La batalla final estaba al frente de ellos. Rodeando a Zerzura, lo único que era visible era la oscuridad que había cubierto el cielo y el horizonte, no dejando que ninguna luz lo atravesara.
Aurora que observaba la oscuridad, se giró mirando a su lado viendo los últimos vestigios de la humanidad.
Nicole, hace tiempo ya no estaba al igual que muchos otros que murieron durante los años que la oscuridad se había extendido.
Desde que la Ciudad Atlántida fue atacada, la oscuridad devoró naciones enteras y lo único que ella pudo hacer fue ayudar, pero incluso la ayuda era simplemente un modo de retrasar la oscuridad.
Y ahora estaban aquí, el último bastión de la humanidad en la tierra.
Aurora volvió a mirar hacia adelante, no tratando de pensar en quienes la rodeaban, ni quienes eran… Hace tiempo había dejado de pensar en quienes la rodeaban y en quienes morían.
Por más cruel que sonara, Aurora sabía que no podía quedarse quieta, llorando por aquellos que ya no estaban, sino que debía concentrarse en la misión… Una misión que daría fin a este mundo o su vida.
"La Guardiana esta lista."
Aurora escuchó la única voz que la mantenía cuerda en este mundo que lentamente la llevaba a la locura.
Ella se giró observando a Amnestria, cuya apariencia física ya no era la misma. Amnestria en este punto era una felina delgada, con múltiples cicatrices por todo su cuerpo revelando las dificultades que habían sufrido durante todo este tiempo.
Aurora al observar a la tigresa cuyos ojos purpuras estaban fijos en ella, mantuvo controlada su respiración y se giró mirando el centro de la ciudad de Zerzura en el que se encontraba un gigantesco árbol.
La Guardiana del Séptimo Portal Abismal fue traída por Alice a este mundo, en una de las raras decisiones que tomaba su hermana.
Alice no tenía un objetivo en mente y en cierto modo esa Diosa fue una de las pocas personas que de algún modo conectó con Alice y ahora esa antigua Diosa estaba en Zerzura, preparada para ayudarla.
A pesar de que la antigua Guardiana ya no era una Diosa, Aurora que había conocido a los Semidioses, entendía que esa poderosa entidad tenía esa fuerza, una que era muy elevada y ahora les estaba apoyando.
Quizás lo ayuda 'divina' más cercana que tuvieron durante estos años… Aurora que pensó en las veces que rezó por ayuda incluso a su sistema o su cuñada y agitó la cabeza al darse cuenta de que sus pensamientos se estaban descontrolando.
Ella necesitaba mantenerse enfocada así que exhaló de vuelta y se giró a Amnestria.
"¿Tú estás lista?" Preguntó Aurora a Amnestria.
En este punto que ella había quedado sola mientras todos aquellos que conocían morían o ya no estaban, Aurora observó a Amnestria.
La tigresa de pelaje oscuro y ojos purpuras la observó y asintió entendiendo su decisión y revelando una determinación digna de la Reina del Bosque.
Digna de una de los rangos SSS más poderosos de la tierra, la Reina del Bosque Mágico, la Gobernante de las Bestias y una de los tantos individuos que estaban dispuestos a dar su vida para ayudarla… A pesar de que la muerte les esperaba.
"Ya viene…"
Aurora escuchó una voz y volvió a mirar al horizonte en la oscuridad, específicamente la barrera de la gran muralla que protegía Zerzura y que ahora detenía la oscuridad.
Ella volvió a exhalar alejando cualquier rastro de duda de su mente y desenfundó una de sus espadas y la elevó al cielo, extendiendo un pilar de su aura celeste.
Alrededor de la ciudad también pilares de color celeste surgieron cuando Aurora trató de usar su aura sobre un límite que jamás había intentado.
Controlar espadas que estaban a kilómetros de distancia era una tarea que no solamente requería tener una mente clara, sino que una fuerte voluntad y conciencia a la hora de controlar sus auras.
El sudor cayó por su mejilla y Aurora por primera vez en mucho tiempo se sintió agotada, pero a su alrededor los pilares empezaron a extenderse hasta que cubrieron el centro de la ciudad de Zerzura.
La Ciudad de Zerzura era enorme e incluso ella que era un rango SS no podía proteger toda la ciudad, así que en vez de proteger toda la ciudad Aurora se centró proteger el centro donde estaban los búnkeres con los refugiados.
Quizás una decisión estúpida debido a que ella necesitaba toda su fuerza para lo que estaba por hacer, pero… Al final de cuenta, una decisión que ella no pudo evitar tomar.
Incluso si moría, ella al menos quería tratar de proteger a otros, aunque sea por un par de minutos más.
