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Capítulo 1: ¡Hogar, agrio hogar!

Capítulo 1: ¡Hogar, agrio hogar!

Era una noche de lluvia, de esas en las que te preguntas si de verdad estas a salvo bajo el techo o si todo se vendrá abajo en tu ilusoria burbuja de protección, cuando el mundo retumba y los rayos chocan, ningún ser vivo se podía escuchar sobre el reinado del tormento. El aire exhumaba peligro en cada esquina. Nadie estaría a salvo hasta que el sol trajera el nuevo día, y con él, la seguridad de la luz.

Un cuerpo daba largos y pesados pasos sobre el barro y el fango. Cadenas oxidadas enredaban su retorcido cuerpo, las extremidades largas y desiguales, un gemido sin vida se escapaba cada cierto tiempo y el aire se llenaba de polvo seco. Arrastraba una gigantesca caja de madera y metal que dejaba un rastro en el barro que rápidamente era cubierto por la lluvia. Sus pisadas eran lentas, a cada paso el fango quería tragarlo, añadir un integrante nuevo a los cadáveres ocultos debajo. La figura gimió una vez más, paso a paso, paso a paso, era determinado en su misión.

Finalmente se detuvo, y con él la lluvia se atenuó. Las sombras de muchas criaturas de diferentes formas, casi inhumanas, bailaban alrededor de una gigantesca fogata. El fuego gritaba en su hambre por devorarlo todo, ni siquiera la lluvia podía calmar su gula. Las figuras se reflejaban en la luz del fuego, danzaban grotescamente, cantando en un idioma pagano y olvidado. Un trueno retumbo como tambores, pero su origen no era el cielo, en su lugar se podía escuchar desde los confines de lo más profundo de la tierra, en donde la luz era solo un mito y la paz una burla. Todos gritaron con él, dándole la bienvenida a los siguientes gritos desgarradores del infierno. Fue una sinfonía para los seres, su propio tipo de celebración a la no-vida en la tierra.

Lo mortal era solo transitorio, el verdadero destino era la muerte. Oh, y cuanto lo deseaban ya.

"¡Lurch, al fin nos alcanzas!" completamente ajeno al escenario de terror, un hombre alto y de traje a rayas saludo. Su sonrisa era grande, casi maniaca, pero para los que lo conocían, inofensiva. Camino al lado de una esbelta mujer de piel tan blanca que incluso en la tormenta era reconocible. Su acompañante sostenía una larga sombrilla retorcida sobre sus cabezas, ni una sola gota los tocaría.

Lurch gimió largamente y sonrió a la pareja.

"Oh, no, Lurch. Llegas a tiempo, ya casi acaba el ritual" la mujer hablo en voz baja y armoniosa, a pesar de la lluvia de alguna manera se escuchó claramente. Lurch gimió, esta vez de satisfacción.

Fiel a sus palabras, las figuras en la hoguera se detuvieron. La pareja vio con cariño como dos niños y un bebe salieron de entre estos, como si se abrieran las cortinas de un espectáculo de pesadillas. La anciana que dirigía los canticos en el centro se levantó y hablo con voz rasposa y sonora "¡El ritual ha finalizado!" el silencio se extendió, todos atentos a las palabras "Los espectros de los caídos y los que aun claman venganza nos llamaron a estas tierras, así que vinimos y celebramos. Por generaciones se nos fue prometido un hogar en donde poder expandir nuestras raíces y marchitar la vida, por generaciones esta tierra fue testigo de cientos de conflictos entre el hombre y las bestias, todos perecieron al final, todos sirvieron para su propósito, ¡Impregnar la tierra de la muerte! ¡Expulsar a la vida! ¡Ahora el trato se ha cumplido y nosotros, el clan Addams, hemos venido por lo que se nos prometió!"

Las sombras gritaron, miles de voces de diferentes razas y orígenes, miles de lamentos y cantos en júbilo. Una cacofonía de risas y gritos que desgarrarían los oídos de cualquier ser vivo a kilómetros a la redonda. La familia Addams lo escucho con una creciente oleada de satisfacción. Estaba hecho, este era su nuevo hogar.

