Hiro se encuentra en una singular situación, esta en un mundo extraño y desea reencontrarse con su hermano, no sabe como lograr su objetivo, afortunadamente tiene un pequeño guía con experiencia en el mundo de los muertos. Si lo se una descripción muy corta pero no se como puedo describir este fanfic sin hacerles spoilers, solo puedo decirles que es una historia corta, es un por decirlo así especial por el día de Muertos, espero que lo disfruten. Créditos portada: @la_puta_dedaryl (twitter, antes A_Simple_Flower) por dejarme editar algunos de sus dibujos @Tania Mhek (Twitter) por ayudarme a editar los dibujos (Soy escritor no dibujante XD) Yo por hacer la edición final de la portada (Un recorte aquí y un recorte allá XD)
-¡!TADASHI!! – grito Hiro extendiendo sus manos al frente abriendo los ojos, el chico respiraba muy agitadamente, tratando de tomar todo el oxígeno posible con cada bocanada que daba – ¿Pero que...? - Se pregunto a sí mismo, incorporándose mirando a su alrededor, había despertado tirado en medio de... bueno ninguna parte, a donde quiera que volteaba no había más que oscuridad.
-¿Pero cómo...?- se preguntaba incorporándose mientras recuperaba el aliento -¿Dónde...? – decía mientras caminaba trastabillando.
-¿Qué paso? – Se dijo a si mismo mientras intentaba mantenerse en pie, aunque sus esfuerzos se desplomaron dado un agudo dolor que le penetro en la cabeza, que le obligo a llevarse una mano a la cabeza mientras la otra permanecía en el piso haciendo de soporte para no caer al suelo.
-Tadashi – dijo cuando una imagen golpeó su cabeza incrementando el dolor, Tadashi y Hiro hablando - ¿Dónde?... La universidad, es cierto, fui admitido, Tadashi estaba orgulloso, Tadashi... ¡¡TADASHI!! ¡¿DÓNDE ESTÁS?!- Grito lo más fuerte que sus pulmones le permitieron y espero, espero por una respuesta que nunca llego.
-Se siente extraño- se dijo notando algo raro en su tacto, trataba de mirar su mano, pero era imposible, la oscuridad era tan profunda que no podía ver siquiera su nariz - ¿Qué está pasando?... ¿Dónde estás Tadashi?... ¿Dónde? - pregunto dando un golpe al duro piso que retumbo como si lo hubiera golpeado con una roca.
De nuevo se puso de pie, el dolor persistía pero había aminorado, tenía que salir de donde quiera que estuviera y parecía obvio que no iba a recibir ayuda, tendría que salir de ahí el solo, además cabía la posibilidad que no fuera el único en esa situación, no veía a Tadashi pero ya le había quedado claro que con ese nivel de oscuridad su hermano podría estar a su lado y no se daría cuenta a menos que le hablara.
-Si está aquí lo encontraré -se dijo a si mismo dándose ánimos, no sabía cómo había llegado ahí o si Tadashi estaba o no en ese lugar, pero no podía rendirse, tenía que ayudarlo, sería injusto que él no tratara de ayudarlo en caso que lo necesite, ya que siempre recibió mucho apoyo de su hermano.
El mayor de los Hamada ayudaba siempre a quien lo necesitara y claro que Hiro no era la excepción, estaba seguro que Tadashi haría lo mismo por el sin dudarlo un segundo ni pensarlo dos veces, de nuevo una imagen golpeo su cabeza acompañada de un dolor agudo que le obligo a prácticamente tirarse al suelo.
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Tadashi corría frente a Hiro mientras apuntaba en la dirección en la que iban, un extraño aroma inundaba el ambiente, el aire estaba viciado, el resto de las personas corría en sentido contrario tropezando, se tapaban la cara para no respirar lo que sea que enrareciera el ambiente, decían algo de fuego, auditorio
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-Cierto - se dijo - el auditorio... estaba en llamas, Tadashi quería asegurarse que todos estuvieran a salvo
-¿HOLA?- una voz regreso a Hiro a la realidad
-¡¿HOLA?! – Preguntó gritando entusiasmado poniéndose de pie, no estaba solo en ese lugar - ¿DÓNDE...?
-¡SE QUE PUEDES!- Exclamo la voz
-¿PUEDO QUE?- preguntaba mientras giraba intentando dar con la persona que le hablaba, pero era simplemente imposible
-¡HIRO! – Grito la voz su nombre - ¡¡VEN!!
