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CAPÍTULO 27 INTERMISIÓN.

Perspectiva: Agis.

Novadiulco, Sexteris 18 de October del 1574.

- ¡Mierda! – me levanto súbitamente y maldigo en voz alta.

- ¡Mi Amor! ¿estás bien? – Leonora se despierta con voz alterada.

- Es otra vez la misma pesadilla.

- Todo está bien, solo fue un sueño. – Leonora me abraza.

Desde hace un tiempo, he tenido una pesadilla recurrente, en la cual, me encuentro encadenado al suelo, mientras observo como los monstruos asesinan y devoran a Leila, Leonora, Juno, Egeo, Marian, y en general, a todas las personas que valoro; la sensación de impotencia y desesperación, es insoportable, me hace pensar que soy débil e inútil. Esta pesadilla es una muestra clara de mi estado de ánimo actual, así mismo, me cuestiono la razón de continuar siendo un aventurero; ¿Por qué arriesgar la vida innecesariamente solo por conocer un pequeño pedazo de tierra? ¿vale la pena el dolor y sufrimiento por obtener un poco de información sobre el mundo? Honestamente, no sé cómo responder a esas preguntas. Creo que esta es una de esas ocasiones donde la vida pone a prueba tu determinación; además, todavía no he logrado superar el shock de enfrentar a un monstruo tan poderoso, y ver a Leonora y Leila al borde de la muerte.

- Si nos encontramos con ese monstruo de nuevo, ¿podremos sobrevivir? – me pregunto a mí mismo con preocupación.

- Claro que vamos a sobrevivir, tu eres fuerte, y a partir de ahora serás todavía más fuerte. – Leonora me responde con confianza.

- No estoy seguro de eso… – me muestro escéptico.

- Mi Amor, no te agobies con esos pensamientos; por ahora, solo descansa, mañana será otro día.

- Si… – me vuelvo a costar.

- Duerme, te aseguro que no volverás a tener esa pesadilla. – Leonora también se acuesta, y me da un beso en la mejilla.

Cuando salí del hospital, estaba muy feliz y motivado por sobrevivir a semejante experiencia de vida o muerte; comencé a valorar más lo que tengo, y a ver cosas que nunca antes había notado. El tiempo de diversión con las chicas, y la gran adulación que he estado recibiendo por parte de la gente, elevaba mi ego y autosatisfacción; pero, muy en el fondo, era consciente de que, ese día, algo se rompió dentro de mí; luego de 2 meses, ya se lo que es; mi motivación, seguridad y confianza, han desaparecido. Siempre he pensado que, con el suficiente esfuerzo, dedicación y perseverancia, es posible lograr cualquier meta, sin embargo, ahora entiendo que existen ciertos límites que no se pueden superar de esta manera, se necesita algo más; la pelea contra ese monstruo llamado Zephyrius, me mostró que todavía tengo un largo camino por recorrer, en lo que a poder se refiere; adicionalmente, demuestra que, en este mundo, existen individuos con poderes inimaginables contra los que no puedo competir. Por ahora, mi único consuelo, es que tengo otra oportunidad para volverme más fuerte, y no cometer los mismos errores.

◇◇◇

Novadiulco, Dominicus 19 de October del 1574.

- Buenos Días, Mi Señor; es hora de desayunar. – Leila me despierta con tono calmado.

- Buenos Días Leila. Ya voy. – le respondo adormilado.

- Señora Leonora, su desayuno ya está servido. – Leila habla con cortesía.

- Muy bien, voy en un momento.

Activo el hechizo [Reloj], al instante, aparece una ventana semitransparente que marca las 8 de la mañana. Normalmente, debería estar despierto desde las 5 para ir al Gremio de Aventureros, obtener una misión, comprar los implementos necesarios, desayunar, y luego, hacer los preparativos para partir; pero desde que fui dado de alta del hospital, decidí tomarme un tiempo de descanso, y centrarme en entrenar, estudiar magia y practicar hechizos; siento que necesito comprender más cosas sobre la magia, pulir mis artes marciales y mejorar en el uso de armas. Afortunadamente, las chicas me han apoyado desde el principio, y me enseñan todo lo que saben; ahora tengo conocimientos más profundos sobre alquimia, Círculos Mágicos y Encantamientos; así mismo, he logrado aprender nuevas habilidades como Golpe de Onda, Resistencia a la Fatiga, y Escritura Mágica.

Luego de unos minutos, me levanto y me dirijo a la cocina; al llegar, puedo ver que Petra y Roser ya se encuentran en la mesa desayunando. Siempre había pensado que convivir con estas hadas, sería una experiencia similar a cuando vivía con Luzbel, Nelia y Thais en Villa Limes, pero estaba muy equivocado. Petra y Roser son hadas de otra nación, por ende, sus costumbres y comportamientos son totalmente diferentes.

