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Dragon Ball: Voluntad divina (SPA)

La voluntad del ser humano es voluble al destino. Y solo los dioses deciden el destino. ¿Pueden converger ambas voluntades en una sola? Esta es la historia de un mortal que nunca perdió la fe en la humanidad, incluso si se perdió a sí mismo en el camino. La historia del Kaioshin Supremo que todo lo entiende, que todo lo ve, que todo lo defiende. Porque esa es la voluntad humano-divina que Trunks Briefs tiene.

Bosterobasurero · Anime & Comics
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Una apuesta por la Tierra

—El hijo de Vegeta, por fin nos vemos las caras. 

Se quedó callado, es más, no sabía qué decir.

¿Cómo podría?

¿Cómo podía enfrentarse a un tipo tan intimidante como un Androide?

Mirándome desde ahí arriba, era un niño pequeño para el mundo entero, pero para esta máquina no era más que un escalón al cual pisar.

—T-tú.. no puedo sentir tú ki.

Dijo lo obvio, quizás para obtener más tiempo mientras pensaba en una forma de huir.

—Eso es porque no soy humano.

No era estúpido, su nivel no era ni el suficiente para enfrentarse ni al Dr Gero más débil de todas sus versiones en los juegos.

—Entonces.. ¿Qué eres?

Por eso.. tenía que huir, pero tampoco podía dejar a tantas personas en manos de un monstruo como un androide.

—Tus padres deben haberte contado.. antes de Cell, creaciones del Dr Gero. Pues soy una de ellas.

Dos de ellos lograron reducir gran parte de la población mortal en cuestión de años ya que para ellos era entretenimiento, así que.. ¿Cuánto creen que tardaría un Androide aún más fuerte y que encima se tome su trabajo en serio?

—Un Androide.

No habría un siguiente amanecer para la humanidad, él estaba seguro de ello.

—Exacto, hijo de Vegeta y Bulma Briefs. Soy un Androide, específicamente el número 13.

Ni siquiera estaba seguro de sí Gohan podría derrotarlo, ya que su SSJ2 debe haberse estado desgastando y bajando su nivel, aparte que al usarla se deja llevar por el poder que le da, Vegeta simplemente es demasiado arrogante, Goku está muerto y él no es lo suficientemente fuerte para enfrentar a este tipo.

—¿Qué es lo que quieres?

Trataba de pensar más de dos cosas a la vez y eso le molestaba, no era algo que acostumbrara a hacer, pero podía hacerlo debido a que gracias a su condición de reencarnado obtuvo ciertas ventajas.

Una de ellas era el pensamiento dual, sí así se lo quiere llamar.

—Normalmente.. diría que Goku, pero él ya ha fallecido, entonces.. los dos androides que eliminaron a mí creador. Ellos son mí objetivo. Así que tranquilo, Saiyajin. Por el momento, estás a salvo.

Entonces iba a por Androide 17 y 18..

Oh no.

Maron.

Ella se supone que nacerá en unas semanas según lo que me dijo mamá, y sí Thirteen va a ahora por ella entonces..

—No creo que pienses en interponerte en mí camino. Ya que ni siquiera has alcanzado un nivel cercano a tú padre o a Gohan. Entonces dime..

Thirteen se acercó caminando, y él sin darse cuenta, ahora se encontraba enfrente de este tipo.

La diferencia de altura era absoluta.

—¿Acaso entiendes que jamás podrás igualar mí nivel? Eres sólo una miserable cucaracha.

Sentí algo de presión sobre mis hombros, y me di cuenta de que..

Mí cuerpo apenas y resistía.

Yo.. tenía miedo.

Miedo genuino de este tipo.

Un sujeto que podría volar una ciudad entera sin problemas, y que junto a sus dos amigos podrían acabar con países enteros sí se lo propusieran.

¿Acaso se suponía que él quería sobrevivir a estas cosas en primer lugar?

¿A quién diablos engañaba para empezar?

¿Sobrevivir?

No, se estaba mintiendo.

¿Sueños?

Sobre qué derecho tenía el poder para soñar sí ni siquiera podía soportar una ligera presión.

—¿Entiendes ahora?

Pero..

Esa sonrisa no hacía más que molestarlo.

Se veía tan falsa, tanto que su corazón sólo le gritaba por golpearla.

Por lo que con todas sus fuerzas quiso mover su cabeza hacia arriba para dejar de mirar el suelo.

