El sol comenzaba a ocultarse lentamente en la ciudad de San Fransokyo, Tadashi permanecía acostado en su cama observando como se desplazaban las sombras producto de la interacción de sus persianas y los últimos rayos de sol.
Poco a poco las nítidas sombras se convertían en borrones que se desvanecían frente a sus ojos al tiempo que la habitación de los Hamada iba siendo consumida por la penumbra, esa habitación que en algún tiempo del pasado le había parecido pequeña, ahora le parecía enorme.
Atrás habían quedado los tiempos en que era despertado bruscamente en la madrugada por un robot de pelea fuera de control, la luz al otro lado de la habitación que no le dejaba dormir por la noche, esos ruidosos videojuegos que no le permitían concentrarse cuando necesitaba estudiar.
Las caras que hacía cuando intentaban controlar al problemático robot, la burlona risa cuando ganaba en sus estrepitosos videojuegos, la sonrisa que involuntariamente hacia cuando trabajaba por la noche sin saber que era observado, su voz, que ya podría escuchar de nuevo.
-Como te extraño – murmuro dejándose llevar por sus pensamientos mientras era vencido por el cansancio
Tadashi se dejó llevar esperando poder descansar, ese día había sido especialmente estresante, pero su mente no se lo dejaría tan fácil, tan solo cerro los ojos y como si deseara castigarse a sí mismo recordó los que había pasado esa tarde al tiempo que era arrastrado por Morfeo.
Esa tarde cuando el joven Hamada entró al lucky cat café encontró una escena que no veía hace tiempo, en una de las mesas Honey y su tía Cass charlaban mientras bebían una taza de café, si bien se les veía tranquilas, se notaba que no era "solo" una charla
-¡Tadashi! -Exclamo Cass al ver entrar al chico – ¿Cómo estas? – pregunto viendo su semblante
-Hola tía Cass, Honey – saludo apáticamente a las mujeres pasando de largo
-¿Ya comiste? – pregunto la mujer rápidamente antes que el chico entrara a la trastienda – Hice...
-Gracias tía, pero no tengo hambre- interrumpió mientras se dirigía a la escalera, el Hamada subió rápidamente los escalones sin detenerse hasta llegar a lo mas alto de su casa, donde su habitación le esperaba, sin percatarse que alguien le seguía silenciosamente a pesar de su elevado calzado
-Tadashi – dijo Honey llamando la atención de este antes que entrara a su habitación
Honey ya sabia que si Tadashi entraba no tendría posibilidad de hablarle, todos habían sido vetados de ese cuarto por el joven universitario, esa habitación se había convertido en su templo, donde las cosas de Hiro permanecían intactas.
-¿Podemos hablar?
-¿Hablar?- preguntó murmurando - ¿Hablar de que?, ¿De como por mi culpa Hiro murió?, ¿De que no pude protegerlo? – decía fríamente
-No – Dijo agachando la mirada - Tadashi, comprendo como te sientes...
-Tu... no sabes – dijo elevando su voz sin cambiar su frío tono – como me siento, ¡tu no has visto como a la persona mas importante de tu vida es... !
-¡Tienes razón! – afirmo la chica – pero ahora veo como la persona mas importante de mi vida esta perdiendo la suya – replico dejándolo perplejo – Tadashi, ¿Crees que Hiro querría esto?, ¿Crees que el querría verte sufrir?
-¡Hiro ya no está! – decía girándose encarando a la rubia - ¿Entiendes?, ya no esta y nunca regre...
-¡Te equívocas! – exclamo mirándolo a los ojos – El nunca se fue, no mientras lo recuerdes, mientras lo tengas en el corazón
-¿Recordarlo?, ¿Crees que no lo recuerdo? – Pregunto bajando la mirada - Todos los días lo hago, tengo su rostro grabado a fuego – dijo girando de nuevo a la puerta - cada que cierro los ojos veo su mirada y el terror que había en ella – decía mientras abría la puerta – y cada noche sueño con esos últimos momentos en que no pude hacer nada – dijo entrando a la habitación
-¡Tadashi! – exclamo llamando la atención del chico mientras este cerraba la puerta – ¿Crees que Hiro querría que lo recordarás así? – pregunto haciendo que el chico detuviera su acción un momento – lo que paso fue algo horrible, pero no podemos dejar que nos consuma, esta bien llorar y desahogarte dejar que las lagrimas se lleven tus penas, quizás sea la única manera de sobreponerse
-Yo...
- Y después, de eso, debes recordarlos, pero solo las cosas maravillosas que hicieron cuando aun seguía con nosotros
-Yo... no tengo permitido eso- dijo llevándose una mano a los ojos mientras cerraba la puerta, enclaustrándose en el reino de los sueños
Tadashi no lo vio, pero después de cerrar la puerta Honey se detuvo un momento pensando en lo que Tadashi le había dicho, quizás había pasado los límites, pero no importaba, los últimos meses habían tratado a Tadashi con mucha delicadeza, quizás demasiada, tal vez y solo tal vez un cambio en la forma de tratarlo es lo que ocupaba.
-Aun no me rindo contigo – murmuro la chica cuando bajo las escaleras
~~~~~~~~~~
-¡Aun no podemos rendirnos! – exclamo Miguel frente al resto de los Rivera
Hiro observaba como el mexicano hablaba frente a su familia, a su muy numerosa familia, el mitad nipón aun no salía de su asombro, al principio cuando habían llegado a la casa Rivera, o mejor dicho, la torre Rivera, ya que como el resto de ese mundo (o al menos lo que había visto) estaba compuesto de niveles.