En primer lugar, estas chicas son mucho más malhumoradas que cualquier otra que haya conocido; al igual que Leonora, pierden los estribos muy rápido, y no dudan en recurrir a la violencia; sin embargo, esos comportamientos hostiles, casi siempre, se enfocan en aquellas personas que les falten el respeto, sin distinción de género o raza; honestamente, es un poco aterrador observar cómo estas hadas, golpean a la gente sin ningún tipo de consideración. Por su parte, los guardias no las detienen, y la gente se muestra totalmente indiferente, como si fuese algo cotidiano; esto se debe a que existe una notable diferencia entre las hadas del continente Humus y las de Praecleasis; por lo visto, las hadas nativas del Imperio Lignum, conservan intactas sus costumbres y tradiciones, agregando que no están dispuestas a modificarlas; en cambio, las otras, han adoptado las de los humanos, dejando a un lado las de su tierra natal; además, parece que al nacer en el continente Humus, les atribuyen más valor a las costumbres humanas.

En segundo lugar, Petra y Roser no gustan de vestir mucha ropa, en especial cuando se encuentran en casa; en algunas ocasiones, solo usan un pequeño vestido que deja muy poco a la imaginación; pero, la mayoría de las veces, solo usan ropa interior, y por lo visto, esto último tampoco les agrada; como resultado, me es difícil estar cerca de estas chicas cuando estamos solos, ya que siempre intentan seducirme. Según Petra, la raza Feérica tiene como tradición, vivir en su estado natural, como muestra de respeto a sus antepasados, y utilizar prendas es algo que va en contra de eso; en consecuencia, todas las hadas del Imperio Lignum, practican la cultura nudista en mayor o menor medida; la única razón de usar ropa, es para demostrar simpatía y evitar problemas con los humanos, raza a la que consideran como parientes; debido a ello, cuando salen a la calle, es muy usual que las hadas estén ligeras de ropa, y usen atuendos muy sugerentes, por supuesto, también lo hacen con el fin de atraer posibles pretendientes; en contraste, es extremadamente raro ver a un hada utilizar armadura, y prendas que sean de tela muy gruesa; en resumen, las hadas del Imperio Lignum, odian usar mucha ropa. Debido a que Petra y Roser no saben muy bien que vestir, constantemente me preguntan sobre que deben usar, obviamente, esto de acuerdo a sus gustos; además, creo que eso también es parte de alguna costumbre. Sin duda, la cultura de la raza Feérica es muy excéntrica, además, no puedo obligarlas a vivir como lo hacen los humanos, de lo contrario, se inicia una discusión que no tiene fin, estas chicas son extremadamente tercas en ese aspecto.

Finalmente, este par de hadas demuestra una especie de obsesión o apego hacia mí, por lo que, casi todo el día, están a mi lado, y me dicen que harán cualquier cosa que les ordene. Últimamente, se han vuelto muy intensas en lo que a citas y demostraciones de afecto se refiere; constantemente, quieren que las abrace, y algunas veces me dicen que soy muy frio al no ordenarles nada. Leonora me dijo que cuando un hada encuentra su marido, se somete completamente a él, y desarrollan una dependencia mucho más alta que las Gelum, o cualquier otra raza, por lo que son mucho más exigentes y requieren de más atención. Sin embargo, debo decir que vivir con estas dos chicas es algo beneficioso; son muy buenas para alegrar el ambiente, me ayudan a mantener un buen estado de ánimo, y han logrado llevarse bien con Leila y Leonora, con lo cual, las peleas entre esas dos Gelum, han bajado bastante.

- ¡Buenos Días Agis! – las dos hadas me saludan al unísono.

- Buenos días chicas. – les saludo mientras sonrío.

Después de mucha insistencia, he logrado que dejen de llamarme Amo, y en su lugar, me digan Agis; en ese sentido, estas chicas son bastante flexibles, además, parece que a ellas también les agrada, agregando que hace que nuestra relación no sea tan formal.

- Agis, hoy vamos a enseñarte como luchar en el aire. – me habla Petra.

- Ya veo, entonces las clases de hoy serán interesantes.

- Petra, recuerda que también vamos a enseñarle como hacer Encantamientos y Círculos Mágicos con la habilidad Escritura Mágica. – agrega Roser.

- Ah sí, casi lo olvido. – responde Petra

Petra y Roser son muy hábiles en el uso de Círculos Mágicos y Encantamientos; gracias a ellas, he mejorado muchísimo, ahora soy capaz de realizar diversos hechizos, fabricar Artefactos Mágicos, así como crear Objetos Mágicos y Encantados. En lo concerniente al vuelo, debo decir que no soy muy bueno en eso; a pesar de que sé utilizar [Vuelo], evito usarlo debido a que siento un poco de miedo al elevarme y moverme tan rápido; pero creo que ya es momento de dejar esos miedos a un lado, y aprender a usar de forma eficiente todos los hechizos que conozco.

