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Escondida debajo de las sábanas, Luna abrazo con cuidado el cuerpo juvenil de su amiga de la infancia —¿Estas despierta?— pregunto con gentileza —Tenemos que levantarnos— agrego con una voz diminuta.
Su respiración bajo a un nivel tan pequeño intentando no llamar la atención de las mujeres en la habitación, debajo de sus manos guardaba las sabanas con las manchas rojas que marco la pérdida de su pureza.
Nnnn...
Cecilia aún no recuperaba el aliento después de desvelarse gran parte de la noche, sus piernas estaban débiles luego que ella conociera un nuevo mundo junto a su amiga.
—Cecilia...— la voz de Luna se congeló cuando sintió que algo se movió bajo su entrepierna —No puede ser— ella se había levantado solo unos minutos antes y aún se estaba adaptando a la nueva sensibilidad de su cuerpo.
Detrás de ella, Jin, en un estado semidormido, extendió sus grandes brazos alrededor del delicado cuerpo de Luna y la acercó a su lado.
—No...— Luna intentó escapar de su agarre cuando sintió que Jin recuperaba su dureza, sus brazos blancos temblaron cuando su cintura fue rodeada por el brazo de Jin sin poder moverse.
Su cuerpo aún estaba sensible por su primera experiencia sexual, si el decidiera probar su cuerpo por segunda vez Luna estaba segura que se volvería loca al ceder a sus instintos.
Mmm...
Mientras ella pensaba como salir de esa extraña situación, sus ojos se abrieron ampliamente al ver que Cecilia se había despertado. Con sus ojos llorosos, su amiga cubrió su boca con las manos mientras movía sus labios.
—Luna...— Cecilia estaba desnuda como todas las mujeres de la habitación, acercándose hacia su amiga, ella con cuidado levanto uno de los brazos de Jin e intentó apartarlo.
El tiempo avanzó lentamente mientras ambas trabajaban para escapar, el brazo de Jin, aunque era poderoso, cedió al esfuerzo de ambas creando una pequeña abertura para liberarse.
—¡Si!— gritaron las dos en voz baja cuando Luna pudo liberarse, la sensación de perdida en su interior aún persistía mientras ella buscaba sus ropas junto a su amiga.
Dejando atrás la habitación, Luna abrazo a su amiga y le dio un beso en su mejilla —¡Gracias— no se arrepintieron de entregar sus cuerpos en una noche de pasión junto a Jin, en algún punto del futuro ellas la perderian de cualquier forma.
...
Con la salida del sol, el primer nivel del hormiguero se llenó de vida, el flujo de gente avanzó entre las tiendas que se levantaron en un solo día.
Bajo el estricto control de María, un plan fue redactado el día anterior para la llegada de los nuevos sobrevivientes, las palabras de Jin fueron suficientes para impulsar el rumbo que tomaría el hormiguero en el futuro.
Con el cuerpo renovado, Jin se levantó de su cama y extendió sus brazos con fuerza —Así que soy el ultimo— en algún punto de la mañana todas abandonaron la habitación, en las paredes aún quedaban las huellas del encuentro nocturno que se desató.
Vistiendo una camiseta gris ceñida a su cuerpo, Jin tomo la ropa que le preparo María y se preparó para el nuevo día.
Su mente aún no podía controlar las emociones que experimentó la noche anterior, aún tenía dudas del liquido que bebieron todas después de que llegaran las hermanas Xue.
Al pasar por el quinto nivel, solo silencio recibió a Jin que no pudo entrar en su interior. Escondidas en sus habitaciones, sus compañeras aún se arreglaban para completar sus responsabilidades con sus rostros apagados.
En medio del primer nivel, un grupo de niños corrían felices hacia el nuevo restaurante que abría sus puertas.
Grrrrr...
El estómago de Jin rugió —Tal vez debería darle una oportunidad— aún no había recuperado la energía que gastó en la noche, un hombre normal no podría aguantar la batalla contra 7 mujeres llenas de vitalidad.
—¡Bienvenido al rincón del sabor!— un joven con un paño blanco en su cabeza recibió a Jin —Esta mañana nos llegó un grupo de los mejores peces del rio— dijo mientras sacaba una pequeña libreta para anotar el pedido.
En el interior, al menos 20 personas degustaron felices los platos en sus mesas —¿Como consiguen los ingredientes?— pregunto Jin mientras seguía al joven a una de las mesas.
Mirando a Jin con una sonrisa amplia, el joven contesto —Los peces son un regalo de la señorita Luna y la señorita Cecilia, gracias a sus jaulas solo debemos ir al río para conseguir los peces para el día...con respecto a las hierbas y las verduras, ellas fueron enviadas por la señorita Victoria pero...—
Mirando el rostro fruncido del joven Jin espero que continuara —Si tuviéramos una forma de mantener frescos los ingredientes, no tendríamos problemas para aumentar nuestro almacen—
El joven tenía un punto importante, necesitaban formas de mantener fresca la comida que conseguían cada día, tener todo dentro del inventario de Jin no era una opción.
Luego de unos minutos, el joven regresó con dos platos de comida. Jin quedó gratamente sorprendido por la presentación de los platos, en uno de ellos un pescado dorado bien cocido, acompañado de una ensalada de verduras rojas y dos rodajas de pan lo esperaban en silencio.
—¿Como manejan el pago por esto?— esa era una duda para Jin, el aún no había implementado una moneda en el hormiguero, según las palabras de María, en el momento que sobrepasaran los 1000 sobrevivientes ella liberaría las monedas con los minerales que Jin le entregó.
