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El camino del necio, o quizás ¿El camino del héroe?

Unas vendas con sangre seca fueron lanzadas al suelo, Burst estaba recuperado, una semana bastó para que se curaran sus heridas, en mayor parte gracias a la sangre de Almus.

El chico tenía una mirada sombría, esta vez su objetivo estaba más claro que nunca, marchó al lugar donde Almus estaba entrenando, los niños le ayudaron a guiarse hacia el mismo.

Un fuerte golpe fue su bienvenida, Almus se miraba muy orgulloso de haberlo derribado.

El líder empezó a reír.

—No seas duro con Burst, el pobre acaba de recuperarse.

La mirada de Almus demostraba locura, ¿era esto consecuencia del secuestro de Lara? Si, puede que así fuese, no es que Burst tuviese la mejor de las expresiones en ese momento.

Una cosa estaba clara, ambos estaban hartos de ser débiles.

El entrenamiento empezó un poco después.

Primero que nada, tenían que meditar para sentir el flujo del mana en sus cuerpos.

Según el líder esta era la energía que alimentaba sus maldiciones y residía dentro de todos los humanos.

«Si logro aprender esto, podre ir a recuperar a Lara, incluso si no está viva, me asegurare de vengarme».

Burst dejó de meditar y con convicción se paró enfrente del líder.

—Ya puedo sentir el mana ¿Me enseñara como usarlo?

El líder simplemente empezó a sonreír.

—Bueno, si crees que estás listo pelea con Almus un rato, debes de recordar en todo momento como se siente el mana, si no puedes hacerlo, me temo que esto llevara más tiempo del esperado.

Almus se levantó, su aura era diferente a la usual, un poco ¿Más intimidante? A Burst le importaba poco, ambos debían superar sus límites, no por su propio bien, esta vez era por el de alguien más.

«El sentimiento del mana, simplemente siento como un frío recorre todo mi cuerpo y todo proviene del mismo lugar, incluso podría activar mi maldición sin estar enojado, al menos con mi comprensión actual de este».

Un silencio inquietante embriago el ambiente, Burst estaba en guardia, su espada estaba en alto, estaba frustrado, pero había algo que lo molestaba, no quería herir a Almus, pero, su convicción era más fuerte que sus deseos.

Almus tenía su cuchillo en mano, se colocó en pose y esperó pacientemente el ataque de Burst, como un cazador acechando a su presa.

Al ver esto Burst pensó.

«Uh, Almus no solía tener tal habilidad en el combate, puede que el líder le haya enseñado un par de cosas».

Ambos jóvenes permanecían expectantes al movimiento del otro.

Inesperadamente Almus se lanzó de lleno hacia Burst, este reaccionó con un corte de su espada, pero Almus lo detuvo con la mano, ahora la arma de Burst estaba atorada, una puñalada iba directo a su pecho, el chico reaccionó rápidamente pateando lejos a Almus.

Por su parte Almus miró su mano por un momento, luego esta se regenero a gran velocidad.

«Antes parecía afectarle ¿Qué demonios ha estado haciendo durante esta semana?».

Almus parecía una bestia salvaje, Burst se vio presionado, aunque su técnica era superior a su rival no le daba miedo sacrificar su cuerpo en la batalla.

Se notaba en su rostro, Burst estaba agobiado, ser presionado hasta ese punto... ¿Qué sentido había tenido su entrenamiento hasta ahora?

«No, se me había olvidado, el mana, puedo sentirlo, como recorre todo mi cuerpo, este es el momento».

Burst elevó su espada al cielo, una armadura de hielo empezó a cubrirlo, algunas partes se estaban tiñendo con su sangre cristalizada, pero el joven se concentró en no causarse ninguna herida grave.

Almus se emocionó al ver esto.

Burst pensó.

«El entrenamiento lo está enloqueciendo ¿Solo que clase de relación tenía con Lara, no me digas... quizás eran pareja?».

Almus aprovechó la oportunidad para atacar, pero su cuchillo no logró atravesar la armadura de Burst.

Sin embargo, algo era extraño, mientras que el cuchillo se había detenido, Almus retrocedió y lanzó su sangre como proyectiles.

Estos penetraron con facilidad la armadura de Burst, y conforme esta se iba regenerando más se auto lesionaba.

Si bien ahora podía usar esta "magia" era inseguro seguir con la lucha, pero, aunque Burst sabía que debían parar, decidió seguir con la lucha.