Aurora bajó la espada sintiendo el cansancio y el sudor caer por sus mejillas, pero su mirada se quedó firme en la oscuridad y…
"Avancen."
Su orden fue dada y ella fue la primera en obedecerla avanzando hacia la oscuridad que la rodeaba y que únicamente era detenida por la barrera de la gran muralla.
La barrera que protegió Zerzura por meses fue destruida y luego la oscuridad se abalanzó sobre ellos.
"AUgg…"
"Haa!"
Aurora escuchó los gritos de dolor a su espalda cuando un numero inimaginable de lanzas cayeron del cielo y ella simplemente continuó esquivando, sin parar de correr.
Cuando no pudo más ella balanceó su espada y sus cortes se extendieron por kilómetros destruyendo y abriendo caminos en la densa oscuridad que en este punto la rodeaba.
Entonces la tierra tembló y una gigantesca raíz surgió del suelo y Aurora saltó hacia la raíz afirmándose con su espada mientras atravesaba la densa oscuridad.
Su barrera celeste la protegió a ella y una parte de la gran raíz de la Guardiana, pero Aurora pudo ver como la oscuridad devoraba la raíz con una rapidez impresionante.
La Guardiana del Séptimo Portal Abismal había protegido un mundo entero con sus raíces y si bien en este punto era una Semidiosa, Aurora no tenía dudas de su poder.
Incluso así, frente a la oscuridad que devoraba todo a su paso, la Guardiana era simplemente alimento.
Aurora resistió el viaje y cuando la raíz ya no pudo moverse, ella avanzó usando sus auras para tratar de moverse en la oscuridad, buscando a su hermana que estaba en lo profundo.
En este punto no sabían para dónde dirigirse, simplemente se movían y por mas ilógico e imprudente que fuera el plan, Aurora continuó hasta que fueron rodeado sin permitirle avanzar.
La situación cada vez pasaba más rápido apenas dándole tiempo para pensar.
"Ya es hora…" Aurora se giró al escuchar la voz de Amnestria que al igual que muchas veces antes la protegía desde la espalda.
Aurora vio la determinación de la tigresa y ella asintió.
La barrera celeste que la rodeaba brilló impidiendo ver lo que sucedía en el interior, entonces de repente la oscuridad los tragó por completo.
"HGRAAAA!"
Un grito… No, un rugido humano se extendió haciendo temblar la oscuridad y el aura blanca volvió a surgir mucho más poderosa que antes.
En el centro, Aurora abrió los ojos mientras que entre su cabello un par de orejas del mismo color negro que su cabello se agitaba.
A su espalda, ella sentía algo esponjoso agitarse y fue fácil darse cuenta de que era probablemente su cola.
Quizás las únicas dos características que ella obtuvo de la fusión con Amnestria, al menos con respecto a lo físico.
"Alice…"
Aurora ignoró el cambio en su cuerpo y la rareza de que ella tomara dos rasgos físicos extraños de la fusión y simplemente volvió a moverse por la oscuridad.
Más rápida, más ágil y con una fuerza sin igual… La fusión de una bestia mágica de rango SSS con una humana de rango SS cuyo poder estaba entre lo más alto, tuvo un resultado devastador.
Aurora balanceó su espada cortando la oscuridad por más de diez kilómetros y luego balanceando las garras en su mano, cortes de espada con su aura se volvieron a la lanzar.
A su alrededor surgía la magia de oscuridad de la cual Amnestria era tan hábil repeliendo la oscuridad que trataba de tragarlos.
Dos mentes en una sola trabajando por un mismo objetivo, obteniendo las mejores capacidades de ambos lados en un único cuerpo… Tal era la fusión, que muy pocos domadores de bestias podían realizar.
Aurora con su nuevo poder avanzó por la oscuridad, durante horas, que luego se convirtieron en días… Días que ella ni siquiera pudo contar.
Amnestria era la Reina del Bosque y para conseguir tal título ella enfrentó muchos desafíos y tenía la habilidad al igual que la destreza para sobrevivir por días, pero lamentablemente no era capaz de compararse a lo que ella era capaz.
Aurora que había entrenado en Terra nova y tenía un cuerpo que era capaz de recuperarse extremadamente rápido y con una resistencia sin igual pudo sentir como Amnestria lentamente se agotaba.
No solamente era la energía mágica, sino que la fuerza mental… Aurora mientras cortaba todo a su paso, apretó con mayor fuerza la espada que sostenía.
"ALICE!"
Ella gritó y su voz cada vez más alta se volvió más desesperada.
Amnestria la había protegido durante años y ya no era la misma que antes, no después de haberse enfrentado a la oscuridad demasiadas veces.
También fue ella quien la protegía incluso ahora tomando la mayor carga posible.
"¡ALICE!"
