Aurora miró el pergamino en donde estaba dibujado una bestia de tres cabezas en la que se encontraban únicamente bocas, con alas similares a las de un murciélago y un cuerpo similar a un felino, aunque sin pelaje.
Ella volvió a mirar el pergamino, leyendo el peligro de la criatura y luego bajo el pergamino mirando la criatura al frente de ella directamente.
La criatura daba la impresión de ser algún tipo de monstruo nacido del Caos, pero la realidad era diferente. Una criatura peligrosa y altamente agresiva que habitaba en estas interminables y gigantescas montañas.
Tal fue el objetivo que ella había cazado y no era el primero.
"Estoy decepcionada." Murmuró Aurora al dejar el pergamino.
Esta no era la primera tarea que había cumplido en este mundo, ella había estado en estas montañas durante una semana y como tomó múltiples tareas de caza, ella fue cazando cada una de ellas.
Estas criaturas bajaban de la montaña y corrían rumores que pueblos enteros desaparecían. Por tal razón las Montañas Interminables donde habitaban estas criaturas eran considerados sumamente peligrosos.
Y para las personas de este mundo que tenían un bajo rango lo era, después de todo la criatura tenía un rango S.
Aunque para ella era decepcionante de que los oponentes fueran tan fáciles de eliminar.
"Estas bestias no parecen ser criaturas que hagan desaparecer pueblos enteros." Dijo su hermano que estaba a su lado.
Él lanzó un hechizo y un portal celeste se abrió revelando en el otro lado una cueva, que Aurora entró tras guardar el cadáver.
Lo que su hermano estaba insinuando también Aurora lo había pensado. Las misiones hablaban de criaturas peligrosas que bajaban de las montañas y causaban que pueblos enteros desaparecieran.
No se trataba de que las criaturas asesinaran a los habitantes, sino que los habitantes de los pueblos desaparecían y como tal, sonaba extraño cuando ella luchó con estas criaturas.
Salvajes e indómitas, sumamente agresivas y peligrosas. No obstante, las criaturas probablemente devorarían a las victimas dejando un desastre sangriento en vez de hacerlas desaparecer.
"Es cierto." Murmuró Aurora teniendo cierta duda de la situación.
¿Debería bajar de las montañas e investigar? Tal idea apareció en su mente y ella pensó en hacerlo.
Si bien retrasaría su tiempo de entrenamiento al investigar, ella creía que sería lo correcto. Con su nivel de poder era fácil ayudar, pero la situación podía ser complicada y requeriría tiempo.
Las desapariciones podían ser causadas por nigromantes, magos oscuros o hechiceros que buscaban material por experimento, sectarios, adoradores de dioses o incluso esclavistas… Las causas podían ser innumerables y ella no tenía alguien como Liam o la Iglesia que podía apoyarla en la investigación.
"Dime si detectas algo falso delante de ti." Dijo su hermano sacándola de sus pensamientos.
Aurora que se estaba sentado en una silla creada con magia de ilusión y que estaba recibiendo un plato de comida, frunció el ceño.
En donde estaban era una cueva y las luces brillaban alrededor iluminando el área, el sitio era fresco y en medio se encontraba un fuego que servía como fogata.
Por supuesto, este lugar no era donde vivían. Aurora tenía su carpa donde descansaba con las comodidades del mundo moderno.
Ella se centró en su hermano y en la tarea. Durante una semana cada día él le hacia esa pregunta y la tarea era reconocer que era creado con magia de ilusión.
Aurora miró el fuego, la cueva, las piedras e incluso a su hermano y luego la comida que estaba en su plato. Cada objeto parecía real y era probable que se sintiera real, lo cual era difícil de diferenciar.
Así que ella se concentró tratando de detectar la energía mágica y resultó difícil. Las montañas tenían una energía mágica más elevada, así que diferenciar la energía mágica del ambiente con respecto a lo de los objetos era complicado y requería concentración.
El fuego tenía cierta concentración de energía mágica, aunque ella no pudo diferenciar si era un hechizo de fuego o de ilusión, luego su plato tenia energía mágica, aunque era menor comparado a la comida.
Aurora probó la comida y al sentir el sabor de la carne y el jugo, volvió a mirar a su hermano.
"¿El plato?" Preguntó con cierta duda.
"La comida." Respondió él y al ver que ella miraba el plato de carne, explicó. "Las comidas generalmente se hacen con ingredientes que tienen energía mágica, pero es una buena forma de ocultar que también proviene de un hechizo. En cuanto al plato es simplemente un material que usa energía mágica para mantener la comida a una temperatura adecuada."
¿Era así? Aurora durante esta semana cada vez trataba de detectar con mayor claridad la energía mágica y saber diferenciarla, pero todavía no era una experta.
"Pensé que ser mago era estudiar nada más." Murmuró Aurora con cierta sonrisa mientras su hermano le pasaba otro plato de comida, que ella también trato de diferenciarlo.