Cada piso era habitado por los familiares dependiendo de la generación a la que pertenecían, en el caso de los Rivera, Hiro suponía que serían 4 o 5, tal vez mas generaciones, Miguel le había presentado a todos sus familiares, sus padres, sus primos, sus tíos, sus abuelos, sus tío-abuelos, sus bisabuelos, su cuñado y finalmente Imelda, la primera matriarca de los Rivera
Hiro intento memorizar los nombres de los miembros de la familia y el parentesco que guardaban con Miguel, pero eran tantos y se los presento tan rápido que termino mareado por la cantidad de saludos, abrazos y besos recibidos, justo después de lo cual el mexicano comenzó a explicar lo que había pasado.
Les hablo de los acontecimientos sucedidos cuando Hiro despertó y con permiso del mismo la forma en que había perecido, también porque les envió la nota de que regresaría hasta el día siguiente y que se llevaría a Pepita, su petición a la Catrina y a Xibalba y como las cuerdas cayeron en un abismo con de la Cruz
-Debe haber alguna manera de hacer que Hiro llegue al mundo de los vivos
-Pero Miguel – hablo la matriarca – sabes que tiene que pasar por los guardias
-Bueno Papá Héctor pudo hacerlo, no sé por qué Hiro no podría hacerlo
-Pero mijo...– tomo la palabra su abuela Elena – supongamos que puede pasar a los guardias, sabes que el puente no le permitiría cruzar
-Pero... - Miguel se quedó callado ante esa afirmación, su abuelita tenía toda la razón, aunque Hiro pudiera llegar hasta el puente de pétalos, no podría cruzarlo
-Perdón – dijo Hiro uniéndose a la charla – ¿Qué es lo que pasa si toco el puente?
-Nada realmente – respondió el padre de Miguel
-Simplemente te hundirías - completo la madre del chico - seria como si intentaras caminar sobre, pues... pétalos
-¿Pero el puente no es de pétalos? - pregunto confundido
-Si – respondió Rosa – como te lo explico, si tu foto está en el altar, podrías pisar sobre el puente, como si fuera sólido, pero si no hay una foto...
-Es como si no hubiera puente – completo el chico dando a entender que había comprendido
-Exacto – dijo Miguel – necesitaríamos que lo pasaras...
-¡Volando! – dijeron ambos chicos al unisonó
-¡Ya se que podemos hacer! - Exclamo Miguel a su familia – pero necesitaremos su ayuda
Los Rivera se juntaron alrededor de los chicos mientras Miguel explicaba el plan a grandes rasgos, conforme lo escuchaban algunos daban ideas de cómo podrían hacerlo y otros mejoraban las ideas mientras que el resto escuchaba asintiendo y comprendiendo que es lo que deberían hacer para que el plan tuviera éxito.
-Entonces ¿Qué opinan? – pregunto el mexicano a su familia
-Este plan es loco, arriesgado, poco pensado y seguro que nos meteríamos en problemas - respondió el primo Abel
-¿Pero creen que funcione?
-Te damos un 50/50 - respondieron al tiempo Benny y Manny
-¿Entonces lo haremos? - pregunto de nuevo Miguel
-¡Claro! – respondieron todos los Rivera en coro
-Esperen, un segundo – dijo Hiro llamando la atención de todos – no podemos hacer esto, ustedes mismos lo dijeron, esto los meterá en problemas
-No te preocupes por eso Hiro – dijo Miguel tratando de tranquilizar a su amigo – No sería la primera vez que hacemos algo raro
-Pero...
-No hay pero que valga – interrumpió la Sra. Socorro – tú debes ir con tu hermano y eso es lo único que importa, así que más te vale que te vayas preparando – dijo dándole un golpe en la espalda alentándolo
-Yo... yo... yo no se como – dijo tomando una postura rígida como un soldado - pero se los voy a compensar
-Muy bien, es hora ya saben que hacer – sentencio Miguel haciendo que todos los Rivera salieran en camino a la frontera con el mundo de los vivos – los alcanzaremos allá – dijo con lo que todos asintieron
-Mijo – dijo la madre de Miguel – tienes que decirle – le susurro al chico al momento que salía dejando solos a los chicos
-Hiro – le llamo el Rivera después de unos segundos – tengo que decirte algo
-¿Qué pasa? - pregunto extrañado
-Antes de hacer esto hay algo que debes saber – dijo acercándose al chico – aun cuando pasemos, no puedo asegurar que lleguemos con Tadashi
-¿A qué te refieres? - pregunto confundido
-Veras la foto te permite pasar, pero encontrar el camino es otra historia
-¿El camino?, ¿Cuál camino?
-El camino hacia Tadashi, los pétalos en el mundo de los vivos ayudan a formar el puente, pero el camino que hacen con los mismos, nos indica el camino hacia nuestros seres queridos
-Es decir que si no hacen un camino de pétalos...
-Es muy poco probable, pero...
-¡¿Pero?!
-Tengo un as bajo la manga – dijo silbando haciendo que Dante se le acercara
-¿Dante?
-Si, el es mi guía y siempre me ha indicado el camino
-¿Crees que el pueda llevarme con Tadashi?
-Yo estoy seguro que nos puede guiar hacia donde debemos ir – dijo finalmente – aun así, tenías que saber esto, estoy seguro que todos lo saben, pero tú debes saber que no todo pueda salir como...
-Está bien – interrumpió a Miguel – ustedes lo saben y aun así se arriesgarán por mi, me van a ofrecer esta oportunidad, debo tomarla
-Entonces es hora – dijo dirigiéndose hacia la puerta
-¡Vamos! - Exclamo el Hamada acariciando a Dante – cuento contigo amigo – dijo al alebrije que se le hecho encima lamiéndole el rostro
Los chicos junto con Dante salieron en camino hacia donde todos los familiares de Miguel les esperaban, según lo que habían planeado algunos ya estaban del otro lado de las casillas, cuando Hiro observo las casillas se dio cuenta que eran las mismas que habia visto cuando llego a ese mundo.
