webnovel

3. Todo mejorará

POV SAMANTHA

No tengo ni la menor idea de donde estaba en este momento, pero de lo que estoy más que segura es que el dolor de mi cabeza es considerablemente fuerte, esto no podía ir peor.

En el momento que abrí los ojos los cerré inmediatamente, porque no hacía otra cosa que empeorar el dolor de mi cabeza y es cuando escucho como una silla se mueve y la puerta se abre. No tardo nada en escuchar unos pasos viniendo en mi dirección y la cama a mi lado no tarda en hundirse.

- ¿Sam?

¿Qué demonios hacía aquí mi madre? Espero que Tylor le contase cualquiera otra cosa que no fuese lo que pasó en realidad, porque no quería preocupar a mamá más de lo que ya estaba de por sí misma.

-Sé que no quieres que te hable del chico guapo, ¿pero realmente te vas a hacer la dormida para que no te hable de él?

En ese momento abrí los ojos, y a pesar de que me seguía doliendo la cabeza, al menos no tanto como antes, lo que era algo bueno. En cuanto me giro en la dirección de mi madre, veo la preocupación en su mirada, lo que hace que automáticamente a Tylor que levanta las manos en el aire.

-Yo no quería decírselo, fue Kate que se lo dijo.

-Y menos mal, ¿por qué no me dijiste que estaba pasando de nuevo Sam?

-Porque no es nada.

-Sinceramente, esto no me parece que no sea nada.

-Mamá, por mucho que te duela escucharlo, esto no es lo peor que me han hecho en mi vida, asique no te preocupes.

-Debería estar cambiándote de colegio.

- ¡¡¡¡NO!!!!

-Lo iba a hacer, pero después de pensármelo bien, no lo voy a hacer. Solo te pido una cosa.

-Lo que sea, pero no me cambies de colegio.

-Que si esto vuelve a pasar, me lo dices.

-Mamá, no es…

-Lo es, y no quiero que te preocupes porque yo lo haga, porque a lo contrario que tu, es mi trabajo hacerlo.

-No quiero hacerlo.

-Lo sé, pero nunca podrás evitar que eso pase, eres mi hija y siempre me preocuparé por ti.

-Te quiero, mamá.

-Yo también.

-Bueno, ahora que todo está arreglado entre vosotras dos, podemos hablar de André y de sus compañeros.

- ¿Por qué te empeñas a hablar de él?

-Oh, por nada, porque me parece un gran chico.

-Hasta que deje de serlo.

-Yo creo que no lo hará, parece bien decidido a no hacerlo. De no ser por él, en este mismo momento estoy completamente segura de que estarías en un hospital.

- ¿De qué hablas?

-Fue él el que evitó que te golpeasen más. Es más, amenazó con hacerle lo mismo a los ellos.

-Eso pronto cambiará.

-No deberías ser tan negativa, no todo tiene que ser como está pintado en tu mente.

-Pero lo será, y eso lo sé.

-Yo estoy con Tylor, no veo al chico haciendo eso.

-Pues yo no me lo creo, y realmente estoy mejor yo sola.

- ¿Y yo donde quedo?

-Vale, estoy mejor sola con Tylor que metiendo a más personas que sé que acabarán por dejarme.

-No todos lo harán, no todos son tu padre y el patán que tenías por novio.

- ¿Qué? ¿Cómo nunca supe que tenías un novio?

-Porque una, no quiero hablar de eso, y dos, porque es una mierda de persona que no quiero recordar en toda mi vida.

Pude ver la mirada que se intercambiaron mi madre como Tylor, pero realmente no me importaba, solo dije la verdad y no quiero hablar de algo que no es lo que mejor me haga en este momento.

-Mejor, ¿Por qué no vamos a preparar algo para cenar?

-No tengo hambre, mamá.

-Bueno, pero algo tendrás que comer, tienes que tomar las pastillas.

-Ya comí…

-Ni se te ocurra contar una mentira Samantha porque no te he visto comer nada en todo el día.

-Pues está dicho, vas a cenar aunque sea un poco.

-Está bien.

Con eso nos levantamos de mi cama y nos dirigimos escaleras abajo. De vedad que no tenía hambre, tampoco es que mereciese comer algo, pero eso no tenía por qué saberlo nadie, solo espero que pronto se vayan, porque realmente quiero estar sola lo que queda de día.