Al final, reprimiendo un grito, logró hacerlo.

—¡Oh! ¿Encontraste algo de valor en tí? Sabes..

El androide se rascó la barbilla y habló.

—¿Qué te parece aplazar la ejecución de esos androides y de los humanos?

Abrí los ojos en grande e intenté hablar pero la presión seguía siendo tan fuerte que mis dientes chocaban del temblor constante que recorría mí cuerpo.

—Sólo.. tienes que enfrentarte a mí. Sí me ganas, abandonaré mí propósito. Tienes un mes para volverte fuerte. Pero como sé que es imposible, el día 1 de Junio nos enfrentaremos en la Antártida Sur. ¿Qué te parece?

Cuando la presión se marchó, tuve que fingir, pese a mí miedo, asentí y le sonreí.

—Te estaré esperando, Androide.

La Máquina empezó a caminar y antes de irse se levantó su gorra para presentarse con total normalidad, o eso parece a simple vists.

—Oh, y sí alguien se entera de la ubicación, consideraré eso como una traición a nuestro acuerdo y procederé a matar a todos los que amas. ¡Nos vemos, Trunks Brief!

Después de estas palabras no intentó buscar al Androide 13, no, más bien se quedo quieto en medio del centro comercial, sin querer decir o hacer nada.

Mirando al suelo, se sintió desolado.

¿Tenía sólo un mes para detener al Androide 13?

Imaginaba que Vegeta y Gohan se encargarían de los otros androides.

Pero él necesitaba entrenar sin descanso.

Es más, empezaba a pensar que tendría que pausar su entrenamiento con Vegeta y marcharse de casa con el único objetivo de entrenarse sin descanso para derrotar al Androide 13.

—Mejor empiezo a escribir ahora.

Decidió empezar desde ese preciso momento, empezando con comprar una hoja y una lapicera con la cual escribir una carta.

No, mejor dos cartas, una para Gohan y otra para su madre.

¿Y por qué no intentaba convencer a Vegeta de entrenar juntos?

Simple, Vegeta tiene un ego demasiado grande, aún no se ha desarrollado lo suficiente como para dejar esas cosas de lado, así que debía hacerlo por su cuenta.

Tendría que ir con Karin, entrenar y conseguir el Agua Ultradivina, después de. eso al otro mundo para entrenar con el Kaio del norte y para aprender la técnica de Teletransportación. Con todo eso cumplido tenía por seguro que se iría a la Habitación del Tiempo con suficiente comida para dos años.

Pero.. también necesitaría un compañero.

De nada serviría ir por su cuenta, necessitaba a alguien más para que le hicieras más fácil el obtener un Zenkai.

¿Y sí debía depender de Gohan para esto?

Era el guerrero más fuerte de este planeta, no había dudas en eso.

Definitivamente necesitaba de él.

¿Podría llevar a Vegeta también?

Se supone que en la saga de Buu ya podían entrar tres personas ya que pudieron ir Piccoro, Goten y el Trunks original.

Por el momento intentaría convencer a Gohan, ya que sería el único capaz de aceptar la idea de que yo peleara sólo contra alguien tan fuerte.

No, sí hacía eso Gohan no podría seguir con Videl normalmente, y eso arruinaría el canon.

Maldita sea, no tenía nada que pudiera ayudarlo.

Entonces.. tendría que recurrir sí o sí a su propio padre.

De todos modos le mandaría una carta a Gohan diciéndole que vaya a entrenar al otro mundo con Goku y que el resto entrenase con Piccoro en la Atalaya de Kami.

Así que mientras escribía una carta para Gohan, mencionó que el objetivo de los androides era asesinar tanto a 17 como a 18, por eso también debían encontrar a 17 y reclutarlo para entrenar todos juntos, exceptuando a 18 por obvias razones.

Al final, se fue con su madre pero continuó la carta en su casa y la terminó antes de la hora de dormir.

¿Quizás era precipitado irse de esta forma?

Estaba haciendo buenos progresos con Vegeta..

Pero no los suficientes.

Fue hasta la habitación de su madre y dejó una segunda carta, una para Gohan, y otra para ella.

Después de esto se dirigió a la sala de entrenamiento en donde Vegeta recién se encontraba saliendo.

—Necesito hablar contigo.

Vegeta levantó una ceja y chasqueó con la lengua.

