...—Narra Julen—...
Observé el paisaje nevado desde el hotel. Un gran ventanal daba vista hacia las montañas.
—¿Te gusta esta habitación?—
—La adoro— Jake se acercó a rodearme con sus brazos.
—Quería una habitación desde donde podríamos ver las estrellas—
—No sabía que eras romántico— Besó mi cuello.
—Por tí puedo hacer estos esfuerzos— Seguramente amenazó al administrador por esta pieza, pero lo dejaré pasar ya que está siendo lindo.
—¿Nos tomamos una foto?— Indiqué mi celular. —Quiero subir una contigo—
—¿Estás seguro? ¿No dañaría tu reputación?—
—Está bien— Insistí. Por lo que nos sacamos una fotografía junto al valle nevado y la publiqué. Enseguida mis fans se preguntaron quién era Jake, lo etiqueté, así que no les fue difícil buscarlo. Algunos lloraban porque decían que solo me interesaba por chicos peligrosos y otros admiraban lo dominante que se veía por sí solo. —De todos modos el único que puede salir dañado eres tú, mis fans te perseguirán en tus redes— Dije, con la punta del celular bajo mis labios.
—Unos fanáticos, no me harían nada— Sacó un cigarro.
En ello, tocaron la puerta. Por lo que abrí, era mi manager que se veía muy nervioso. —¡Julen, aquí estabas! ¿Por qué cambiaste de habitación?— Miró dentro y se espantó al ver al alpha fumando. —Julen, ven aquí un segundo—
—Tengo trabajo, nos veremos en la noche, Jake— Me despedí.
—¿¡Qué te dije sobre meterte con mafiosos!?—
—Fue inevitable, él es demasiado lindo—
—¡Tienes un grave problema! Solo te fijas en la cara—
—Nha, Jake no es mi tipo, pero tiene un fenomenal pene— Concluí, dejando de piedra al pobre señor.
—¡Julen... Si alguien se entera será un escándalo!—
—Excelente, obtendré atención—
—¡Julen!— Caminé hasta afuera. —De todos modos, tienes que ir a prepararte— Me dirigí al set de filmación para cambiarme de ropa. —¿Ya estás listo?—
—Sí, aunque estos cables son algo pesadas— Me coloqué en mi posición, junto al montón de actores.
—¡Escena número 35 en las montañas! ¡Acción!—
—¡No puedes rendirte!— Grité. —Sé lo difícil que ha sido hasta ahora... ¡Pero esta guerra nos involucra a todos, no puedo creer lo egoísta que eres!—
—¡Cállate!— Con unos cables salí disparado hasta caer en un colchón disfrazado en la nieve.
—¡Corte! Buena, toma—
Mi mánager me trajo corriendo una toalla. —¿No te lastimaste, verdad?—
—¿Viejo, estoy hecho de vidrio, acaso?— Me quitaron los cables y demás maquinaria.
Realmente hacer de Cyel en esta serie es complicado, porque el jodido hijo de su puta madre es parecido a mí. Sentía que me exponía al hacer su guión.
Bien, día pesado superado, hora de darme un baño caliente e irme a la cama. Cumplí el órden, aunque Jake se quedó leyendo, mientras yo dormía.
Unas pocas filmaciones más y ya tendría mis días libres.
—¡De nuevo!— Gritó el director, yo y mi compañera no nos coordinamos perfectamente.
—¡Espérame, hermano!— Me di la vuelta silenciosamente.
—¿Hermano...?—
—No, bueno, en tu futuro supongo que no lo soy— Se amargó. La miré desoladamente y por fin dieron por terminada la escena.
Para cuando terminé mi parte volví a mi habitación inmediatamente. —¡Al fin, tiempo libre!— Me estiré.
