En la mañana

En la mañana siguiente, regresé a la capital. Tanto el viaje de ira como el de regreso, fueron rápidos gracias al caballo de Key. Este era un caballo de guerra Martense, era marrón obscuro casi negro. Su cuerpo era musculoso, su pelaje estaba perfectamente cuidado y, a pesar de su gran tamaño, se movía con una ligereza digna de un campo de batalla. Al regresarlo, Key lo revisó detenidamente mientras le contaba lo sucedido. Cuando terminé, por algina razón, hizo que el caballo pateara a Castor y entonces le ordenó que le avisara al duque de inmediato.

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- Es fascinante. Quién hubiera pensado que tuviese las propiedades adecuadas.

- Todo este tiempo buscamos la rara flor diamante, pero tal vez la teníamos frente a nosotros.

Tanto el duque Fabio como Oliver están inmersos viendo como una pequeña flor crecía en una maceta. Aclarando mi garganta digo:

- No estoy seguro de que sea eso, es decir, no se parece en nada a un diamante, pero tiene similitudes con lo que buscaban, asique pensé en la posibilidad.

- Tienes razón, aun así, la receta de esa mujer que nos comentó me ha dado una nueva perspectiva, si su idea es correcta, podríamos encontrar una cura para la debilidad.

El duque volteo hacia mi e hizo una reverencia:

- Muchas gracias, me aseguraré de pagarle como corresponde.

<< Honestamente, lo hice por mi propio interés, me sentiría incomodo si pidiera algo extravagante como una mansión o mucho dinero >>

- Bueno, pensando un poco en la situación, hay algo que quiero hace tiempo y me sería muy útil.

De manera pensativa recuerdo aquella vez que hable con Gea y digo:

- Quiero un caballo.

- ¿Solo un caballo?

- No, quiero el mejor caballo blanco del reino.

Tanto Oliver como el duque se sorprendieron y se miraron el uno al otro. Algo incomodo pienso:

<< El mejor del reino fue mucho ¿verdad? >>

- ¿Es demasiado caro?

- No es que sea caro, pero pareciera que quiere atrapar a un Tormenta blanca.

- ¿Tormenta blanca?

El duque mira a Oliver y este me explica:

- En Vanrea solo hay una raza de caballos blancos, son muy rápidos, difíciles de domesticar y no se pueden criar. Desde hace algunos años que solo se sabe de uno que corre libre por la pradera de Acedera, muchos lo han intentado domar, pero siempre escapa. Por eso nuestra reacción, no sabemos si eso es lo que quiere.

<< Un caballo único y complicado, presiento que sería muy problemático >> 

Llevo mi mano a mi cabeza y digo algo nervioso:

- Bueno, supongo que lo puedo dejar para otra ocasión, creo que algo de dinero para vivir unos meses tampoco estaría mal.

- Ok, eso sería más rápido de conseguir para nosotros. 

<< Según su descripción, si insistía con la idea, tendrían que contratar un equipo de cazadores que me ayude a atraparlo y luego rogar que se deje domar por mí. Y cuanto más tarde será más caro >>

Mientras pensaba el duque llamó a Rina y le dijo:

- Prepara dos tablillas para el señor Rumai y trae mi sello, necesito escribirle a su alteza.

- Como ordene.

Al escuchar eso le pregunté a Oliver:

- ¿Qué es una tablilla?

- Es el equivalente a 10 sueldos de un guardia.

- Ya veo. ¿Eso es mucho?

- Es lo que yo gano en un año.

<< Acabo de hacer dos años de Oliver en una noche >>

Viendo al hombre simpático a mi lado, noto que aprieta sus puños con frustración y le digo:

- Lo siento

- No se preocupe, lo más probable es que el duque le esté pagando de más, después de todo, ayudo a cazar un Troll.

- Entiendo, aunque el cazador Grant fue quien lo derribó ¿Debería darle una parte?

- No, si él se lo lleva a su Liga seguramente le pagaran bien.

Pensando por un segundo digo:

- Tienes razón, aunque no sé que debería hacer con tanto dinero.

- Bueno, si vive discretamente y sin trabajar, podría relajarse durante un año y medio. Pero si pensamos que la reina se recupera gracias a su información el rey podría pagarle 10 veces más como agradecimiento.

- Por favor, no lo hagas más complicado para mi mente.

- Jajaja

Oliver se agachó riendo fuertemente al escuchar mi honesto dilema. Agarrándome del hombro dice: 

- No me enoja que te paguen esa cantidad, si es lo que piensas. 

Oliver se endereza y mirando hacia el duque, que fue a su escritorio emocionado a escribir una carta, me dice:

- El duque Fabio es una gran persona, es amable, inteligente y comprensivo, realmente deseo que él pueda curar su debilidad. Asique admito que me molesta haber tenido la respuesta tan cerca y no descubrirlo antes. Si el señor Rumai alguna vez necesita algo, yo le atenderé sin problemas.

- Suena bien. Tal vez compre alguna de tus frutas

- Jaja usted tiene buen gusto.

***

- Entonces ¿Qué vas a hacer?

- Supongo que me quedaré alquilando un lugar en la capital, hasta que pueda saldar el ajuste de cuentas con la reina ¿Y ustedes?

- Ya no tuvimos nuestra audiencia con el rey y solucioné el asunto de las palomas. Pero regresaremos a Marte por si acaso.

- Entiendo, buena suerte.

En la entrada de la Mansión del duque Fabio, Key sube a su carruaje conducido por Castor. Antes de cerrar la puerta me pregunta:

- ¿Quieres que le diga algo a Rai?

La pregunta me dejó atónito, y por alguna razón, siento que mis ojos lagrimean, entonces digo:

- Dile que tuve un sueño, uno en el que todos mis errores me atormentaban, uno en el que con tristeza veía los resultados de mi venganza.

Agaché mi cabeza un poco entonces Key sin decir nada empieza a cerrar la puerta. Interrumpiéndola digo:

- ¡Pero! dile que luego de ese sueño, recordé una vez que Rai no podía dormir, y entonces le repetí lo que nuestra madre me decía "Si la luna brilla, es que el sol va a salir, aunque tengas pesadillas, en algún momento despertarás"

Key sonriendo felizmente me dice:

- Entiendo, déjamelo a mí.

Viendo como su carruaje se aleja, acomodo mu capa y mi bolso, ajusto mi cinto y respiro. Viendo como la lujosa espada con funda negra y detalles en oro llama la atención de los que pasan, digo para mí:

- ¿Qué te parece si damos un paseo? Gea