuto en ansiedad al ver como su compañera estaba presurosa a entregarse y a experimentar en ignaros placeres, deseosa también de aventurarse en este desconocido juego fue como llevo la cabeza de la primera elegida hasta su pecho, mientras ella también le bajaba la parte superior del uniforme, replicando en la chica de cabellera lavanda el mismo procedimiento.

No transcurrió demasiado tiempo antes de que ambas chicas se tendieran semidesnudas sobre aquella cama donde Rei retomo la iniciativa, besando apasionadamente la boca de Asuka mientras ella se volvía a sumergir en esa ensoñación a la par de sus lenguas que se buscaban y contactaban para completar el tórrido y húmedo juego, relajándose y entregándose completamente a la pasión del momento.

Asuka permaneció tendida mientras Rei se separaba un poco y se recostaba ladeada a su costado en mejor forma de permitirse explorar un rato el cuerpo de su compañera. Pronto, las manos de la pálida chica fijaron su atención en los pechos de la chica germánica; tocando su tersura, explorándolos y jugando con ellos un rato antes de centrarse en sus pezones; estimulando uno de ellos con sus dedos recorriéndolos en círculos alrededor de ellos para luego pellizcarlos y tirar suavemente de ellos, mientras estimulaba el otro chupándolo y lamiéndolo, para luego estremecerla un poco mas soplando suavemente sobre la húmeda areola. Haciendo esto una y otra vez mientras podía sentir la piel de la alemana estremecerse. Estremecimiento que iría acrecentándose cuando la peliazul se ocupo con su boca de aquel otro seno, chupándolo y estimulándolo con la punta de esa húmeda lengua mientras su mano ahora liberada descendía acariciando suavemente el vientre antes de arremangar esa falda que aun no se había desprendido del cuerpo de su ahora amante compañera.

Rei acaricio una de las piernas de Asuka buscando y consiguiendo que ella se relajara y se abriera a medida que la angelical mano de la peliazul recorría esos muslos hasta llegar a sentir el tacto de otra prenda, mucho mas fina y delicada, que cubrían esa entrepierna y que Rei toco un rato mientras imaginaba lo que había allí debajo. Luego de un rato de deliciosa incertidumbre, esos finos dedos subieron un poco para poder buscar un borde donde introducirse mientras tanteaban aquel ciego terreno. Y cuando hallo ese borde solo fue cosa de deslizar su mano por debajo para sentir el contacto de suaves bosquecillos, antes de encontrar lo que ella buscaba.

Un cerrar de ojos y un suave gemido salieron de aquella pelirroja cuando aquellos gráciles dedos recorrieron de arriba a abajo aquellos otros labios que enmarcaban su intimidad, antes de rehacer el camino mientras separaba aquellos labios a fin de buscar un cuerpo pequeño, liso y redondo que con tan solo tocarlo fueron capaces de provocar el inicio de un embriagante placer que aquella chica no podría describir y que la chica peliazul supo generosamente prodigarle a medida que la estimulaba primero con tenues y suaves caricias circulares, para luego de un tiempo darle cada vez mas fuerte y mas rápidamente. Sensaciones calidas y estremecedoras que iban cada vez en creciendo mientras la humedad de su intimidad iba creciendo en retribución a tamaño tratamiento y, de paso, acrecentándose también en la intimidad de quien la estimulaba, hasta el punto de también hacerse notoria.

Dejándose llevar por aquel intenso y novedoso placer Asuka cerro sus ojos y centro sus sentidos en disfrutar de aquel gozo que nunca creyó que podía llegar a alcanzar en las manos de otra como ella, y que ahora se apoderaban por completo de su ser. Su cuerpo y sus sentidos comenzaron a liberarse al prepararse para sentir cada vez mas cerca la inminencia del instante del sublime y máximo placer.

Sin necesidad de decir nada, Rei supo del ansia por dicha inminencia por el movimiento de sus caderas, decidiendo complacer sus especiales necesidades aventurando sus dedos por el interior de aquella húmeda y cálida intimidad a fin de hacerla sentir por completo dichosa mientras que con su boca iba ascendiendo por aquel cuerpo estremecido y jadeante de su amante besando tiernamente cada rincón que encontraba, deteniéndose un rato en el cuello el cual devoro a besos mientras que con la otra mano acariciaba el rostro del objeto de su afecto.

