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Destinos Entrelazados: El Alfa y la Omega

Él es un alfa líder de la manada Zahk y ella una simple omega, a pesar de ser de dos mundos diferentes el destino buscara unirlos de la manera más extraña moviendo sus cartas a su merced. Que pasara cuando estos dos finalmente se encuentren y una serie de diversos acontecimientos buscara provocar su paciencia e incluso su existencia hasta el punto tal de estar envueltos en una guerra en la cual no pidieron estar. Te invito a que lo descubras...

Sayiori · Urban
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88 Chs

Huir no siempre es de cobardes

— No, no, no de nuevo … no es justo — gritó Susan con evidente miedo tras caer en las garras de la desesperación — ¿Qué haremos Dominieck? No nos podemos quedar aquí, tenemos que huir de este lugar lo antes posible.

Susan se mostraba reacia y muy temerosa contra la gran posibilidad que existía de encontrarnos con aquellos cara a cara, ella estaba muy asustada tanto que incluso parecía encontrarse bastante sumergida en la desesperanza.

Ahora bien, en tanto una vez Emma la escuchó no pasó mucho tiempo hasta que las dudas en ella comenzaron a aflorar respecto a tal tema y las preguntas de parte suya empezaron a ser lanzadas intentando así saciar su evidente inquietud.

— ¿Cómo que de nuevo? — cuestionó aquella sin tardar — acaso ustedes ya habían tenido problemas con los alfas.

Martín al escucharla intento hacer que Susan se tranquilizara y con ello aprovechar la situación para sacarla de allí pues aquellos no querían por nada en el mundo tocar tal asunto delante de Emma, pues estimo que al hacerlo tendrían que sincerarse y con ello revelar el interés que aquellos cuatro tenían respecto a ella.

Así que no muy bien este se acercó, indicó a Susan sin tardar — querida mía es mejor que nos retiremos, tú y yo tenemos cosas por hacer, vamos.

Martin no muy bien dijo aquello tomó de la mano a Susan y empezaron a alejarse en el acto huyendo como cual viles cobardes, queriendo evadir la realidad misma olvidándose por un lado del pensar de Emma y con ello su interés en cuanto a aquello.

Aquella chica para aquel momento se encontraba muy airada, irritada e indignada su cara de decepción podía leerse con completa claridad haciendo bastante evidente de que en cualquier momento aquella podría estallar a causa las dudas que la consumían y las múltiples interrogantes que le acompañaban.

— Tío Martin no estoy para juegos, necesito que me digan ¿Qué sucede? Y lo necesito ya.

He de decir de que yo para aquel momento no tenía ni la más mínima intención de intervenir, pero siendo consciente de lo que se avecinaba, no podía darme el lujo de que perdiéramos más tiempo del cual ya habíamos desperdiciado para resolver tales tonterías algo triviales de partes inexactas donde los sucesos se pesan en cuanto a la cantidad de verdad o de mentira misma que aquellos posean, así que exclame sin tardar antes de que alguien interviniera.

— No es momento de buscar explicaciones, necesitamos irnos lo más pronto posible y tiene que ser lo antes posible.

Lina que se encontraba junto a Lyall en un rincón pendiente a cada una de las cosas que se decían, siendo eventualmente ignorante en cuanto al peligro que se avecinaba, promulgó en un acto colmada de interrogantes — entonces que pretendes que hagamos, no es como que podamos escapar tan fácilmente.

— En realidad si se puede, Lyall ya sabe de antemano que tiene que hacer y hacia donde ir, así que vayan tomen algunas provisiones y algunas cosas que puedan almacenar en una mochila que sea poco pesada porque el camino para recorrer es bastante largo y algo escombroso.

Lina tras escuchar aquello giró su cabeza hacia su lado continuó en dirección a Lyall y allí le miró de forma atenta a tal hombre quien tras observar su inquietud la deslumbró con ojos de un cachorro dócil y tomando su mano derecha la llevó hasta la mejilla de su amada y promulgó — confías en mí.

— A ojos cerrados — increpó aquella con bastante seguridad.

— Entonces no hay nada que temer.

Te imaginaras que por tal conmoción por un momento nos olvidamos totalmente de Emma y así mismo como la hicimos a un lado eventualmente aquella busco como formar parte nuevamente de aquella conversación — ¡Hello! me dejaran así con las preguntas en la boca, necesito respuestas.

La angustia en Emma era demasiado avasalladora, su fuerza era tal que incluso le impedía mantener la calma mientras era obligada por aquella misma fuerza a mantenerse en movimiento de un lado a otro en medio de aquella sala.

Emma seguía insistiendo, peleando, negándose a ceder ante las pocas palabras que iban dirigidas hasta ella lo que hacía que sin dudas aquella se encontrará dispuesta a dar pelea en contra nuestra por recibir, aunque sea un poco de lo que pedía con tanta exigencia.

Su desobediencia era abrumadora e irritable y como ella no daba su brazo a torcer yo me vi en la obligación de llamarle la atención llegando al punto de incluso a mostrar mis dientes contra ella.

— Ya basta, no ves en la situación en la que nos encontramos, no ves lo delicado que es todo este asunto, deja de actuar como una niña y de una vez y por todas obedece, lárgate hasta tu recamara y toma todo lo que necesites.

Emma se había quedado completamente muda ella no imaginaba para nada que en aquel momento yo terminaría reaccionado de aquella manera en vista de la tranquilidad que iba mostrando manteniendo la seriedad misma mientras prestaba atención a aquellos detalles por lo que pasmada se quedó observando mientras en sus ojos se dibujaba la tristeza y la desilusión misma.

Lina mirando como todo se había vuelto tan acalorado queriendo evitar que se formaran más discusiones entre nosotros en silencio se acercó a Emma, la agarró del antebrazo y tiró de ella al tiempo que le indicaba.

