webnovel

CAPITULO 51: LA PEQUEÑA TIFÓN

RYU siente que su mente se adormece entre los besos de ESTHER.

Su conciencia lo detiene.

RYU aparta un poco a ESTHER, le dice que, si siguen con esto, terminará lastimada... muerta.

RYU la abraza con fuerza.

Esta misma razón es la causa de su sufrimiento con PANDORA.

El... desea desposarla, mas... podría significar su muerte.

ESTHER se siente dolida, RYU desea desposar a PANDORA, la misma ESTHER justo ahora es solo un consuelo.

La joven, en voz baja, confiesa a RYU que, ella adquirió poderes en la caverna de su aldea.

En estos días, ha podido controlar su poder.

ESTHER toca el rostro de RYU, on su dedo delinea la boca del joven dragón que yace sentado.

El poder de ella consiste en marchitar lo que toque.

ESTHER comienza a besar a RYU en su cuello, acaricia su espalda y se coloca sobre el de nuevo.

Ella eliminará toda forma de vida que él pueda llegar a plantar en ella.

Ella va quitando la parte superior del ropaje de RYU.

El joven rey, sin detenerse a pensar mucho, recibe los besos de ESTHER y ella es quien lo va jalando hasta quedar recostada debajo del joven rey.

En el castillo, al otro lado del mar.

DWYER tiene apresada a TIFÓN en medio del gran patio, la niña es asustada y herida por las arpías que meten sus garran dentro de aquella jaula de grandes y amplios barrotes.

Algunas de ellas, traen baldes de hierro con lava y la dejan caer sobre la piel de la niña dejándola caer sobre la jaula.

La lava hace severas quemaduras en la piel de la pequeña TIFÓN.

Los humanos presos sienten lástima por la pequeña niña, los niños asustados bajo el piso del patio, en los calabozos, llorar asustados al escuchar los alaridos de TIFÓN.

Al cabo de un rato, DWYER, desde lo alto de la torre de su salón del trono, deja de escuchar los alaridos de la niña.

El piensa que quizá se desmayó.

Aún le falta madurar.

Uno de los dragones que se encuentra con él.

Siente desprecio por lo que está pasando con la pequeña dragona, pregunta a DWYER sobre lo que le hace a la niña.

¿acaso no sería mejor matarla?

DWYER se ríe del dragón.

Pregunta si ¿acaso se ha conmovido?

El dragón se siente retado, niega sentir compasión por la hija de su enemigo.

Solo le parece excesivo el castigo, ni si quiera le permite dormir o sanar sus heridas, de seguir así, morirá.

DWYER no lo cree así.

Esa niña siempre tuvo un poder de regeneración notable.

Además, el objetivo es que pierda la cordura, no que muera.

Se tomará todo el tiempo que desee para conseguir a su nuevo guardián.

La niña tiene que olvidar su propia identidad para poder moldearla a su antojo.

En la montaña de los dragones, PANDORA yace recostada en su cama sin poder dormir, abrazada a su almohada, solo atina a llorar.

En las afueras, en el campo, yacen en el pasto, RYU, aún desnudo sobre ESTHER, quien lo abraza.

El joven fija su mirada sobre las flores que tiene muy cerca de su rostro, la mirada de ella, está fija en mirar las estrellas.

La conciencia de RYU, tiene una nueva culpa.

Fue infiel a PANDORA.

Aún, si ESTHER no le mintió sobre su poder para no permitir que algo malo le ocurra, sabe que no debió dar aquél paso.

ESTHER tiene un cuerpo muy hermoso, la calidez de su cuerpo, lo tienen prendado, no desea irse, no por el momento.

Si bien, respirar el mismo aire, le pesa, siente nuevamente la excitación al recordar las caricias que le fueron dadas.

ESTHER nota aquella excitación en RYU.

Ella es, quien dirige su rostro al de ella, para envolverlo de nuevo en aquella pasión desbordante de una pareja recién casada.

RYU, se detiene, ESTHER ofrece calmar sus ansias.

RYU, avergonzado, le dice que siente mucho haberle faltado al respeto.

ESTHER asegura que no hay de qué preocuparse, ella ve cómo RYU se transforma en dragón, le pide que se vista, el regresará por ella en un momento.

RYU alza el vuelo.

ESTHER mira cómo se aleja hacia un riachuelo, dándole la espalda.

La joven toma sus ropas y va vistiéndose, gustosa de haber hecho que RYU la tomara como mujer, al tocar su piel, aún siente aquellas caricias que RYU le dio.

Sus partes íntimas están un poco magulladas por la energía del joven rey, sus pechos, irritados por el toque de la boca de RYU.

Aún así, mientras termina de vestirse, se dice así misma... solo fue un consuelo para RYU.

Esto la deja con un sabor amargo en su corazón.

Unos momentos después, se acerca RYU.

Le ofrece llevarla montada sobre su lomo.

Ella sube, no hay plática en todo el camino.

Justo cuando llegan a un lado de la choza, RYU le pide que, por favor, olvide lo que sucedió, y lo perdone.

ESTHER siente un dolor en su pecho, las ganas de llorar la invaden con fuerza mientras RYU, alza el vuelo.

Ella lo ve alejarse, dentro de ella, siente que un enorme hueco se abre bajo sus pies.

Ella llora mordiéndose los labios, cayendo poco a poco de rodillas.

Los guardias los vieron llegar, también la miran llorar ahora, no saben lo que ocurrió, todo será reportado al consejal.

Sólo se aseguraron que no estuviera herida.

Los guardias se alejan.

En su habitación, SHURUI no concilia el sueño, se siente muy cansado, no falta mucho para el amanecer, piensa que dar una vuelta por el corredor le ayudará.

Cuando está caminado por el corredor hacia el jardín, ve que RYU viene hacia el lugar donde está ya que es la única manera de que RYU pueda ir a su habitación.

Nota que RYU se cohíbe cuando lo mira, el joven rey aparta la mirada de SHURUI, se apresura a pasar, por un lado.

SHURUI le dice que lo conoce bien... RYU se detiene por un momento, niega el comentario.

SHURUI reitera que él nunca desvió la mirada a menos que hubiera hecho algo mal.

RYU, molesto le dice que solo es su consejal, él no debe atreverse a juzgarlo.

SHURUI, algo contrariado y serio, se disculpa, su intención no era molestarlo, su deber es impedir que se desvíe de su camino.

RYU le recuerda que tuvo un padre y murió.

SHURUI algo burlón asiente al comentario.

Es cierto, no es su padre... es consejero y en un tiempo creyó que era su amigo.

RYU se asombra de aquella declaración.

Es cierto, SHURUI fue quien lo cubría en sus travesuras de niño, era demasiado amable.

RYU se despide y se dirige a su habitación.

FIN DE CAPITULO 51