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Destinos Entrelazados: El Alfa y la Omega

Él es un alfa líder de la manada Zahk y ella una simple omega, a pesar de ser de dos mundos diferentes el destino buscara unirlos de la manera más extraña moviendo sus cartas a su merced. Que pasara cuando estos dos finalmente se encuentren y una serie de diversos acontecimientos buscara provocar su paciencia e incluso su existencia hasta el punto tal de estar envueltos en una guerra en la cual no pidieron estar. Te invito a que lo descubras...

Sayiori · Urban
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Intento alejarme pero la vida se empeña en acercarme a ti

Desaparecer para mí no es nada fácil debido a la vida tan agobiante que suelo llevar por mis negocios, pero cuando eres de la mafia como yo, hacerlo de vez en cuando te trae una que otra ventaja.

Hacer tal acción te saca del foco público y te resguarda del ojo condenador lo que te permite trabajar en secreto cada una de las movidas con mayor facilidad y porque no, cautela.

Esta vez decidí desaparecer de nuevo de la vista de todos incluyendo de la de Emma, ya que necesitaba ver hasta donde cubre su pantalla, porque sí, sigo con dudas respecto a ella, debido a que hay asuntos sobre tal chica que no me terminan de cuadrar y que por alguna razón podrían estos guardar relación con mis padres desaparecidos hace ya algunos años.

Así que, desaparecí un tiempo pues necesitaba también enfocarme en resolver algunos asuntos, cabos sueltos que debía de atar, más ahora que tengo a los alfas respirándome justo en el cuello, luego de la movida con Gurel.

Estos días han sido atroces y tener constantemente cerca al monstruo de Izra lo ha hecho muchísimo peor, pues el mismo ha estado muy pendiente de mis movimientos por orden de los demás líderes.

Tan conflictiva ha sido la situación que incluso tuve que pedirle a Lyall el que se alejase un tiempo de las chicas para que se disiparán un tanto las sospechas de tal hombre, sospechas que lo estaban conduciendo a Emma de forma directa, aun sin ni siquiera está estar involucrada en los errores cometidos por el mismo Gurel.

Aunque la verdad, eh de admitir que no eh dejado de tenerlas bajo vigilancia ya que los hermanos Monoe, Shoul, Towan, Balash e Ikel han estado en su constante seguimiento por sí algo llegase a pasar en mi ausencia.

Gracias a tal decisión fue que supe de forma sorpresiva que se habían visto empezado a ver mover a los lobos del bosque alrededor de Belcier y que habían estado vigilando no solo a los humanos sino también a Emma y a Lina, lo que significaba que se avecinaban grandes problemas.

E incluso podía citar que nos encontrábamos ante el inicio de los tiempos oscuros igual que ocurrió hace alrededor de veinticinco años atrás tiempo en el cual los lobos no temían mostrarse ante los humanos y dañarles de manera atroz.

Tal caos no solo produjo incontables muertes humanas, sino que el conflicto también nos llevó a derramar sangre nuestra, por tal situación me vi en la obligación de sugerir ante el consejo la ley de prohibición ″Schwaarz″ que más que nada condena a los lobos al destierro o incluso la muerte en su forma más severa si se presentan ante los humanos.

Por ende, todo estaba empezando a dar indicadores de que algo muy malo se avecinaba mientras que el aire de tensión cada día aumentaba.

En uno de esos días mientras me encontraba inmerso en mi oficina en lo alto del edificio Bastrii una torre de no más de diez pisos, el edificio más alto en Belcier en la cual se llevan en custodia la mayoría de los programas aduanales tanto de entrada como de salida de la región que se dan a través del puerto.

Ante todo, es una de mis mayores ventajas ya que al ser de la mafia tal programa me permite mover mi mercancía como me plazca tanto de armamento como de tecnología que con avidez son sacadas de estas tierras con rumbos desconocidos para mi pues solo me importa mi paga y el control de esta zona.

Allí arreglando algunos documentos, muy pendiente de mis obligaciones me encuentro cuando sin avisar Lombardi sin importarle nada más, irrumpió en mis oficinas pese a los intentos fallidos que hizo mi secretaria por detenerle.

Verle allí fue algo sorpresivo pues, aunque guardamos relación debido a que mucha de la mercancía para el restaurante en cuanto a alimentos se trata llega por estrecho en barco desde Venecia ya que es más rápido y conveniente, no nos tratamos para nada más, pues no existe relación alguna de cercanía entre ambos.

