Y si lo presionamos

Tarantir no sabía en sí de qué trataba la magia de sangre, no tenía conocimiento alguno sobre como controlar el caos.

Aunque si sospechaba de que era una forma de utilizar el caos de forma aun más poderosa, no sabía si era típica de él o es que los vampiros supremos tenían todos esa habilidad.

De todas maneras su vida se volvió desde ese momento mucho más ocupada, ahora tenía que asistir Inter diario a las clases de Alzur para aumentar su conocimiento del caos.

Y los días que no terminaba con dolor de cabeza, eran para adquirir dolor de cuerpo, pues Bagdur siguió siendo extremadamente violento.

Seguramente en su cabeza se hacía con la idea de que estaba tratando con un monstruo, por lo menos en las sesiones de sparring, después cuando Tarantir se encontraba en el piso no tenía problemas de decirle en que había fallado, o como hacer un movimiento en específico.

Pero había una razón para el cuidado de Bagdur, durante años Alzur paso mucho tiempo con la madre de Tarantir, Elfrid, y noto durante esos años que su presencia era difícil de detectar, aunque ella estuviera al costado de alguien con habilidades Psíquicas era posible que no la sintiera.

Ese mismo fenómeno estaba empezando a ocurrir con Tarantir, su presencia se estaba haciendo cada vez más débil, nunca vio a Elfrid luchar, pero sabía que si quisiera podría haber matado a Alzur muchas veces, ya que si hizo gala de su velocidad en alguna ocasión.

Y de nuevo día tras día la velocidad de Tarantir Aumentaba, no al punto de desaparecer totalmente de la vista de su enemigo para aparecer a su espalda, pero si su cuerpo seguía teniendo esa evolución exponencial, no tardaría en llegar a esos niveles.

Tarantir se dio cuenta de otra forma más sutil, cuando vio que su reflejo empezaba a volverse transparente, los genes de su madre habían terminado ganando la batalla, pero siendo sinceros era lo justo, ella sacrificó más por darle la vida.

Estaba feliz en verdad por este hecho, su parte humana le hacía evitar tener que usar la transformación para vivir dentro de las ciudades y al parecer es la que le daba acceso al uso de la magia.

Su parte vampírica, por otro lado, le proveía de casi todo su poder actual y según recordaba, no había logrado desarrollar una mínima parte de él .

Si tenía razón el anciano oculto era el ser más fuerte entre los vampiros y era la cúspide a la que tenía que llegar, aunque no se vio nada de lo que era capaz de hacer y si su parte humana no habría suprimido alguna de las habilidades.

Es por todas estas dudas que aceptaba su vida actual, el ser sometido a fuertes enfrentamientos que matarían a cualquier persona normal y al mismo tiempo tener que absorber la mayor cantidad de conocimiento.

Fue en las sesiones que entendió más a fondo sobre la creación de los brujos, también descubrió que las formulas para crear estos mal llamados mutantes fueron compartidos con algunos aprendices que llegaron a la torre.

Desde entonces solo les pidió que intentaran en lo posible generar cada cierto tiempo una generación nueva de brujos para que sigan con el trabajo de matar monstruos.

Cuando Tarantir le pregunto sobre si confiaba en ellos lo suficiente, solamente respondió casualmente, que eso no era lo importante, sino que le aliviaran la carga que hubiera sido durante años criar a esos niños.

Era una respuesta típica para un Hechicero, y no causó sorpresa alguna.

Para el resto del tiempo que Tarantir tenía libre, exclusivamente pudo gastarlo leyendo libros y mirando desde el balcón más alto de la torre.

Por su seguridad, Alzur no lo dejaría salir todavía, no hasta que creyera que era lo suficientemente fuerte para resistir las amenazas promedio a la que él por experiencia se había enfrentado en su vida.

La situación hacía recordar bastante a las historias de princesas en las torres, pero esta vez era un hombre el protagonista.