—¿Debería ordenar algo para celebrar?—
—Jake... ¿Alguna vez probaste esquiar?—
—Cuando era niño—
—¿En serio?— Me apegué a la ventana. —Yo nunca—
—¿Quieres ir?—
En el centro de esquí, había gente variada, venían muchos turistas y aficionados. Por mi parte estaba emocionado internamente, ya que siempre he querido probar deslizarme por la nieve. —Soy mejor con el skyboard, Pero creo que es mejor para tí empezar con esto— Me mostró las tablas para esquiar.
Para cuando las estaba probando, me tambaleaba un montón. —Ahora que lo pienso mejor, esto da mucho miedo... Ahaja...— Jake se paró para enseñarme.
—Comencemos en una rampa pequeña, los palos que tienes es para frenar o avanzar, utilizalos a tu favor— Aquí es cuando uso mis conocimientos de física.
Fuimos hasta el lugar para principiantes, él fácilmente se deslizó por la nieve, como si hiciera surf. —Sigues tú— Me dijo, sacándose los protectores de sus ojos.
Julen, es fácil, no da miedo, solo deslizate. Con los dos palos me di impulso y despacito fui bajando, hasta que Jake me abrazó. —No da miedo, es bastante sencillo—
—¿Quién dijo que yo estaba asustado?— Lo aparté. —¡Es obvio que con lo magnífico que soy, aprendería!—
—Entonces, esta vez bajaremos de esa colina— La apuntó y el pánico me inundó. —Si aún es demasiado, podemos probar de nuevo por la rampa—
—¡Ja! Iremos por la colina—
—Tenemos que sentarnos en esos asientos ¿Ves?— Me mostró los asientos que iban subiendo por el cableado. ¿Está loco? ¿cómo iba a poner mi trasero ahí sin matarme?
—Disculpe— Me acerqué al encargado del traslado. —¿Podría bajar la velocidad?—
—Por supuesto— Me hizo caso y así logramos sentarnos exitosamente, aunque Jake se rió un poco de mí.
—¿¡De qué te ríes!? Dios, pudimos haber muerto subiendo a esa velocidad—
—Pff...— Aguantaba la risa. —¡Ahaja! Ya...—
—Te voy a tirar desde aquí— Amenacé, pero él me dió una sonrisa alegre y no evité apartar la mirada y fingir que nada pasó.
La colina de tan solo 15 metros de altitud se veía demasiado peligrosa para mí. Tragué saliva.
—¿Puedes solo?—
—¡Claro que sí!—
—Te veo abajo— Salió rápidamente dejándome solo.
—Uhg... Maldito— Murmuré. Con temor bajé despacio, pero la inclinación provocó que me fuera de hocico. —Mierda...—
—¿Te encuentras bien?— Subió corriendo y dejando su tabla de lado.
—¡Mi carita, hijo de tu puta madre!—
—Un día tomaré jabón para enjuagar esa boca tuya— Yo me tapaba la nariz.
—¿Duele mucho?—
—¿Tú qué crees, grandísimo idiota?— Él suspiró ante mi insulto. Mi nariz estaba sangrando.
—Ok, ven, te llevaré para que te revisen— Me tomó en brazos y caminó con precaución hasta el centro médico. Había sido un golpe solamente, aunque me pusieron un algodón, que enseguida me lo saqué al dejar sangrar. —¿Te sientes mejor? Dejemos el esquiar para otro día— Me dió una bebida.
—No importa, no soy muy bueno para los deportes—
—¿No ibas al club de béisbol con Elián?—
—Créeme que era un desastre, pero serlo tenía sus ventajas, el querido ayudante se preocupaba de enseñarme— Sonreí triunfante.
—Vaya estafador— Apoyó su mano.
—Sí, eran buenos tiempos...—
—¿Sabes qué te hará sentir mejor? Una pelea de nieve—
—Hey, me acaba de sangrar la nariz por darme un porrazo y tú sugieres una pelea de nieve—
—No apuntaré a tu cara— Prometió.
