Mientras las chispas del rayo rebotaban en las botas de Aiden, él ya estaba en la parte inferior de los pies del Minotauro.
Aiden había predicho que el monstruo reaccionaría de alguna manera a sus movimientos, pero parecía que el reciente aumento de velocidad que había adquirido era demasiado para lo que éste podía manejar.
Después de todo, Aiden se estaba moviendo más rápido que un tren a toda velocidad.
Si alguien en la Tierra lo viera ahora, se quedaría impactado, sin duda alguna, ya que es probable que Aiden pudiera cubrir una distancia de cien metros en menos de 3 segundos.
—Me tomaré mi tiempo contigo, no acabaré con tu vida de inmediato como hice con los otros —murmuró Aiden mientras cortaba ambos pies del Minotauro.
Esto causó que el Minotauro perdiera un poco el equilibrio casi cayéndose, sin embargo, parecía que este monstruo había encontrado la voluntad para mantenerse en pie ya que se negaba claramente a caer incluso cuando ambos pies estaban a punto de ceder.
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