-Miguel, este lugar
-Si, es donde nos conocimos, los recién llegados aparecen en la frontera entre los mundos – dijo apuntando hacia ese lugar
-¡WOW! - exclamo al ver el enorme puente que salvaba un enorme abismo – un segundo, ese puente pasa por...
-Si, ese abismo es por donde casi caímos
-Vaya, estamos donde empezamos
-Si, pero ahora no estamos solos – dijo señalando a todos sus familiares
Los chicos se acercaron al grupo formado por su tatarabuela, su bisabuela, su abuela y sus padres, una vez todos juntos se formaron acercándose lentamente a la caseta, durante ese tiempo Hiro se puso muy nervioso, estaba a punto de hacer algo ilegal, o al menos eso creía, no estaba al tanto de las leyes de ese mundo, es decir según le habia contado Miguel suplantar una uniceja era ilegal, pronto llegaría su turno y Miguel podía ver como lucia el Hamada, estaba obviamente nervioso.
-Hiro – dijo tomando la mano de Hiro – ¿Estas bien?
-Yo... ¡eh! – exclamo ante la acción del Rivera- si, es solo que, es la primera vez que, bueno ya sabes
-Vamos – dijo sonriendo – no es la primera vez que no obedeces la ley ¿O sí? - pregunto con una voz burlona – si mal no recuerdo una vez fuiste a la cárcel
-Es cierto – dijo sonriendo – pero esa vez Tadashi...
-Bueno, ahora estás conmigo, y vamos a hacer esto juntos – dijo jalando del chico colocándose frente a la máquina
-Hola Miguel – decía la encargada que se encontraba en los controles – Mhmm... ya conoces las reglas – dijo observando al chico que obviamente no era un Rivera - sabes que a menos que estén en la misma ofrenda, no los podré escanear juntos
-Pero no creo que haya problema
-¿Seguro? - pregunto observando al Hamada
-Si está bien, no te preocupes – respondió sonriendo
-Esta bien como digas – decía mientras presionaba unos botones – sonrían – dijo bromeando mientras activaba la máquina que tomaba una imagen iniciando el reconocimiento con el mundo real – ¡Oh! b...
-¡¡AHORA!! - grito el Rivera dando la señal a toda la familia
En ese instante los chicos salieron corriendo en dirección al puente de pétalos, instante en el que los Rivera se amontonaban en las casetas haciendo que los guardias se confundieran, Hiro miro hacia atrás un segundo, el plan de los Rivera estaba funcionando, o eso parecía ya que ninguno de los guardias los seguía, o al menos eso suponía ya que los familiares de Miguel estaban haciendo un caos.
-¿Listo? - pregunto al Hamada
-Listo – respondió este apretando la mano de Miguel
Los chicos saltaron al abismo ante la extrañada y atónita mirada la guardia que les había escaneado, no les había quitado la vista de encima, fue la única espectadora ya que la mayoría de los ojos estaban puestos en las casetas donde los Rivera y los guardias forcejeaban, la única guardia que pudo ver que los chicos emergían del abismo sobre Pepita que ya volaba por encima del del puente de pétalos
-¡Esta funcionando! - exclamo Miguel viendo el puente debajo de ellos
-Si, ¡Tadashi ya voy! - dijo observando a su amigo
-¡Dante! - grito el mexicano – tu turno amigo
El alebrije canino voló hacia el Hamada aterrizando a su lado, después de darle unos lametones en el rostro y olfatearlo salió volando frente al felino guiándolo entre los muchos puentes que conectaban ambos mundos.
El perro alado comenzó a descender mientras se dirigía al final de uno de los puentes, al mas brillante de todos según lo veía Hiro, los chicos suponían que ese era su destino al igual que Pepita que imitando al can comenzaba a descender, sin embargo, cuando se acercaban al puente pepita comenzó a bajar más rápidamente
Los chicos no lo notaron de inmediato pero el alebrije comenzaba a cambiar de forma, empezaba a encogerse y ya prácticamente estaban cayendo, según los cálculos de Hiro no podrían llegar hasta el otro lado
-¡Miguel! - Exclamo el chico abrazando al mexicano – ¿Qué pasa?
-¡Rayos! lo olvide, ¡Hiro agárrate fuerte! – grito presionando al chico contra su cuerpo
-¡Miguel! - Exclamo de nuevo apretando el cuerpo del Rivera
-¡No te preocupes!, no te dejare caer, solo agárrate fuerte – decía el Rivera mientras junto con Pepita, Dante y Hiro caían hacia el puente
-¡MIGUEEEEEE...! -Gritaba el Hamada mientras caía sobre el puente de pétalos
~~~~~~~~~~
-¡HIRO! - grito Tadashi despertando alterado cubierto de sudor, no recordaba completamente lo que había soñado
Eran solo fragmentos, la mayor parte ya se habían disipado y de los que aun podía recordar algo eran dispersos, difusos y confusos, Hiro estaba corriendo, pero era extraño, era como si estuviera corriendo mientras tomaba su mano fue tan real que pudo sentir como Hiro apretaba su mano a cada paso que daban antes de lanzarse al abismo, ese abismo fue lo único nítido, lo suficientemente nítido como para hacerlo despertar de esa manera.
Tadashi se sacudía la cabeza intentando sacarse las imágenes de su cabeza se llevó las manos a su rostro intentando despabilarse, se puso de pie caminando alrededor de la habitación para calmarse, sentía como su corazón latía descontroladamente inclusive podía escucharlo.