—Bueno... Suena divertido—
Recogí un poco de nieve para forma una bolita, pero Jake ya me estaba tirando. —¡Hey!— Reí.
—¡Tramposo!— Le tiré la bola y me botó contra la nieve. —¿Para qué hacemos una guerra de nieve? Es obvio que tú ibas a ganar—
—Me gusta verte reír y ser animado— Me sonrió dándome la mano.
—¡Wha, se mojaron mis pantalones!— Me quité el hielo.
—¿Sabes que hay termas en el hotel?—
—¿Cómo no lo supe?—
—Estuviste ocupado con el trabajo— Asentí con lo que dijo.
—Entonces, aprovechemos de ir ahora— Tomé su mano y me dirigió hasta el lugar. Él había reservado una para nosotros. —Jake... No apuntaste con una pistola a nadie ¿Verdad?— Sé que él podría conseguir una habitación VIP, pero termas privadas...
—No apunté a nadie con una pistola— Respondió removiendo sus ropas.
—Pero, sé que amenazaste a alguien no sé cómo, pero lo hiciste— Abrió la ducha. —¿Y bien?— Me dejé lo mínimo de ropa.
Él me observó seriamente sin responder. —Cuando estás serio, eres realmente guapo— Tomé su rostro.
Abrió los ojos como platos, y al mismo tiempo se sonrojó. —En serio, tú...Ya deja de darme esperanzas— Abrió su boca, por lo que hice lo mismo, juntando nuestras lenguas.
Sin embargo, Jake, eres tú el que me está dando esperanzas. Siendo amable, tratándome como tu prioridad, soportandome. ¿Por qué eres así? ¿No ves que te confundes y a mí también? Pero, quiero confiar en tus palabras, Jake.
...—🌟—...
En medio de la noche, el celular del castaño vibró. Se sentó a orillas de la cama para revisarlo y lo abracé por la cintura.
—¿Qué pasa?—
—Sieg me envió una invitación virtual para su boda...— Él suspiró desgastado. Sus feromonas eran depresivas. —Me dijo que todos irán acompañados— Empezó a fumar.
—¿Y...?—
—¿Julen... Irías conmigo?—
—¿Para ser tu pañuelo?— Se hizo un silencio. —Te acompañaré— Dije volviéndome a tapar. Y me abrazó después de apagar el cigarro.
Fue extraño volver a mi país, especialmente a la ciudad donde ocurrió todo en primer lugar, y ver la misma playa de todos los días. Porque los genios decidieron hacer ahí la boda, mis zapatos se llenaron de arena nada más ir. —¿¡Es en serio!?— Exclamé sacándome los zapatos y los calcetines. Jake iba con zapatos gruesos así que no le incomodó.
—¡Julen! ¡Jake!— Llamó Elián, que estaba con su familia.
—Eli, ha pasado tiempo— Jake saludó a ambos formalmente y yo solo abracé a Elián y a la criatura de sus brazos.
—¡Aww! Julián está tan grande—
—Ya tienen dos años— Levanté al bebé y éste rió.
—Se parecen a tí, Eli— Comentó Jake apreciando al niño.
—Me lo dicen a menudo— Nos sonrió.
—Sacó toda la hermosura de Eli— Kenny abrazó y besó al rubio con ternura.
—Me harán vomitar— Dije.
—No seas amargado— Rió Elián.
—De todos modos... ¡Miren a esta cosita hermosa!— Besé al bebé en su mejilla y le hice cosquillas con la nariz, a lo que él recibió contento.
—La ceremonia va a empezar. ¿Quieren sentarse con nosotros?— acompañamos al matrimonio, además de ayudar a cuidar de Julián.
Fue una linda boda, pero las feromonas de Jake no me estaban dejando tranquilo, y al bebé tampoco. —Eli, te devuelvo a tu hermoso hijo—
—¡Ma~ Ma!— Volvió a los brazos de su madre.