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-¿IR A DONDE...A DONDE VAS... TADASHI? - pregunto mientras veía como su hermano se separaba de él
-EL PROFESOR ESTA ADENTRO, TENGO QUE AYUDARLO – Respondió el mayor de los Hamada acercándose al edificio ignorando las suplicas del menor de los Hamada de quedarse, a la vez que le advertía a Hiro que se alejara para finalmente entrar por el portal
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-NO ¡TADASHI! – Grito Hiro a la oscuridad -¿Qué... qué paso? – se preguntó nuevamente al ver literalmente nada -¿Dónde estás Tadashi?- susurro derramando unas lagrimas
-¡HIRO! -De nuevo esa desconocida voz retumbo en sus oídos, era como si estuviera gritándole muy cerca - ¡VEN!
-¡Rayos!, ¿Qué tengo que hacer para salir de aquí? -dijo lanzando la pregunta al aire, como si esperara que alguien le respondiera
-¡VEN!
-Claro - dijo sonriendo llevándose una mano a la frente - que idiota – se dijo mientras se ponía en marcha – Debo ir hacia la voz supongo.
El Hamada vago un tiempo en la penumbra siendo guiado por los gritos, cada vez que la intensidad de la voz disminuía corregía el trayecto y continuaba, ese plan parecía ser la mejor opción, al menos eso pensaba hasta que la voz ceso.
-¡NO!, ¡HÁBLAME!, ¡DONDE ESTAS...!
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-¡TADASHI! - grito cuando entro al auditorio en llamas, la enorme puerta permanecía a sus espaldas cerrada e inmóvil, habían pasado unos pocos segundos desde que su hermano había entrado, aunque a él le hubiesen parecido horas, no pudo esperar y entro justo detrás de su hermano.
Dentro se había desatado el infierno, el fuego cubría la totalidad del auditorio, todos los proyectos eran consumidos por las llamas, las pantallas explotaban, otros equipos se derretían ante el calor abrasador, era tal el nivel del desastre, que el sistema extintor no podía controlar el fuego.
El edificio sucumbiría víctima del devastador incendio que lo consumía desde el interior, era cuestión de tiempo y por lo que veía, no le quedaba mucho, tenía que darse prisa, se adentró al ahora dantesco edificio, moviéndose entre proyectos calcinados evitando en lo posible las brasas.
Finalmente encontró a Tadashi, estaba junto al profesor Callaghan en el lugar donde había dejado a los microbots. Parecía que estaban discutiendo, pero el ruido del incendio y las alarmas que se habían activado a causa del mismo no le permitían escuchar de lo que hablaban, aunque parecía que Tadashi había logrado convencerlo de fuera lo que fuese que discutían.
Se acercaba a ellos gritando en un fútil intento de llamar su atención, observando como el profesor se colocaba el neurotransmisor, finalmente pudo captar la atención de Tadashi que corrió hacia Hiro pero no lo miraba a él, su atención estaba puesta tras del menor de los Hamada.
Extrañado Hiro volteo tras de sí, solo para ver aterrorizado una masiva ola de fuego que se dirigía directo a ellos, corrió hacia su hermano tan rápido como pudo, podía sentir como la temperatura se elevaba exponencialmente, comenzaba a sentir como su carne se quemaba, le costaba demasiado respirar y cada inhalación le quemaba la garganta, estaba a punto de sujetar a Tadashi, pero este fue jalado bruscamente hacia donde estaba Callaghan.
Una cegadora luz envolvió al pequeño Hamada mientras este aun corría tratando de alcanzar la mano de su hermano
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- ¡TADASHI! – gritaba desesperado corriendo sin parar, pensaba que ya no podía seguir cuando se aferró a algo, algo que lo tomo y lo jalo dejando atrás la cegadora luz.
Abrió los ojos lentamente mientras estos se recuperaban de los bruscos cambios de iluminación que habían sufrido, a su alrededor podía ver solo sombras, una silueta a su lado sostenía su mano mientras Hiro intentaba ponerse de pie -Con calma- le dijo el chico- los primeros pasos son los más difíciles- le comentaba mientras le ayudaba a incorporarse.
-¿Que... que paso? – pregunto Hiro confundido por lo que había acabado de experimentar
-Bueno... - dijo el otro chico inhalando y exhalando profundamente- no es fácil de explicar, es mejor que lo veas tú mismo.
Hiro esperaba ver el auditorio reducido a cenizas, los bomberos buscando entre los escombros, los estudiantes tomando fotos, pero lo que se había imaginado no pudo ser nada más alejado de lo que observo una vez sus ojos se adaptaron a la iluminación, estaba fuera de lo que parecía ser una vieja construcción
El edificio parecía ser una especie de estación, pero no sabía decirlo con precisión ya que una espesa neblina cubría el panorama, había muchas casetas y en cada una había enormes filas, no estaba seguro que era lo que observaba, pero hasta que vio con detenimiento quienes estaban en las filas
-Tranquilo, respira profundo, no te alteres– le decía el chico que ahora le ayudaba a mantenerse de pie- Hiro Hamada, ¡Bienvenido a la tierra de los muertos!