Imbuyo su espada con el mana, el filo se reforzó con hielo y furioso cargó en contra de Almus, esté en cuestión esquivaba con facilidad los cortes de Burst y aprovechaba para atacar desde los puntos ciegos que se creaban.

Burst no quería rendirse, no todavía, empuñó su espada con fuerza y la enterró en el suelo, pequeñas espinas de hielo empezaron a aparecer.

Su espada perdió el hielo que la reforzaba y su armadura se rompió en pedazos, escupió sangre, había llegado a su límite, un poco más rápido de lo que esperaba.

Almus se ofreció a ayudarlo.

«¿Acaso no estaba actuando como un lunático hace unos momentos?».

Burst miró con desdén a Almus, pues no sabía porque cambio su personalidad tan repentinamente.

Almus agachó la cabeza.

—Lo siento Burst, cada vez que usó el mana empiezo a enloquecer.

Burst empezó a reír.

—Y yo que pensé que te habías puesto loco de remate.

Almus se rascó la cabeza.

—La gente no cambia de la noche a la mañana, aunque pensándolo bien no hablamos mucho.

Burst recogió su espada y regresó al campamento.

—No te preocupes, tampoco me he molestado en hablarles a todos.

La silueta de Burst se desvaneció en las profundidades del bosque, lo cierto es que estaba frustrado, decidió entrenar en secreto.

Sin importar lo que le pasase entrenó con el mana tanto como pudo, logró contener la técnica en su espada, pero incluso con eso hielo aparecía de la empuñadura dañando sus manos, aunque era lo mejor que podía hacer en ese momento.

«No es suficiente, pero, mis manos ya no quieren responder, tengo frío, las heridas me están doliendo ¿Cómo puedo ser tan débil?».

Deprimido regresó al campamento, se acostó en su pequeña tienda y esperó a que un nuevo día llegase.

Aunque incluso eso era incierto.

«Uh, me duele todo el cuerpo».

El chico despertó, los niños del campamento estaban rodeándolo.

El líder estaba detrás suya.

—Que yo recuerde, no tenías esas heridas cuando te fuiste.

Burst apartó la mirada, el líder se molestó un poco por eso.

—Sabes, el entrenamiento está bien, pero debes cuidarte un poco mejor ¿No crees? Si no te preocupas por ti al menos hazlo por Almus, el pobre quedara anémico después de proporcionarte tanta sangre.

Burst miró a uno de los niños.

—Lo siento.

El líder se molestó aún más.

—Oye, te estoy hablando.

Burst lo volteó a ver, estaba llorando.

—Por mi culpa... Lara fue.

Uno de los niños tomó la mano de Burst.

—No fue tu culpa, te esforzaste mucho por salvar a Lara.

Todos los niños se reunieron.

—Si, no fue su culpa.

—Eso es, fue muy valiente.

—Eres fuerte.

El joven no pudo contener sus lágrimas, ese día no entreno en absoluto, en cambio decidió meditar.

Había encontrado el lugar perfecto, nadie se acercaba a esa zona y solía ser silencioso.

Antes de que empezase a meditar, escuchó una voz, rápidamente se ocultó trepando un árbol y espió la conversación.

Una de las voces parecía ser la de una mujer.

—¿Estás seguro de que debemos venir?, escuché que nadie escapa de las garras de Victor.

Había otra persona, esta le respondió.

—Ya recuperamos a la señorita Lara, según nuestra misión hay un maldito que potencialmente puede ser explotado para crear medicinas, un fallo que es cazado por uno de los comandantes y muchos niños de los que no se conoce el potencial.

Burst se molestó al escuchar esto y debido a eso casi cae del árbol.

La mujer reaccionó.

—¿Escuchaste eso?

Su acompañante respondió.

—Si, creo que vino allí.

Dijo mientras señalaba la ubicación de Burst.

Asustado empezó a correr en dirección contraria al campamento, aunque su marcha fue detenida por una cara conocida.

—Niño, no deberías alejarte mucho del campamento, los extraños son peligrosos.

Era el líder, sus manos estaban libres de sus vendas, brillaban con intensidad y su carne quemada estaba a la vista.

—Bueno... tengo que encárgame de esto, espera aquí e intenta no hacer ningún ruido.

Como si los inquisidores no fuesen nada se presentó ante ellos.