La diferencia era de lo real y lo falso de la ilusión era superficial. La energía mágica del plato de comida real tenia cierto rastro ardiente que provenía del elemento fuego del ingrediente que se utilizó mientras que el falso era más neutral.
Aunque confiar en detectar tales sutiles cambios podía no ser útil cuando se enfrentaba a magos como su hermano que podía recrear tales características era un inicio.
¿Los magos también detectaban tales sutiles cambios?
"Mayormente los magos se centran en sus ramas y sus elementos. No muchos estudian la magia en su forma más pura." Dijo Karl y en calma, explicó. "Se llama magia 'Arcana'. Básicamente es el estudio de la energía mágica en su forma más pura y la utilización de la misma. Tal magia utilizada de forma correcta puede ser destructiva."
"¿Es eso lo que te permitió luchar en contra los Dioses?" Preguntó Aurora de inmediato.
Un mortal que con magia se enfrentó a Dioses… Tal era la forma que se describía a Karzhal, en el Enemigo de la Humanidad y Aurora tenia curiosidad de tal capacidad.
"Lo es. La energía mágica es una energía de los inicios de los tiempos, similar a los Primordiales y como tal puede enfrentar a lo divino incluso si un mortal la utiliza. Aunque el problema es cómo usarla directamente y no por medio de hechizos." Respondió Karl y en calma, explicó. "Aunque la Magia Arcana me permite enfrentarme frente a frente a Semidioses e incluso a Dioses débiles luchar de frente puede ser riesgoso como tal se necesita otros métodos."
"Magia de invocación." Replicó Aurora y…
"Y magia de ilusión también. Con magia de ilusión puedo crear clones de mí mismo mientras tenga núcleos de energía mágica o ejércitos enteros de clones. Mis clones pueden invocar miles de individuos que lucharan a mi lado." Respondió Karl en calma y sin rastro de orgullo, entonces añadió. "Aunque un Semidiós es complicado de invocar y controlar. Es fácil hacer un trato con un par de entidades poderosas ofreciéndole el cuerpo del dios o algunos sacrificios."
La base para la magia de invocación era por medio de contrato en lo cual el mago podía invocar cierta criatura que cumpliría su orden y si bien él llevó la magia a otro nivel siendo capaz de invocar a todo tipo de seres en grandes cantidades, la base permanecía para aquellos más poderosos.
Aurora todavía recordaba la visión que Aión le mostró de cómo sería la Tierra con su hermano y ella recordaba las invocaciones que ocuparon África.
En cuanto a la magia de ilusión y clones, ella había visto lo capaz que fue Érica con sus clones de hielo y el hechizo de su amiga se basó en el de su hermano, así que el original probablemente era superior.
Aurora miró a su hermano y vio la sonrisa en su rostro, él reconoció lo que ella quería.
"¿Qué tal si empezamos con la magia de invocación?" Preguntó él y en calma, añadió. "No te preocupes invocare a un monstruo de rango SS que es más útil muerte que en donde sea que se encuentre."
Ella quería enfrentarlo. Le gustaría luchar en contra de él tanto directamente como con su magia de invocación y las otras magias por las cuales él era conocido.
Aurora se dio cuenta, con su hermano, ella no necesitaba buscar enemigos poderosos… Karl podría traer los enemigos a ella.
Por supuesto, a Aurora no le gustaba la idea de raptar seres racionales a la fuerza para que ella lo asesinara, pero un monstruo corrompido por el Caos era otro asunto.
"Bien." Respondió Aurora y al levantarse, añadió. "Luego tendremos que bajar las montañas."
No sabía lo que sucedía en este mundo y ni cuál era el escenario, pero ella no podía ignorar la extrañeza de las desapariciones, no cuando personas inocentes estaban involucradas.
Este mundo no era la Tierra, tampoco era su hogar, pero ella seguía siendo la misma y mientras tuviera la oportunidad de ayudar lo haría y más cuando sabía que algo ocurría.
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¿Qué estaba haciendo aquí?
Elderia se hizo esa pregunta mientras ella corría por la montaña tratando de escalarla directamente. La tierra temblaba haciendo que las rocas cayeran de la montaña y ella que estaba corriendo, no podía ocultar su temor ante la poderosa energía mágica a la cual se estaba acercando.
Ella sabía porque estaba en las Montañas Interminables, su objetivo era claro, pero lo que no entendía era la razón por la cual ella estaba corriendo al lugar donde provenía el desastre que estaba sucediendo a su alrededor.
"Mierda…" Ella maldijo cuando una línea que ella ni siquiera pudo captar cortó la parte superior de la montaña y hubo un deslizamiento, llevando a que ella apretara los dientes y corriera esquivando las grandes rocas.
Su objetivo era alejarse, pero no paraba de subir. La agilidad de un espadachín de rango A, ayudó al igual que su experiencia enfrentándose a criaturas en estas montañas.