-¿QUE?, ¡NO!, ¡ESPERA!, ¡NO...! -Gritaba al tiempo que intentaba liberarse del agarre del chico
-Hey, hey, tranquilo, no pasa nada... bueno si, pero no te alteres deja te...
-¡AHHHHHHH! – Grito el Hamada espantado al ver que el chico que lo sostenía era un esqueleto parlante -Eres un... un... -decía apuntando al pequeño esqueleto
-Si bueno aquí es lo normal – aclaro sonriendo – soy un esq...
-Montón de huesos – termino por decir el Hamada
-Oye, más respeto, a tus mayores – dijo haciéndose el ofendido- además tú no estás muy gordito que digamos
-¿Mayor?, ¿Espera que? – se preguntó a si mismo al ver su ahora huesuda mano -No no no no esto no puede ser yo estoy...
-Si
-No, no puede ser, yo no
-Así son las cosas
-Pero ¿cómo?
-Ni idea, eso no viene en tu archivo
-Yo... espera ¿Archivo?, ¿Qué archivo?
-Si, mira – dijo mientras sacaba una carpeta con su nombre en ella -Hiro Hamada, edad 14, es una lástima cuando fallecen tan jóvenes -dijo haciendo tristemente haciendo una pausa a su lectura - lugar de origen San Fransokyo, Causa de la muerte desconocida, pero supongo que fue algo muy inesperado- dijo apuntando a las ropas de Hiro
-El incendio -murmuro Hiro mientras miraba las quemaduras de su ropa- fue el incendio yo... Tadashi...¡Tadashi!, donde esta, debe estar por aquí, estaba conmigo en el incen...
-Dos familiares vivos – continuo con la lectura del expediente
-Espera... Dos, ¿Quiénes? - dijo pegándose al esqueleto para mirar el archivo
-Ahmm... espera, espera, aquí esta - indico señalando con el dedo un par de líneas en el papel - Cass y Tadashi Hamada
- ¿Tadashi?- pregunto dejándose caer - ¡Esta vivo!, gracias – murmuro sollozando- Él lo salvó -recordó como Tadashi era jalado hacia Callaghan- él lo pudo salvar, los microbots, debió haberlos usado para...
-¿Microbots?, ¿Qué es eso?, Espera, ¿recuerdas lo que paso?, No creo que debería, pero ¿Podrías...?
-Fue un incendio – respondió sollozando- mi hermano y yo estábamos en la universidad cuando todo inicio... -el esqueleto tomo asiento al lado de Hiro, mientras este relataba lo que había recordado
Podía notar lo afectado que estaba Hiro, y no era para menos, la historia que le contaba parecía sacada de una novela, era a su parecer una de las formas de morir más trágicas que había escuchado.
-No sé qué paso después - Dijo Hiro llevándose una mano a la cabeza- lo último que recuerdo fue una luz muy brillante y que desperté aquí- elevo su mano para estrellarla contra el suelo - ¡AHHHHHH! - grito de rabia llorando
El chico intento hacer algo para calmar al Hamada, pero antes que siquiera pudiera decir algo este salió corriendo - ¡Espera! - Grito el esqueleto intentando llamar la atención del chico en vano- ¡Detente! - grito nuevamente mientras se preparaba para perseguirlo.
Hiro cerró los ojos y corrió los más rápido posible sin siquiera mirar en qué dirección lo hacía y realmente no le importaba, simplemente quería alejarse lo más posible de ahí, finalmente había caído en cuenta de lo sucedido, finalmente había procesado su situación actual.
Muerto, estaba muerto, finalmente había logrado meterse en una situación de la que Tadashi no pudo ayudarle, y ahora estaba pagando las consecuencias, estaba estancado en un mundo desconocido, solo y lejos de su familia.
El ahora esqueleto seguía su camino impulsado por la rabia y la tristeza de haber muerto, de pronto sintió como una fuerza externa se aferraba a su cuerpo, haciéndolo sentir más pesado, le costaba seguir su camino, abrió los ojos para darse cuenta que de nuevo había vuelto a ese espacio de obscuridad.
Ahora el miedo se había agregado a los sentimientos que lo obligaban a correr y es que ese lugar le sobrecogía, no sabía explicarlo y juraba que no había sentido eso en un inicio, pero ahora le aterraba la posibilidad de quedarse ahí de nuevo.
-¡Ayuda! - exclamo en un grito ahogado - Ayuda... Ayuda - decía al tiempo que unas lágrimas corrían por sus pómulos - Ayuda...