—Jake, hay que ir allá— Apunté a los novios, todos los seguían. —¡Vamos, llorón!— Lo jalé.
Empezaron a tirar flores antes que entraran al lugar de la fiesta. Jake estaba a un lado limpiándose sus ojos con un pañuelo.
—Hey, Jake... Lamento robarme a la novia— Comentó Fred, por lo que el alpha le dió un empujoncito. Y volvió a colocarse sus lentes de sol. —¿¡Julen que haces en mi boda!?— Se impactó de mi presencia. Yo grababa todo en mi teléfono.
—Tu amado omega me invitó, ¿No te lo dijo?— Alcé las cejas.
—¿En qué momento?— Cuestionó y se acercó el pelirrojo.
—¿Recuerdas que podían venir con un acompañante cada invitado? Jake no tenía con quien venir y le propuse que invitara a Julen, ya que se conocen— Fred nos analizó.
—¿Cómo llegaron a hacer amigos ustedes dos? ¿Jake, cómo soportar a semejante basurita?— Preguntó.
—¿¡A quién llamas basurita!?— Me exalté.
—Bueno, es una larga historia... Todo empezó cuando fumaba hierba— Los recién casados nos miraron confusos.
Sieg se alejó para tirar el ramo, todos los omegas solteros se agruparon, pero yo me salí de la línea. No obstante, las flores fueron a mi dirección, por los que las empujé. No quiero tener la bendición de la playa. El ramo cayó en manos de un niñito.
—¡Niño eso es nuestro!— Las omegas intimidaron al pequeño.
—El ramo cayó hacia Julen— Interrumpió Elián a las feroces omegas. —Así que técnicamente es tuyo, Julen... ¿Te lo quedas o dejarás al pequeño y adorable Loan quedarse el ramo?-— Vi las ganas del menor por obtener las flores, incluso se hacía el valiente tratando de no llorar.
—Lo atrapó el pequeño, solo porque sea un niño aún y aunque no sepamos si es un omega, alpha o beta creo que aún merece tener la reservación de bodas de su familiar— Contesté con una sonrisa, alegrando al niño.
—Uh... Me hubiera encantado ganar la reservación— Se fueron decepcionadas a ser parte del festín que estaba preparado.
—¿Qué les pasa? Amenazando al pobre niño, como si les faltara el dinero para una reservación. Además... ¿¡Quién diablos quiere casarse en una playa!?— Me senté en nuestra mesa a sacarme la arena.
—Julen, el piso...—
—¿Qué?— Lo observé con un aura fría.
—Nada— Suspiró Jake.
Los bebés empezaron a jugar con la arena que arrojé. —¡Ellie a la boca no!— Regañó Elián.
—¿No?— Preguntó el bebé.
—No— Ellie desparramó la arena. Jake se tapaba la cara por el desastre que hacían los niños.
—Tómense de la mano, iremos a que se las laven— Los gemelos siguieron a Elián hasta el baño.
—¿Ya pueden correr?— Preguntó Jake.
—Hace poco, desde que caminan con confianza— Contestó Kenny abriendo la botella de vino. —¿Les sirvo?— El amablemente vertió vino en nuestras copas.
Comimos un almuerzo agradable. Fred y Sieg tocaron una canción en conmemoración. Elián empezó a salirse de control en el festejo, por lo que Kenny pidió que cuidaramos de lo bebés, mientras se hacía cargo de su esposo.
—¿Sabes que soy tu madrino, Julián?— Hablé con el pequeño.
—¿Madrino?— Yo asentí. Noté que Ellie era el más disparatado de los gemelos, Jake lo agarró muchas veces, antes que saliera a perderse por ahí. —Tal vez hayan traído algo para distraer a los bebés— Revisé el bolso de Elián y saqué un puzzle. —¡Miren, niños! ¿Quieren armar la ballena conmigo?— Hicimos espacio en la mesa. Mientras Ellie armaba el puzzle, Julián prefería observar a su hermano.