Ante mi aquel se presentó y de todas las formas habidas y por haber busco convencerme para que me apareciese en su casa ya que aquel quería que me encontrase durante el recibimiento de su amada esposa la señora Susan con la que sí guardaba una cercanía pues la conocía desde hace algunos años atrás cuando volví a reinar en mi hogar.

La hoy señora Susan era mi empleada y lo fue un tiempo hasta que volví a encontrarme con la señora Zoe la eterna ama de llaves de la casa Bastrii pero dicha mujer simplemente un día decidió marcharse, aun así, pese a mis intentos de ser frío y malhumorado, por alguna razón su amabilidad y cariño a pesar de ser una humana trascendió en mí.

Ante tal invitación de mala gana acepté y de mala gana ese fin de semana terminé dirigiéndome hasta la residencia donde se llevaría a cabo aquel recibimiento en compañía de Lyall.

Una vez allá supe que en verdad más que nada, que todo aquello se trataba de una reunión para que Emma y yo nos rencontráramos, reunión de la cual ninguno de los dos tenía conocimiento por lo que ante todo desconocíamos la razón de ello.

Llegué y cual cálida bienvenida se me dio de mano de los empleados y Lombardi; hasta aquel momento no tenía conocimiento alguno de que Emma se encontraba ya en la residencia aún menos debido a que no muy bien pisé aquel lugar fui dirigido hasta el despacho de Martín donde por algún tiempo permanecimos allí encerramos conversando.

Allí el tiempo transcurrió a su merced, antes de que fuera dirigido hasta la que sería mi habitación en la cual me hospedaría, porque la dichosa reunión se extendería desde el sábado hasta el domingo cubriendo por completo el resto del fin de semana.

Aburrido de estar dentro de la casa y escuchar sus parloteos decidí dar un paseo por el exterior, tomar aire fresco siempre sienta bien además necesitaba tomarme un respiro de todo aquello.

Con mis manos escondidas en mis bolsillos comencé a pasearme por aquel lugar en el cual con evidente tranquilidad contemplé el jardín sumado a la eterna pasividad que en aquel espacio se albergaba e hipnotizado, caminé por los alrededores como si mi cuerpo tuviera mente propia.

Quien iba a pensar que en él lo alto de una pequeña colina en un espacio completamente abierto uno de los tantos que rodean a aquella casa, el aroma de Emma me llamaría hasta ella con tanta fuerza como nunca lo había hecho.

Y allí la contemple sentada e inerte completamente quieta una vez me acerque fija ante tal paisaje, su belleza recubierta por la tenue luz del sol que aún permanecía descendiendo desde lo alto la dejaba contemplar de una forma única y espectacular.

Su belleza ante ella no quedaba escondida a la vista más sin embargo resaltaba aun con mayor fuerza.

Verla allí sentada reflejando a pesar de ser una adulta cual inocencia de un niño curioso por lo que sus ojos descubren constantemente, me provoco mucha ternura, me domo el corazón a mí a pesar de no ser capaz de exteriorizar mis emociones aún menos de darles vida.

Hablar con ella se sintió tan familiar, tan cercano, que incluso una cosa nos llevó a otra y a fin de cuentas termine haciendo una de las mías cosa común la verdad. A pesar de ello Emma actuó de una manera fría, una que me hizo sentir molesto y me obligo a reaccionar de una forma nunca antes pensada.

Luche por tener su atención e intente manipular la situación a mi favor y a fin de cuentas terminamos en una posición un poco comprometedora.

Verla allí tendida sobre la esterilla causo que de alguna manera quisiera intentar coquetear con ella y una vez sobre ella al tiempo que la retenía no pude evitar jugar el papel de villano que me caracteriza, pues, aunque no debería por alguna razón verla débil y sin posibilidades me provoca alivio aún más sabiendo que en ese momento yo soy quien controla su destino.

Estaba tan entretenido siguiendo mi papel de chico malo que no fue hasta que se hizo demasiado tarde y por primera vez contemplé aquella expresión de miedo espeluznante e incómodo brotar de ella, parecía como si aquella hubiera visto al mismo diablo eso y sumado a sus gritos fue lo que me hizo dar cuenta que debía detenerme.

— ¿Qué he hecho?

Me pregunté al verle templar y no pude evitar sentirme mal por ello y como respuesta para intentar remediar mi comportamiento como si eso pudiera cambiar algo, aunque sé que no, tras recobrar la razón bese la punta de su nariz eh intente que ella se tomará aquella situación como un simple juego.