- Buenos días. – llega Leonora y saluda a las hadas.

- Buenos días, Mi Señora Leonora. – las dos responden al mismo tiempo.

- Mi Amor, parece que están planeando enseñarte muchas cosas; hoy tendrás un día muy ocupado. – Leonora me habla muy animada.

- Si, voy a aprender muchas cosas.

- Creo que también voy a unirme, y te enseñare un poco más de alquimia. – Leonora habla con tono alegre.

- Gracias Cariño. – le doy una sonrisa.

De esta manera, se definió mi plan de aprendizaje del día de hoy. Estoy muy agradecido con las chicas, me enseñan con mucha paciencia, y no me están presionando para que retome mi profesión de aventurero; y aun que Leila no tiene mucho que aportar en lo que a poder se refiere, ella es mi compañera de entrenamiento de artes marciales, se encarga de cocinar, de los quehaceres del hogar, y de otras labores. Otro punto a destacar, es que Leonora se ha hecho cargo de la mayoría de los gastos durante todo este tiempo; en verdad, me considero muy afortunado de tenerlas a mi lado.

◇◇◇

Actualmente, me encuentro en la arena de entrenamiento del Gremio de Aventureros, acompañado de las chicas. Este lugar es bastante grande, tiene un área de 30 metros cuadrados, y cuenta con diversas herramientas como blancos de tiro, pesas, Artefactos Mágicos para medir la potencia de los hechizos, así como el control de Unidades Mágicas, entre muchas otras cosas.

- Muy bien, creo que lo mejor, es iniciar con el combate aéreo, y luego, podrías practicar todo lo que tenga que ver con la alquimia, Círculos Mágicos y Encantamientos, ¿Qué te parece Agis? – Petra me pregunta con expectación.

- Está bien, de esa forma podré aprender más cosas. – le respondo con naturalidad.

- De acuerdo; ahora vamos a… – de repente, Petra pierde el equilibrio, pone una cara de dolor, y se ve pálida.

- Petra, ¿te encuentras bien? – la tomo del brazo y le pregunto con preocupación.

- Sí, es solo que aún no he bebido mi poción.

- Ya veo… – me muestro triste.

Petra activa el hechizo [Almacenamiento], y saca una poción de color verde, la bebe, y al cabo de unos minutos, comienza a recuperar su condición física; por su parte, Roser hace lo mismo. Cuando me dijeron que las personas que salvé, habían respondido positivamente al tratamiento, pensaba que lograron curarlas completamente, pero ese no es el caso.

Por lo visto, los experimentos de ese monstruo, les provocó una extraña enfermedad que les hace perder sus capacidades mágicas, genera altos niveles de corrupción en el cuerpo del afectado, y finalmente, se transforman lentamente en monstruo, lo que causa mucho dolor; algo similar a la Degradación, con la diferencia de que no es irreversible y no afecta los órganos vitales. Los curanderos solo pudieron crear una poción para neutralizar estos efectos, sin embargo, parece que entre más tiempo pase, el tratamiento se vuelve menos efectivo, ya que necesitan beberlas con más frecuencia y en mayor concentración; a este paso, es posible que estas chicas sean ejecutadas, para evitar que se conviertan en monstruos.

Dicho esto, tengo como objetivo, encontrar una cura definitiva, por ello, he estado estudiando alquimia con Leonora, e investigando sobre plantas y diversos compuestos, no obstante, es más fácil decirlo que hacerlo; a pesar de que llevo 2 meses de constante ensayo y error, aún estoy muy lejos de lograr ese objetivo; de todas formas, no he perdido la esperanza, además, todavía tengo tiempo, las pociones que proporciona el hospital, no han perdido del todo su eficacia, estoy seguro de que voy a curarlas a ellas, como a todas las personas que lograron sobrevivir.

No soy un científico, y no tengo muchos conocimientos sobre medicina, sin embargo, he notado que todas las enfermedades de Alfa, son perfectamente curables con magia; y no es para menos, si la magia puede sanarte de heridas mortales, fracturas, mutilaciones, y demás lesiones, es imposible que no puedan curar la enfermedad de estas dos hadas. Con esa idea en mente, creo que soy perfectamente capaz de encontrar una cura, y aunque no me considero un genio en la magia, soy muy talentoso; además, he estudiado bastante sobre diversos hechizos, y ya tengo más o menos claro la forma en la que voy a deshacer esa enfermedad, solo es cuestión de tiempo.

- Petra, Roser, encontrare una cura a esa enfermedad, se los aseguro. – hablo con determinación.

- Agis, no tienes que presionarte tanto; mira, ya estamos bien, ¿verdad Roser? – Petra se muestra animada.

- Si, las pociones que nos dieron en el hospital, funcionan muy bien; además, los curanderos nos dijeron que estaban investigando como curarnos, así que no tienes de que preocuparte. – Roser intenta animarme.

