6º. LA PISCINA
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El verano caía con todo su calor, la chica estaba sudorosa. Se había duchado, pero mientras se estaba secando estaba sudando. En pocas palabras esa ducha no había servido de nada. Si viviese sola iría por la casa desnuda. Pero viviendo con ella un joven con las hormonas revolucionadas era mejor curarse con salud. Aunque cuando el chico se paseaba sólo con camiseta y un pantalón corto, era ella la que sentía como sus hormonas se revolucionaban. O si no cuando Ranma dormía en camiseta y bóxer. Ese maldito chico aumentaba mucho su temperatura.
La chica negó con la cabeza.
- ¡Akane aleja de ti esos pensamientos calenturientos! No pienses en eso o tendrás aún más calor, y necesitarás ir a bañarte o a jugar con…-se dijo la chica. En ese momento oyó ruidos y al cabo de un rato entró Ranma con una caja grande.
La chica lo miró extrañada, su amigo había salido a comprar algo. Con el calor que hacía y salió de comprar. No sabía que podía haber motivado a su amigo a ir a comprar. Se lo veía acalorado y sudoroso, el joven resoplaba cansado.
Ranma miró a la chica, estaba sudada, con la ropa pegada al cuerpo y eso la hacía irresistible. El chico estaba loco por abrazarla, tenerla entre sus brazos. Y besar esos labios que decían "bésame". No sabía cuánto aguantaría la tentación, pero no sería mucho. Cada noche soñaba con ella que la tenía entre sus brazos, que la besaba, que hacían el amor. Lo que no sabía el joven que Akane tenía sueños parecido con él. Lo malo era que no siempre tenía agradable. También tenía uno horrible en que la veía como muerta entre sus brazos y él la llamaba, y Akane tardaba en reaccionar. Y otros sueños en que se peleaban, en esos sueños parecían que se divertían.
- ¿Dónde has estado, Ranma? ¿Dónde has ido? ¿Qué has comprado? -preguntó la joven.
-He ido a comprar una piscina de lona. -dijo el chico- la podríamos poner en el espacio vacío que hay en el jardín. No es muy grande, no profunda. No podemos nadar mucho, pero nos servirá para refrescarnos. Ayer dijeron que aún no ha llegado todo el calor, que aún tiene que venir más y que nos acompañará hasta finales de septiembre.
Ella lo miró espantada.
- ¡Más calor! ¿Y hasta septiembre? - dijo la joven y el chico asintió- ¡buena nos espera! Cada año parece que haga más calor.
-Si, el cambio climático, o eso dicen.
- ¿La podemos montar ya? - pregunto ansiosa la chica, quería meterse cuanto antes mejor.
Los dos chicos salieron al jardín y limpiaron de piedras el suelo donde pondrían la piscina. Pusieron en el suelo una alfombra de césped y encima de este pusieron la piscina y entre los dos jóvenes la montaron. Conectaron la depuradora, y llenaron la piscina. Aparte de la piscina el joven había comprado todo lo necesario para mantener la piscina limpia y en condiciones. Incluso una tela para cubrirla por la noche y que no cayeran ni hojas ni animales.
Una vez llena, los dos chicos contemplaron y se miraron y sonrieron.
- ¡El ultimo paga un helado extra grande mañana! -dijo la chica.
Y los dos salieron corriendo para sus habitaciones y al cabo de un rato Akane bajó al patio. Llevaba un revelador bikini blanco, que no dejaba lugar para la imaginación. Se quedó parada delante la piscina.
-Me da miedo meterme, debe estar congelada- la chica metió la mano en el agua, efectivamente esa agua estaba fría.
Ranma bajó en silencio y vio a su amiga parada delante de la piscina. El chico tuvo un mareo, la chica vista desde atrás en bikini, era una vista maravillosa, era "La Venus de Botticelli". Esa chica era una diosa, una maravilla de la naturaleza. En ese instante tuvo una visión y le vino a la mente otros calificativos. "Marimacho, pecho plano, mala cocinera, fea". El joven se vio perseguido por Akane y como esta de un golpe le hacía volar. Ranma se quedó parado, ¿de dónde le vino eso? ¿Qué significaba? Jamás había insultado a su amiga, pero esa visión parecía muy real.
Movió la cabeza y negó. Imposible, esa visión debía ser el resto de un sueño, esos Akane y Ranma que se peleaban no eran ellos.
Olvidó todo y concertó su atención en su amiga. No aguantó la tentación y se lanzó sobre ella,
Akane, seguía sin decidirse a lanzarse al agua, no se dio cuenta que cuenta que alguien se acercaba con intenciones nada sanas. No oyó a Ranma hasta que este la cogió en brazos y saltó hacía la piscina.
Los dos chicos entraron en el agua fría de la piscina los dos chillaron con el contacto con esa agua. Ranma soltó a su amiga que cayó de culo, al no ser profunda el agua sólo le llegó al cuello. La chica se levantó medio furiosa.
-¡RANMA! ¡Te voy a matar! - dijo la joven y empezó a perseguir a perseguir al chico que reía. Al final la chica se lanzó sobre el chico y los dos se quedaron mirando y se rieron- te he pillado- dijo la joven riendo, y lo miró tentadora.