-¡HIRO! - Grito su nombre una voz familiar- ¡DETENTE!
Esa voz, era tan extraña, pero a la vez tan familiar, esa voz, fue la primera voz que había escuchado cuando llego a ese mundo, esa voz era - ¿Qui...? ¿Quién?- pregunto para sí mismo - ¿Quién es...?
- ¡DETENTE! - El marcado tono de urgencia de la voz, hizo que finalmente detuviera su forzada marcha -¡HIRO!
Al escuchar su nombre y como si se hubiera librado de una maldición la oscuridad se disipó de su alrededor dejándole ver lo que estaba pasando, aferrado a su pecho tratando de contenerlo se encontraba el chico que lo había recibido notablemente asustado.
-¿Qué te pasa?- pregunto el chico alarmado -¿Por qué no te detenías?
-¿Qué?, - pregunto confundido e intrigado por el tono en su voz de y su expresión- ¿Que...?
Finalmente presto su atención a su alrededor cuando la oscuridad se disipó totalmente viendo el porqué del extraño comportamiento y las expresiones del chico, frente a él y justo a los pies del esqueleto nacía un enorme abismo, tan profundo y negro que lo único comparable era ese oscuro espacio donde había despertado por primera vez.
Al ver el abismo, Hiro no pudo evitar dar un pequeño salto hacia atrás perdiendo el equilibrio junto con el chico que seguía aferrado a él, Hiro cayó al suelo para después tener que recibir el peso del esqueleto que cayó sobre él.
-¿Que te paso?- volvió a preguntar al chico - ¿Estas bien?
-Yo... no sé, todo se volvió oscuro- respondió confundido - estoy bien, pero...
-Está bien, no te preocupes, lo bueno que te detuviste antes que cayéramos ahí- dijo apuntando al abismo haciendo que ambos sintieran escalofríos por todo el cuerpo de solo pensar en que estuvieron a punto de caer a ese lugar
-Perdón... por mi culpa casi... - dijo bajando la mirada - ¿Por qué? Pudiste haberme deja...
-shshshshsh - dijo el esqueleto interrumpiendo colocando un dedo en su boca- no me podría perdonar el perderte sin intentar haber hecho lo posible
-Pero... -dijo mirando fijamente al abismo - si no me hubiera detenido... yo... ambos hubiéramos... -dijo alzando la mano preparando para arremeter contra el piso
-Tranquilo - dijo atrapando su mano antes que tocara el piso- fue mi culpa que salieras corriendo, no debi... -dijo suspirando- fue demasiado pronto- decía mientras lo abrazaba en un intento por calmarlo- las heridas aún están muy abiertas, acabas de despertar, no debí hacerte revivir lo que paso
Hiro se quedó un momento inmóvil, le tomo totalmente desprevenido que el chico se preocupara tanto por el, pero sobre todo el abrazo, a pesar de ser un esqueleto, era cálido y emanaba un aura que le tranquilizaba, recordaba haber sentido algo así antes en algún lugar
-Bueno mejor hay que irnos - dijo poniéndose de pie una vez sintió que Hiro se había tranquilizado- me quiero alejar lo más posible de este sitio
Ayudo a Hiro a ponerse de pie para después ponerse en marcha, durante el camino el mitad nipón seguía pensando en todo lo que estaba pasando, para empezar estaba muerto y eso era algo que aún le afectaba pero ya lo estaba asimilando, lo siguiente era que había vida después de la muerte, por decirlo de alguna manera.
Tadashi al parecer seguía con vida, fuese lo que fuese que haya pasado el profesor Callaghan lo había salvado, estaba feliz por eso y ahora había despertado en este mundo de "muertos vivos", "muertos no muertos", realmente aun no sabía cómo categorizarlos
-Un momento... ¿Despertar? - se preguntó Hiro a si mismo recordando lo que le había dicho - acabas de despertar...
-¿Dijiste algo? - pregunto al escuchar los susurros de Hiro
-¿Eh? ah... si- dijo dudando si debía preguntar - eh... antes me dijiste algo
-¿Algo?, ¿Qué cosa? - pregunto intrigado, le había dicho muchas cosas y no sabía a qué se refería
-Comentaste algo sobre que apenas había despertado
-Ah eso, si veras, como te lo explico - dijo sin detener su marcha- cuando mueres llegas aquí, pero dormido
-¿Dormido?, es decir ¿dormido, dormido?
- Es una forma de decirlo, no se realmente como se le podría llamar a ese estado, pero lo más cercano es estar dormido, la mayoría despierta en ese momento, otros tardan un par de horas, en tu caso... - pauso la conversación dudando de continuarla
-¿Cuánto tiempo?- pregunto inmediatamente, al notar la expresión del esqueleto, además que le extrañaba que parecía que su caso era especial
-Pues veamos fueron mmm... – hacia cuentas con las manos mientras murmuraba cifras – yo diría que cinco tal vez seis...
