Estábamos volando por encima de lo que parecía ser un pantano, que por muy extraño que parezca sentía que me llamaba y que tenía que estar cerca de él.
—¡Aang, Lin! —nos gritó Sokka. —¿Por qué estamos descendiendo? —
—No me había dado cuenta. —dije desorientada.
—¿Qué? ni siquiera lo note. —dijo Aang.
—¿Ahora de dan cuenta? —volvió a preguntar.
—¿Pasa algo malo? —pregunto Katara.
—Se que va a sonar extraño pero creo que el pantano me está llamando. —dijo Aang.
—Si. —concordé. —Yo siento lo mismo. —
—¿Les está diciendo donde hay algo para comer? —pregunto Sokka.
—No. —dije.
—Creo que quiere que aterricemos aquí. —dijo Aang.
Al no estar todos de acuerdo decidimos que era mejor irnos pero de la nada un tornado venia detrás de nosotros, demasiado cerca para mi gusto. Fue tanta la potencia del tornado que casi se traga a Sokka, lo bueno fue que Katara actuó rápido y pudo tomarlo de la mano.
Aang salto hacia la montura donde los hermanos estaban mientras me dejaba las riendas a mí e hizo una esfera de aire que logro protegernos pero el tornado termino tragándonos e hizo que la esfera se rompiera, así que terminamos saliendo disparados de Appa y aterrizando en el agua del pantano.
—¿Dónde están Appa y Momo? —pregunto Aang.
Aang subió a un árbol para ver el panorama mejor mientras que Sokka, Katara y yo intentábamos ubicarnos un poco, aunque era prácticamente imposible al no saber dónde estábamos.
—Tienes una sanguijuela en el codo. —dijo Katara.
Pensé que me decía a mi hasta que vi que miraba a su hermano. Esa sanguijuela era enorme.
—¡¿Dónde, donde?! —dijo el.
Me apunte en el codo para que supiera.
La miro y comenzó a jalarla con dificultad.
—¡¿Por qué…siempre…las cosas…se pegan…a mí?! —dijo mientras seguía jalando hasta que logro hacerlo.
—¿Pudiste encontrarlos? —le pregunte a Aang cuando estuvo con nosotros.
—No, y el tornado desapareció… —
—No hay tiempo que perder. —dijo Sokka sacando su machete y cortando algunas lianas para hacer un camino. —Hay que actuar rápido. —
—Sokka tienes que ser un poquito más amable con el pantano. —dije.
—Son solo plantas. —dijo obvio. —¿Quieres que diga por favor y gracias mientras ocupo mi machete? —
—Yo solo digo que tengas cuidado, algo de aquí se siente muy vivo. —termine de advertirle.
—Deberías de hacerle caso a Lin, Sokka. —dijo Katara. —Es cierto lo que dice, algo aquí se siente muy vivo. —
—Seguro que aquí hay muchas cosas viva y si no queremos ser devorados por ellas debemos encontrar a Appa lo más pronto posible. —dijo y siguió cortando lianas.
Seguimos a Sokka por varias horas mientras gritábamos los nombres de Appa y Momo, hasta que se nos hizo de noche y decidimos hacer un campamento improvisado.
La verdad tenía miedo, estaba oscuro y se escuchaban ruidos extraños.
—No hay nada que temer. —dijo Sokka. —Aquí no pasa nada sobrenatural. —
Y como si el pantano lo contradijera se escuchó un grito.
Rápido me abrace a Aang y los hermanos a nosotros.
—Creo que debemos hacer una fogata. —dijo Sokka rápidamente y salió corriendo para romper más cosas con su machete.
—Sokka. —dijo Aang acercándose a él conmigo muy cerca de él, ni loca me alejo. —Mientras más tiempo pasamos aquí más pienso que no debes hacer eso. —
—No, está bien, le pregunte al pantano dijo que estaba bien, ¿Verdad? —tomo una rama que estaba ahí y comenzó a fingir una voz chillona. —"No hay problema, Sokka" —corto esa rama con su machete.
Lo miramos mal. Algo me decía que no íbamos a dormir muy bien en ese lugar.