- Mejor vamos a iniciar con el entrenamiento. – Petra cambia el tema.

- Bueno. – respondo secamente.

De esta forma, inicia un día más de duras prácticas y entrenamientos. Petra me enseñó como volar correctamente, acelerar, frenar y desacelerar; así mismo, aprendí diversas maniobras de vuelo, ataques aéreos, como realizar Círculos Mágicos y Encantamientos mientras te mueves a gran velocidad, entre muchas cosas más. Siempre pensé que para luchar en el aire, solo era necesario emplear diversos hechizos, y lanzar golpes y patadas como lo haría algún superhéroe o personaje de videojuegos, no obstante, no es tan simple. Como primera medida, [Vuelo] es una Arte Especial mucho más complicado de lo que parece, no es que por el solo hecho de usarlo, volarás cual ave en el viento; es necesario controlar adecuadamente tu cuerpo, por ello, se deben asumir posturas y movimientos específicos para elevarse, acelerar, frenar y todo eso; un detalle muy particular, es que la clásica postura de volar con los puños al frente, es completamente errónea; por lo que me ha dicho Petra, debes tener los brazos pegados al cuerpo y mantener una posición recta. Como segunda medida, se deben comprender ciertos aspectos técnicos del vuelo, como la velocidad, el nivel de altitud, la resistencia al viento, las fuerzas G, entre otras cosas. Finalmente, se requiere cierto tipo de mentalidad para volar, dicho de otro modo, debes contar con el suficiente valor y determinación para enfrentar todas las dificultades e inclemencias del cielo, de lo contrario, no podrás volar por mucho tiempo, y en el peor de los casos, perderás el control y te estrellarás.

Posteriormente, Leonora me enseñó un poco más sobre las pociones, compuestos alquímicos, plantas mágicas, y demás aspectos de la alquimia. Debo decir que ser un alquimista no es nada sencillo, pensaba que simplemente debía recolectar alguna planta mágica, lanzar un hechizo y aplastarla en un mortero; sin embargo, el proceso de creación de una poción, píldora, ungüento, o cualquier otra sustancia, es mucho más complicado que eso, se requiere de muchas más herramientas que un simple mortero y algunos frascos; en realidad, la producción de cualquier producto alquímico, toma cierta cantidad de tiempo y esfuerzo; así mismo, es necesario añadir los ingredientes en la forma, proporción, y secuencia correcta. Dicho esto, he progresado bastante en el campo de la alquimia, ahora soy capaz de crear casi cualquier tipo de poción, píldoras mágicas, mezclas de diversos componentes, entre muchos otros elementos. Con cada día que pasa, entiendo cada vez más sobre la enfermedad que aqueja a Petra y Roser.

En lo concerniente a los Círculos Mágicos y Encantamientos, debo decir que, en comparación a cuando estaba en la escuela, he mejorado bastante. Gracias a la habilidad Escritura Mágica, puedo realizarlos con notable rapidez, e incluso soy capaz de lanzar hechizos al mismo tiempo. En esta ocasión, estoy intentando perfeccionar esta habilidad para lograr hacer varios Círculos Mágicos mientras que me muevo y esquivo; así mismo, he aprendido diversas formas de luchar, mientras realizo un Encantamiento a algún objeto.

Por otro lado, llevo varias semanas practicando y perfeccionando todos los hechizos que conozco; hasta el momento, he logrado alcanzar un alto desempeño en Artes Ocultas como [Portal], [Teletransportación Tiempo-Espacio], [Ataque Letal], entre muchos otros; lo mismo se aplica a mis Artes Simples y Especiales. Con estos entrenamientos, estoy seguro de que no me volverán a derrotar tan fácilmente; así mismo, no permitiré que Leonora, Leila, Petra ni Roser, se sacrifiquen por mí. Aunque suene estúpido, estoy tratando de compensar mi miedo, con poder y conocimiento; no quiero volver a sentirme débil, ni observar como son lastimados mis seres queridos; en consecuencia, debo dejar a un lado esos pensamientos negativos y seguir adelante; tengo la firme convicción de que todos mis esfuerzos no pueden ser en vano.

La próxima vez que me encuentre con Zephyrius, que seguramente sucederá, no voy a huir, le haré frente y lo mataré, solo así puedo superar mis temores, y cerrar este ciclo en mi vida; además, sin importar la fuerza de un individuo, debe tener una debilidad o falencia, porque todo poder tiene un precio, y esto es algo que se aplica a todo ser vivo; de lo contrario, no existirían los efectos secundarios de los hechizos y habilidades, y tampoco sería necesario estudiar y entrenar tan duro para usar la magia; de igual forma, si existen límites para los humanos, estos mismos se deben aplicar a las demás razas, y por extensión, a los monstruos. En última instancia, nadie es invencible, con la suficiente constancia y enfoque, es posible obtener el poder para oponerse a cualquier adversidad. Debo creer que puedo volverme más fuerte, de otro modo, me quedaría estancado y mi mente se llenaría de pensamientos tóxicos y autodestructivos.

