webnovel

Capítulo 25: Epílogo

Param tomo al dormido Andrew y lo puso sobre sus hombros como si fuera un costal de papas.

—¡NO, NO TE LO LLEVES!

—Ha…¿podrías dejar de ser tan insistente? Debido a la buena voluntad del joven maestro me retiraré ahora.

Ante las palabras de Param una aura oscura empezó a rodear todo su cuerpo, pocos segundos después, tanto como Param como Andrew habían dejado la mansión.

—¡ANDREW!

El grito de Xander resonó por toda la mansión pero su voz no alcanzó a su hermano menor que ya había desaparecido del ducado.

Al volver abrir sus ojos el entorno alrededor de Param había cambiado.

Ya no estaba en la mansión del duque, a su alrededor estaba en una habitación oscura con un círculo mágico dibujado en el suelo, Param ser había teletransportado a lo que parecía una oficina.

En la nueva ubicación, Param ya no estaba solo habían dos personas mas que estaban sentadas sobre un sillón.

—¿Ya regresaste? Te tomó más tiempo de lo que pensé.

—Ha… ni que lo digas, tuve un poco de trabajo extra pero logre mi cometido.

—Bueno, ahora con el nuevo serían tres, ¿crees que esos mocosos estarán bien? No quiero ni imaginar que es lo piensa hacer Param con ellos.

Las tres personas en la habitación charlan entre sí.

—No necesitan porque saber eso, solo limítense a seguir indicaciones, las copias no tienen porqué comprender las ideas del original.

Una cuarta persona entró a la habitación. Una vez que las luces se encendieron, todos pudieron verse los unos a los otros.

Habían cuatro personas con la misma apariencia, no eran ni hermanos gemelos, ni personas parecidas.

Habían cuatro Params en la habitación.

El Param que acaba de entrar en su habitación lleva puesto un traje oscuro y a diferencia de los otros tres Params, este daba una presencia más profunda e intimidante que los otros tres.

—Buen trabajo, por ahora regresen cuando tenga nuevas órdenes para ustedes los volveré a llamar.

—¡Sí mi señor!

Los cuerpos de los tres Params rápidamente se tornaron negros y desaparecían dentro de la sombra del cuarto Param, o mas bien decir en la sombra del Param verdadero.

—Vaya, no me canso de ver tu skill funcionar, ¿Es genial tener copias de ti mismo? ¡Yo también quiero esa habilidad! ¿Te imaginas que hubieran tres más como yo?

Después de que las sombras de Param desaparecieran, una figura entró a la habitación.

Era una mujer alta de cabello verde como hojas de un roble, tenía una cara muy bien parecida que les quitaría el aliento a varios hombres. Llevaba puesto el mismo traje que llevaba Param, pero a diferencia de él, el de ella estaba mejor cuidado y con el escote algo abierto.

—Con una de ti es mas que suficiente.— Contestó Param fríamente.

—Ho… que la malo, aunque lo dejaré pasar porque cumpliste las órdenes de esa persona a la perfección.

Ante las dos personas, estaban tres niños que se encontraban completamente dormidos en el suelo.

—¿Y qué piensas hacer con ellos?

—Hehe, el jefe dijo que podía hacerme cargos de ellos como quisiera. Los de pelo blanco tienen una bonita cara, creo que se venderán muy bien, mientras que el de pelo negro sera una excelente mano de obra.

—Ha…tú no tienes misericordia, ni si quiera a unos pobres niños.

—Creo que ya he sido lo bastante compasiva al dejar a estos tres juntos. Normalmente los habría separado cada quien por su cuenta.

—Bueno en eso tienes razón, si quieren sobrevivir les haría bien tener en quien confiar.

—Bueno, no es mi problema cómo se ajustan a su nuevo estilo de vida, siempre y cuando generen ingresos eso es todo lo que me importa.

—Ha.. a veces no puedo distinguir cual es tu verdadero trabajo, Veronica, ¿acaso eres un comerciante de esclavos?

—¡Que grosero! Solo estoy haciendo el trabajo que el jefe me dejo.

Ante sus pucheros, Veronica sacó una pequeña vara y los cuerpos durmientes de los tres niños empezaron a flotar. Mientras estaban en el aire Veronica puso unos grilletes en sus muñecas.

Y con una gran sonrisa en su rostro dijo.

Soy la directora de la prisión por una razón.

Esos tres chicos no se imaginaban que el futuro les deparaba, en verdad no tenían ni idea.