Al final Sokka termino haciendo la fogata y yo por ningún momento me separe de Aang.
—¿Alguien más siente que estamos siendo observados? —pregunto Katara.
—Katara, eso solo hace que me dé más miedo esta situación. —dije abrazando el brazo de Aang.
Me miro con disculpa.
—Por favor aquí solo estamos nosotros. —dijo Sokka intentando matar una mosca con su machete.
Lo que no me esperaba es que esa mosca haya resultado ser una luciérnaga y haya iluminado su camino revelándonos todos los ojos que nos miraban.
—Excepto por ellos. —dijo Aang.
—Si, excepto por ellos. —dijo Sokka con miedo.
Otra vez nos volvimos a abrazar.
Después de ese desagradable momento decidimos dormir sentados y con la espada apoyada en la espalda de otro, por mi parte estaba apoyada en Katara y abrazaba a Aang escondiendo mi cara en su cuello, así que me tenía que agachar un poco ya que soy un poco más alta que él.
Pero de repente siento que algo me jala hacia la profundidad del pantano.
—¡Aang! —solo logre a gritar.
Intente soltarme de las lianas con las manos pero fue inútil así que las fui rompiendo con agua y las desvíe con ráfagas de aire. Y corrí como loca hasta que al final no supe dónde estaba, además de que estaba totalmente sola.
—No puede ser. —murmure.
Camine un poco intentado encontrar a alguno de los chicos pero fue inútil.
—¡Aang! ¡Katara! ¡Sokka! ¡¿Alguien?! —gritaba mientras caminaba, ya habían pasado varias horas.
Entonces a lo lejos pude ver un par de siluetas de alguien.
—No puede ser. —dije al ver las siluetas más de cerca. —¿Mamá? ¿Papá? —
Sonreí y comencé a correr hacia ellos.
Tanta era mi alegría que no se me vino a la cabeza que ellos ya habían muerto hace muchos años.
—¡Mamá! ¡Papá! —grite cuando las siluetas corrieron.
Entonces otra silueta paso por delante de mí a toda velocidad.
—¿Han? —corrí detrás de él cuándo ya no vi a mis padres.
Y cuando la final lo encontré resulto ser un árbol.
Mis lagrimas no dudaron en salir ante el golpe de realidad.
—Lin, e-ellos ya n-no están c-contigo. —sollocé.
Después de unos minutos de seguir llorando, respire profundo, me limpie las lágrimas y sigue caminando. Tenía que encontrar a los chicos, en especial a Aang.
Me subí a la raíz que sobresalía de un árbol cuando de repente me siento tacleada por alguien haciendo que los dos chocáramos con otras dos personas más, cerré los ojos ante el impacto.
Al abrirlos me encontré con los ojos grises de Aang.
—¡Aang! —lo abrace. —¿Estas bien? —
—Eso te lo debería de preguntar yo. —dijo el con una sonrisa y ayudándome a levantar.
—Si, estoy bien no te preocupes. —sonreí y le di un beso rápido en los labios. Lo había extrañado.
—Si, chicos estamos bien, gracias por preguntar. —dijo con sarcasmo Sokka en el piso.
Habíamos caído encima de Sokka y Katara.
—Lo siento. —dije rápido y los ayudamos a levantarse. —Llevo buscándolos desde hace varias horas. —
—Yo también los he estado buscando. —dijo Katara.
—Yo estaba siguiendo a una chica. —
—¿Chica? ¿Dijiste una chica? —pregunte con el ceño fruncido.
—Eh, sí. —dijo nervioso ante mi mirada. —Escuche risas y mire a una chica con un hermoso vestido. —
—¿Con que hermoso? —murmure aun mirándolo.
—S-sí, p-pero no más hermoso que tu ropa y que tú, mi dulce Lin. —dijo dándome un beso en los labios.
Sonreí inmediatamente.
—Te salvas solo por ser tan lindo. —dije apretando un poco "casi nada" su mejilla.
—Auch. —dijo sobándose la mejilla.
Sonreí inocente.