◇◇◇

Novadiulco, Viemars 21 de November del 1574.

- ¡Lo logré! – me hablo a mí mismo con júbilo.

Después de tanto esfuerzo y dedicación, por fin he conseguido crear un compuesto alquímico que puede curar la enfermedad de Petra y Roser. En este último mes, he centrado todo mi tiempo en el estudio e investigación de diversas plantas mágicas, encantamientos, hechizos, y en general, en todo lo que se encuentra a mi disposición, para cumplir con mi objetivo; luego de tanto tiempo, estoy logrando obtener resultados positivos. Con el propósito de probar mi nuevo compuesto, salgo de mi laboratorio, el cual se encuentra en el primer piso de la mansión, y me dirijo a la sala, donde me esperan las susodichas.

- ¡Chicas! ¡al fin lo he logrado! Con esto, – señalo dos jeringas con un líquido verde en su interior – se van a curar.

- Agis, ¿estás seguro? – Petra me pregunta con desconfianza – esa inyección se ve un poco extraña.

- ¿No crees que eso podría causarnos algún efecto secundario? – increpa Roser.

- No se preocupen, aunque tenga un mal aspecto, estoy seguro de que las va a sanar. – hablo con confianza.

Por lo general, los compuestos destinados a curar enfermedades, se producen en forma de pociones transparentes, y con colores como blanco o gris; esto se debe a que, es mucho más sencillo agregar cualidades mágicas a la mescla, y reduce los efectos secundarios al mínimo; en cambio, las inyecciones son utilizadas cuando se trata de curar heridas o estados críticos de manera inmediata, sin mencionar que los habitantes de este mundo, detestan las jeringas, ya que son un invento de Extranjeros.

- Está bien, Agis, yo creo en ti. – Petra se acerca y extiende su brazo.

- ¡Yo también! – Roser hace lo mismo.

Inyecto vía intravenosa al par de hadas; aunque en este momento, no es posible determinar con certeza si fue efectivo o no.

- Muy bien, ¿sienten algo extraño? – pregunto con expectación.

- No siento nada, creo que tu inyección no funciona. – Petra habla con franqueza.

- Yo me siento igual que siempre. – añade Roser.

- No se preocupen, en unos días veremos cuál es el resultado. – hablo con seguridad.

- ¡si! – ambas responden al unísono, mientras me abrazan.

Ver que su estado de salud no ha cambiado súbitamente, es una señal positiva que me llena de esperanza; ahora, solo debo tener un poco más de paciencia.

◇◇◇

Novadiulco, Lunae 24 de November del 1574.

En los últimos días, he estado muy ansioso por la respuesta de Petra y Roser a la inyección; por ello, acompañado de las chicas, me encuentro en el hospital para que les realicen una revisión. Por lo general, el ambiente en este lugar, es lúgubre y melancólico, después de todo, se pueden observar personas heridas y enfermas con miradas llenas de aflicción. Aunque la magia puede curar casi cualquier herida y enfermedad, esto no implica que todos los habitantes de Alfa, tengan la capacidad de utilizar esa clase de hechizos, y muy pocos tienen a su disposición Artefactos u Objetos Mágicos para tratar sus males. Naturalmente, siempre hay personas que se lastiman y padecen de afecciones muy dolorosas, que no pueden sanarse bebiendo una poción curativa, o usando un Arte Simple; como resultado, existe una gran demanda de curanderos, y un pequeño número de individuos que pueden utilizar magia curativa; por ello, los curanderos y personalidades como la Santa de la Curación, son muy valorados, respetados e incluso, aclamados por los plebeyos.

Al cabo de un tiempo, Petra y Roser, en compañía de un curandero, se acercan a mi posición con miradas que indican buenas noticias.

- Señor Jardiel, me complace decirle que sus mujeres se encuentran en perfecto estado de salud; ¡están curadas! – el curandero habla con mucho entusiasmo.

- … – me quedo observándolo con estupefacción.

- Agis, ¡lo hiciste! – Petra me abraza con bastante fuerza – ¡te amo mucho!

- ¡yo también! – agrega Roser que también me abraza y me besa varias veces – ¡gracias!

- Felicitaciones, Petra y Roser, ya están completamente curadas. – Leila habla con tono alegre – los esfuerzos de Mi Señor, han dado frutos.

- Mi Amor, sabía que lo lograrías. – Leonora interviene y también me besa.

