Iniciemos

Ainsley se quedó con Eliana unos minutos hasta que las empleadas del hogar la llamaron para almorzar. Por supuesto, el almuerzo de hoy no sería uno simple. Después del almuerzo, finalmente iba a despedir a algunos incompetentes bastardos.

—Jejeje, debería estar agradecida al Abuelo Yofan. Sin él, esos cerdos no me harían caso ni aunque los despidiera —Ainsley tarareó mientras dejaba que Eliana la llevara al comedor. Conseguir un vehículo conveniente no vendría mal, ¿verdad? ¡No quería caminar 15 minutos solo para ir al comedor!

Gracias a la habilidad de velocidad de Eliana, el grupo llegó al comedor en solo unos segundos.

Como de costumbre, Eliana abrió la puerta y caminó rápido hacia la mesa del comedor. Luego colocó a Ainsley en el asiento reservado para el jefe de la familia antes de sentarse junto a la bebé.

Pero a diferencia de lo habitual cuando no hay nadie más que Eliana y Ainsley, esta vez, el Abuelo Yofan ya estaba esperando.

—Oye, Ain. ¿Cómo dormiste anoche? —Los ojos azules del Abuelo Yofan brillaban mientras acariciaba la cabeza de la bebé con cariño.

Si tan solo él fuera el padre biológico de Ainsley. Qué feliz debería ser.

—Ith ish gwod. Gwandpa Dave cwame agwain —Ainsley tomó el utensilio para la comida de bebé y comenzó a servirse el puré de bebé que tenía delante.

Su rostro se distorsionó un poco al ver el mismo puré amarillento.

—Ugh, como bebé, aún no puedo comer carne, ¿eh? Pero ya tengo tres años. ¿Puedo comer carne suave o algo así... siguen dándome puré! Al menos denme arroz, ¡arroz! —Ainsley olvidó que su país afiliado ahora era uno de los países occidentales, no de los países asiáticos.

Mientras Ainsley pensaba en cambiar el menú de comida, el abuelo Yofan observaba a la bebé con una expresión complicada.

—Dale– Dave, eh. El Padrino visitó de nuevo el sueño de Ain anoche. Seguramente debe estar pidiendo a Ain que despida a esos contables —El Abuelo Yofan no sabía si sentirse exultante o abatido. Despedir a tantos contables de una vez sería malo para la condición económica de la familia, pero si es un consejo del Padrino…

Debe haber algo sospechoso entre los contables. ¿Robaron dinero y falsificaron los informes?

El Abuelo Yofan tomó una respiración profunda y suspiró. Su larga barba blanca, que parecía la barba de Merlín, no pudo evitar ondearse por su suspiro.

—De todas formas. Dejaré esto en manos de Ain. Si el Padrino la ayuda, puedo confiar en ella, ¿verdad? Aún tiene tres años, pero el espíritu del Padrino ya tiene 100 años o más. Podemos confiar en el Padrino —El Abuelo Yofan juró en silencio dejar que Ainsley hiciera lo que quisiera siempre y cuando fuera un consejo del espíritu del Padrino.

Así, los dos almorzaron en armonía hasta la 1 p.m. Justo después de comer, ambos fueron al gran salón donde el jefe de la familia generalmente anunciaba asuntos importantes.

Por supuesto, para esta ocasión, solo se llamó a los miembros del equipo de contables junto con el contable jefe. Los 15 hombres se reunieron en el gran salón con caras sombrías.

—El anciano absoluto no nos despedirá sin razón, ¿verdad? —murmuró uno de los hombres. Se mordía la uña, preocupado.

—No, no lo hará. Este asunto comienza por la repentina solicitud de ese mocoso. ¡Es demasiado absurdo! —Otro miembro negó con la cabeza con confianza.

Estaba seguro de que el Abuelo Yofan no sería tan tonto.

—Hm, pero ya ves, ese anciano parece que le gusta el nuevo jefe de la familia. No podemos estar tan seguros —el miembro más joven se mordió el labio inferior. Ansiedad llenaba sus ojos negros.

Tenía un mal presentimiento sobre esta reunión.

—Tonterías. Pase lo que pase, el Anciano Yofan debería estar de nuestro lado. ¿Qué hicimos mal para que él esté de acuerdo con ese mocoso en despedirnos? —otro miembro con el cabello puntiagudo actuaba descaradamente inocente.

Habló con un tono tan recto aunque sabía que todos los miembros del equipo de contables cometieron malversación.

—Cierto, cierto, no hicimos nada malo.

—Al menos nadie sabe que estamos equivocados —un miembro descarado resopló en voz alta, actuando todo altivo. Actuaba como si nadie fuera a saber de sus malas acciones.

Los otros miembros reprendieron inmediatamente a ese miembro descarado.

—Shhh, ¡silencio! ¿Y si alguien nos oyera? No olviden. ¡Cualquier usuario de habilidades puede espiarnos! —el miembro preocupado le dio una bofetada en la boca al miembro descarado antes de mirar alrededor del salón.

No hay nadie aquí todavía, pero algunos usuarios de habilidades podrían estar escondidos en el techo o detrás de la puerta. Aquellos con oído agudo o visión de rayos X podrían observar a las personas dentro de la sala.

—Ok, ok, mi mala —el miembro descarado chasqueó la lengua e inmediatamente sacó un cigarrillo. Encendió su cigarrillo con fuego saliendo de la punta de su dedo antes de inhalar el humo.

—Huuuu, pero ¿cuándo vendrán ese viejo y el mocoso... —el miembro no había terminado sus palabras cuando la puerta del gran salón se abrió de repente con un fuerte chirrido.

Tap. Tap. Tap.

El sonido de pasos de alguien resonó por todo el salón, sobresaltando a los contables.

¡Están aquí!

Los contables giraron inconscientemente para ver al invitado que venía al salón. Justo como predijeron, lo que vieron fue al Abuelo Yofan entrando al salón con la bebé acurrucada en sus brazos.

Finalmente están aquí.

Los contables tragaron saliva. Aunque estaban seguros de que no serían despedidos, pero... aún tenían esta pequeña ansiedad en lo más profundo de su corazón.

Es por una variable desconocida llamada Ainsley.

'No sabemos qué tipo de petición extraña pueda hacer ese mocoso luego.'

Pensando de esa manera, los contables rompieron a sudar frío. Algunos se limpiaban la frente con su pañuelo mientras que otros apretaban los puños con fuerza.

Observaban al Abuelo Yofan colocar a Ainsley en el trono dorado con el corazón palpitante.

—Comencemos.

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