POV ANDRÉ

En cuanto llegué a casa, me dirigí directamente a la habitación de mi hermana, y cuando abrí la puerta lo vi jugando con los superhéroes que tenía. Adoraba los superhéroes y siempre que podía le compraba alguno nuevo, a pesar que se podía decir que tenía todos los posibles.

-Hola princesa.

-¡¡¡¡André!!!!

- ¿Qué tal está mi hermana preferida?

-Bien.

- ¿Y qué tal en el fisio?

-Hoy pude andar un par de pasos sola. Tenías que haber estado allí.

-Sabes que me hubiese encantado estar allí contigo.

-Lo sé, pero mejor por qué no me dices que tal te fueron las clases.

Para ser una niña de siete años, era una chica lista, pero también que había pasado por muchas cosas de las cuales no debería haber pasado y de las que estaría más que encantado de haber ocupado su lugar.

-Bien.

- ¿Ya tienes amigos?

-Tengo un par, pero sabes que los chicos también irán al instituto.

-Lo sé. ¿Cuándo vendrán a casa?

-No tardarán mucho en llegar.

Y como si esas fueran las palabras mágicas que necesitaban, aparecen por la puerta de la habitación de mi hermana. Desde lo que había pasado con Stella, se habían encariñado más con ella si eso era posible, lo cual hacía que mi hermana estuviese más contenta que nada.

Después de un par de horas jugando, mi hermana se quedó dormida y salimos de su habitación para no despertarla y nos dirigimos a mi dormitorio para poder hablar más tranquilos. Se fueron sentando en distintas partes de mi habitación mientras yo estaba de pie.

- ¿Qué es eso tan importante de lo que tenías que hablar con nosotros?

-Como sabréis hoy mi padre me obligó ir al instituto.

-Lo sabemos. ¿Mejor por qué no nos dices que pinta tiene?

-Lo que es el instituto en sí, está bien, es mucho mejor que en el último.

- ¿Pero?

-Hay una chica…

-Espera… ¿me estás diciendo que ya estás coladito por una chica del instituto?

-Me atrae, pero ese no es el tema.

- ¿Entonces cuál?

-Le hacen bullying.

Con eso todos se callaron y quedaron mirando para mí, absorbiendo la información que les acababa de dar. Sé que a ellos odian casi tanto como a mí el bullying y que me ayudarán a evitarlo.

-Entonces debo suponer que ya tenemos un nuevo trabajo ¿no?

-Agradecería que me ayudaseis, ya sería el cuarto instituto del que se iría.

- ¿Por la misma razón?

-Por la misma.

-Vaya, ¿y sus padres no lo saben?

-Su madre lo sabe, y le molesta que no se lo diga.

- ¿Por qué no se lo dice?

-Porque no quiere preocuparla. Por lo poco que me contó su amiga, odia que se preocupe por ella.

-Pero esta es una situación por la que preocuparse.

-Lo sé, pero no lo quiere hacer.

-Oh vaya. ¿Y su madre ya lo sabe?

-Se enteró hoy, y quería cambiarla de nuevo de colegio.

- ¿Por qué no lo hace?

-Porque su amiga y yo le prometimos que ayudaríamos a que no le pasase nada. Por eso me gustaría poder contar con vuestra ayuda.

-Cuenta con nosotros. ¿Cómo se llama la chica?

-Samantha.

-Bueno, tendremos que proteger a tu futura novia, por lo que lo primero que haremos mañana por la mañana es que nos enseñes quién es.

-Primera, nadie dijo que sería mi novia, y segunda, eso ya lo sabía.

-Oh, sabemos que no dijiste nada de que sería tu novia, pero todos aquí sabemos que será cierto, si no ¿por qué nos pedirías que te ayudáramos con su problema?

- ¿Porque odiáis el bullying tanto como a mí?

-Eso, y porque esa chica te gusta, por eso lo hacemos.

-No me lo puedo creer.

-Pues puedes ir haciéndolo, porque esa casi la razón más importante de todas las que nos diste.

Les tiré una almohada y se echaron a reír. A veces se podía decir que no aguantaba a ninguno de ellos, pero al final del día sé que contaba con ellos siempre que los necesitase, y eso era lo que más apreciaba.v