A tropezones pudo dar con el escritorio sentándose en la silla y encendiendo una lampara, la oscuridad ya había consumido la habitación, la noche había llegado, pero no podría precisar la hora, se froto los ojos adaptándose a la luz que lo había segado momentáneamente, palmo el escritorio en busca de un reloj que le diera la hora, tomo el pequeño aparato en su mano abriendo lo ojos, al poder enfocar lo que vio fue un pequeño robot.
Tadashi observo el aparato en sus manos acariciándolo como si de un gato se tratara, mientras recordaba esa noche cuando lo llevo por primera vez a la universidad, tantas veces lo había recordado y siempre pensaba que si no le hubiera convencido de ir a la universidad tal vez el seguiría ahí, con él.
-Muy bien Megabot – le decía al robot mientras se ponía de pie – creo que es hora – dijo dirigiéndose hacia el baño cuando una de las piezas del robot se desprendió cayendo sobre su pie descalzo – ¡OUCH! - grito el chico por el dolor que le causo la pequeña pero pesada pieza haciendo que tomara asiento de nuevo mientras tomaba su pie entre sus manos
Un sonido comenzó hacerse presente en la habitación, un sonido que Tadashi conocía muy bien, pero tuvo que descartar esa idea ya que no podría ser posible, o al menos eso pensaba hasta que vio como desde las sombras donde la luz no alcanzaba a llegar un enorme malvavisco de vinil blanco se le acercaba
-Hola yo soy Baymax – saludo el robot enfermero que recién se había activado – tu asistente médico personal
-¿Baymax? - pregunto confundido levantándose – ¿Cómo...?
-Recibí una alerta medica cuando dijiste ouch
-Espera, yo te deje en la universidad
-Tadashi en una escala del uno al 10 ¿Cómo calificarías tu dolor?
-No... no fue nada – respondió el Hamada aun intrigado– no te preocupes Baymax, solo fue un golpe en el pie
-¿Te duele cuando lo presiono? -pregunto acercándose al Hamada apuntando al pie
-No es nada, estoy bien – respondió deteniendo al robot
-Puedes llorar sí quieres, llorar es una respuesta natural al dolor
-No Baymax, estoy bien en serio, además... no puedo... no puedo llorar
-¿Por qué no puedes?, te escaneare en busca de lesiones
-Baymax... -dijo suspirando – olvídalo – dijo resignado que el robot seguiría su protocolo
- Escaneo completo... Oh cielos, detecto quemaduras de segundo y tercer grado en tu brazo derecho y en el rostro, aunque las heridas se han tratado adecuadamente no han sanado totalmente, además de niveles anormales de serotonina, norepinefrina y dopamina además presentas fatiga y patrones neuronales entre otros síntomas
-Baymax...
-Mi diagnóstico, depresión, recomiendo contacto con familiares y amigos
-Baymax detente...
-Contactando a familiares y amigos – decía mientras su estomago se iluminaba con gráficos que indicaban que se estaba comunicando con sus contactos mas cercanos
-No Baymax alto – dijo levantando la voz – Baymax estoy satis...
-No puedo contactar con Hiro - indico el robot sorprendiendo a Tadashi
-Hiro... – decía agachando la mirada - no te va a responder – afirmo acercándose al escritorio
-¿Por qué? – pregunto ingenuamente el robot – ¿No está dentro del área de cobertura?
El Hamada abrió un cajón del escritorio sacando un teléfono inteligente bastante dañado, la pantalla estaba quebrada, y el armazón mostraba que había sido expuesto a altas temperaturas al punto en que el teléfono mismo estaba deformado a causa de que la batería había explotado
-¡Oh cielos! – exclamo Baymax observando el dispositivo, haciendo conexiones entre el estado del aparato y Tadashi – eso explica que no pueda comunicarme, ¿Hiro se encuentra...?
-Muerto – respondió antes que el robot terminara la pregunta
-¿Hiro murió? – dijo el robot acercándose a Tadashi
-Si Baymax, Hiro murió
-Eso explica tu estado, es necesario consultar con un...
-Baymax, se que sigues tu protocolo, pero realmente no es...
-Tadashi, sin los cuidados necesarios tu estado...
-Baymax estoy satisfecho con mi cuidado – dijo rápidamente y algo molesto
-... - El robot medico se quedó quieto un segundo mientras observaba a Tadashi – Lo siento, pero en tu estado actual debo bloquear el protocolo de desactivación
-¿De que hablas Baymax? – pregunto confundido – No te agregue ninguna función que te permita hacer eso
-Es una función agregada en un chip secundario – respondió mientras abría su puerto donde un chip púrpura se veía a un lado del verde de Tadashi
-¿Chip secundario? – pregunto tomando el chip - ¿Quién lo colo...? – decía mientras observaba el chip en cuyo lateral estaba pegada una etiqueta con una letra muy bien conocida
-Fue agregado por H...
- Esta bien – dijo colocando el chip donde lo tomo - no hay problema
Tadashi cerro el puerto de Baymax mientras pensaba en lo que había visto, no recordaba en que momento pudo haberlos dejado solos el tiempo suficiente para que le diseñara y agregara ese chip.
-Baymax, ¿Qué rutinas ejecutas del chip secundario?
-Este chip contiene principalmente mejoras de firmware para mis sistemas de hardware como sensores eficiencia de batería y control de actuadores entre otros, solamente contiene una rutina – decía mientras levantaba un dedo – esta me permite bloquear funciones, protocolos y rutinas a voluntad en función de creerlo conveniente
-Es decir que si lo deseas puedes no dar atención a algún paciente
-...- el robot en silencio se quedó mirando a Tadashi un momento – al contrario, al parecer este protocolo prioriza la atención del paciente
-Entonces que te permite bloquear
-Este protocolo me permite negar la ejecución de órdenes del usuario si yo creo que esto puede ser un peligro para el mismo
-Es decir...