Asuka se estaba conteniendo para así prolongar al máximo su placer, pero ya no podía contenerse más, sentía que necesitaba liberarse, los jadeos pasaron a convertirse en gemidos mas potentes que delataban la dicha de la apoteosis próxima que se encontraba cada vez mas cercana, tan solo necesitaba un poco mas para conocer la plenitud de la felicidad. 

Un gemido potente, que casi parecía un grito entrecortado y que logro sacarle algunas lagrimas de felicidad de ese rostro delataron el gozo de aquella doncella, y al abrir los ojos para encontrar el rostro calidamente sonriente de aquella otra fémina que usualmente no parecía mostrar emociones, pero que ahora le regalaba una hermosa sonrisa que fulgurántemente resplandecía en todo su rostro y que era coronada por el brillo de aquellos ojos rubíes usualmente fríos y distantes pero ahora lucían tan llenos de pasión y deseo, del mismo modo que lucían ahora esos ojos azules, ahora desprovistos de todo manto de infelicidad que pudieran asolarles.

Asuka sonrió, por primera vez en mucho tiempo ella fue capaz de sonreír sinceramente mientras sentía desbordar la alegría en su herido corazón. Y todo esto gracias a ella. Extrañas ironías puede ofrecer el destino, alguna vez pensó que ella era su rival y enemiga a vencer. Y ahora ella podía ser quizás, la chica a quien amaba.

Esto último parecía un pensamiento irreal e imposible. Quizás porque toda esta situación resultaba tan extrañamente irreal como inesperada, aunque en el fondo ella presentía e incluso deseaba algo como esto. Asolada ante esta peculiar duda Asuka tomo en sus manos el rostro de Ayanami a fin de cerciorarse de que todo esto era real. Y lo era; para su gracia, toda la felicidad que estaba sintiendo era real.

-¿Qué ocurre?-. Pregunto la chica peliazul al vislumbrar la mirada levemente dubitativa de la segunda elegida enmarcada por una lágrima, resabio de la reciente experiencia ocurrida.

Ante el silencio de Asuka, Rei no se sintió bien ya que temió que en su impulsivo afán por satisfacerla ella pudiera haberla lastimado, o que no le hubiera agradado lo que le hubiera hecho. En un acto reflejo ella intento acariciar la cabeza de la pelirroja, pero al hacerlo Rei sintió su mano derecha húmeda y levemente caliente gracias a los fluidos emanados desde lo mas íntimo de esa muchacha, ahora devenida en amante. La chica peliazul miro su mano, aun no estaba convencida de que ella hubiera sido capaz de haber realizado acto semejante ya que ella no había pensado, tan solo se dejó llevar dándole rienda suelta a sus deseos. Ello mientras parte de esos fluidos caían sobre el sudado cuerpo de la alemana.

-¿Por qué estas ahí detenida?-. Pregunto Asuka al ver este comportamiento de asombro en Rei en esa cara que, por momentos, delataba su inocencia en estas lides.

"De seguro, esta también debe ser la primera vez para ella", pensó la chica del mirar azul al notar la falta de respuesta de Rei. Pero Asuka supo comprender eso. Después de todo, esta también había sido la primera vez para ella, y también quiso darle algo bueno a su nueva compañera.

Irguiéndose en la cama para tener una mejor posición, tomo la diestra de Rei y lamió esos húmedos dedos para así probar su propia ambrosia, mientras despojaba a su amante de todas aquellas ropas que aun no habían sido desprendidas de su pálido cuerpo hasta tenderla desnuda en su propia cama. Donde una ahora también desnuda Asuka se gano encima de ella, mientras se acercaba a uno de los oídos de la peliazul a fin de susurrarle sensualmente unas palabras.

-Lo hiciste muy bien, y ha llegado la hora de retribuirte.

Dicho esto, la pelirroja recorrió con su húmeda lengua el lóbulo de su amante a la par de recorrer con sus dedos aquellos albos y delicados pechos que turgentes estaban a la espera del placer que le propinaban aquellos dedos que con suavidad recorrían aquellas areolas, masajeando y acariciando los erectos pezones de la chica de mirar escarlata, quien cerro sus ojos para relajarse y sentir el placer que la invadía en grados crecientes a medida que este masaje se incrementaba y a medida que sentía como la lengua de su amante dejaba el lóbulo para descender por su delicado cuello, provocándole deliciosas cosquillas a la peliazul. Alternando el húmedo trazado con suaves besos por la senda trazada.