Aurora volvió a gritar el nombre de su hermana esperando alguna clase de respuesta, pero la única respuesta que obtuvo fueron más y más ataques.
"Al…"
"Creo que hasta aquí llegue…" La voz de Amnestria sonó en sus alrededores y Aurora que sentía el cansancio de su amiga, trató de decir algo, pero no pudo.
La fusión terminó y Aurora vio como Amnestria volvía aparecer al frente de ella.
"Ve… Confió en ti, Aurora." Amnestria se acercó a ella y paso su cabeza por su mejilla como cuando se convertía en la pequeña tigresa que buscaba cariño.
Solamente que esta vez, la sostuvo en una mano creada con magia de oscuridad y la lanzó en lo más profundo de la oscuridad alejándola lo más posible.
Aurora que voló destruyendo la oscuridad que la trataba de detener, se mordió los labios escuchando el rugido a su espalda de dolor.
"ALICE!!!"
Aun así, continuó la búsqueda sin mirar hacia atrás usando sus auras para protegerse y destruir la oscuridad que lo rodeaba.
Ella continuó perdiendo la noción del tiempo y la dirección hasta que eventualmente una lanza de oscuridad atravesó su barrera y su estómago.
"Ugg…"
Aurora liberó su aura blanca ya no solamente de su espada, sino que de su cuerpo destruyendo la oscuridad y luego creó un domo celeste a su alrededor para protegerse.
Observando la herida sangrante de su estómago, ella sintió el dolor y fue ese dolor lo que la hizo dudar de todo lo que la rodeaba.
Ella se preparó para ver el final del mundo o su final… Se lo decía cada vez que podía, por tal razón trató de ignorar a la gente que lo rodeaba y trató de no llorar la muerte de aquellos que la ayudaron.
Porque si este mundo terminaba entonces significaba que no era real. Durante todo este tiempo que llegó ella lo sintió, que esto no era real, que era una mentira, un engaño… Una ilusión.
Aun así, el dolor era real y si el dolor era real, quizás todos los demás lo era.
Quizás todos aquellos que murieron también eran reales.
"Alice… No puedo ganarte." Murmuró Aurora viendo como la oscuridad buscaba atravesar su barrera.
Todo lo que la rodeaba era oscuridad, una oscuridad que no era familiar… Una oscuridad que quizás ella no conocía de su hermana.
Sin embargo, esta oscuridad provenía de Alice, Aurora lo entendió y como tal entendió que no podía ganar.
"Es… Es más fácil sobornarte Alice…" Murmuró Aurora soltando su espada mientras observaba la oscuridad.
A Alice no se le podía ganar. ¿Cómo se le ganaba a alguien que se fortalecía devorando a otros? ¿Que prácticamente podría recibir cualquier herida y curarse al instante? ¿Cómo se ganaba a alguien que podría devorar al mundo sin ni siquiera esforzarse?
Alice Campbell daba miedo… Incluso a Aurora, en lo más profundo de su mente sentía miedo, miedo de que su hermana causara problemas como lo que causó ahora misma.
Aurora observó la oscuridad y su barrera agrietarse y sacó una bolsa de papitas mientras su cuerpo temblaba ligeramente ante lo que ocurriría una vez que la barrera se rompiera.
"¿Qué tal si te detienes y te doy esto?" Preguntó Aurora con una risa tonta mientras las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos.
Ella estaba agotada de todo… Simplemente exhausta de ver tantas personas que ella quiso proteger, morir y quería que todo terminara.
Ya sea si fuera real o no y por tal razón ella cerró los ojos tratando de contener las lágrimas y a pesar de que su cuerpo temblaba con miedo instintivo, deshizo su barrera que la protegía.
Aurora apretó sus dientes esperando que miles de lanza atravesaran su cuerpo y luego su carne siendo devorada, pero los segundos se convirtieron en minutos y nada sucedió.
Entonces sintió un suave tacto en su mano y luego el grujir de las bolsas de papitas y Aurora abrió sus ojos notando un tentáculo tomando la bolsa de papitas y 'chequeando' el interior para que todo estuviera bien.
"…"
Aurora sonrió y las lágrimas surgieron con mayor fuerza debido a que la oscuridad que la rodeaba era diferente. Esta oscuridad no la tragaba, queriendo devorarla, sino que la sostenía y entonces la oscuridad se alejó.
Al alejarse ella pudo ver el interior donde estaba, un espacio de oscuridad inmensurable y ella flotaba allí 'viendo' el interior. Por más extraño que fuera, tal era la oscuridad de Alice.
Un dominio de lo cual su hermana tenia control y en el cual podía ocultarse y ahora ella estaba aquí.
Aurora vio la bolsa de papitas y luego sintió que ambas flotaban en la oscuridad hasta que de un momento a otro una puerta se reveló y ella fue empujada al interior con la bolsa de sus manos.