—¡Victor Darkness!

El líder permaneció callado.

—Hoy tengo público así que debo terminar rápido, pero ¿quién diría que uno de mis alumnos estaría aquí?

Al escuchar esto la chica se molestó.

—¡Ya no soy tu alumna!

El líder empezó a tatarear una melodía.

—Lo sé...

El acompañante de la mujer se abalanzó al frente de su compañera.

La chica no comprendía nada.

—¿Eh?

Una mano lo había atravesado por completo, este era el nivel de la magia de refuerzo de Victor Darkness.

El cadáver cayó como si nada contra el suelo.

La mujer se espantó.

—Primer hechizo de la...

Antes de que terminase el líder la tomó del cuello y la lanzó lejos.

—Alguna vez fui tu maestro, así que te dejare ir esta vez, dile al comandante supremo que dejé de molestar a mis pequeños.

La chica corrió despavorida, fue una vista atemorizante, pero para Burst fue una experiencia de lo más fascinante.

Pasados 3 meses Burst y Almus dominaron la magia más básica "Endurecer", el líder les iba a dar un regalo por completar su primer fase en ese mundo.

Pero...

Los chicos desaparecieron una noche.

Burst y Almus estaban corriendo a través del bosque.

Burst pensó.

«Si esperó otro mes, puede que mi convicción desaparezca, Lara, debo confirmar si estás viva y si lo estás, juró que te salvare».

Los jóvenes lograron salir del bosque, ante ellos había una ciudad, Burst recordaba la capital y esta ciertamente no lo era.

Almus habló.

—Hemos llegado, la ciudad de la que Lara y yo provenimos, si no fue su madre, no se me ocurre quien pudo haberla secuestrado.

Burst se sorprendió.

—¿Su madre?, ¿entonces porque vivía en el campamento?

Almus miró la ciudad con tristeza.

—Dentro de esos muros, ninguno de nosotros es humano, nos llamas monstruos y el trato que le daban a Lara era detestable, tomé la iniciativa para escapar, pero mis padres pagaron el precio por mis acciones.

—Esperaron mucho tiempo para recuperarla, no sé si fue por el líder, pero, estoy seguro de que solo quieren aprovecharse de ella.

Los chicos se colocaron una capucha y empezaron a descender.

—Ya lo sabes Burst, pase lo que pase no llames la atención, la vista de la ciudad es deplorable, pero debes controlarte.

Burst miró los muros de la ciudad.

«¿Solo que puede suceder en este lugar para que Lara dejé atrás a su familia?».

Confundido continuó con su viaje, en los alrededores había mucha gente maltratada trabajando en campos de trigo.

Un hombre los amenazaba con un látigo y encima este estaba usando la magia reforzar, ahora Burst podía verlo.

Apretó los dientes e ignoro la escena, por ahora su prioridad era rescatar a Lara y salir tan rápido como pudiesen, incluso se llenaron los rostros con vendas para evitar ser detectados.

Por si acaso Burst cubrió su espada, la última vez un inquisidor logro reconocerla y no debían llamar la atención, en absoluto.

Perdido Burst se acercó a su compañero.

—Dime Almus ¿A dónde iremos?

Almus señaló una cabaña abandonada.

—Muchos indigentes suelen alojarse en estos lugares, será el camuflaje perfecto.

Entraron a la cabaña, la gente olía mal, había mujeres delgadas y maltratadas alimentando a niños con migajas.

Almus se sentó en una esquina.

—Intenta evitar conversar con las personas de este lugar, lo último que queremos es tener a la familia Astra sobre nuestro cuello.

Burst se sentó al lado de uno de los niños, este se asustó y se alejó todo lo que pudo.

«Vaya, no importa como lo mires esta vista es deprimente, hay muchas personas caminando normalmente por las calles, pero estas personas apenas y pueden permitirse migajas, ni hablemos de un hogar propio».

Burst se quedó sentado en ese lugar, de vez en cuando salió a observar los alrededores de la ciudad, algo estaba claro, todos eran infelices dentro de este, incluso los habitantes que podía permitirse la comida se veían cansados, casi en los huesos.

«Está decidido, sacare a Lara de este lugar, no puede estar muerta, según Almus es de una familia noble. Así que, Lara, debes resistir hasta que lleguemos a donde quiera que estés».

// Fin del capítulo 4//