Estaba agradecido de que cuidar a los gemelos haya ayudado a Jake. Ya no emitía unas feromonas deprimentes, y sonreía viendo a los pequeños.
—Gracias por cuidar de los niños. Asegúrense de visitarlos— Agradeció La pareja.
—Si surge la casualidad vendré a verlos. Les enviaré regalos todos los años; En año nuevo, en navidad y en su cumpleaños— Me emocioné. —¡Cualquier cosa que ellos necesiten no duden en llamarme! Si mi influencia puede ayudar a tus hijos daré todo de mí—
—Ahaja, gracias, Julen— Sonrió dulcemente.
—También no duden en contactar conmigo si surge algo— Se ofreció Jake.
Nos despedimos alegres, no había sido una boda aburrida. Ahora solo faltaba decirle adiós a los novios. Ellos estaban despidiéndose en la salida.
—Volveré a Estados Unidos con Julen, ahora— Dijo Jake.
—Es tan raro... Vinieron juntos y se van juntos— El pelinegro hizo una mueca.
—¿Qué tiene de raro?— Objeté. —Es solo que tú mal piensas todo como se te da la gana— Dije altanero.
—No estamos en una relación si eso querías saber— Suspiró Jake. —O al menos no es una romántica, diría que somos socios— Que usara mi termino se me hizo gracioso. —De todos modos... ¿Por qué te preocupa tanto, Fred?— Desafió con sus palabras.
—Somos amigos— Dijo.
—En verdad, no entiendo a ninguno de los dos... ¿Se dan cuenta que los traté como la mierda?— Apretó su puño, seguramente se sentía muy culpable.
—Pero, tú lo aclaraste... Al menos conmigo— Habló Sieg.
—Ahg... Los dos son tan inocentes... Están hechos el uno para el otro— Mostró una expresión melancólica.
—¡Hey, altote, vamos a perder el vuelo!— Lo interrumpí. Si esto continuaba, íbamos a arruinar el día especial de éstos dos.
—Cierto... Tal vez, si algún día Dios quiere nos volvamos a ver— Caminó.
—Chicos, tengan, no pude enviarles el regalo de bodas— Les di la bolsa con el regalo que venía guardando. —Es frágil, espero sean felices juntos, rezaré por ustedes— Perseguí al alpha. —¡Espérame!—
—¡Me voy a llenar de arena de nuevo! ¡Ahg, me gustaba éste par de zapatos!— De repente, paró en seco. —¿Por fin reaccionas?— Me tomó de la muñeca con brutalidad. —¡Me duele, bájale un poco, idiota!— Me arrastró hasta el bosque de al lado de la playa.
Me tiró contra un árbol. —¡Auch!— Sus labios toparon los míos, me sujetó ambas muñecas. Pero, le mordí el labio, dejándole una herida. —¡No soy tu puta!— Él me soltó. Mis muñecas quedaron marcadas.
Se tapó la cara y se sentó en una roca a llorar. —Se te va ensuciar el traje...— Suspiré ante sus cambios de humor. —Ya está bien ¿Fue muy difícil verlo?—
—Es solo que me di cuenta de lo horrible que fui con ellos— La brisa danzaba, y las olas se movían a lo lejos.
—Jake— Tomé su rostro. —Las estrellas aún resplandecen, el viento canta una canción, el océano da vida, mientras la Luna nos observa— Diserté. —La vida parece odiarnos algunas veces, ¿Haz escuchado "La vida nos odia"?, es mi canción favorita.
Tomé mi teléfono y subí al máximo el volúmen colocando la canción. —Ya que no bailamos cuando todos lo hacían... ¿Me permites ésta pieza?—
—Esta canción no es para bailar— Comentó irónico.
—¿Qué importa?— Lo forcé a levantarse. Él tomó mi mano y mi cintura.
..."No digas que quieres morir"...
...Vive sin rendirte...
