—¿Dónde estamos? —pregunto Aang mientras explorábamos el bosque de la isla. —Tal vez en el mundo espiritual. —
—No estamos en el mundo espiritual de eso estoy segura. Además mis poderes funcionan. —dije haciendo una ráfaga de aire.
—Tal vez si escalamos lo más alto de la isla podamos saber dónde estamos. —dijo apuntando hacia una pequeña montaña delante de nosotros.
Al subir vimos que la montaña tenía la punta chata y en el centro de ella había un hexágono.
—No parece ser una roca común. —dijo Aang e intento hacer tierra control y nada paso.
—¿No está hecha de tierra? Que extraño. —dije y me senté.
—Desearía que tuviéramos ayuda. —dijo. —Quisiera que tuviéramos a Roku y a Suyin. —
—Pero si tenemos a Roku y a Suyin. —le dije sonriendo, haciendo que el sonriera al entender y tomamos posición de meditar.
Cerramos los ojos y a los minutos a parecieron los Avatar y Ānníng anteriores.
—Tienes razón Lin. —dijo Suyin. —Todos los Avatares y Ānníngs del pasado, toda su experiencia y sabiduría están a su disposición si miran profundo dentro de ustedes. —
—¿En dónde estamos, Roku? —pregunto Aang. —¿Qué es este lugar? —
—Yo… no lo sé Aang. —contesto. —Pero veo que estas perdido en más de una forma en estos momentos. —
—Lo estoy, necesito saber que hare a la hora de enfrentar al Señor del Fuego. —lo miró angustiado. —Todos esperan que elimine al Señor del Fuego pero no sé si poder hacer algo así. —
—En mi vida he intentado ser disciplinado y mostrar sensatez pero todo fracaso cuando el Señor del Fuego Sozin mostro ventaja de mi cordura y compasión si hubiera sido más decidido y actuado antes como Suyin me sugirió hubiera detenido a Sozin y la guerra antes de que comenzaran. —dijo Roku.
—Tienes un deber mayor para con el mundo como Avatar. —dijo Suyin. —En estas situaciones debes de dejar de lado tus valores pacifistas como monje para salvar a los demás. Todo es por un bien mayor. —
—Les ofrecemos este saber deben de ser decididos. —dijo Roku y los dos desaparecieron.
Suspiro.
—Tal vez si le preguntamos a Kyoshi y a Yu. —dije.
Asintió.
—Avatar Kyoshi / Ānníng Yu necesitamos su sabiduría. —dijimos al mismo tiempo.
—En nuestro tiempo Chin el conquistador amenazo con desequilibrar al mundo. —dijo Kyoshi. —Lo detuvimos y el mundo entro en una era de gran paz. —
—Pero ustedes no lo mataron. —dije. —El murió por que no quiso apartarse. —
—No hay gran diferencia. —dijo Yu. —Pero te aseguro que hubiéramos hecho cualquier cosa con tal de detener a Chin. —
—Les dejamos este saber, solo la justicia traerá la paz. —dijeron y al igual que Roku y Suyin desaparecieron.
—Sabía que no debíamos preguntarle a ellos. —dijo Aang molesto.
—No creo que nuestras vidas pasada piensen diferente a los demás, Aang. —dije. —Ya escuchaste lo que dijo Suyin y eso que ella fue una nómada aire. —
—No, solo debemos ver más profundo. —dijo. —Debe de haber alguien quien piense diferente. —
Entonces frente a nosotros apareció el otro Avatar.
—Yo soy el Avatar Kuruk. —esta vez apareció el solo. —Cuando era joven era el tipo de Avatar que va con la corriente, la gente parecía resolver sus propios problemas, había paz y eran buenos tiempos en el mundo pero entonces. —me volteó a ver con nostalgia. —Perdí a la mujer que amaba por Koh el roba rostros. —
—Ummi. —susurre.
Asintió y miro al piso triste.
—Fue mi culpa si no le hubiera dicho que nos relajáramos en vez de estar atentos podría haberla salvado. Aang debes de forjar activamente tu destino y el del mundo, cuida de los demás al igual que a tu Ānníng. —
Y desapareció.