Ambos caminamos hasta un pasillo vacío en donde nadie pudiera oírlos.

Él ya se encontraba llevando una mochila llena de capsulas con suficiente comida para años, ya que se había encargado de tomar de las reservas de su abuelo, en la carta a Bulma le pedía perdón a su abuelito por eso.

—¿Qué es lo que quieres, mocoso?

Pregunta Vegeta, a lo que él responde.

—Me iré por dos meses de casa.

Vegeta abre los ojos ante esta revelación, ya que no parece real, después de todo, el hijo mimado de los Brief, el prodigio, el millonario, ¿Por qué dejaría todo de golpe?

—... ¿La terrícola no lo sabe, verdad?

Asentí, y él no sabía como responderme, eso lo sé.

—Aún quedan androides, tres para ser exactos. Son una amenaza para el planeta, y vendrán en dos meses, sólo tengo tiempo hasta el 1 de Junio para entrenar lo suficiente para igualar o superar el poder del más poderoso de ellos, el Androide número 13.

Vegeta se quedó tieso al saber de esa información, pero no quiso decir nada más, sabe que me quedan cosas por decir, una buena decisión.

—Vienen a por los androides 17 y 18. No son principalmente de mí interés, más con las cosas que he oído hablar entre tú y mamá, sobre las atrocidades que hicieron. Pero.. este androide 13, me ha retado a un enfrentamiento uno a uno. Sí gano, dejará a la Tierra tranquila para siempre, sí pierdo.. no quiero pensar en eso.

Me quedo en silencio ahora, y Vegeta pregunta.

—¿Qué quieres de mí con esto? ¿Por qué decirme todo esto cuando puedes irte y suicidarte contra una de esas chatarras?

Ese era mí plan, idiota. No es como sí tuviera muchas opciones de todos modos.

Sí bien una parte de él quería entrenar con Son Goku, sabía que no sería suficiente, necesitaba de un tipo obsesivo, alguien como.. su padre.

—Mis primeras opciones no son buenas, no quería ir contigo porque.. te desprecio.

Dije mientras lo miraba a los ojos firmemente.

Mis palabras puede que fueran fuertes, pero eso siempre es lo que he sentido.

La forma en la que me mira, no es lo mismo verlo como un personaje de ficción a mirarlo por lo que realmente es..

Un genocida de masas.

—No pienses que he olvidado los cuentos.. Mataste a mucha gente, tanta que no podría contarla jamás. Nunca te arrepientes de ello, tus errores casi le cuestan la victoria a Gohan y también te costaron la vida contra el Emperador. Pero.. pero..

Maldecía tener que decir esto.

—Eres el único lo suficientemente obsesivo como para no descansar con tal de tener más poder. No necesito la ingenuidad del Sr Goku, o la bondad de Gohan, necesito la obsesión del estúpido Príncipe de los Saiyajins. Así que te necesito, quiero que me entrenes durante los siguientes cuatro años.

Vegeta no era tan estúpido, más bien, era ágil, así que se dio cuenta del significado de mis palabras.

—¿La Habitación del Tiempo? ¿Cómo tú...?

Negué con la cabeza, ignorando su pregunta.

—Lo que quiero no es el cómo ni porqué, sí no tú respuesta a mí propuesta. Tengo planeado explotar sus capacidades el mayor tiempo posible. Pero primero necesitaré ciertas cosas..

Expliqué, sacando una hoja y un lapiz, hice un gesto para que Vegeta se diera la vuelta, este a regañadientes lo hizo y escribí en su espalda lo que quería.

—¿Agua Ultradivina? ¿Qué es eso?

Era una lista de cosas a conseguir como cosas a hacer, sólo tenía un mes por lo que tenía muy poco tiempo, así que su plan consistía en conseguir el agua Ultradivina, luego las esferas del Dragón en donde pediría la habilidad para crear comida infinitamente, allí mismo también tenía pensado en pedir que la Habitación del Tiempo dejara de tener la limitación de tiempo.

Creo que con eso era suficiente, ya que con estas cosas tendría lo necesario para enfrentarse a esos malditos Androides.

—Eso es todo lo que necesito hacer y conseguir. Sé que con tú ayuda puedo hacerlo. Sólo tenemos un mes, por lo que nos la pasaremos entrenando con Karin una semana, luego de eso iremos a buscar las esferas del Dragón, y procederemos con esas cosas, ya al final utilizaremos el tiempo restante para la habitación del tiempo.