...Qué tonto es decir...
...Que una canción así...
...Es correcta...
...En verdad,...
...No me importa si muero...
...Pero,...
...Estaría muy triste...
...Si las personas cercanas lo hicieran...
..."No quiero que pase algo así"...
...Es una idea egoísta...
...No me importa...
...Si los demás viven o no...
...El odiar a alguien...
...Parece una moda...
...Pero vivir en paz...
...A pesar de eso,...
...Sería algo maravilloso...
......
...Al otro lado de la pantalla...
...Alguien muere...
...Compadeciendolo,...
...Alguien canta...
...Influenciado por eso...
...Un joven...
...Salió corriendo con un cuchillo...
...¡Somos odiados por la vida!...
...¡Reprimidos por...
...Nuestros egos y valores!...
...¡Canciones sobre matar,...
...Son fácilmente transmitidas...
...A través de...
...Ondas de radio!...
...¡Somos odiados por la vida!...
...¡Nosotros que sin pensar...
...Decimos que queremos morir!...
...¡Nosotros que miramos la vida...
...Ciegamente de forma fría!...
...¡Somos odiados...
...Por la vida misma!...
......
...No tengo dinero,...
...***Y durante el día vuelvo a cantar...
...Canciones a la indolencia***...
...Aún sin comprender...
...El significado de la vida,...
...Llego a la conclusión...
...De que no tiene sentido,...
...Y respiro hondo...
...La palabra...
..."Soledad"...
...¿Podrá expresar todas...
...Mis heridas?...
...Cargando únicamente mi Obstinación...
...Hoy de nuevo...
...Duermo solo en mi cama...
...En un momento...
...Dejamos de ser niños...
...Para convertirnos en adultos...
...Envejecemos,...
...Para que un día...
...Nos pudramos como hojas secas,...
...Sin que un alma recuerde...
...Nuestra existencia...
...Tener cuerpo inmortal...
...Y vivir eternamente...
...Solo estoy soñando despierto...
...Con ideas ridículas...
...No me importa si muriera...
...Pero,...
...Las personas que me importan...
...Quieren que viva...
...Por vivir con...
...Esta contradicción...
...¡Me regañarán!...
..."Lo que es correcto...
...Debe seguir siendo correcto"...
..."Si no quieres morir...
...Mantente con vida"...
...Si estás triste y está bien para tí...
...¿¡Qué tal reírse a solas eternamente!?...
...¡Somos odiados por la vida!...
...¡Sin siquiera saber...
...El significado de la felicidad!...
...¡Odiamos y culpamos...
...Lo que la vida nos ha dado!...
...¡Maldiciendo a nuestro pasado!...
...¡Somos odiados por la vida!...
...¡Nosotros que nos despedimos...
...Con un simple...
..."Adiós"!...
...¡Sin saber...
...El verdadero significado...
...De una despedida!...
...¡Somos odiados por la vida!...
......
...Felicidad...
...Despedidas...
...Amor...
...Y...
...Amistad...
...Como una broma de ensueño...
...Todas son cosas...
...Que puedes comprar con dinero...
...Podría morir mañana...
...¿Sabes?...
...Todo podría terminar...
...Siendo en vano...
...Mañanas y noches...
...Primavera y otoño...
...Nada cambia,...
...Mientras constantemente...
...alguien muere...
...En algún lugar...
...¡Sueños!...
...¡Un mañana!...
...¡No necesito nada de eso!...
...¡Mientras estés vivo...
...Está bien...!...
...Eso es...
...En realidad...
...¡Sobre lo que quiero cantar!...
...¡Odio la vida!...
...¡Al final...
...Moriremos de todos modos!...
...¡Lo harás!...
...¡Lo haré!...
...¡Algún día...
...Todos nos pudriremos...
...Como hojas caídas!...
...¡Aún así...
...Viviremos desesperadamente!...
...¡Viviendo con un deseo...