-En tu caso, debido a tus síntomas, creo que desactivarme podría ponerte en peligro
-Pero Baymax, estoy bien
-Tadashi, eso no es verdad, sufres de una grave depresión, además tus quemaduras...
-Esta bien, mira solo... déjame solo, ¿Quieres?, necesito pensar, ¿Puedes salir un momento?
-Esta bien – decía acercándose a la puerta abriéndola – estaré aquí al lado de estos pétalos – dijo sentándose al lado de la puerta
-Si esta bien... espera ¿Qué? – pregunto confundido mientras salía de la habitación junto con el robot que ya se encontraba sentado con algunos pétalos en sus manos – ¿Que es esto?
-Son pétalos de una Tagetes erecta – respondió una vez analizo los pétalos en su mano
-¿Una que?
-Es una flor de la familia Asteraceae originaria de México, tambien conocida como Cempasúchil o flor de muerto
-Espera un segundo – decía tomando unos pétalos del suelo
El Hamada observaba a detalle los pétalos es su mano, le parecían extrañamente familiares, aunque no le extrañaba del todo, durante las ultimas semanas había estado llevando varios tipos de flores a la tumba de Hiro.
-Son como las que lleve hoy – dijo dejándolas caer al suelo - ¿Qué hacen aquí? – Se preguntó mientras seguía el rastro de flores seguido del robot
-Con cuidado, esta oscuro – indico el robot mientras bajaban los escalones hacia la primer planta
-¿Tia Cass? – pregunto al aire al ver que las luces de la casa estaban apagadas – Baymax ¿Detectas algo?
-Escaneando... tu respiración se ha acelerado y tu presión sanguínea ha aumentado, Tadashi ¿Tienes miedo? – preguntó al Hamada
-No me refería a eso, y no, estoy bien, me refiero a si detectas a alguien
-Comprendo – decía mientras giraba como si de un radar se tratara – no detecto a nadie
-Que extraño, a donde habrá...
-Pero detecto dos pequeñas lecturas
-¿Dónde?
-Están justo debajo de nosotros
-Deben ser Honey y tía Cass
-Negativo, no detecto señales de vida
-¿Qué? – dijo quedándose quieto un segundo – debe ser que la estructura interfiere tu sensor – dijo retomando el camino por las escaleras hacia abajo
Tadashi inmediatamente noto que el rastro de pétalos no terminaba en la primer planta, si no que seguía hasta la planta baja, se dio cuenta también que las luces de la casa no eran las únicas apagadas, las del café estaban igual.
Poco a poco se acercaba a los últimos escalones procurando hacer el mínimo de ruido posible, ya que intentaba escuchar cualquier señal de vida entre la oscuridad, pero por mas que lo intentaba lo único que podía escuchar eran el sonido que hacia al bajar los escalones.
Una vez llego a lo mas bajo del camino se coloco contra la pared, la situación era por demás extraña, no parecía haber nadie mas que el, pero debía haber algo dado que Baymax habia detectado fuentes de calor.
En la trastienda no parecía haber nada por lo que continuó por el rastro de pétalos hasta el mostrador de la cafetería, conforme se acercaba pudo notar un aroma floral que venia del establecimiento así como unas titilantes sombras que se movían de manera errática
El chico iba pegado a la pared mientras daba un vistazo a donde provenía la débil iluminación que trataba de cubrir el interior del local, en una pared del café pudo ver una especie de altar de varios niveles, adornado con lo que supuso eran láminas de colores con figuras recortadas en las mismas, algo de comida además de ornamentos que no había visto y que con la iluminación le parecieron algo espeluznantes como lo que pudo ver eran calaveras, todo engalanado con flores naranjas, las mismas cuyos pétalos cubrían el piso.
-Tadashi – se escuchó una voz atrás del desprevenido universitario haciendo que este diera un leve brinco
-¡AHH! - grito al tiempo que brinco del susto llevándose una mano al pecho – ¡Casi me da un infarto! - exclamo susurrando
-Mis manos tienen desfibriladores – dijo el robot frotando sus manos cuyas palmas se iluminaban a la vez que emitían un pitido – ¡despejen!
-¡Alto, alto!, es solo una expresión
-Oh, comprendo – dijo bajando los brazos
-Pero... ¿Qué es esto? - pregunto dirigiendo de nuevo su atención al altar
El Hamada se acercó observando los ornamentos más detalladamente paso su mano sobre las láminas de colores dándose cuenta que eran de una especie de papel, además los recortes eran de diversos tipos de flores, además de figuras con llamativos patrones, pero los más extraños eran de esqueletos, algunos eran esqueletos simplemente, en otros los esqueletos bailaban, cantaban y en general parecía como si estuvieran festejando.
Paso su atención a los demás elementos ornamentales donde vio los alimentos como eran alitas picantes, gomitas de dulce y algunos panes que no reconocía acompañados de pequeños cráneos adornados con figuras y líneas de colores, con cuidado tomo uno de los cráneos que destacaba del resto ya que este no estaba decorado, al tacto noto que estaba rasposo además que no estaba pesado, lo acerco a su rostro haciendo que pudiera notar un aroma dulce que antes era cubierto por el floral aroma del cempasúchil, motivado por la curiosidad acerco más el cráneo esta ves a su boca dándole una pequeña lamida
-¿Dulce?, esto esta dulce – se dijo a si mismo colocando el cráneo donde lo había tomado - ¿Qué hace esto aquí? - se preguntó - ¿Quién... ?