Informé a Vegeta de mí plan, este tuvo que asentir ya que la situación en sí parecía inevitable, de por si le convenía ya que tendría un compañero de entrenamiento en poco tiempo capaz de igualarlo aparte de Gokú quién seguía muerto.

Siendo sinceros, él no quería revivir a Gokú, lo respetaba, por eso iba a mantener su último deseo.

No tenía una motivación propia ni nada, sólo quería vivir, y para hacer eso necesitaba a los demás, y ellos necesitaban sus provias vidas.

Así que iba a proteger este planeta por todos ellos.

Incluso sí era por un objetivo tan egoísta, pienso que es lo correcto.

—¿Nos vamos ahora?

Pregunta Vegeta, a lo que yo asiento.

—Te dejaré tiempo para buscarte una armadura pero quiero que entiendas que pasaremos un tiempo lejos de casa.

Rápidamente recibí un bufido de Vegeta quién se marchó para buscar sus cosas.

Por lo que de esta forma ambos estuvieron listos, caminando a la salida ambos fueron.

Y allí se encontraba su abuelo, posiblemente junto a su abuela, los que más quería en este planeta.

—Yo.. abuelo..

No sabía qué decirle, no quería decepcionarlo, después de todo, pese al amor de mamá, el único que supo respetar mí inteligencia fue el abuelo, el nunca me trató como a un niño, me tenía cierto respeto y estima, tratándome bien y dándome comida cuando tenía hambre.

Pero allí estaba, el hombre bajito mirándome recostado en una pared tomando una taza de café.

—Lo escuché todo, acaso no recuerdas que tengo ojos y oídos por todos lados.

Declaró el abuelo, a lo que maldije por dentro, ya que se me había pasado ese detalle mientras anotaba cada una de las cosas.

—Sé que no puedo detenerte, pero.. quiero que sepas que tú abuelo apoya esta decisión.

Me quedé en silencio, mirándolo a los ojos.

—Puede que no lo entiendas, Vegeta. Pero el deber de un padre es educar a sus hijos, y el deber de un abuelo es el de impartir los mejores valores a sus nietos, cosa de no fallar como lo hacen con sus hijos. Es por eso que me negué a fallarle tanto a mí esposa como a mí mismo.

Siguió hablando, noté que Vegeta cruzó los brazos con más fuerza, como sí esas palabras lo molestaran profundamente.

—Desde el día uno que aprendiste a hablar supe que eras distinto, más inteligente, más rápido, no era por mis genes o los de Vegeta, no, simplemente eras superior. Parecías venir con la facilidad para aprender y la curiosidad que viene con ello, por eso dediqué mí tiempo en criarte. No sé sí he hecho un buen trabajo, pero viéndote tomando esta decisión...

Se quedó en silencio por un segundo su abuelo.

—Sé que hice un excelente trabajo. Notaste que los Saiyajins tras cada derrota con un enemigo de mayor poder aumentan el suyo, lo aplicaste y tomaste al mejor compañero, hiciste un plan y anotaste lo que debías conseguir. Y te ibas a marchar en silencio para no perder tiempo.. viendo todo este trabajo tuyo, no hay chance de que me sintiera decepcionado. Por eso sólo me queda una sola cosa para decirte.

Sacó un saco, y yo lo reconocí al instante, ya que era el mismo que tenía el Trunks de GT.

—Este es mí regalo, lo único que puedo darte antes de que partas en una gran aventura. Está algo grande, pero esperaba dártelo en un futuro, así que espero que sepas entender.

Vi como se acercaba y me dejaba el saco en la mochila que tenía en mí espalda.

Luego puso su mano encima de mí cabeza y recitó las siguientes palabras.

—Pelea, Trunks. Ya que tú eres nuestra única esperanza.

Me sentí mal, de poner así al abuelo, dejar a la familia sin saber sí regresaría.

Ah, lo acaba de recordar.

—Yo no tengo motivos.. yo no tengo un sueño, pero.. voy a defender este planeta, por tí, por mamá y por la abuela.

Le di un último abrazo antes de irme junto a un Vegeta que estaba esperando afuera.

—¿Listo, mocoso?

Asentí, elevandome del suelo, empezando a volar junto a Vegeta hacia un destino lejano, pero que debíamos alcanzar tarde o temprano.

Sólo me queda un mes, un mes para el final de mí vida.