...Desesperado de vivir!...
...¡Matando!...
...¡Sufriendo!...
...¡Luchando!...
...¡Riendo!...
...¡Cargando con todo!...
...¡VIVIENDO!...
...¡Viviré...!...
...♪ ♬ . . . ♬ ♪...
Barriendo la tierra, debajo de nuestros pies, fuimos coordinando un baile extrañamente triste y furioso al mismo tiempo. Con pasos rápidos, acalorando nuestros cuerpos, hasta llegar al final de la melodía, chocando nuestras manos y juntando nuestras respiraciones aceleradas.
—¿La cantó Guinea?—
—Sí... ¿Tú crees que ella pensaba así?—
—No, Fred escribió esa canción—
—Ese hijo de perra, hace las canciones más tristes, incluso la de su boda me hacía querer llorar— Sequé las pocas lágrimas que salieron. Jake, también estaba llorando.
—Si tan solo te hubiera conocido antes— Suspiró.
—¿Acaso estás triste por eso?— Sonreí socarrón. Pero, su afirmación me quebró. Una felicidad afloró desde mi pecho.
—Idiota— Cerré los ojos derramando más lágrimas.
Presentí su mano contra mi mejilla, por lo que correspondí a su beso y agarré suavemente su muñeca.
Suspiré ante la atracción de sus besos. Yo realmente podría amar a este hombre. No quiero hacerlo, pero no podía soltarlo, anhelaba más de él, sus caricias, su atención, sus palabras... Deseaba tanto que él fuera mío.
Sus labios, se desplazaron a mi cuello. Tal vez, solo tal vez, si veía una estrella fugaz en el cielo mi deseo se haría realidad. Abrí los ojos observando el cielo plagado de luminosas estrellas, y cuando una estrella rasgó el cielo sonreí abrazándome a Jake. Sin embargo, un fuerte dolor, causado por una mordedura en mi cuello me aturdió.
—¡¿Quién te dió permiso para marcarme?!— Lo golpeé con fuerza. —¡Uhg! Maldito animal— Murmuré.
Caminé en dirección al sendero para dirigirme a la pequeña ciudad.
—¡Julen...!— Corrió tras de mí. —Perdóname, eso fue solo un impulso— Mi ceño permaneció fruncido.
—¿Un impulso...? ¡Es una puta marca de sumisión!— Iba a golpearlo nuevamente, pero no pude cuando me miró. —¡A esto me refiero! Ahora ni siquiera insultarte podré—
—Eso sería nuevo— Dijo.
—¡No seas...!— Me picaba la jodida marca. —Arruinaste el momento... Pudimos haber sido novios, pero lo arruinaste—
—¿Hablas con sinceridad...?— Me tomó por los hombros.
—Ya da igual, la jodiste— Me crucé de brazos, pero él me besó. —¡Mhm!— Traté de apartarme.
—Te quiero, Julen... ¿Por qué no te embarazo ahora mismo?— Tocó mis muslos, elevando mis piernas.
—¡N-no...! No está bien— Besuqueó mi cuello.
—Quiero cogerte ahora—
—Estamos en público— Me agarré a él.
—¿No es así más excitante?— Me sonrojé. —Nadie nos verá... O depende— Sonrió con malicia.
—Uhg, haz lo que quieras— Levantó mi polera dejándola en mi boca.
—Sostenla— Acarició mis pezones con su húmeda lengua. Mordí la tela levemente. Sus manos tocaban mis nalgas con furor y sacó mis pantalones, dejándolos colgando de una de mis piernas.
—Mhmp...— Sus dedos separaron mi trasero, exponiendo mi entrada, para que él metiera su verga. —¡Ah!— Solté la polera, aferrándome a sus hombros, mientras dejaba mi espalda contra un árbol del sendero. —¡Jake! Siento que me voy a caer...— Perdía la confianza en mis músculos.