Aang se tapó el rostro con frustración y tristeza.
—No te preocupes lo resolveremos. —dije mientras lo abrazaba.
Resoplo y se enderezo así que lo deje de abrazar.
—Todos los Avatares y Ānníngs del pasado siguen diciendo que debo hacerlo. Ellos no entienden. —
—Bueno, Suyin era nómada aire y te dijo lo mismo. —
—Si, lo sé pero tal vez un Avatar nómada aire me diga lo que tengo que hacer. —sonrió y volvimos a posición para invocar al Avatar y Ānníng.
Entonces aparecieron.
—Soy el Avatar Yangchen y ella es mi Ānníng Jia. —dijo sonriendo.
—Avatar Yangchen, los monjes me enseñaron que toda vida es sagrada, incluso la de una araña mosca atrapada en su propia telaraña. —
—Así es toda vida es sagrada. —dijo esta.
—Lo sé, de hecho soy vegetariano y trato de ser rápido e inteligente solo utilizando la violencia para defenderme, jamás podría usarla para matar a alguien. —sonrió Aang.
—Avatar Aang, sé que eren un espíritu amable y los monjes te enseñaron bien pero esto no se trata de ti se trata del mundo. —dijo severa la Ānníng Jia.
—Pero los monjes me enseñaron que debo separarme del mundo para que mi espíritu sea libre. —replico Aang.
—Muchos sabios nómadas aire se han separado y encontrado la iluminación espiritual pero el Avatar jamás podrá hacerlo porque su único deber es con el mundo. —dijo Yangchen. —Este es mi saber para ti Aang, tu deber te obliga a sacrificar tus propias necesidades espirituales y hacer lo que sea necesario para proteger al mundo. —
Y las dos desaparecieron.
—Creo que no tenemos opción. —dijo Aang triste.
—Deberíamos de tener más opciones. —dije.
—Ya escuchaste, debemos matar al Señor del Fuego. —
Nos pasamos todo el día sentados reflexionando todo lo que tendríamos que hacer mañana en la batalla contra el Señor del Fuego.
A las horas se nos hizo de noche y no nos quedó de otra más que dormir ahí.
A la mañana siguiente después de ver que habían aparecido unas montañas que no había antes nos dimos cuenta de que extrañamente la isla en donde estábamos se estaba moviendo.
Así que Aang se tiró al agua para poder ver bien que era lo que la movía.
—Es impresionante, Lin, es el animal más grande del mundo. —dijo cuando salió a la superficie. —Nadare a su alrededor para ver su rostro. —
—Te sigo. —dije tirándome al agua.
Al llegar al frente de la isla rápido nos sumergimos y lo primero que vimos fue un enorme ojo.
De repente algo se colocó en nuestros pies y nos impulsó para la superficie, de inmediato vimos como la isla se impulsaba hacia arriba rebelando el rostro de un león tortuga.
Aang y yo le dimos un saludo respetuoso antes de comenzar a hablar.
—Talvez tu puedas ayudarnos. —dijo Aang. —Todos incluso nuestras vidas pasadas quieren que terminemos con la vida de alguien pero no sé si pueda hacerlo. —
—La verdadera inteligencia puede disipar todas las mentiras e ilusiones, un corazón verdadero puede soportar el veneno del odio sin ser dañado. Desde el principio de los tiempos la oscuridad crece en el vacío pero siempre cede para purificar la luz. —dijo el león tortuga.
Entonces levanto su pata, coloco un dedo en la frente de Aang y otro en su pecho para después hacer lo mismo conmigo así dándonos la respuesta que Aang tanto había esperado obtener.
Después de eso se acercó más a las montañas y nos dejó en la orilla de estas.
—Esperen por el ya llegara. —dijo y se sumergió.
Dimos una última reverencia y saltamos a una de las montañas que había.
Vimos como el cometa se acercaba al igual que la guerra la cual estaba segura iba a hacer dura pero la terminaríamos ganando en equipo.