Madre y padre se miraron con adoración en cada gramo de sus cuerpos "Oh, Ticia... ¿Eres infeliz, cariño?"

"Oh, sí, sí. Completamente, querido" la mujer enredo sus brazos alrededor del cuello de su esposo, el hombre la tomo y la acerco, besándola apasionadamente.

Detrás de ellos el fuego se apagaba, las figuras inhumanas corrieron en un remolino de putrefacción y caos, la tierra se abrió en una enorme fosa y de esta brotaron sombras tan oscuras como el más perturbador sueño. Un tornado negro exploto y amenazó con tomarlo todo, alimentarse con el miedo de quien lo presenciase, pero ahí nadie tenía miedo, apenas si fue importante. El tornado desapareció y de pronto todo el terreno cambio, una mansión surgió de la nada. Del barro emergieron lapidas y esculturas de diferentes fallecidos y no tan fallecidos, el cementerio familiar se había trasladado, hasta la última molécula de tierra.

Los Addams celebraron la finalización del ritual. Su hogar al fin estaba listo.

De pronto un quejido seguido de un bramido animal se escuchó detrás de la familia, su origen era la gigantesca caja de madera gruesa. Luego lo más inusual, alguien golpeando la madera como si solo estuviese pidiendo permiso para salir.

"Lurch" llamo Morticia Addams "Deja salir al tío Fester. Ya debió habérsele acabado el aire hace tiempo, deja que vea nuestro nuevo hogar"

Lurch escucho y obedeció. Se acercó a la enorme caja y arranco la tapa, desprendiendo los clavos de acero como si no fuera nada. Lo primero en verse fue una mano, una mano apuntada y con conciencia propia que corrió a saludar a la familia.

"¡Dedos!" Gómez Addams saludo a la cosa como a un viejo amigo "¿No venias con nosotros? ¿Cómo te metiste ahí?" al mirar hacia el la caja, otro cuerpo salió de esta.

Era un hombre alto y con un abrigo negro que lo cubría por completo. No se veía su cuello y su apariencia era enfermiza, sus ojos rodeados de gruesos círculos negros miraban a todos a la vez, su mirada era errática y su sonrisa retorcida. De los labios agrietados salió una risa sin aire, más parecida a la tos de un moribundo. Su voz tenía el tono de un viejo loro.

"¿Es aquí? ¿Este es nuestro hogar?" salto fuera de la caja con una agilidad imposible para su tipo de cuerpo.

"Así es, hermano mío. ¡Bienvenido a casa!" Gómez solto un momento a su esposa para abrazar a su hermano. Ambos celebraron en voz alta, tan felices como la primera vez que se lograron infiltrar en la cámara de tortura privada de su padre.

"¡Niños! ¡Vamos a echar un vistazo! ¡El primero en iniciar un incendio algo gana!" Fester corrió con una enorme sonrisa, sus sobrinos lo siguieron de cerca con la misma emoción, cargando a su hermanito menor en brazos. No querían que se perdiera de la diversión. Dedos fue con ellos, también emocionado por conocer.

Gómez y Morticia sujetaron sus manos, el orgullo recorriéndolos. Pronto convertirían este lugar en un verdadero Gehena, siendo tan entusiastas y hábiles como siempre. La pareja se abrazó, no podían esperar a verlos.

Mas cuerpos fueron llegando a espaldas de la pareja, el clan Addams se estaba estableciendo, familias de depravados y psicópatas, adorables personas, amada familia.

Se me ocurrio esta interesante idea mientras veia cortos de los Addams y al tiempo pensaba en las novelas de trasmigración y todos los tipos de historias que este genero han mostrado hasta ahora, y me parecio muy divertido imaginar lo que haria una familia tan loca como son los Addams en esa situación, la respuesta: ¡Lo que quisieran!

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