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[Tarantir]

Ya se había cumplido el quinto año desde que renací en este mundo y me pensaba capaz de hacer todo, menos ganarle a Bagdur en un enfrentamiento a espadas y lograr superar a Alzur en una batalla de magia.

Yo en verdad no era malo con la espada, las peleas con Bagdur era ya bastante igualadas, mis derrotas recaen más en la falta de experiencia, ya que nuestros enfrentamientos ya no eran simples peleas en el patio, no se volvieron cada vez más encarnizados.

Peleábamos hacia donde nos llevara nuestros movimientos y aprovechando los espacios, la cocina y las escaleras fueron víctimas y testigos en varias ocasiones de estas batallas.

Es por esa misma razón que nuestras clases empezaron a espaciarse, él no era como yo y necesitaba recuperarse, en ocasiones por sí mismo y en otras con ayuda de Alzur.

Hoy por lo menos ya habían pasado 3 días desde el último enfrentamiento, pero esta vez era diferente, Bagdur llegó al patio donde practicamos con varias pociones.

Sabía exactamente de que pociones se trataban, así como que solo los brujos eran capaces de consumirlos por la facilidad para combatir el envenenamiento.

Bagdur: "Ahora pequeño chupasangre te vas a enterar de lo que es un brujo"

Acto seguido el primer frasco se vació en su boca, le siguió el segundo y por último un tercero.

Inmediatamente, muchas líneas negras empezaron a notarse en su cuerpo, eran los efectos secundarios de usar esas pociones, los negativos por lo menos.

Bagdur: "Creo que ya has llegado al nivel donde ya no es necesario que me contenga más pequeño chupasangre"

Su tono era amenazante, y tenía una amplia sonrisa que se asomaba, veía atreves de su amplia barba.

Tarantir : "Acaso me ves asustada Bagdur, ¿O tal vez eres tú el asustado?"

Era la típica respuesta de provocación que liberaba durante los enfrentamientos para fastidiarlo tanto como él lo hiciera.

Bagdur: "Oh, no, esta no fue mi idea, es tu padre, parece que no hiciste tu cama y quiere que me encargue de darte una lección"

La frase no me sorprendía, últimamente Alzur ha ido aumentando la dificultad a todo lo que me enseña y me presiona con más fuerza para adquirir poder.

Pero habría otro momento para preguntarle, ahora mismo veía como Bagdur cogía su espada y se ponía en posición para empezar el combate.

Y respondí haciendo lo mismo, ya me había acostumbrado a vencerlo, pero con las pociones un brujo aumenta mucho su velocidad de reacción y su fuerza.

La señal de iniciación fue la misma de siempre una piedra de color rojo lanzada al aire..., y cayó.

El brujo se lanzó contra mí con toda su fuerza, su hoja se movió en dirección a mi pecho, un movimiento que normalmente no hacía, con su fuerza multiplicada sería capaz de lanzar mi propia espada contra mí si es que intentaba pararlo.

Así que retrocedí y cuando esquive su golpe, salí disparado.

Ya me había acostumbrado a ese tipo de dolor, así que me concentre en volver a la lucha en el menor tiempo posible y entender que sus reflejos eran ahora superiores.

Al ver que retrocedería uso la fuerza de la espada chocando con el aire para impulsarse y lanzarme una patada.

Pero no había tiempo para pensar el oso se encontraba ya a pocos pasos de mí.

Los intercambios seguían sucediendo, y en cada uno estaba empezando a perder, las heridas empezaron a sentirse, al igual que la curación de mi cuerpo se encargaba de cerrarlas.

Necesitaba aumentar mi velocidad, tenía que romper este asedio continuo, con un fuerte barrido aproveche mientras estaba lanzándose contra mí para darle en la pierna de apoyo.

Pero no funciono, me di cuenta en ese instante que había dejado sin defensa todo mi lado derecho.