Antes de terminar la pregunta pudo ver algo que no había notado, en lo más alto del altar había un par de fotografías de los cuales una le hizo perder el control tomando algunos de los ornamentos del altar arrojándolos contra la pared mientras con ira gritaba el nombre de Honey dando a entender que quería que lo dejaran en paz, que no quería que se metieran en sus asuntos.
-¡Tadashi! ¿Qué haces? - pregunto alguien tras el Hamada tomándole el hombro
-¡Déjame! - exclamo quitándose la mano del hombro mientras iba a por otro elemento del altar
-¿¡Puedes verme!? - exclamo la voz - ¿Pudiste sentirme? - pregunto haciendo que el chico detuviera su arranque de ira
-¡¿Qué?! - pregunto volteando a ver a la persona que le hablaba
-Tadashi, ¿Tú puedes...?
-¡HIRO! - exclamo el mayor de los Hamada mientras se lanzaba hacia el esqueleto que estaba frente a él rodeándolo con sus brazos
El pequeño esqueleto correspondió al gesto abrazándolo, en un principio Tadashi había quedado conmocionado por el esqueleto, pero lo había reconocido casi al instante, no sabía que pasaba, solo sabía que podía abrazar de nuevo a su hermano
-Hiro, eres... ¿Eres tú?, es decir sé que eres tú pero, ¿Eres tú... tu?, tu ¿Tu real? - pregunto algo confundido
-Eh... si, digo todo ha sido tan irreal últimamente, pero si soy yo – respondió sonriendo
-Pero como es que... ¿Estás aquí?, o ¿Yo estoy... en el más allá?
-Eh, bueno no sé qué pasa, y no, aun sigues en el café, créeme el mundo de los muertos no se parece nada al café de mi tía
-Pero que, ¿morí?, ¿Por qué te puedo ver?, sentir, ¿Por qué eres un esqueleto?, ¿Por qué no soy yo un esqueleto?
-A eso bueno, no sé, pero creo que se quién sabe – dijo mientras señala a una mesa poco iluminada donde se encontraba una pequeña silueta
-¿Quién es? - pregunto viendo a la sombra que se acercaba
-Él es mi gua... él es mi mejor amigo, me ah cuidado mucho
-¿Cuidado?, ¿Qué ah pasado?
-Oh, eh... nada hehehe, es que me ayudo a venir
-¿Es cierto? - pregunto a la figura que ya había salido a la luz
-Si, pero tuvimos mucha suerte, de no haber sido por la ofrenda... - decía mientras señalaba el altar
-¿Eso les ayudo a llegar?
-Veras – respondió Miguel – si no hay una foto en una ofrenda, es prácticamente imposible que algún difunto pueda pasar a este mundo
Si – dijo Hiro – sin la ofrenda yo...
~~~~~~~~~~
El Hamada gritaba mientras caía hacia el puente de pétalos, el no sabía qué pasaría si lo tocaba ¿Se quedaría atorado? o ¿Caería al vacío?, en todo caso estaba seguro que no podría pasar al mundo de los muertos, coloco sus manos frente a si para prepararse para la caída, el par de chicos chocaron contra el puente haciendo que los huesos se repartieran por el puente
-¡Miguel!, ¿Qué pasa? - pregunto el Hamada mientras su cabeza rodaba
-No se, pero tenemos que armarnos
-¿Cómo? Nunca me había pasado esto
-Solo concéntrate – decía mientras sus huesos se acercaban entre si – piensa que es lo que quieres
-Ok, ok – decía mientras cerraba los ojos, sintiendo como sus partes se armaban – creo que está funcionando, si creo que esta... - El Hamada abrió los ojos solo para ver como Miguel tomaba sus partes mientras las unía
-No te preocupes – decía tomando su cabeza – ya aprenderás, pero ahora debemos irnos
-Pero porque no me hundo en...
-No tengo idea, pero mejor averigüémoslo luego...
~~~~~~~~~~
-Y ya vimos porque – decía el mexicano señalando el altar – si no hubieras puesto eso...
-Yo no lo puse – interrumpió Tadashi – creo que lo puso Honey
-¿Honey? - pregunto Miguel
-Es una amiga de Tadashi, creo que le agradarías, te pareces mucho a ella... al menos en tu forma de ser
-¿En serio?, espero conocerla pronto... digo no tan pronto hehehe – decía algo apenado – pero me sorprende este altar, tiene de todo
-Mira tiene papel picado, calaveras de azúcar, comida, flores de cempasúchil
-Con que así se llaman esas cosas – comento Tadashi
-Si – decía acercándose a la ofrenda – Wow una guitarra – Hiro no me dijiste que tocabas la guitarra
-No lo hago, ¿Por qué Honey dejaría una guitarra?
-No se, para ser franco no se por qué Hizo esto – respondió Tadashi
-Por el Día de Muertos – respondió Miguel – este día y solo este día podemos venir a ver a nuestros familiares en el mundo de los vivos, pero solo si hay un altar con nuestra foto
-Entonces, ¿Esto es normal? - pregunto mientras señalaba a los esqueletos
-Oh no, no deberías vernos, de hecho, estas maldito
-Espera, ¿Qué? ¿Maldito? es decir ¿Cómo por una bruja? - pregunto Hiro
-No, es más como una maldición familiar
-¿Familiar?, como es posible – pregunto Hiro – yo no lo...
-Ah no, lo que paso fue eso – dijo apuntando al desastre que antes era una ofrenda
-Oh... entonces fue por eso... - dijo Tadashi avergonzado
-Si, y tenemos que regresarte antes de... - dijo moviendo su dedo anular apuntando a la mano de Tadashi
-¡WOW! – Exclamo viendo que la carne de su mano lentamente se desvanecía - ¿Qué pasa?