Volvió a recorrer con su lengua el camino restante hasta llegar a esos albos pechos los cuales lamió y chupo, por momentos como si quisiera mamar de ellos; lo que excito de sobremanera a ambas. Luego de un par de minutos repitió el proceso, ahora en el otro seno, volviendo a hacer sentir especial a su compañera, al ver el usualmente pálido y neutro rostro de su amante adquirir ahora un rebosante maquillaje producido por el rubor y el gozo.

"Le gusta, le gusta". Era la idea que llenaba de satisfacción a Asuka al ver a Rei entregándose ciegamente al placer, idea que la vez la excitaba cada vez mas y que rápidamente la alentaba para pasar a un siguiente nivel.

La chica germánica se separo un poco de ella mientras buscaba con su mirada el tesoro que estaba entre aquellas piernas y que estaba cubierto y rodeado por un fino bosquecillo de inusitado color índigo. Al igual como lo había hecho antes la chica peliazul, acaricio los suaves muslos de Rei a fin de relajarlos mientras se ganaba frente a dichas piernas para luego abrirlas de par en par y así ver lo que ocultaba aquel bosquecillo. Con una de sus manos la chica pelirroja separo aquellos pliegues que estaban a los lados de aquella intimidad, con la otra mano busco y revelo cierta zona superior de dicho sexo, la que se hizo visible a medida que la descubría y estimulaba con sus dedos.

Sorprendentemente, no fue cosa difícil para Asuka estimular a su compañera. De hecho, la peliazul se notaba visiblemente excitada al ver a esa otra chica frente a esa entrepierna húmeda y expectante. La mente de Asuka se deleito ante tamaña visión y le hizo olvidarse de todo concepto de decencia, acercándose a esos otros labios para besarlos y dar así rienda suelta a sus locas fantasías.

Por su parte Rei abrió fuertemente sus ojos al sentir que algo húmedo, calido y suave la estaba estimulando, se irguió levemente para ver como Asuka estaba besando sus intimidades y lamiendo sus pliegues mientras saboreaba el húmedo sabor de su ser. Para Rei esto no era usual y no sabía si ello estaba bien o no, pero los embriagantes y novedosos placeres descubiertos habían despertado a estas alturas en esa chica un lado desconocido que en silencio le imploraba por mas y mas, y su cuerpo la delataba al exigirle mas placer con respiraciones mas aceleradas y una nula resistencia a los avances que realizaba su amante con su lengua dentro de su intimidad, estimulándola de arriba abajo y de abajo a arriba, de forma cada vez mas rápida y constante.

La excitación también estaba renaciendo en aquella antigua rival devenida ahora en su nueva amante cómplice, quien no podía aguantar el ardor que sentía dentro de su ser y deslizo sus dedos dentro de su pelirroja intimidad a fin de intentar aplacar su deseo, pero esta vez ya no era suficiente, así como tampoco era suficiente seguir ella sola disfrutando de aquel gozo.

Cuando Rei solo se centraba en disfrutar de aquella experiencia, fue sorprendida al dejar de sentir todos esos torbellinos de placeres. Asombrada vio como Asuka se levantaba y se ganaba a su lado mientras la volvía a recostar para posteriormente ganarse de rodillas en la cama, con sus torneadas piernas que se ganaron a los costados de la cabeza de la primera elegida. Y al ver el consternado rostro de la peliazul y antes de que esta pudiera preguntar algo, ella le hablo.

-¿Podrías hacerlo?-. Pregunto ella de forma expectante y enseñando una sonrisa que no era la que dicha pelirroja solía enseñarle al mundo, sino que era una sonrisa inocente y dichosa. Pregunta que hacía mientras delicadamente despejaba con sus dedos aquel bosquecillo y le enseñaba su húmeda y ardiente intimidad. La requerida no supo como responder ni como actuar.