- ¿Días? - pregunto esperando ansioso la respuesta que el mexicano parecía resguardar celosamente
-Meses- dijo finalmente - creo que hoy cumples seis meses desde que llegaste
-¿Meses?, Es decir que yo... yo...
-Eso me temo -respondió suponiendo cual sería la pregunta- no acabaste de morir, llevas aquí algo de tiempo.
-Pero... Pero yo, es imposible, justo acabo de...
-Es lo que pasa cuando duermes, rememoras tus últimos momentos - dijo agachando la mirada- algunos solo una o dos veces, otros lo reviven una y otra y otra y otra vez, hasta que despiertas -dijo apretando el puño- y cada una duele igual que la primera -termino susurrando
-Yo... -dijo mirando al chico - Yo solo recuerdo haber pasado una vez por eso- ¿Tu...?
-Tuviste suerte -interrumpió a Hiro - pero... -dijo sonriendo- en fin, estuve esperando a que despertarás
-Gracias - dijo devolviendo la sonrisa, algo extrañado por lo que le había dicho
-No esperábamos que fueras a tardar tanto y hoy parecía que tenías una pesadilla, me preocupe, era la primera vez que eso pasaba, te comencé a gritar para tratar de despertarte, aunque todos se me quedaban viendo como si estuviera loco
-Entonces... ¿Eras tu...? - pregunto recordando la voz que le estaba guiando por la oscuridad
-¿Si me escuchaste? - pregunto entusiasmado
-Gracias, pensé que nunca podría salir de ahí, estaba perdiendo la esperanza, hasta que me comenzaste a guiar
-Me alegra haber sido de ayuda- dijo deteniéndose donde habían estado cuando Hiro despertó mientras buscaba algo en la alrededores -¿dónde la deje?
-Oye, eh... Perdón, pero eh... ¿Quién eres?
-Ah disculpa, no me presenté -dijo mientras se agachaba y tomaba algo del suelo- me llamo Miguel Rivera y soy tu guardián
-¿Mi qué?
-Miguel - respondió levantándose con una vieja guitarra colocándosela en la espalda
-No, no ¿mi qué?
-Ah hehehe, tu guardián, veras la mayoría no lo necesita, pero tu caso es... peculiar así que estoy aquí para ayudarte
-¿Por qué mi caso es peculiar? – pregunto tratando de comprender lo que pasaba
-Como te dije tardaste mucho en despertar, supongo que alguien estaba muy apegado a ti
-¿Apegado a mí?
-Si, seguramente alguien allá no quería aceptarlo, mientras más se aferren los vivos a un ser querido fallecido, es más difícil pasar a este mundo.
- ¿Alguien?
- Tú y tu hermano amm, Tadashi, eran muy unidos ¿No?
-Si - Respondió mientras una leve sonrisa se dibujaba en su rostro- él siempre me protegía y me defendía sin importar los problemas en los que me metía
- Parece que es un gran hermano
- Una vez - decía mientras la sonrisa se ampliaba- me salvo de unos delincuentes, pero al final terminamos en la cárcel - término derramando algunas lágrimas mientras aun sonreía
-Oye está bien - Miguel trato de consolarlo colocando su mano en la espalda de Hiro
-Me hubiera... - decía sollozando- Me hubiera gustado poder... Poder haberme despedido
Miguel solo escuchaba lo que Hiro decía, él sabía mejor que nadie que el chico necesitaba hablar, sacar todo lo que tenía en la cabeza.
- Seguro debe de estarse culpando por lo que me paso me gustaría decirle que... - dio un suspiro y murmurando dijo- supongo que ya no importa.
-Probablemente tu hermano era el que te estaba manteniendo entre los mundos
-Entonces eso significa... - decía derrumbándose en el suelo- ¿Ya...? ¿Ya me olvidaron? – pregunto derramando algunas lágrimas mirando al suelo
-¿Qué? Claro que no - afirmo el mexicano acercándose al deprimido pre-adolescente
-¿Como lo sabes? - le pregunto lanzándole una mirada que reflejaba ira y tristeza- Acabaste de decirlo ¿No?, Ya me dejaron ir -le dijo obviamente alterado
- ¡Lo sé por qué sigues aquí!- exclamo Miguel- ¡olvidarte no es lo mismo que dejarte ir!
-Yo no veo diferencia - dijo limpiándose el rostro
-Hiro, si te olvidaran- dijo mientras le ofrecía la mano - no existirías ni en este mundo
-Espera, a que te refieres
-Cuando no te dejan ir es que no aceptan la muerte del ser amado - dijo tomando la mano de Hiro- desean tanto que sigas con vida, que de alguna manera te hacen permanecer en un estado entre la vida y la muerte
- ¿Y tú como sabes...?