-Tenemos que regresarte antes del amanecer, o te quedaras en el mundo de los muertos
-Espera, eso quiere decir que podría...
-¡No Tadashi! - Exclamo Hiro - ni lo pienses, debes volver, piensa en tía Cass, en Honey, en...
-¡¿Por qué no puedo?!, ¿No se supone que es mi decisión?, ¡¿Que importa que...?!
-¿¡DE QUE RAYOS HABLAS!? - Grito el Rivera llamando la atención de los Hamada - ¿Crees que no importa?, ¿Cómo es posible que tu pienses eso?
-¿Qué...?
-¡Como es posible que tú!, ¡El hermano!, ¡El héroe de Hiro pueda pensar de esa manera!, ¿Acaso todo lo que me dijo de ti fue mentira?, ¡No puedo creer que sean la misma persona!
-Miguel... - dijo el menor de los Hamada intentando calmar al mexicano
-¿Como puedes ser tan egoísta? - dijo mientras se apartaba de los chicos
-Hiro, ¿Qué le ...? - pregunto el mayor de los hermanos
-Tadashi, a Miguel... - dudo un segundo de continuar - a Miguel le paso lo mismo que a ti, intento volver, pero no lo logro, murió en el mundo de los muertos y... bueno no se los detalles, pero paso por mucho sufrimiento
-Oh... yo... creo que debería... - dijo girando hacia Miguel
-¡Tadashi! - Exclamo Hiro llamando la atención de su hermano - sé que te culpas por lo que me paso, sé que por eso no quieres volver – comento pensando que era hora de enfrentar esos sentimientos que carcomían a Tadashi
-¡Hiro!, ¡perdón!, fue por mí que...
-Alto Tadashi, sé que sufres mucho, pero... - dijo dando un vistazo a Miguel que ahora les prestaba atención a los Hamada
-¡Hiro!, ¡perdón!, perdón debí haber sido yo, debí...
-Tadashi, no te puedo perdonar
-Hiro... - dijo cayendo de rodillas mientras veía a su hermano - yo... yo...
-No tienes la culpa de nada – dijo colocando su frente en la de su hermano
-Pero Hiro si no hubiera...
-Tu entraste por que fue tu decisión, yo entre por que fue mi decisión, lo que me paso a mí fue algo que tu no podías predecir ni menos controlar, si alguien es el responsable de mi muerte fui yo y solo yo
-Pero...
-Tadashi, si realmente me quieres... - dijo mirándole a los ojos – debes volver, si quieres hacerme feliz, vuelve y vive tu vida, se para los demás el héroe que ya eres para mí – dijo abrazándolo – Te amo hermano
-Hiro yo también te amo – decía sorprendido mientras unas lágrimas brotaban de sus ojos empapando su rostro
-Miguel, ¿Qué tenemos que hacer? - pregunto Hiro que seguía abrazado a Tadashi
-Bueno, antes que nada – dijo acercándose a los hermanos – Tadashi ¿Puedes hacerme un favor?
-Eh... si claro – afirmo poniéndose de pie mientras observaba a Miguel – oh y perdón por...
-No te preocupes, no hay manera que pudieras saberlo, pero ahora – dijo tomando la mano de Tadashi – necesito que tomes esto y... - dijo acercándose a Tadashi susurrando algo al oído - iba a hacerlo yo, pero creo que lo mejor será que tú te encargues
-¿Qué se encargue de qué? - pregunto Hiro intrigado
-Bueno de esto - decía Tadashi mientras le mostraba la mano dejándole ver unas pinturas
-Oye esas son...
-Si, pensé que tal vez podría ayudarte en eso, pero ya que tu hermano está aquí, deberías aprovechar – dijo sonriéndole a Hiro
-Pero, ¿Esta bien?, no te meterás en problemas
-Tú no te preocupes, yo me encargo – respondió riendo – así podrán compartir algo especial
-Gracias – dijo abrazando al chico sonriendo – te dije que era el mejor
-Si – contesto observando a los chicos – eso parece, creo que ya sé que dibujar
Los esqueletos se acercaron a Tadashi que ya preparaba las pinturas, se colocó frente a su hermano haciendo que cerrara los ojos – ¿Te llamas Miguel? - pregunto mientras combinaba algo de azul y rojo en la palma de la mano
-Si – Respondió mientras veía el movimiento circular de su mano
-Sabes una amiga me conto una historia – dijo mientras colocaba algo más de pintura azul en su mano – yo estaba aún en el hospital y ella me visitaba todos los días, pero yo siempre fingía que estaba dormido
-Tu amiga ¿Es Honey?
-Si, siempre me contaba cosas para hacerme ver que la vida era buena, eras historias de su familia, pero yo siempre las ignoraba tenía mucho resentimiento y no quería escuchar nada de lo que me decía
-Eso no es bueno
-Ahora lo sé, en fin, esa historia era sobre su tío... bisabuelo... creo, la historia era sobre... eh bueno básicamente por un rencor absurdo su tío murió muy joven, huyo buscando cumplir un sueño que su familia no aprobaba
-Espera...
-Jamás lo encontraron, desde entonces...
-Desde entonces, los Rivera olvidaron el rencor que les arrebato a un miembro de su familia – completo Miguel - eso quiere decir que...
-Las fotos...