—{Mis celos combinados con los del Ānníng son potentes, ¿Sera por qué todas mis vidas pasadas los sienten?} —pense.
—Bueno, dejando de lado los celos de Lin. —dijo Sokka.
—No estoy celosa. —dije sonriendo.
—Yo creí ver a mamá. —dijo Katara.
La mire triste, sabia el sentimiento.
—Yo mire a mi familia. —susurre triste.
Guardamos silencio.
—Escuchen, estamos asustados, hambrientos y nuestras mentes nos engañaron. —dijo Sokka. —Es por eso por lo que todos vimos cosas. —
—¿Tú también viste a algo? —pregunto Katara.
—Creí ver a Yue pero eso no prueba nada. —contesto. —Escuchen, yo pienso en ella todo el tiempo, tu viste a mamá porque la extrañas mucho, al igual que Lin con su familia. —
—¿Qué hay de mí? —pregunto Aang. —Yo no conozco a esa chica y todas nuestras visiones nos trajeron hasta aquí. —
—Si, ¿Pero dónde estamos? —pregunte. —¿En medio del pantano? —
—Si, es el centro. —dijo Aang mirando algo.
Seguí su mirada y me topé con un enorme árbol, era mucho más grande que cualquiera en este pantano.
—Es el corazón del pantano. —continuo. —Nos ha estado llamando aquí… lo sabía. —
—Solo es un árbol, no puede llamar a nadie. —dijo Sokka irritado. —Por última vez nada pasa aquí, nada nos está pasando y no hay nada mágico. —
Y como siempre la vida contradice a Sokka.
De la nada un monstruo de lianas surgió del agua y comenzó a atacarnos.
Comenzamos a correr como locos intentando que las lianas no nos alcanzaran.
El monstruo atrapo a Sokka y rápidamente Aang fue a ayudarlo pero al momento de liberar a Sokka el monstruo ataco a Aang y lo saco volando.
—¡Hey! Ese es mi chico. —dije molesta y golpeé al monstruo con un látigo de agua pero este no le hizo nada.
El monstruo tomo a Sokka y comenzó a irse.
Katara y yo fuimos a perseguirlo encima de una ola. Katara le lanzo un chorro de agua que le hizo un corte en el hombro pero el corte se cerró como si nada hubiera pasado.
Así que Katara y yo comenzamos a rodear al monstruo encima de olas intentando que este no nos golpeara, esa cosa no quería soltar a Sokka.
Katara enojada partió el agua en dos e hizo que por donde ella caminara no quedara agua. Iba corriendo hacia el monstruo pero este saco como tipo brazo de su pecho y la mando a volar.
Entonces esa cosa se puso a Sokka en el pecho y lo retuvo con lianas. Así que Aang llego patinando en una esfera de aire, subí hacia la cabeza del monstruo e hizo un remolino que hizo que el monstruo quedara todo revuelto. Tome eso como ventaja y congele las lianas alrededor de Sokka y me impulse con un chorro de agua hacia él y esto hizo que atravesáramos al monstruo.
Pero todo lo que hicimos no hizo nada por parar a esa cosa. En un dos por tres ya estaba como al principio.
Aang se lanzó hacia el pero otra vez de un manotazo lo saco volando.
—Esta cosa no aprende. —murmure.
Me pare firme en el piso y comencé a mover los brazos de forma circular para así lanzarle agua que fue cortando algunas partes de su cuerpo.
—¡Hay alguien ahí! ¡Mueve las enredaderas! —grito Sokka.
Katara en un par movimientos corto de un tajo la parte superior de esa cosa pero las lianas la tomaron y la retuvieron.
Aang de un salto y le lanzo una ráfaga de aire para poder revelar al hombre que estaba detrás de todas esas lianas.
—¡Porque nos llamaste si solo querías matarnos! —le grito enojado al hombre.
—Esperen, yo no los he llamado aquí. —dijo el tipo que controlaba las lianas.
—Estábamos volando entonces Lin y yo escuchamos que algo nos llamaba diciendo que aterrizáramos. —explico Aang.