— Vamos, por favor obedece, luego ya tendrán tiempo de conversar lo suficiente y arreglar sus problemas — Lina tiro y tiro de ella suavemente queriendo desviar la atención que tal chica había fijado en mí y tras varios intentos, luego de algunos segundos al fin aquella pudo llevarse a Emma de allí.

Lyall siendo un fiel amante de su amada Lina mirando como aquella se alejaba inicio igualmente su marcha queriendo acompañarla algo esperable la verdad, aunque no podía del todo permitirlo puesto que lo necesitaba conmigo en aquel instante así que usando una vez mi voz de mando se me hizo fácil indicarle.

— ¿A dónde crees que vas Lyall?

— Pues con ellas las ayudaré a empacar.

— No, ahora mismo te necesito aquí, tengo que confirmar algunas cosas contigo antes de que te vayas.

— Como ordene.

Desde donde me encontraba me dispuse a observarles a aquellos quienes sí se alejaban del lugar, mientras se perdían de mi vista pues necesitaba confirmar con anterioridad que no habían moros en la costa rondando por allí puesto que lo que diría a continuación sería ante todo algo delicado así que de no tener el suficiente cuidado podría aquello incluso llegar a costarnos la vida.

Lyall mirando que aún Silea se encontraba allí siendo consciente de que ella al igual que nosotros estaba en el ojo de la tormenta cuestionó.

— ¿Qué haremos con ella Dominieck?

— Lo mismo que se hará con los demás, necesito que saques a todos de aquí lo antes posible incluyendo a Silea porque de sucederle algo estoy seguro de que Monoe, si es realmente cierto lo que ella ha revelado, no dudo que en cualquier momento vendrá este por nuestras cabezas.

Lyall entendió a la perfección el trabajo que iba a realizar, así que sabía que al promulgar yo tales palabras aquel tendría el camino libre para llevar a cabo sus próximas jugadas, movimientos que llevaríamos a cabo una vez que la pieza final estuviera confirmada.

— Lyall, necesito que antes de que subas vallas y revises si el paso está despejado, cosa que temo que no lo estará por los años que lleva sin usarse ¿Recuerdas dónde está?

— Sí señor lo recuerdo.

— Entonces ve, ten cuidado y no te demores.

Así que marchándose tras confirmar el plan que teníamos ya creado se retiró en busca de nuestra salida maestra manteniendo por sobre todo completo secreto respecto a ella por el momento, mientras yo servía como distracción a Silea.

Pasado un tiempo la hora de partida se hacía más que esperada haciendo cada minuto que transcurría tiempo preciado, minutos perdidos y sin retorno.

La hora se hacía cada vez más inminente por lo que solo era cuestión de tiempo para que el convoy esperado apareciera de la nada y consigo provocara solo caos y dolor cosa que para ser sincero es lo único que verdaderamente aquellos cuatro sirven, mientras yo inquieto y preocupado desde donde me encontraba mantenía fija la mirada directo hacia la entrada pendiente a cada uno de los cuerpos que a los lejos se zarandeaban.

En siendo autos, personas o incluso animales que por las zonas cercanas transcurrían no quedaban ajenos ningunos a mi vista.

— Estamos listos — reclamó Martin quien se encontraba en compañía de Susan una vez descendieron por completo las escaleras mientras que detrás de ellos de igual manera venían Emma, Lina y Lyall este último que tras verme lanzó una mochila a mis manos, objeto que tras estrecharlo abrí y revisé.

— Bien chicas vayan a la cocina y tomen algunas cosas, alimentos simples que no sean tan necesario cocinar puesto que lo necesitaremos más adelante, así como también algo de agua — y dirigiéndome hasta Silea igualmente indique — ve con ellas toma igualmente todo lo que puedas.

Estábamos concentrados preparando las últimas cosas que llevaríamos con nosotros, cosas importantes y necesarias cuando de la nada y gracias al azote del viento pude sentir un sutil aroma evidentemente conocido.

Monoe sin dudas no se encontraba lejos de allí, de eso no tenía dudas, pero aquello solo significaba pues que nos encontrábamos en problemas, su sola presencia convierte todo esto en un asunto mucho peor para lidiar una señal de que lo inevitable se avecinaba como ladrón en la noche.

Tras percibirlo mire a Lyall mientras mis ojos se abrían de par en par e indique sin tardar — lo sientes.

— Si, hay que salir de aquí ahora.

Y como si las palabras de Lyall hubieran desatado nuestro castigo, los vehículos de los alfas aparecieron en plena entrada dejándonos sin opciones visibles y mucho menos posibles salidas efectivas.

Ante el miedo de lo que pudieran hacer de aquellos dar con nosotros exclame a Lyall guardando por sobre todo la seguridad.

— Hay que sacarlos de aquí.

Por tanto, tomando las cosas en las manos ambos hicimos que todos salieran disparados arribando con agilidad el pasillo próximo a la escalera que conduce al segundo piso dispuesto en un rincón con rumbo hasta el sótano.

— Vamos, vamos… bajen… ahora… ahora, sigan a Lyall — gritaba intentando ocultarlos lo más rápido posible, aunque era consciente de que nuestro aroma permanecería rondando por allí.

La escalera era larga, algo angosta cosa que por obra de nuestra intranquilidad parecía incluso interminable.

Emma curiosa de la razón por la que nos encontrábamos allí replicó.

— Pero ¿Qué hacemos aquí? Estamos entre la espada y la pared.

Lyall la miro mientras mantenía por sobre todo la tranquilidad al tiempo que en su rostro se dibujaba de forma sutil una risa victoriosa le increpó diciendo — pues huir pequeña Emma, es lo único que por el momento podemos hacer, huir para salvar nuestras vidas.