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Capítulo 2 - El ataque de los trollocs

Cuando llegamos al pueblo las preparaciones para el festival ya casi estaban terminadas. Nos dirigimos hacia la posada del pueblo que pertenece al alcalde maese al'Vere, el padre de Egwene. Ya en la posada descargamos la sidra con la ayuda de Mat quien aceptó a regañadientes, luego me marché con Mat a ver al resto de los chicos del pueblo.

Cuando todos nos reunimos los chicos comienzan hacer historias y narrar los últimos acontecimientos que han ocurrido en el pueblo, entre estos la llegada de un juglar, una noble muy elegante que está acompañada de una escolta, el buhonero Padan Fain quien ya ha venido al pueblo en otras ocasiones y finalmente lo más importante, algunos chicos también avistaron al Myrddraal, pero hasta ahora nadie le ha dado importancia, o eso es lo que los chicos creen.

El juglar es Thom Merrilin, quien en sus años de juventud fue amante de la reina Morgase. La noble dama y su guardia sin duda son Moraine Damodred, Aes Sedai del Ajah Azul y su guardián, Lan Mandrágora el heredero de un reino destruido.

Por último, está esa rata de Padan Fain a quien en la primera oportunidad voy a eliminar. Al rato cada uno de los chicos se fue marchando hasta que solo quedamos Perrin, Mat y yo.

Mat: ¿Entonces que creen disfrutaremos de la actuación de un juglar esta noche?

Perrin: Probablemente. ¿A qué sino vendría un juglar a tierra tan lejanas como la de Dos Ríos? Saben, aún no puedo dejar de sacarme de la cabeza la imagen de ese jinete oscuro, sé que no son imaginaciones mías. Estoy seguro que lo vi.

Mat: ¿Por supuesto que lo viste es que no oíste como otros chicos también lo vieron? Yo lo vi, Rand lo vio, que más evidencia necesitas. Los mayores no le han dado importancia porque tienen su cabeza en el Bel Tine y son muy tercos para escucharnos. Pero no hablemos más del tema solo nos amargará la noche, además era solo un jinete. – su tono al final era algo débil, era fácil de ver que él también estaba nervioso cuando recordaba al misterioso jinete.

Rand: A mí no me parecía solo un jinete.

La voz de Rand sorprendió un poco a los chicos, Rand había estado bastante cayado toda la noche y siempre parecía estar pensando en algo.

Mat: Vamos Rand no tú también. Es el Bel Tine tenemos que divertirnos, disfrutar de este momento. Piensen ¿a quién le hacemos una trastada esta noche?

Perrin: Nada de trastadas, no quiero meterme en problemas. – su respuesta fue inmediata y su tono era definitivo.

Mat: Perrin porque tienes que ser aguafiestas.

Rand: No, Perrin tiene razón, además tú mismo lo dijiste tenemos que divertirnos, y no podremos hacerlo si nos atrapan. ¿Querías hablar de temas más alegres no es así? – pude ver Mat asentía.

Rand: ¿Entonces que puedes decirme de esa noble que llegó al pueblo, es tan hermosa como dicen?

Para sorpresa de los 3 chicos una nueva voz se escuchó, una que conocían muy bien.

Egwene: ¿Quién es tan hermosa? Rand al'Thor.

Mat y Perrin miraron a Rand pensando en cómo iba a salirse de esta, pero Rand no parecía nervioso en lo absoluto.

Rand: Hablamos de la noble que llegó al pueblo hace unas horas. Mat me decía que era la mujer más hermosa que ha visto, pero la verdad es que no lo creo. Difícilmente una noble con el rostro lleno de maquillaje tenga mayor belleza que las hermosas señoritas de Campo de Emond.

Mat y Perrin estaba atónitos y Egwene le daba una mirada inquisidora.

Egwene: Como siempre eres bueno con las palabras, pero no pienses que siempre te podrás escapar.

Rand: Eso significa que no danzarás conmigo esta noche y me negaras el calor de tu cuerpo.

Egwene: Si quieres calor tendrás que abrazar a esa yegua tuya. Cabeza hueca. – dio un bufido y se marchó.

Mat: Pareces que estarás danzando con Bela está noche Rand. – él y Perrin estaban riendo viendo la conversación de Rand y Egwene.

Rand: Nynaeve, mi bella y refunfuñona zahorí no me abandonará.

Perrin: Solo tú tienes coraje para bromear con Nynaeve de esa manera.

Mat: Venga ya basta de tanta charla caminemos un poco, necesito estirar las piernas.

El resto de la noche pasó lleno de alegría, todos disfrutaron del festival, el juglar hizo una magnífica actuación y pude ver a lo lejos las figuras de Moraine y Lan.

Antes de que comenzara a caer la noche nos pusimos en marcha de retorno a la granja. Durante el viaje pude notar que Tam actuaba de manera cautelosa.

Rand: ¿Sucede algo? Pareces un poco nervioso.

Tam: El camino es solitario por lo que debemos ser cuidadosos. En el pueblo otros chicos han visto el jinete ese que me mencionaste en la mañana.

Rand: Lo sé. Pensé que no nos creían.

Tam: No tengo motivos para desconfiar de ti, además que lo haya visto solo un chico podríamos ignorarlo, pero que varios lo hayan visto no es algo que podamos ignorar, no pienses tan pobremente de los mayores.

Llegamos a la granja y mientras Tam colocaba la carreta en su lugar y encerraba la yegua en el pesebre comencé a preparar la cena, minutos más tarde nos habíamos sentado a la mesa, Tam por primera vez en muchos años había cerrado la puerta con el pasador y había sacado su vieja espada.

Viendo que yo lo miraba me dijo que solo era para sentirse un poco más seguro, yo le mostré una de las horcas que usamos en la granja a lo que solo pudo mostrar una sonrisa.

Estábamos cenando con clama o eso parecía, por dentro estaba bastante nervioso sabiendo lo que estaba por pasar y en ocasiones miraba el tridente que estaba a mi lado. Ya casi había terminado mi comida cuando ocurrió.

La puerta de la casa fue derribada y una figura de un poco más de 2 metros de altura con una apariencia bestial y repugnante comenzó a entrar por la puerta que había derribado.

Tam se había puesto de pie de inmediato, pero antes de que pudiera decirme algo yo ya había arrojado la horca hacia la cabeza del trolloc con todas mis fuerzas, derribándolo en ese momento.

Mi reacción fue inmediata no solo por mis reflejos sobrehumanos, sino porque ya había sentido al trolloc acercarse a la puerta.

Mi respiración nunca había estado tan agitada, mis manos tiemblan y estoy seguro de que tengo una sonrisa en mi rostro. No es temor lo que siento en este momento como pensé que sería, lo que siento es emoción, es como si una parte siniestra de mi persona estuviera surgiendo.

Tal vez si tengo lo que se necesita después de todo para pararme en la cima de este mundo o es solo la adrenalina. Mis pensamientos fueron interrumpidos por Tam.

Tam: Hay más, debemos escapar. ¡Rápido!

Sin vacilar salimos de la casa en dirección al bosque, en el camino eliminé otro trolloc más mientras Tam derribó a otros 2, lamentablemente uno de los trollocs que mató logró herirlo.

La herida no sería tan peligrosa si no fuera por el hecho de que estamos corriendo, huyendo de al menos una docena de trollocs.

La huida fue más difícil de lo que esperaba debido a que escapamos por el lado del granero donde tomamos a Bela, incluso si es un lugar al que estás acostumbrado, correr por el bosque durante la noche con tu vida en peligro y con una persona herida es todo un reto, pero un reto que logramos completar.