Con mucha alegría, correspondo los besos y abrazos de las chicas, mientras sonrío de felicidad. Todo mi esfuerzo y dedicación, no fueron en vano; es sumamente satisfactorio y gratificante, saber que has logrado salvar a un ser querido. A pesar de que llevo poco tiempo de conocer a Petra y Roser, debo admitir que las amo al mismo nivel que Leila y Leonora; la verdad, nunca pensé que eso fuera posible, pero no puedo negarlo, Petra y Roser se han convertido en personas muy importantes para mí; y aunque tengan sus defectos, eso no cambia el hecho de que son mujeres muy hermosas, con una alegre personalidad que me da esperanza y me alienta a seguir adelante.

- Disculpe por interrumpirlo en un momento tan emotivo, – el curandero se acerca y me habla – pero me gustaría hablar con usted en privado, sobre el método que utilizó para curar a sus chicas.

- Está bien.

- Sígame.

El curandero me lleva a su consultorio, por su semblante, parece que el tema de conversación es bastante serio.

- Por favor, tome asiento… – me siento en una silla, situada al frente del escritorio del curandero – Señor Jardiel, déjeme decirle que la enfermedad de las señoritas Petra y Roser, era bastante grave; de hecho, las otras personas que sobrevivieron al tratamiento, actualmente, se encuentran muy mal; ellas han logrado resistir más tiempo, debido a sus poderes regenerativos. – habla en tono severo.

- Entiendo. – respondo con cara seria.

- Las pociones que le proporcionamos, es todo lo que hemos logrado hasta el momento para tratar esa enfermedad; debe entender que la afección que tenían sus chicas, no era algo fácil de tratar.

- Ya veo… [Almacenamiento]… – saco la fórmula de la inyección, y la entrego al curandero.

Como pensaba, los curanderos estaban teniendo dificultades para encontrar la cura; de nuevo, es bueno saber que mi tiempo y esfuerzo, ha dado grandes resultados. Con esto, los otros sobrevivientes también serán curados.

- Señor Jardiel… – el curandero me mira con asombro, y luego revisa la fórmula alquímica – tal vez usted no entienda la magnitud de su aporte, pero con esta fórmula, se pueden curar muchas más enfermedades, ¡muchas gracias! Le aseguro que su trabajo será reconocido. – habla con emoción.

- Qué bueno, – sonrío – me alegra saber que muchas más vidas se salvarán.

Luego de esta corta charla, el curandero me pidió que le mostrara el método para fabricar el compuesto, y al mismo tiempo, le explicara ciertos detalles. Posteriormente, nos dirigimos al Gremio de Aventureros donde se registró mi contribución en la creación de la cura para esta enfermedad, con lo cual, me recompensaron con 5 Blancas, una considerable cantidad de dinero.

◇◇◇

Novadiulco, Sexteris 29 de November del 1574.

Las personas de esta ciudad, siempre me han tratado con respeto y cortesía, sin embargo, en el momento que se esparció la noticia de que fui promovido al rango S, y me convertí en un candidato a Leyenda, las gentes cambiaron su actitud completamente; cuando me hablan, lo hacen en tono formal, no paran de elogiarme, y se muestran demasiado amables y condescendientes, entre otros aspectos. Si bien, ese comportamiento me parece aceptable, debo decir que me siento un poco abrumado; no obstante, desde hace unos días, he notado que mi "popularidad", por llamarlo de alguna forma, se ha incrementado de gran manera; como resultado, cada vez que me cruzo con una persona por la calle, me agradece y elogia con mucha euforia, adicionalmente, todos parecen ansiosos por saludarme y cruzar palabras conmigo; en verdad, me siento como una estrella de cine. ¿La razón? Bueno, parece que, justo como me dijo el curandero, mi fórmula alquímica, no solo es útil para curar una enfermedad rara como la de Petra y Roser, también sirve para curar muchas otras, más de las que había creído; además, su costo de producción y corto tiempo de fabricación, la hacen un producto accesible a todo el público; por otra parte, la gente se enteró de que fui yo quien proporciono ese compuesto, aceptando la menor recompensa; en consecuencia, muchas personas lograron sanarse, considerándome como su "salvador" o algo parecido.

Ya que no me agrada llamar la atención, últimamente, paso la mayor parte del día en mi laboratorio practicando alquimia, estudiando sobre algunos hechizos, y compartiendo tiempo de calidad con las chicas. Según Leonora, debo esperar unas cuantas semanas para que la gente deje a un lado su fanatismo y se olviden de mí; sin embargo, no creo que eso sea tan fácil, puesto que, justo ahora, un grupo de hombres en armadura negra, escoltando un lujoso carruaje, se encuentran afuera de la mansión; observando desde mi habitación en el segundo piso, un hombre con ropas muy elegantes, baja del carruaje y se dirige a nuestra puerta, por lo visto, es el enviado de alguna persona importante; solo espero que no estén pensando en invitarme a un evento extraño.