El Rivera se acercó a la ofrenda observando las fotografías, eran solamente dos, la primera era de Hiro, parecía que se la habían tomado con personas a su alrededor, aunque lo habían editado y solo aparecía Hiro, la segunda foto era una de sí mismo, no recordaba cuando se la habían tomado, pero no era la misma que usaban en la ofrenda de Santa Cecilia
-Ahora se por qué me conto esa historia, si continuo como hasta hoy, solo traeré sufrimiento a las personas que amo, en este o en el otro mundo
Hiro escuchaba atentamente la conversación mientras sentía como Tadashi pasaba su mano por su rostro, simplemente no podía creer que Honey fuera descendiente de la familia de Miguel, era casi como si los Rivera fueran los guardianes de los Hamada, le parecía demasiada coincidencia
-Muy bien ya está – dijo Tadashi orgullosamente
-¡Genial! - exclamo Miguel – déjame ver
-¿Qué tal quede? - pregunto Hiro algo nervioso
-¡Oh!, bueno... a mí me gusta – respondió Miguel – por qué no lo ves tú mismo – dijo sacando un pequeño espejo
-Creo que te queda bien – Dijo Tadashi mientras su hermano tomaba el espejo
-Vaya – dijo Hiro viendo el espejo sonriendo al verse reflejado en el – creo que tú también tienes gustos simples - dijo al ver sus adornos similares a los de Miguel
-¿Yo que?
-Nada – dijo sonriendo – me gusta – dijo abrazando de nuevo a su hermano
-Bueno – dijo el Rivera acercándose a los hermanos sonriendo con un pétalo en su mano – es hora de irse, ya casi amanece
-¡Esperen! - Exclamó Tadashi dejando salir algunas lágrimas– ¿Eso es todo?, ¿Ya no lo volveré a ver?
-Así deben ser las cosas - respondió Miguel – Hasta que mueras y espero que sea en mucho tiempo
-Pero...
-No te preocupes hermano – interrumpió Hiro - te visitaré cada año
-Eh... solo recuerda poner el altar y las fotos – dijo Miguel sonriendo – eso nos facilitara mucho las cosas
-Claro, tendré que decirle a Honey que me ayude – dijo mientras apretaba a su hermano fuertemente entre sus brazos
-Toma – dijo Miguel entregándole el pétalo a Hiro – lo único que debemos hacer es darle nuestra bendición
-¿Nuestra? - pregunto confundido
-Si, la ofrenda es de nosotros – dijo colocando su mano de manera que ambos sujetaban el pétalo - solo repite lo que digo
-Ok...
-Oye niño - dijo a Miguel sin dejar de abraza a Hiro – gracias y cuida a mi hermano ¿Quieres?
-¿Niño? Oye podría ser tu tatarabuelo, pero no te preocupes yo lo cuido – respondió guiñándole el ojo – ¿Estás listo?
-Listo – respondió el mayor de los Hamada
-Tadashi – dijo Miguel seguido de Hiro haciendo que el pétalo resplandeciera – te damos nuestra bendición – dijeron ambos a lo que Miguel le susurro algo a Hiro con lo que este asintió – para que regreses y que no olvides lo mucho que tu familia te ama
-Hasta luego Tadashi – dijo Hiro presionando el pétalo contra la espalda de su hermano haciendo que un tornado de pétalos naranjas envolviera a los tres chicos
Tadashi abrió los ojos mientras una brillante luz invadía su pupila obligándolo a cerrar los ojos – Tadashi ¿Estas bien?, ¿Qué paso Baymax? - preguntaba una voz que Tadashi lograba escuchar
-No estoy seguro - respondió un muy confundido Baymax - creo que mis sensores necesitan mantenimiento
De nuevo abrió los ojos al reconocer las voces viendo en esta ocasión un muy familiar rostro femenino, inmediatamente se irguió tomando por sorpresa a la rubia que no se esperaba recibir un abrazo del Hamada
-Honey... - dijo apretando fuertemente a la chica – gracias – decía mientras lloraba – gracias
-Tadashi... tu estas... - la chica no dijo nada más, se limitó a sonreír y abrazar al Hamada
-Vaya esto no esperaba verlo – decía Hiro mientras observaba a la pareja
-Ni yo, bueno es hora de marcharnos – decía Miguel mientras se dirigía a la ofrenda y tomaba la guitarra, a al menos una copia espectral de la guitarra según vio el Hamada
-¡Oye espera! – dijo sorprendido - ¿Podemos hacer eso?... ¡Los ositos de goma son míos! - dijo acercándose a la ofrenda imitando al mexicano
-¿Listo? – pregunto Miguel llorando
-¿Estas bien? - pregunto preocupado abrazando a Miguel
-Si... no soy yo, es el – respondió apuntando a su hermano
-¿Porque?, pensaba que ya estaba...
-Son de alegría – interrumpió el Rivera – hace mucho que no sentía esta calidez, recupero las ganas de vivir – dijo tratando de secarse las lágrimas - son de...de...
-¿De...?
-Amor – dijo volteando a ver a Hiro a los ojos
-Oh, eso... ah bueno no me lo esperaba – dijo evitando inútilmente la Mirada del Rivera – Supongo que eso ha de sentirse... eh bien ¿No?
-Si... ¿Quieres sentirlo?- pregunto sonriendo
-¿Eh?, yo eh... Miguel... yo apenas... eh te conozco, no... eh, quizás si nos conociéramos mas tiempo
-Hahaha no me refería a eso – dijo colocando su rostro en el pecho del Hamada – Esto es lo que siente Tadashi
-Oh ¡Wow! – dijo al percibir una gran calidez en el pecho, sentía una gran paz y... bueno, era algo indescriptible pero le gustaba – Te referías a esto
-Si – dijo sonriendo – pero... tenemos mucho tiempo para conocernos ¿No? - dijo guiñándole el ojo
-¡Ah!, eh yo... supongo – respondió el Hamada rascándose la nuca mientras miraba a Tadashi abrazando a Honey - creo que eso me gustaría