--- SASHA ---
- ¿A dónde vas? - Yves, el secretario del señor Durand se acercó a mi al ver que yo estaba caminando por la habitación.
- No voy a huir ni nada por el estilo, estoy bien. Solo me cansé de estar acostada sin hacer nada. - Continué con mi caminata por todo el lugar.
- Debería comer algo. - Colocó un pequeño ramo de flores que me traía, como todos los días, miró la comida a un lado de la cama y se percató de la cara de disgusto que hice al oírlo.
- ¿Tan mal sabe? - Preguntó removiendo un poco la sopa con la cuchara.
- No tiene sabor. Prefiero tomar agua. - Me revele mientras abría la ventana para que entrara un poco de aire fresco.
- Aún así debes comer. - Insistió dejando la comida en su lugar, ayudándome a abrir las persianas para que entrara la luz del sol.
- ¿Cuándo podré irme? Extraño a mis tíos, a mis amigos y a Louis. - Miré por la ventana viendo el caos de la ciudad.
- Le preguntaré a tu medico, pero creo que ya estás mejor. Sin embargo no sé si puedas volver tan pronto con ellos, los periodistas están muy atentos, quieren saber quien es la nieta del Señor Durand, si llegan a descubrir tu identidad será un problema para ti. -
- No me importa, tampoco es como que tenga planeado el reanudar de la noche a la mañana mi relación con los Durand. - Yves asintió comprendiendo a lo que me refería.
- Pero será difícil tratar con la prensa, sumándole que tiene una relación con el dueño de una de las mejores compañías del país. -
- Lo sé, pero la única razón por la que trataba de guardar un perfil bajo era por "The Rose". - Me hice una coleta mientras avanzaba a la cama.
- ¿Eso quiere decir que usted planea hacer publica su relación? - Me miró un poco inquieto.
- No como tal, solo voy a salir abiertamente con mi novio, como lo haría cualquier otra pareja. - Me senté en la orilla de la cama viendo su expresión de asombro.
- ¿Acaso usted planea casarse? - Me observo sin siquiera pestañear.
- ¿Quién se va a casar? - Entró el Señor Durand a la habitación seguido por Tommy.
- Yo, por lo menos no ahora pero en un tiempo no muy lejano si. - Al terminar de hablar pude ver que los tres me veían con rostros llenos de terror y desacuerdo.
- Eres muy pequeña como para pensar en eso. - Habló con dureza el señor Durand.
- No lo creo, cumpliré 26 en unos meses. Me gustaría casarme algo joven. - Probé la gelatina que estaba junto con la comida del hospital pero termine haciendo gestos al comprobar que tampoco tenía sabor.
- Aún tienes que cumplir tus metas, ¿Qué hay acerca de tus sueños o planes a futuro? - Insistió Yves y yo negué con la cabeza.
- Ya los he cumplido todos, excepto el de formar mi familia y viajar con mi pareja. - Ambos, a excepción de Tom que se estaba riendo, estaban a punto de colapsar al oír mis planes.
- Tommy. ¿Cuándo puedo irme? Quiero ver a Louis y volver a casa con todos. - Suspiré cansada de estar en el hospital.
- El medico dijo que puedes solicitarla en el momento que quieras. - Tan pronto como hablo pude notar que el señor Durand y su secretario le lanzaban dagas con la mirada.
- ¿Puedes pedirla para mañana? Es abrumador estar aquí, ya estoy bien, el tobillo ya sanó y mis heridas casi se borran. - Dije mientras movía mis pies en circulo demostrando que estaba recuperada.
- Veré que es lo que me dicen. - Sonrió mientras salía de la habitación a toda prisa huyendo de las miradas de rencor que le dirigían.
- Creo que sería mejor si te tomas unos días más de descanso. - El señor Durand se empecinó mientras se acercaba a mi y acariciaba mi cabello.
- No creo que sea necesario, ahora ya no hay nada que me ponga en peligro, además tengo que resolver algunos pendientes. -
- Pero -
- También quiero ir a ver a mis seres queridos. No he estado en contacto desde que ingresé al hospital, y aunque Tommy les ha estado informando de mi situación, necesito verlos. - No iba a retroceder con mis decisiones, ya había perdido mucho tiempo a causa de esos tipos, esta vez quería vivir de manera libre sin temor a que la vida de los demás o la mía corriera peligro.
- ¿Segura que no es porque quieres ver a ese hijo de Vicent? - Cuestionó molesto al mencionar de manera indirecta a Louis.
- Es cierto que quiero verlo, esa es una de las razones principales por las que quiero volver. - No negué nada porque en el fondo me preocupaba él, Tom me dijo que se la pasaba trabajando y que no descansaba.
- Para ser sincera estoy inquieta, es obvio que quiero ver a mi novio. La ultima vez que lo vi fue golpeado por esos tipos, ni siquiera se si ha comido o dormido bien. - Me sinceré y sentí un peso en el pecho que me llenaba de miles de sensaciones.
- No me agrada ese muchacho, he escuchado rumores de que la señorita Leticia Min quiere casarse con él. No es bueno estar relacionado con alguien que esta envuelto en escándalos. - Comentó el señor Durand mientras Yves asentí enérgicamente.
- Confío en Louis, y tampoco es como que voy a dejarlo solo por rumores sin fundamentos. Es mi novio. - Mis mejillas se sonrojaron al percatarme de que había hecho mucho énfasis en lo ultimo.
- Ah. Esta bien, desearía estar más tiempo contigo pero no darás marcha atrás, eres persistente como tu madre. - Negó con la cabeza mientras suspiraba.
- Siempre podemos vernos para convivir. - Sonreí al notar algo de felicidad en ambos, era consciente en que querían recuperar la relación familiar que compartíamos.
- Prepararé una cena con la familia para que los conozcas. - Yves rio mientras se regocijaba en el interior.
- Te dejaremos descansar, vendremos mañana por la mañana a verte. Tom se quedará hoy a cuidarte. Recuéstate y no te esfuerces mucho. - Asentí obedientemente mientras dejaba que el señor Durand me acariciara el cabello con ternura.
- Nos vemos mañana, come un poco. - Murmuró Yves que salió tras su jefe. Estaban por salir cuando se detuvieron en la puerta mirando con sorpresa hacia el pasillo.
- ¿Qué pasa? - Pregunté algo asustada por sus reacciones, me puse de pie y avancé deprisa hasta donde ellos estaban.
Mis ojos se abrieron con gran asombro, mi corazón latió con fuerza y sentí mis ojos inundarse de lagrimas. Tom venía caminando con un hombre que lucía cansado, estaba delgado y ojeroso, pero aún así seguía viéndose extremadamente guapo.
- Deberías regresar a la cama. - Sugirió Yves al verme parada a su lado, pero mi cuerpo hizo lo contrario.
Mis pies avanzaron con algo de torpeza hasta que en algún momento comencé a correr, Louis al verme sonrió y se apresuró a encontrarme.
- Te extrañé. - Sollocé mientras rodeaba su cuello con mis brazos.
- Pensé que me volvería loco sin ti. - Murmuró mientras me sujetaba de la cintura y me atraía hacia él, escondió su rostro en mi cuello.
- Me quedaré a tu lado, lo prometo. - Lloré abiertamente en sus brazos, dejando que todos mis sentimientos se desbordaran sin control.