La luz apareció, cegándola por segundos y Aurora parpadeó adaptándose a sus alrededores y a la sala que la rodeaba.
Aurora notó los libros en los estantes, vio el sofá en el medio de la sala y el escritorio en la esquina junto a la ventana abierta, entonces se giró lentamente al ver que alguien lo miraba sorprendida.
"Como estas…"
Aurora al ver a la persona cuya expresión llevaba sorpresa, corrió y la abrazó con todas sus fuerzas mientras las lágrimas empezaban a salir.
Su hermana nunca fue buena para el consuelo, pero con los años aprendió a ser la hermana mayor que toda hermana menor le gustaría tener y esta vez no fue diferente y la abrazó suavemente, acariciando su espalda y dándole palmaditas de manera tonta.
Aurora había sido abrazada de este modo innumerables de veces cuando sus pesadillas surgían por la noche y su hermana, siempre se quedaba con ella para cuidarla.
"Todo estará bien…" Le susurró Alice como tantas veces antes.
Aurora recordó lo que sucedió lo que su hermana hizo y se separó mirando a su hermana entre las lágrimas.
"No… No. Akira, Nicole, Érica, Clémentine, Andrés, Kairos…" Aurora repitió innumerables de nombres que ella recordaba que ya no estaban y al final al ver a su hermana, murmuró. "Tú lo asesinaste."
Alice parpadeó sin entender luego frunció el ceño y al final inclinó sutilmente su cabeza.
"¿Por qué los asesinaría?" Respondió Alice y al verla frunció el ceño y su expresión se volvió seria. "Todos ellos están vivos."
Aurora al escuchar tales palabras sintió alivio y las lágrimas volvieron a surgir, pero ella se controló mientras trataba de volver a tomar el control de sus emociones.
La mirada de Alice, se sentía seria y su expresión revelaba que ella no asesinaría a sus amigos.
Aun así…
"Tú ya me mentiste una vez…" Dijo Aurora y mirando a su hermana, cuestionó. "¿Has revelado la verdad de mi muerte?"
Tal pregunta obtuvo una respuesta que Aurora no esperaba… Sorpresa.
Alice abrió los ojos como si la hubieran atrapado haciendo algo mal, una reacción que había hecho muchas veces. Después de todo, su hermana podía ser una buena niña, excepto los momentos que se trataba de la comida.
Y hubo muchas veces que su hermana tomaba lo que no era suyo.
"Estoy haciendo lo que creo que es correcto."
Sin embargo, a diferencia de esas veces que eran juegos infantiles, esta vez su hermana la miró a los ojos y su expresión fue solemne y determinada.
No contarle la verdad a las personas que debían saber la verdad era algo que su hermana profundamente creía como algo correcto.
Al ver tal determinación y decisión, Aurora de repente sintió que todo su alrededor se volvía borroso.
Sus recuerdos, lentamente se fueron mezclando y distorsionando, los años que pasado enfrentándose a la oscuridad luego de volver a Terra nova, se volvieron borrosos.
Sin embargo, a pesar de que los recuerdos se volvían borrosos, ella siguió sintiendo el dolor de la perdida… Justo como una pesadilla.
"…"
Ante tal idea, Aurora abrió sus ojos de repente y se levantó, ignorando las lágrimas que caían por sus ojos, su primera reacción fue analizar sus alrededores.
Ella ignoró la cama en la que se encontraba y se centró en la única persona que estaba a su lado, sentado en una silla leyendo un libro como si nada.
Su hermano, uno de los magos más notorios no solamente de la Tierra, sino que de Terra nova. Un individuo que era conocido por enfrentarse a dioses y asesinarlos.
Un individuo que también era conocido por su magia de ilusión, en este punto ese individuo que decía ser solo un clon del real, bajó el libro y la observó en calma.
El rostro del hombre era inexpresivo y lleno de calma, como si toda la 'pesadilla' que ella había sufrido no hubiera sucedido.
Como si él no la puso en una ilusión que se sintió como si fueran años de vida.
Aurora observó los ojos negros del hombre y abrió su boca.
"¿Desde cuándo?" Tal fue su mayor pregunta.
Ella creyó que con su entrenamiento y experiencia podría enfrentar al hombre. Confió en que sus auras la protegerían de la ilusión y creyó que podría ganarle.
Tal confianza fue lo que hizo que probablemente ella cayera en la ilusión… No, en este punto no sabía si fue su confianza, su debilidad o la fuerza de su oponente.
De igual forma, ella supo que había perdido, pero no entendía desde cuando perdió… Desde cuando ella fue atrapada en una ilusión.
"Desde el inicio." Respondió su hermano con calma.
Ni siquiera había luchado… Tal realización llegó a la mente de Aurora.