-Si, me has pillado- contestó el chico, y él la miró también tentadora, sus cabezas se empezaron a acercarse y cuando estaban a punto de besarse, se empezaron a hacer cosquillas. Los dos se reían, se lo estaban pasando bien y por ahora habían calmado el calor que hacía, pero no la que sentían por el otro.
Durante unas horas los dos jugaron en el agua. Ranma le metía la cabeza en el agua, y ella le respondía de la misma forma. También tuvieron tiempo para sentarse y relajarse y disfrutar de esa agua tan buena.
Al sentir frio los dos salieron de la piscina, se secaron con las toallas y fue entonces cuando Akane se dio cuenta de algo.
- ¿Ranma? - preguntó curiosa. El chico la miró de forma extraña.
- ¿Qué quieres?
- ¿Cómo has podido cogerme y saltar hasta la piscina? - el chico se sorprendió. Era verdad había hecho eso.
-No lo sé. He tenido ganas de hacerlo y cuando me he dado cuenta estaba ya en la piscina contigo en brazos.
- ¿No lo encuentras extraño? ¿No encuentras extraño todo? ¿Cómo es que vivimos solos? ¿Dónde están nuestras familias? - la chica estaba asustada, y cada vez se espantaba más y más- ¿de donde sacamos el dinero para vivir? ¿Qué edificio es este? Es una casa antigua, pero aquí donde hemos puesto la piscina tengo la sensación que debía haber un edificio- el chico miró a su alrededor, él también tenía esa sensación, en ese lugar debía haber un edificio.
-Yo también me pregunto esas preguntas y otras. ¿Qué es lo primero que recuerdas de tu vida? Yo lo primero que recuerdo es una sucesión de días idénticos yendo al instituto, no recuerdo nada de mi infancia, ni de mi familia, ni nada. Mis primeros recuerdos son de cuando teníamos dieseis años. Y en esos recuerdos tú y yo estamos ya juntos- el chico estaba muy serio, tan asustado como ella- y aquí a veces creo ver un… ¡dojo! Lo veo claramente, es más a veces sueño que entro en él y me veo a mi mismo entrenando contigo, como si fuéramos artistas marciales. No quiero pensar, por que me asusto. No sé, parece que tengamos amnesia o…
Akane lo miró espantada. Ella tampoco recordaba su infancia, sus recuerdos más lejanos era, como Ranma, cuando eran adolescentes.
- ¿O que? -pregunto la chica al borde de la histeria. Habían olvidado que iban en bañador, toda la tentación que habían sentido había desaparecido, sólo quedaba la incertidumbre.
-Parece que hagamos sido creados siendo adolescentes-dijo el chico- parece cosa de una peli de ciencia-ficción, y no me creo eso.
Akane se abalanzó sobre él y lo abrazó, el chico le devolvió el abrazó.
-Hay algo que me asusta más-dijo la chica. Ranma se sobresaltó- tú y yo ¿Qué somos? ¿Por qué vivimos juntos? Parientes no podemos ser. Tú eres Saotome y yo Tendo ¿Qué relación tenemos? Hermanos no, ¿Primos? ¿amigos? Algo me dice que no somos eso. Una cosa es segura no quiero separarme de ti, eres muy importante para mí.
El chico la miró.
-Yo tampoco sé lo que somos, estamos muy unidos, pero no sé lo que somos. Ni quiero pensarlo, porque me asusta pensarlo. Sólo quiero estar a tu lado, ¡Siempre! Hay algo oscuro en nuestro pasado que no nos deja recordar que o quienes somos. Pero tarde o temprano lo descubriremos. ¿Qué somos? Hay una palabra en mi mente cuando pienso en eso y es…
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Fuera en la calle había dos personas que habían escuchado toda la conversación. Ella tenía alguna respuesta a las preguntas de los chicos.
-Se empiezan a dar cuenta que hay algo que no es normal-dijo la mujer- ¿Piensas decirle los que les pasa?
El hombre la miró y negó con la cabeza.
-Sabes que no podemos. Lo tienen que averiguar por ellos mismos.
La mujer no comprendía la tozudez de su compañero.
-Ella es alumna mía, y tanto ella como él son alumnos tuyos. Si se lo dijéramos nos ahorraríamos problemas. Los OTROS pueden llegar y llevarse a uno de ellos o los dos. Hemos esperado mucho tiempo a esos dos chicos.
-No pueden llevarse sólo a uno. Estos chicos están unidos. Los otros o nosotros no podemos sepáralos. Si lo intentamos, se enfrentarán a los dos grupos y no conseguiremos nada. Lo sabemos tanto nosotros como ellos.
La mujer lo miró su amigo se equivocaba, debían ser los primeros en hablar con los chicos y así se lo dijo al hombre.
-Debemos decírselo
- ¿Él que?- preguntó el hombre, que era el profesor de Ranma
-Debemos decirle que…-la mujer trago saliva, hablar sobre eso la asustaba, aunque a ella le había ocurrido hacía años aún la asustaba eso, ahora le tocaba vigilar Akane como su rígida profesora-…que no estamos en la Tierra en que ellos nacieron… que estamos en el otro lado.
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