-Solo tienes que hacerlo de la misma forma como lo hago. Es muy fácil-. Le respondió de forma sonriente y deseosa la segunda. Para que no hubiere lugar a dudas, ella se gano sobre la chica peliazul y acerco su intimidad a su rostro, mientras la pelirroja retomaba su labor de satisfacer a aquella chica.

Basto con que Rei volviera a sentir dentro de si reavivarse los ardores de la carne producto de la estimulación que le propinaba la pelirroja para que gustosamente se prestara a corresponderle a su compañera de la misma forma e intensidad como ella lo estaba haciendo.

La reciprocidad en dar y entregarse mutuamente hizo que ambas se sumergieran en el mas pletórico de los gozos mientras juntas exploraban los misterios de la carne, a la vez que trascendían los limites de la pasión a medida que ambas almas se fundían en un único ser que buscaba complementarse al son de los ritmos del deseo que crecientes se desarrollaban dentro de esas ahora dos mujeres y que ahora demandaban una unión completa de cuerpo, mente y alma.

Ahora era Rei quien rompía la entrega del placer al salir de debajo de su compañera ante la atónita e incrédula mirada de esta.

-¿Pero que estas haciendo?-. Pregunto Asuka, al no entender lo que pasaba. Pero Rei no le respondió, no había necesidad de ello, en su lugar se acerco a ella y contemplo sonriente a la chica que tenia enfrente, cuya larga y sedosa cabellera roja simbolizaban muy bien su fuerza y determinación; sus ojos azules reflejaban todas sus emociones, tanto las que quería mostrar como las que quería ocultar; y su cara delataba una extraña y adorable mezcla entre la confusión y la ansiedad.

La primera elegida no pudo resistir el impulso y volvió a besar esos labios en los cuales le encantaba perderse, lo había descubierto el día en que hicieron contacto por primera vez, y ahora solo quedaba rendirse ante ellos.

Por su parte Asuka estaba confundida, ya había aceptado a la peliazul como su compañera y ya no quería estar con otra que no fuera ella, pero aun así sentía que Rei todavía seguía siendo una suerte de misterioso enigma y que pasaría mucho tiempo antes de que pudiera descifrarlo por completo. Pero con toda seguridad ya surgirían en el futuro ocasiones para ello. Ahora solo había momento para la entrega, momentos para compartir, momentos para amar…

Dando rienda suelta a sus instintos ambas se miraron y se desearon mientras buscaban poseerse mutuamente recostándose en aquella ahora desordenada cama abriendo sus piernas para enseñarse mutuamente, como si ellas quisieran acoplarse. Presurosas en abrirse paso en esta última entrega, el íntimo ser de ambas féminas hicieron contacto y comenzaron a estimularse aceleradamente a medida que se rozaban por el movimiento de sus caderas a la vez que apoyaban sus manos en las piernas de la otra para sostenerse e impulsar sus movimientos. Una vez bien afirmadas ambas se entrelazaron, recorriéndose mutuamente con sus manos aquellos cuerpo sudados y ardientes, centrando sus atenciones en las partes mas sensibles y que mas placeres les proveían.

No paso mucho tiempo para que ambas sintieran al unísono la necesidad del pleno desencadenamiento al sentirse embargadas por este doble placer proveniente tanto de su propia entrega en cuerpo, mente y alma; como de la entrega reciproca en cuerpo, mente y alma de la otra fémina con la que compartía un momento cómplice de entrega y aceptación. Y al sentirse y saberse mutuamente excitadas ambas decidieron cruzar aquel umbral de la misma forma en que emprendieron ese camino.

Juntas.

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Luego de un instante en que ambas pudieron vislumbrar y alcanzar al unísono la gloria de las glorias, ambas estaban recostadas en esa cama, el fragor compartido ya había quedado atrás. Ahora, ambas tan solo se miraban y se sonreían.

Sin decirse nada, ambas pudieron comprender que todo esto no había sido ni un juego ni una locura del momento. El sentimiento y la pasión compartida, el hecho de sentirse que mas allá de sus individualidades pudieron dar y recibir algo que no esperaban y que a su vez superaba todas sus expectativas. Podía parecer un sueño un dulce sueño del cual no se quisiera despertar, pero no había necesidad de despertar de ningún sueño, porque esto no lo era.

Esto era real.

Lo acontecido era real.

Todo había sido verdad.

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Continuará…

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