Sin embargo, su experiencia no la ayudó a entender lo que estaba viendo cuando ella llegó a la cima.
A lo lejos a más de un kilómetro, entre las montañas se encontraba una criatura que parecía provenir de lo más profundo del Abismo. Treinta metros de altura y unos cinco metros de ancho, era un pilar de carne horrible con miles de ojos en la carne.
Cada ojo brillaba mientras que parte de la montaña de los alrededores flotaban y eran lanzados a una figura que brillaba en medio de lo que ella consideraba un desastre natural.
Rodeada de un aura celeste, se encontraba una joven mujer en sus veintitantos, su cabello largo se agitaba mientras que una armadura con coraza cubría su pecho. Ella estaba sosteniendo una larga espada rodeada de un aura celeste, el mismo color que la cubría.
Las rocas que iban hacia la mujer se dividieron en pequeños trozos simétricamente cortados y golpearon la barrera sin hacer que la mujer se moviera.
A pesar de que Elderia no pudo ver el movimiento, supo que fue la mujer quien se movió a una velocidad mayor de la que ella podía captar.
"…"
Y entonces sucedió, la mujer desapareció y al instante siguiente la monstruosidad de miles de ojos golpeó una montaña mientras que un corte se extendió, cortando montañas enteras y parte de la carne de la monstruosidad.
¿Que acaba de pasar? Tal pregunta tuvo Elderia, ella estaba lejos y si bien era un rango A, no pudo ver lo que sucedía. No se trataba de la distancia, se trataba de la velocidad y los movimientos de la mujer y la monstruosidad.
Las montañas eran cortadas cuando auras rojas e incoloras dividían el espacio mismo como si destruyera la realidad. El monstruo elevaba las montañas, arrancaba los árboles y los lanzaba, pero los ataques no tocaban a la mujer que parecía simplemente estar jugando.
El monstruo era aterrador, su aura la alcanzaba llevando a que ella pensara en las criaturas del abismo que tanto dolor le habían causado, pero el miedo no la alcanzaba, no podía cuando quien la enfrentaba era una joven mujer.
Su vestimenta, su aura afilada y la luz que la rodeaba parecía lograr que la presencia de la monstruosidad se sintiera pequeña e insignificante.
"Oh… No…" Elderia abrió la boca al darse cuenta de uno de los ojos de la monstruosidad estaba en ella.
A pesar de la distancia y de dantos ojos, Elderia lo pudo sentir instintivamente y entonces el monstruo arrancó una porción de la montaña y la lanzó hacia su dirección.
Ella apenas sacó su espada, pero tal fue lo único que pudo hacer. Demasiado rápido, en menos de un parpadeó ella pudo ver la montaña y luego…
"No sabía que había alguien."
La joven mujer apareció al frente de ella, llevando a que Elderia mirara los ojos negros y la sonrisa que la joven le daba como si la quisiera calmar.
Elderia tragó con dificultad e inevitablemente se calmó. No por la sonrisa, sino que debido a que a la barrera celeste que la protegió del ataque.
A pesar de ella podía ver la destrucción que sucedía a su alrededor, ella estaba indemne. No sintió ni siquiera el temblor, el ruido o la onda expansiva y la barrera ni siquiera tembló.
"Le hubiera pedido a Karl que crear aun campo de batalla…" Murmuró la joven y girándose, añadió. "Dame un momento. Terminare con esto rápido."
Justo con sus palabras ella movió su espada una vez. Tal fue lo único que Elderia pudo ver, un solo corte y… Elderia pudo ver como la realidad al frente de la mujer se dividía, junto al monstruo.
La espada de la mujer se rompió y ella simplemente observó al monstruo dividirse a la mitad y luego se dio vuelta, para mirarla.
Elderia vio los ojos de la joven mujer, la calma en la mirada y la sonrisa que ligeramente se fue formando, no con orgullo o superioridad, sino que una sonrisa ligeramente incomoda.
"Lo siento, si cause algún problema." Dijo la joven mujer y rascándose la mejilla, murmuró de manera gruñona. "Mi hermano debería haber protegido los alrededores."
Calma y tranquilidad. Aquella mujer que cortaba la realidad con su espada, parecía joven y tranquila, como si la hazaña que había realizado fuera insignificante.
Sin embargo, Elderia que estaba arrodillada bajó la cabeza golpeando su frente en contra del piso mientras su corazón latía con fuerza al ver a un ser tan poderoso en estas tierras y…
"Por favor, enséñeme, ¡Gran Maestra!"
Al ver el poder que la joven mujer podía esgrimir un poder que ella jamás había podido imaginar, pidió aprender incluso entendiendo que su pedido era excesivo.
Ahora ella entendía porque fue al centro de la batalla. Una oportunidad se le presentó y ella no podía desperdiciarla.