Él también se dio cuenta su espada se dirigía directamente hacia mí, no lograría evitarlo, así que aprovecharía la abertura cuando su espada se incrustara contra mi hombro, para asestarle un golpe en intercambio.

El sonido de metal contra metal acabo con mi movimiento, utilizo una daga para desviar mi espada y seguido el dolor vino a mí, su espada atravesó mi brazo, pero no se quedó allí, la saco rápidamente e hizo un corte contra mi desprotegido pecho.

Sentí un golpe más que me saco de balance y después el golpe en el piso.

Parecía que quería matarme, él no puede matarme, pero lo está intentando con todas sus fuerzas, me siento tan enojado yo...

No siento dolor, yo siento ira y él lo pagará.

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En ese momento había dos sujetos parados en una terraza que daba al patio de entrenamiento, veían atentamente las acciones de ambos espadachines.

Vieron como uno de los Espadachines fue atravesado y lanzado con una patada, no sin antes sufrir una gran herida en el pecho.

Vieron seguido como el espadachín derrotado se levantaba del suelo, con la mirada gacha, pero era diferente, una extraña aura de sombras lo rodeaba ahora, una extraña aura que nunca habían visto.

Y de la nada dejaron de ver al espadachín derrotado, había desaparecido, pero en un parpadeo volvió a su vista, solo que ahora al costado del espadachín que parecía un oso.

El oso se dio cuenta de la presencia del ser de aura oscura y ataco, pero el lugar donde estaba su enemigo fue cubierto por una niebla oscura que desapareció nuevamente en un parpadeo y ahora esa misma niebla se encontraba a su espalda y de ella se materializó su enemigo.

El oso reaccionó muy tarde, su enemigo le clavo un tajo en toda la espalda para seguido desaparecer y ser empujado con una patada que vino de un lado totalmente diferente.

Entonces los tres vieron claramente al antes derrotado espadachín.

Rodeado de un aura roja y negra, unas uñas que acaban en puntas muy afiladas a la vista, unos dientes caninos ligeramente sobresalidos, pero lo más llamativos eran sus ojos.

Unos ojos que reflejaban una tormenta de tonos que iban de azul a morado y rojo, pero que brillaban fuertemente, tanto que aún se podía ver en pleno día.

Alzur: "Dices entonces que de esta forma le sigue otra más poderosa".

Dijo Alzur el espectador uno de la escena.

Idarran: "Si, no recomiendo que sigamos, los cuatro brujos que mande a atrapar a ese vampiro murieron cuando mostró todo su poder".

Alzur: "Necesito verificar de que pueda guardar su cordura mientras está en esa forma"

Alzur pronuncio unas palabras en élfico y un rayo exploto justo en el centro de los dos espadachines.

Alzur: "Basta"

su voz sonó tan fuerte que es casi seguro que se escuchó nítidamente en las mansiones próximas

Ambos espadachines tiraron sus espadas y se dieron cuenta de que ambos estaban bañados de sangre

Alzur: "Parece que tenías razón, necesitaba un poco más de presión"

Dijo dirigiéndose a Idarran.

Idarran: "Fue tu idea la de ir a encontrar a algún pariente suyo, aunque lamento que no pudiera capturarlo, quien diría que serían tan poderosos como para acabar con cuatro brujos"

Idarran estaba triste, pero quien lo conocía sabia que no era por la muerte de los brujos, sino más bien por no capturar a un espécimen vivo.

Alzur: "Tendré que enviarle un mensaje a Esber, estoy muy decepcionado de las mutaciones que está dándole a sus brujos, para la próxima deberías intentar pedirle ayuda a Karakis ha tenido más éxito con sus experimentos"

Idarran seguía estando de mal humor

Idarran: "Todos son igual de decepcionantes"

Alzur se río mientras lo invitaba con su brazo a ingresar, al mismo tiempo ambos espadachines respiraban agitadamente y se miraban asustados uno del otro.