- Mi Señor, los hombres que se encuentran afuera, fueron enviados por el Duque Ferrer, el dueño de esta ciudad; parece que desea verlo con prontitud. – Leila entra a mi habitación y pronuncia esas palabras.

- Ya veo… ¿y para que me necesita? – pregunto con expectación.

- No lo mencionaron, solo dijeron que debía ir urgente a su castillo.

- Entiendo.

Sin otra opción, me subí al carruaje con dirección al castillo del Duque Ferrer que, por cierto, es una edificación enorme con el típico aspecto de un castillo medieval, con extensas murallas y torres enormes. Por otro lado, los hombres en armadura negra, son miembros de la afamada Orden de Caballeros de Novadiulco, una división del Cuerpo de Caballeros Estatales; en general, sus funciones son idénticas a las de un Caballero Estatal, la única diferencia, es que sirven exclusivamente al Duque de Novadiulco que, en este caso, es Vidal Ferrer; en consecuencia, su poder solo se aplica en este territorio. Todas las ciudades medianamente grandes, tienen su propia Orden de Caballeros, como Patet, Leocadio, Mirusmari, entre otras. Estos Caballeros de Novadiulco son individuos bastante fuertes, ya que toda su armadura se encuentra con Encantamientos de alto nivel y de la mejor clase.

El interior del castillo es muy elegante y produce una sensación de pulcritud, en cada pasillo hay toda clase de pinturas, adornos florales y una fina alfombra con bellos bordados; otro punto a destacar, es la presencia de sirvientas y mayordomos con su característica vestimenta, y una excelente etiqueta, pues al pasar cerca de ellos, me saludan con mucho respeto. Guiado por un mayordomo sumamente educado, entro a una habitación con estantes llenos de libros, un escritorio, mesas, sillas, etc., en otras palabras, un estudio; sentado en un sofá, se encuentra el Duque Ferrer.

- Señor Jardiel, – se levanta y me saluda con un apretón de manos – es todo un honor conocerlo; le ruego me disculpe por llamarlo de esta forma, pero necesitaba de su presencia; por favor, tome asiento, le explicare con detalle.

Mirándolo con detenimiento, el Duque Ferrer es un hombre de piel blanca, alto y fornido, de ojos verdes, cabello rubio peinado hacia atrás, tiene una barba de candado, y viste un esmoquin negro muy elegante; sin duda, es un individuo que exuda el aura de un noble.

- Gracias, Su Excelencia. – me siento en un sillón frente a él.

Así, el Duque me manifestó los motivos y circunstancias que le llevaron a convocarme de esta forma tan repentina; en pocas palabras, todo se debe a la misteriosa enfermedad que sufre una de sus hijas, llamada Camelia que, casualmente, es de raza Feérica. Al parecer, los síntomas son bastante similares a los de Petra y Roser, que son: una notable disminución de sus capacidades mágicas, altos niveles de corrupción, y por último, un constante e intenso dolor y cansancio; como resultado, Camelia se encuentra en una situación de salud muy delicada, que la obliga a permanecer en cama las 24 horas. Según el Duque, Camelia siempre fue alguien frágil, debido a que nació prematuramente, agregando que esto fue heredado de Ammia, su madre, quien era muy enfermiza; y a causa de esta condición, murió podo después del parto.

Hace 2 años, súbitamente, la salud de su hija empeoró notablemente, y desarrolló esta extraña enfermedad, que ningún curandero ha logrado sanar; ver a su hija en tal estado, es algo que lo atormenta, por ello, ha intentado curarla por todos los medios necesarios, sin embargo, nada ha funcionado. Actualmente, la enfermedad de la chica, está alcanzando su etapa final, con lo cual, es seguro que se vuelva terminal. Ya que recientemente descubrí la cura para varias enfermedades raras, soy algo así como la última esperanza del Duque.

- Señor Jardiel, por favor, cure a Camelia, – habla en tono serio – estoy dispuesto a pagarle lo que me pida.

Es muy raro que un Duque convoque a un plebeyo a su castillo, y realice tal solicitud; es como si Goliat pidiera ayuda para derrotar a David. Con todo el dinero que tiene este noble, sería muy sencillo contratar los servicios de curanderos más capaces de otros países, o en su defecto, podría llamar a la mismísima Santa de la Curación; además, no estoy seguro de poder curar a su hija, sin mencionar que el fracaso no será tolerado; no obstante, antes de decir cualquier cosa, creo que es mejor ver a la chica en cuestión.

- Su Excelencia Ferrer, primero que nada, me gustaría ver cuál es el estado de salud de la Señorita Camelia. – le respondo con tono formal.

- Por supuesto, sígame… – lo dice mientras se pone de pie.

Debo decir que los protocolos de los nobles son un poco tediosos, aun así, no puedo negar el hecho de que son necesarios, además, son una muestra de respeto. Mientras caminábamos por los pasillos, el Duque continuó hablando sobre su hija, como su edad, que por cierto, tiene 20 años, dio algunos detalles más específicos sobre el desarrollo de su enfermedad, entre otras cosas.