-¡Porque yo...! - exclamo jalando de Hiro levantándolo- Yo... pase por lo mismo, por eso soy tu guardián, se por lo que pasaste, esa oscuridad... aun lo recuerdo
-Yo... no... ¿Cuant...?
-Pero eso ya es pasado - dijo mientras comenzaba a caminar - ahora debemos concentrarnos en el presente ¿No?
-E... espera - dijo Hiro - ¿A dónde vamos?
-Bueno, debemos ir al departamento de nuevos ingresos - dijo algo disgustado
-¿Es algo malo?- pregunto ante el tono del chico
-No, pero es mucho papeleo, no me gusta la burocracia
Una vez dicho eso el par de esqueletos caminaron hacia las casetas de entrada a la ciudad, Hiro seguía al mexicano, que paso de largo varias de las mismas, si bien algunas tenían largas filas, algunas otras estaban vacías.
-¿Por qué no entramos por alguna de estas?- pregunto señalando las casetas vacías
-Por que estas no son para los nuevos, tenemos que registrarte primero contesto apuntando a una caseta con una larga fila
-¿Es en serio?- pregunto observando la fila
-Si - respondió haciéndole señas para que tomara su lugar en la fila - ahora quédate aquí, ahora vuelvo
-¡¿QUE?! , ¿Me... me... me dejaras aquí?
-Tranquilo, debo hacer el papeleo, ¿Lo recuerdas?, o si quieres me quedo y luego me acompañas a hacerlo
-No gracias, creo que estaré bien
Finalmente, Hiro se formó en la fila, esperando a que llegara Miguel o su turno, afortunadamente esta avanzó rápidamente, y no tardo mucho para que llegara su turno, mientras esperaba Hiro observaba al resto de esqueletos que esperaban su turno.
Uno a uno pasaban por la caseta, se colocaban frente alguna especie de cámara y continuaban su camino, algunos eran recibidos por otros esqueletos, familiares tal vez, a juzgar por su forma de tratarse, otros eran recibidos por esqueletos uniformados, probablemente los que se encargaban de recibir a los nuevos.
Unos cuantos parecían comprender y aceptar su situación, otros no parecían comprender y se veían confundidos mientras que algunos pocos comprendían la situación, pero no querían aceptarla.
-Siguiente- se escuchó hablar desde la caseta
-Ah, si yo, sigo yo - dijo Hiro mientras se acercaba
-Bienvenido - saludo una dama esqueleto dentro de la caseta - solo mira aquí y quédate quieto un segundo- dijo apuntando a la cámara - Hiro Hamada, muy bien todo listo adelante
-Que rápido - susurro mientras dejaba atrás la caseta- ¿Ahora que...?
-¡HIRO! - grito Miguel desde la distancia - ¡Aquí estoy! - dijo mientras se acercaba corriendo
-¡Oh!, Miguel, creo que ya me registre, no estoy seguro, ¿solo tenía que hacer eso?
-Si, eso fue todo, ya terminé el papeleo, solo falta una cosa
-¿Que?
- Ven tenemos que arreglarte, no puedes ir por ahí sin tus marcas
-¿Mis qué?
- Lo entenderás cuando estemos ahí, ven sígueme
El par de esqueletos caminaron por la estación, los esqueletos llegaban uno tras otro
-Y ¿A dónde me llevas? - pregunto observando los alrededores
-Ya te dije a darte tus marcas- dijo mientras señalaba a su rostro
Hiro no lo había notado, pero Miguel tenía marcas pintadas en su rostro, observo a los otros esqueletos que, salvo los recién llegados, también tenían marcas, todas eran diferentes.
-¿Las marcas, como me las dan?
-Bueno, de hecho, tú las diseñas, y te las pintan
-Es decir, ¿Pintarme la cara? ¿Así de simple?
-Si, así de simple, pero se usan pinturas especiales, una vez que elijas el diseño es para siempre
-Entiendo, me gustaría algo moderno y no simple como las tuyas
- ¿Simples?
-Eh... oh... perdón, no quise...
-Supongo que tienes algo de razón - dijo tocándose el rostro- papá Héctor no era un hombre de gustos complejos
- ¿Papá quién?
-Mi tatarabuelo el me dio estas marcas, son especiales para mí – dijo sonriendo algo melancólico – bueno es aquí
Llegaron a una habitación con un espejo y pinturas, Hiro tomo asiento frente al espejo observando su nueva apariencia, era literalmente un esqueleto andante, no es que le sorprendiera, ya estaba hecho a la idea después de lo que había visto, pero aun así no era algo fácil de asimilar
-Entonces ¿Este soy yo? wow es tan... tan...