—Soy yo él que está sosteniendote— Comentó antes de unir nuestros labios en un caótico beso.
El ruido del viento se hizo menor al chapoteo de nuestra unión y mis quejidos se apoderaban del silencio.
Mi espalda se golpeaba contra el árbol algunas veces, pero eso no me detenía para disfrutar del momento. Entre besos con lengua y las embestidas que me daba, mi mente se iba en blanco. A Jake le gustaba sentir mi piel con su lengua y dejarme marcas por todas partes.
—¿Puedes afirmarte en mí?— Preguntó, sacándome el pantalón que me colgaba y dejándolo en su hombro.
—No lo sé...— Dejó que tocara el suelo con mis pies, para darme la vuelta y me afirmara en el tronco.
Su pene volvió a introducirse, mis pies se pusieron de puntitas inconscientemente, mientras él entraba. —¡Ahh~! ¡Jake, si me la metes así me voy a venir...!—
—Entonces, córrete— Empujó con fuerzas y las paredes de mi interior apretaron levemente su pene, expulsando el liquido que veníamos guardando.
—¡Ahg! No es justo... Te viniste dentro...— Me agarró antes que me cayera. —Voy a tener que tomar una buena dosis de anticonceptivos—
—¿Para qué...?—
—¡No quiero hijos antes del matrimonio!— Exclamé y él me sujetó por las muñecas, dejando mis brazos junto al árbol sobre mi cabeza.
—Está bien... Entonces...— Metió dos dedos en mi agujero dejando salir un poco del semen que había entrado.
—¡No hagas eso! Se está escurriendo— Puso los dedos en mi boca obligándome a saborear. —¡Uhg...!—
—Eres tan lindo, Julen— Me besó deliberadamente. —Mira, perfecto— Apuntó al banco del sendero, se sentó, por lo que yo me acerqué a introducir su verga nuevamente dentro de mí.
—¡Ahh...!— Estaba algo sensible. Incluso sus feromonas eran más fuertes que antes. Atrayendome de esta manera, no podía decirle que no. —Jake... Tus feromonas... ¿Qué crees qué haces?— Di saltitos sobre él.
—¿Tú qué crees, Julen? Quiero que seas mío— Que estupidez, con todo esto, yo ya había caído por tí hace tiempo.
—Tonto...— Lo besé tiernamente. —Te quiero— Lo abracé y su pene se agrandó. —¡No, Jake!— Se anudó.
—¡Uhg!— Y dolía como el infierno.
—¿Tanto así quieres que lleve a tus hijos?— Pregunté observando sus ojos.
—Es la primera vez que me anudo a alguien...—
—Sabes que hay dos opciones... Una es esperar y la otra es terminar— Y ninguna sonaba fiable.
—Llamaré a un chofer...—
—¿No vas a terminar?— Me asombró.
—¿Quieres que te embarace?— Él extrañamente estaba respetando mi decisión.
—Ahaja... Me encantas— Lo besé, y él se movió ligeramente. —¡Ah, no te muevas!—
—No aguantaré, quiero venirme dentro de tí— Tomé el celular de su bolsillo viendo la hora y luego agarré del bolsillo de mi pantalón una cajita. Y tragué dos pastillas.
—Entonces, lo que Dios quiera— Dije con una sonrisa y él se ruborizó.
Movió sus caderas lentamente, provocando que gritara del dolor, y la lujuria por estar abarcando todo mi recto con su punta ya tocando mi útero.
Continuamos moviéndonos delicadamente por minutos, hasta que su semen me llenó. —Ah... Tan caliente...— Me aferré a su abrigo. —Jake— Le besé, por lo que él correspondió. Y cuidadosamente nos separamos. Fue incómodo volver a ponerme la ropa de abajo, con lo pegajoso que estaba.
—Llamé al chófer, así que no caminaremos— Me tomó en brazos, mis piernas estaban completamente entumecidas, como si me hubiera ultra violado.