—Por el momento no es necesario pagar por la comida, mientras todos nos ayuden el restaurante podrá funcionar con normalidad— el joven dejo a Jin luego de dar una pequeña reverencia para atender a las personas que llegaron.
—Así que aquí estabas...— terminando de comer, Rosa entro por la puerta con una mirada fría en su rostro —María te esta buscando— con una sola frase, ella tomo del brazo a Jin y lo llevo hacia el quinto nivel.
No era momento para hablar, al menos eso creía Jin cuando vio como Rosa no mostro niguna emoción en el camino, fue solo el pequeño cojeo que ella daba cada ciertos pasos que él sonrio en su interior y decidió hablar.
—Aún te molesta la picazon, estoy seguro que tengo un remedio eficaz para eso— dijo con una sonrisa pícara en su rostro.
—Humpf...— bufo ella sin mirar el rostro de Jin, sus caderas aún estaban sensibles y no quería que él se aprovechara de eso.
Cruzando la entrada del quinto nivel, una extraña sensación recorrió su cuerpo cuando Rosa abrió la puerta —Pasa...— ordeno.
Detrás de la puerta, lamparas de papel con un diseño floral de cerezos iluminaban un pequeño salón que ellas usaban para sus reuniones.
En la mesa central, Jin reconoció un cristal rojo que descansaba sobre una fuente de agua liberando rayos ligeros a su alrededor.
—Sorprendido— dijo Xue Ming saliendo de las sombras, su cheongsam tenía el diseño de una garza dorada en el área derecha de sus piernas.
El sistema de Jin libero evaluación sin que el diera la orden —Caliz de la unión, como crearon esto...— Jin camino hacia el linaje de sangre concentrado que descansaba en la fuente...antes que él pudiera llegar a su lado, una barrera de rayos salió del cristal bloqueando su camino.
—Es mejor que no te arriesgues, aunque no dudo que no te hara daño, no querrás destruir ese precioso cristal— Jin escucho sus palabras y se detuvo, Xue Ling camino hacia Jin y le entrego un frasco con un poco del contenido en sus manos —Deberías agradecerle a mi hermana por descubrir esa nueva habilidad—
—Jin-San es mejor que te sientes y escuches sus palabras— María, Victoria, Rosa, Margarita, Daisy, Cecilia, Luna, Xue Ming y Xue Ling se sentaron al lado de Jin sin dejar de mirarlo.
—Antes que nada, gracias por salvarnos ese día, si estás de acuerdo, espero que nunca te olvides de mi— dijo Victoria poniendo un dedo sobre sus labios.
—Nunca espere que tú entre todos los hombres seria capaz de mover este frío corazón, gracias Jin por cuidarnos hasta ahora— Rosa apoyo sus brazos en la mesa y miro a Jin como lo hace una mujer enamorada a punto de viajar.
—Darling, tu eres mi darling y no permitiré que nunca te apartes de mi, gracias por cuidarme hasta ahora— dijo Margarita controlando sus deseos de levantarse y abrazar a Jin.
—Chicas, que sucede...— pregunto Jin al sentir que su corazón comenzaba a doler.
—Shhh, déjanos terminar...Jin, gracias por ser como eres, incluso si dejamos de vernos por un tiempo, nunca olvidaré tu determinación y el calor que nos entregaste desde que nos conocimos— dijo Daisy escondiendo el rubor de su rostro.
—Gracias Jin por darnos una segunda oportunidad, si alguna vez te sientes débil no olvides que aquí estamos siempre para apoyarte— dijo Cecilia abrazando a Luna quien tenía los ojos llorosos.
—Gracias Jin por cumplir nuestros deseos egoístas, si alguna vez sientes que no hay solución no olvides que aún estaremos de tu lado— dijo Luna sin dejar que Jin viera sus lágrimas.
—En nombre de mi hermana y de toda mi familia, estoy muy agradecida por no olvidarte de nosotras y salvarnos de la muerte, incluso ahora puedo decir que mi cuerpo no olvidará el calor que le entregaste y no dejará que nos olvides jamas— dijo Xue Ling tirando un pequeño cristal en la fuente principal.
—Jin, no permitiré que olvides a nuestro hijo, incluso si el mundo llega a su final, estés donde estés iré a buscarte sin que nada me detenga...gracias por darnos un lugar al que podamos llamar hogar—
La mente de Jin comenzó a volverse borrosa, destellos de energía envolvieron cada parte de su ser mientras el cristal rojo en el centro comenzaba a latir.
Como si el día final estuviera llegando, sus sentidos dejaron de funcionar, solo su audición aún le permitía escuchar las palabras llenas de anhelo de sus compañeras.
—Jin-San— María habló —No te preocupes por Lisa y Leina, me encargaré de cuidarlas mientras no estés a su lado...— derramando una lágrima en su rostro, María intentó continuar pero su corazón comenzó a doler.
—Maria— una voz angelical sono en la habitación, sin poder entender sus palabras, Jin sintio que su mente desaparecía en el vacío infinito del espacio, en ese momento la voz de María volvió.
—Incluso si te olvidas de mi...dare todo para que vuelvas a nuestro lado y vivas junto a nosotras...no puedes rendirte hasta el final— María sintió que su cuerpo se desmoronaba si continuaba, pero aún así aguanto hasta el final.
—Todas, porque dicen esas cosas— Jin intento hablar mientras su mente se volvía un caos, solo un hilo de consciencia viajó atraves de la habitación cuando todo se quedó en silencio.
Ese día, cuando el sol alumbraba con fuerza al bosque infinito el humano llamado Jin desapareció.