-¿Raro?
-Si – afirmo el Hamada tomando algunas pinturas observándolas pensativo durante un par de minutos
- ¿Y quién es el próximooooo?- dijo una extravagante calavera agitando los brazos como si estuviera cantando en un tono muy agudo
- Hola – saludo el mexicano
- Oh Miguelin, Miguelin, por fin te dejas ver – dijo saludando al chico – y ¿A quién me traes esta vez?
- Ho... hola - saludo algo nervioso Hiro a el esqueleto
-Que educado- dijo tomando la mano de Hiro – y que los trae a mis dominios
- Ah pues...- intento responder el Hamada
- Es un chiste niño, es obvio porque están aquí – dijo seriamente – vienen por mis secretos de belleza
- Oh, ah no yo...
- Es broma, es broma, vaya chico trajiste esta vez Miguelin todo se lo toma en serio
-Va a ser lo de siempre señor Ortega
-Obviamente, muy bien, no te preocupes chaparrin estas en buenas manos- dijo tomando las pinturas de la mano de Hiro y preparándose para trabajar – Y que es lo que tienes pensado
-Eh...
- No se diga más – dijo comenzando a trabajar – tú me dices si te gusta o te encanta
-No te preocupes estarás bien – dijo guiñándole un ojo a Hiro
-Muy bien – Dijo el esqueleto con las pinturas frente a Hiro- este es uno de mis más recientes diseños – decía mientras colocaba pintura en la cara de Hiro – solo lo mejor para los amigos de Miguel
-Ah wow que...- dijo pensativo mientras observaba los trazos que iban por todo su rostro y los exagerados adornos - ¿intenso?
-No... creo que sea su estilo – dijo Miguel observando el diseño
-Muy bien, veamos ¿Qué te gustaba hacer en vida? – pregunto limpiando la cara de Hiro
-Miguel... ¿Podría hacer esto luego? - pregunto al mexicano susurrando
- ¿Eh...? si claro, no es lo común, pero no hay problema, creo que vendremos luego – dijo finalmente al esqueleto con las pinturas
-Bueno, está bien – dijo algo decepcionado mientras los chicos se dirigían a la puerta
-Entonces vámonos – dijo mientras salía con Hiro de la habitación
-Espera Migue ven un momento – escucharon que el esqueleto le hablo al chico que rápidamente volvió a entrar a la habitación para salir igual de rápido
-¿Qué paso?- pregunto al ver a Miguel salir pensativo con las manos en los bolsillos- Espero que no se haya molestado – se disculpó creyendo que el Rivera se había llevado un regaño por parte del esqueleto- pero la verdad no...
-No te preocupes- dijo sacando sus manos de los bolsillos sonriendo – me quería decir otra cosa
A Ok -dijo sintiéndose aliviado- ¿Ahora qué? -pregunto el Hamada deseando saber que tendría que hacer ahora que estaba muerto – digo, soy nuevo en esto de estar muerto – decía mientras salían del edificio hacia la ciudad, observando que la neblina ya se había disipado.
Ante sus ojos se había revelado el asombroso y extraño paisaje del mundo de los muertos, la extraña forma en que todo estaba construido, toda la ciudad, o al menos lo que veía estaba, bueno era difícil de explicar, no sabía de arquitectura, pero podía notar que las estructuras iban contenían diversos estilos arquitectónicos y no podría afirmarlo, pero a Hiro le parecía que cada nivel representaba una época diferente.
-Usualmente te llevaría con tus familiares -dijo Miguel captando la atención del Hamada- pero...
-Espera, quieres decir mis padres
-Técnicamente toda la familia Hamada, pero si, tus padres deberían estar ahí también
-¿En serio?, ¿Están aquí?, ¿Los veré de nuevo?
-Si, si y sí, pero pasa una cosa, mañana es el día de muertos
-¿Qué es eso? Y ¿Qué tiene que ver? -pregunto confundido
-Bueno... ¿Quieres ver de nuevo a Tadashi? – Pregunto el mexicano mientras le sonreía al recién pintado esqueleto
-Whoa espera, ¿Verlo?, Es decir, ¿Cómo?, ¿Tienen una maquina con la que se ve el mundo real?
-No
-¿Una bola de cristal?
-No
-Un... un...
-Cuando dije verlo, realmente me refería a ir a verlo
-Un momento, el Día de Muertos - dijo pensativo - ¿Acaso saldremos de nuestras tumbas como muertos vivientes en busca de los cerebros de los vivos?
