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Capítulo 11: Tim

Capítulo 11: Tim

Narra Mía

Ya han pasado dos meses desde el accidente y Axel ha recibido el alta médica. He pasado todas mis vacaciones a su lado, riendo y ayudándolo en todo lo que he podido.

- Amor, no puedo creer que estés cuidándome tanto - dijo Axel con una sonrisa.

- Siempre lo haré porque te amo - le respondí, tomando su mano.

Axel me atrajo hacia él y me senté en sus piernas, rodeando su cuello con mis brazos.

- Amor, debes irte. Mañana comienzas nuevamente las clases - susurró Axel, con sus labios rozando los míos.

- Lo sé, no quiero regresar si tú no regresas - dije haciendo pucheros.

- Lo sé, cariño. Para mí también es difícil que vuelvas a la escuela y no poder verte... pero tú debes seguir adelante - me animó Axel.

- Y lo haré, siempre y cuando esté a tu lado - le dije antes de besarle.

En estos dos meses, Axel ha progresado bien, aunque aún necesita la silla de ruedas. Los padres de Axel viven muy lejos y no saben del accidente que sufrió, ya que Axel no quiere que se preocupen. Me pregunto cómo serán. Axel nunca me ha hablado sobre su padre, solo me ha dicho que sus padres están divorciados y que su madre ha hecho mucho por él y por su hermana. Hablando de su hermana, ella es la única que sabe sobre nuestra relación y nos ha ayudado mucho cuidando a Manuel para que podamos estar juntos. En la escuela, todos saben sobre el accidente y extrañan mucho a Axel. Yo soy la única que puede verlo en su casa.

Hoy estoy a punto de comenzar el cuarto semestre. Aunque ir a la escuela y saber que Axel no está en su oficina, y que en su lugar está ese odioso vicedirector, no será lo mismo.

Narra Axel

No quería soltarla. Sus labios eran tan dulces, pero sabía que ella debía continuar con su vida. Me sentía mal por tenerla a mi lado cuidándome, sabiendo que ella podría estar con alguien de su edad, alguien que no estuviera en una silla de ruedas.

- Tienes que irte - dije sin dejar de besarla.

- Sí, me iré - dijo ella, aferrándose más a mi cuello.

Hablábamos entre besos.

- ¿Cómo está tu hermanito? - pregunté.

- Bien, le caes bien. Siempre pregunta por ti - respondió.

- A mí también me cae bien mi pequeño cuñado... ¿Y ahora dónde está?

- Con tu hermana... por cierto, ¿nunca me dijiste cómo tomó la noticia de lo nuestro?

- Al principio se quedó en shock, no podía creer que estaba saliendo con alguien tan joven... pero después lo entendió y ahora nos está ayudando.

Hubo un momento de silencio en el que solo nos besábamos sin decir nada.

- Me tengo que ir - dijo ella, besándome.

- Sí, tienes que irte - dije, besándola sin soltarla.

Hasta que mi hermana entró con Manuel.

- Siento interrumpir - dijo Jessica.

Ligeramente, Mía se separó de mis brazos.

- No, no interrumpes... ya me estaba yendo - dijo Mía, agarrando la mano de Manuel - Gracias por cuidarlo.

- No hay problema, nos divertimos mucho, ¿verdad campeón? - dijo Jessica, alborotándole el cabello a Manuel.

- Siiii - gritó Manuel emocionado.

- Manuel, despídete de Axel, que nos vamos a casa - dijo Mía.

Manuel se acercó a mí y lo abracé; me daba ternura la escena y lo cariñosa que era con su hermanito.

- Adiós campeón, fue un placer verte - dije. Manuel solo sonreía y después se soltó.

Mía lo tomó de la mano y después se acercó a mí.

- Buenas noches - dijo y me dio un pequeño beso - ¿Nos vemos mañana después de la escuela?

- Te esperaré - dije entusiasmado.

Después se dirigió hacia Jessica.

- Buenas noches, Jessica, una vez más gracias por todo - dijo Mía, estrechando su mano.

- Buenas noches, Mía, y una vez más no hay problema

Me quedé observando a Mía hasta que la puerta de mi casa se cerró y ya no pude verla.

- Nunca te había visto tan enamorado - dijo Jessica - Ni siquiera cuando estabas con Julia.

- Esto es diferente, Mía no es como Julia... ella es mágica - le respondí.

Más tarde, Jessica preparó la cena. Cuando terminamos, ella se despidió de mí y se fue. Yo me acosté a dormir.

Al día siguiente, me desperté a las 4:30 am. No podía dormir, estaba ansioso por volver a ver a Mía.

Narra Mía

Son las 4:30 am y no puedo dormir, solo puedo pensar en Axel. Nunca había sentido algo así con tanta intensidad.

Me costó conciliar el sueño, pero lo logré. Incluso dormida, pensaba en Axel, hasta que llegó la hora de despertar.

- ¡Lista! - Me arreglé, preparé a Manuel, desayunamos, lo llevé a la escuela y después me dirigí a la mía.

Cuando terminaron las horas de clases, salí corriendo a buscar a mi hermanito a la escuela. Lo llevé a casa, le cambié su uniforme, dejé su mochila, le di de comer y después me encontré con Jessica en el parque como siempre.

Cuando llegamos al parque, Manuel la vio de lejos y corrió hacia ella.

- ¡Jessica! - dijo con una sonrisa.

- ¡Hola, campeón! - dijo Jessica, abrazándolo.

Nos saludamos con Jessica, le di la mochila de Manuel con sus juguetes, abracé a mi hermano y después me fui corriendo para ver a Axel.

Cuando estaba a cuatro cuadras de llegar a la casa de Axel, escuché una voz familiar.

- ¡Mía! - El chico de los ojos marrones se me acercó.

- ¿Sí?

Era Tim, un compañero de la escuela.

- Mía, ¿puedo hablar contigo?

- ¿De qué?

- Bueno... Mira, hace tiempo que quiero decirte esto - hizo un breve silencio.

- ¿Decirme qué?

- Mía... me gustas, desde que te vi por primera vez.

- ¡Tim! Lo siento... - iba a hablar, pero él me besó, tomándome por sorpresa.