Al cabo de unos minutos, llegamos a una habitación, la cual, se encuentra en la parte más profunda del castillo; al entrar, puedo ver a Camelia, acostada sobre una cama bastante grande; a simple vista, es una bella niña de piel blanca, cabello rubio, con alas de color esmeralda, arropada por una sabana blanca. A su alrededor, hay un par de enfermeras y un curandero que le brindan los cuidados necesarios. Observándola con más detalle, la chica parece estar durmiendo plácidamente, sin embargo, su piel se ve muy pálida, en su rostro y brazos, hay pequeñas manchas negras, una clara señal de un alto grado de corrupción en su cuerpo, a este paso, se iniciará un proceso de Degradación que la convertirá en monstruo de forma lenta y dolorosa.

- Su Excelencia Ferrer, ¿puedo revisarla? – pregunto educadamente.

- Por supuesto… – asiente – y no tienes que ser tan formal.

- Muy bien, Señor Ferrer. – le respondo con naturalidad.

Toco su rostro y levanto sus parpados, sus ojos son de color purpura y se encuentran bastante irritados, además, su piel está muy fría y húmeda, lo que implica que su estado es bastante grave. El curandero se acerca y me entrega un documento donde se informa con mucho detalle, el tratamiento y medicinas que le han proporcionado, en otras palabras, algo semejante a una historia clínica; revisándola con detenimiento, puedo notar que hace 4 días le han inyectado el compuesto alquímico que he creado, como resultado, su condición mejoró un poco, pero todavía se encuentra bastante mal. Adicionalmente, utilizan pociones y píldoras muy potentes, para lidiar con los síntomas de su enfermedad, así como otros males que le aquejan.

- Padre… – Camelia abre los ojos y habla con voz débil.

- Hija… – el Duque se acerca y la toma de la mano con un rostro lleno de aflicción – aquí estoy.

- ¿Quién es esa persona padre? – la chica pregunta al notar mi presencia.

- Es el señor Agis Jardiel, – lo dice mientras me señala con su mano izquierda – él va a curarte. – se muestra optimista.

- Ya veo… – me ve con detenimiento – es un placer conocerlo, señor Jardiel. – habla con cortesía.

- Igualmente, Señorita Camelia. – le respondo con formalidad.

Luego de una corta charla emotiva entre padre e hija, el Duque y yo nos dirigimos nuevamente a su estudio para discutir la situación de Camelia con más comodidad.

- Señor Jardiel, ¿ahora entiende por qué lo he llamado a usted específicamente? Su compuesto alquímico es el único que ha mostrado una respuesta positiva; antes, ni siquiera podía hablar. – habla con ilusión.

- Señor Ferrer, ¿no ha pensado en llamar a la Santa de la Curación? La verdad, no estoy seguro de lograr curar a su hija, no soy tan bueno. – hablo con escepticismo.

- Aunque soy un Duque y el dueño de esta ciudad, mi poder no es tan grande como para convocar a La Santa de la Curación cuando me plazca, además, se encuentra muy ocupada en la Capital Imperial, así que no es posible aun si pudiera; – se muestra apenado – por otro lado, no se subestime, Señor Jardiel, usted es un individuo muy talentoso, en este punto, ya ha superado las habilidades de los mejores curanderos del Imperio. – habla con confianza.

Por su rostro y tono de voz, parece que no está exagerando, al contrario, se muestra muy seguro. Si lo analizo con cuidado, he encontrado la cura a una nueva enfermedad en un corto periodo de tiempo, y sin ningún efecto secundario; adicionalmente, este compuesto es fácil de fabricar y puede emplearse para sanar otras afecciones; en realidad, las palabras del Duque son bastante acertadas. Esto es un tanto preocupante, me pone muy nervioso, el solo hecho de pensar que algún noble o individuo influyente, sospeche que soy un Extranjero; realizar tales logros a mi corta edad no es algo normal.

Parece que no puedo negarme a esta petición, puesto que, soy el único que conoce a profundidad la naturaleza de mi compuesto, además, no quiero ni imaginar las consecuencias por rechazar la petición de un noble, sin mencionar que, muy probablemente, Camelia morirá.

- Ya que el Señor Ferrer ha depositado tanta confianza en mí, voy hacer todo lo posible por curar a la Señorita Camelia. – hablo con cortesía.

- Muy bien, – sonríe – Señor Jardiel, voy a proporcionarle todo el apoyo económico y académico que requiera para que encuentre una cura. Si lo consigue, le prometo que le pagare una gran suma de dinero e incluso, estoy dispuesto a concederle alguna petición. Ahora bien, – pone rostro serio – escuche con atención lo que voy a decir; el fracaso no es una opción.