-¿Qué?, No claro que no, creo que has visto demasiadas películas de zombies – respondió haciendo una mueca de burla por el comentario de Hiro- El día de Muertos es el único día que podemos visitar a nuestros familiares en el mundo de los vivos
- Pero, esto desde cuando pasa, nunca había escuchado que los muertos revivieran en alguna parte
-No, no me entiendes, los visitamos, pero no revivimos, ellos no pueden vernos, es más como si fuéramos fantasmas
-Oh... -dijo pensativo el esqueleto mirando al suelo - Entonces ¿Es Halloween?
-No, nada que ver, son cosas totalmente distintas
-Entonces..., no sé de qué me hablas, pero entiendo, yo lo veré, pero el a mí no
-Se que no es mucho, pero...
-Estás loco, es maravilloso, lo podré volver a ver
-Si es maravilloso, aunque sea por un día, y aunque ellos no puedan vernos o escucharnos, saben que estamos ahí, es algo difícil de explicar.
-¿Y qué tengo que hacer para ir?
-Nada realmente, solo deben de poner tu foto en la ofrenda del altar
-¿El que?
-El alt... ohhhh
-¿Qué?, ¿Qué pasa?
-Tal vez si... - dijo observando un enorme reloj – no, ya es tarde
-¿Qué sucede?
-Hiro, tu familia, ¿Lo celebra? -Pregunto el mexicano preocupado esperando que la respuesta no fuera la que suponía – el día de muertos
-Para ser sincero, es la primera vez que escucho hablar de eso - dijo negando con la cabeza, en parte confundido y en parte temeroso ante la incertidumbre de lo que Miguel podría decir por la mueca que hacía y la forma en que lo había preguntado
-Si no hay una foto tuya en un altar... -bajo la mirada un momento -no es posible que cruces hacia el mundo de los vivos -sentencio finalmente mirando a los ojos a Hiro
-No, no puede... debe haber una forma, debe de... de... - dijo tomando a Miguel con sus manos
-Lo siento, si no hay una foto tuya el puente no te deja pasar
-Entonces, ¿Esto es todo? -dijo soltando al mexicano bajando la mirada ¿Jamás podre volver a ver a Tadashi?, ¿A tía Cass?
-Hiro... yo...- El mexicano se quedó un momento pensativo observando a su protegido -tal vez... tal vez haya una manera
Hiro elevo el rostro mirando como Miguel llevaba una mano a su boca mientras inhalaba profundamente para después emitir un fuerte silbido llamando la atención de los esqueletos a su alrededor, un par de segundos después una especie de perro arcoíris con alas aterrizaba (si a caer al suelo y dar volteretas se le puede llamar aterrizar) frente a ellos.
-¡Dante!- Exclamo el chico acercándose a la criatura- ¿Cómo estas amigo?, ¿Quién es un buen chico?
Hiro observaba a Miguel acariciando al extraño animal el cual se abalanzaba sobre Miguel lamiéndolo, el mexicano le daba órdenes al perro multicolor y este las cumplía haciendo trucos, algunos sencillos como sentarse o hacerse el muerto alguno algo más llamativo que incluía que Miguel se despojara de su brazo y lo arrojara al aire donde el perro lo tomaba.
-Ven amigo -llamo Miguel a Dante- te presento a Hiro, soy su guardián
-Hola... Dante -saludo Hiro- Mucho gusto – dijo mientras llevaba su mano a la cabeza del perro, algo nervioso, antes que Hiro pudiera acariciarlo Dante le mordió la mano - ¡No! Oye ahhhhh
Dante había salido volando con la mano de Hiro en su hocico, mano cuyo dueño veía sorprendido al perro alejarse con su mano, se acercó a Miguel mostrando lo que había pasado, pero este solo atino a reírse.
-Tranquilo, solo está jugando, le caes bien, ¡Dante! ¡Regrésale su mano!
Dante aterrizo al lado de Hiro abriendo el Hocico libreando la babeada mano que fue tomada por Miguel colocándola en su lugar no sin unas cuantas muecas de asco por parte de Hiro
-¿En serio hay una manera?- pregunto Hiro mientras movía la mano para asegurarse que todo funcionara bien
-Aja...- contesto Miguel mientras escribía una nota – ¡Dante!, Toma chico, llévasela a Mamá, vamos a ir con "ella" -dijo entregando la nota al perro alado que salió volando
-¿A quién vamos a ver?
-Vamos con quien creo que podrá ayudarte, pero debemos darnos prisa, que no está cerca, si queremos llegar a tiempo debemos irnos volando
-Si esta tan lejos, supongo que debemos irnos muy rápido
-No es una expresión – dijo cuando un enorme felino alado aterrizo atrás de Miguel rugiendo anunciando su llegada- ¡Pepita! – dijo mientras era lamido por el felino -Te presento a Hiro