—Son el Avatar y la Ānníng estas cosas nos suceden a menudo. —dijo Sokka.
—¿La Ānníng y el Avatar? —pregunto el señor. —Vengan conmigo. —
El hombre que final no nos dijo su nombre nos guio otra vez hacia el árbol central.
—¿Entonces quién eres? —pregunte.
—Yo protejo al pantano de quienes quieren hacerle daño. —explico. —Como este chico con su gran cuchillo. —
—Ven, muy razonable. —dijo Sokka mientras subíamos sobre una enorme raíz. —Solo alguien común defendiendo su hogar. No hay nada místico en eso. —
—El pantano si es un lugar místico. Es un lugar sagrado. —dijo el señor. —Encontré la iluminación debajo de este árbol olivo higuera, escuche que me llamaba tal y como les paso a ustedes. —se sentó en el piso.
—Seguro que sí, parece muy conversador. —dijo sarcástico Sokka.
Entonces nos comenzó a explicar que toda la energía que se extiende por el mundo está conectada al igual que las ramas y las raíces de ese enorme árbol que se extiende por quien sabe cuentos kilómetros por debajo de la tierra.
También explico que las visiones que habíamos visto eran de personas que amamos y extrañamos que nos indican que no se han ido y que aún siguen de alguna forma por ahí. Así que Aang pregunto por la chica de su visión y el señor termino diciendo que tal vez en algún momento la conocería.
Ni muerta dejo que Aang se acerque a una chica de hermoso vestido. Y no estoy celosa, solo lo estoy cuidando.
Después de tanta explicación Aang supo cómo lograr encontrar a Appa. Comenzamos a seguir a Aang al decirnos que ya sabía dónde estaba, resulta que había sido capturado junto con Momo por gente del pantano.
Aang y yo comenzamos a mover el agua para poder liberar a Appa pero esta no cedía y eso solo significaba que estaba siendo controlada por alguien más.
—Oigan, ustedes son maestros agua. —dijo Katara sorprendida.
Dejamos que la ola que controlábamos se deshiciera.
—¿Ustedes también? —pregunto el tipo del pantano con una sonrisa. —Significa que somos iguales. —
Katara lo miro raro.
—Hola, Huu ¿Cómo haz estado? —pregunto el tipo del pantano al sujeto lianas.
—{Con que así se llama.} —pensé.
—Ya sabes, asusté a unos chicos, moví unas plantas, lo de siempre. —contesto.
Le dimos una mirada como de "¿Enserio?"
Después de tanto platicar se hizo de noche, Tho y Due no llevaron a su pequeña aldea, hicieron una fogata e hicieron brochetas de pollo zarigüeya con insectos.
Obviamente solo me comí el pollo zarigüeya.
—¿Qué tal el pollo zarigüeya? —pregunto Due.
—Sabe cómo a una gallina del ártico. —dijo Sokka mirando su brocheta. —¿Por qué estaba tan interesados en comerse a Appa? Por aquí hay muchos animales que pueden comer. —apunto hacia el gatodrilo que estaba a las espaldas de Due y Tho.
—¿Quieres que me coma al viejo Slim? —pregunto Due. —Es como un miembro de la familia. —le dio un poco de pollo zarigüeya.
—Buen Slim. —Sokka le lanzo un insecto al gatodrilo.
Este no se lo tomo bien y le gruño asustando a Sokka.
Due se rio.
—Él no come insectos, eso es para la gente. —
—¿De dónde dicen que vienen? —pregunto Tho.
—Aang del templo aire del Sur, ellos del Polo Sur y yo del Polo Norte. —conteste.
—¿Y hay pantanos ahí? —pregunto viendo a Katara.
—No solo hielo y nieve. —dijo ella con una sonrisa.
Due y Tho se vieron raro.
—Con razón se fueron de ahí. —
—Si se dieron cuenta de que aquí no pasaba nada raro, solo era un montón de gente viviendo en un pantano. —nos dijo Sokka.
—¿Entonces porque tuvimos visiones? —pregunte.
Katara me apunto y asintió de acuerdo conmigo.
—Se los dije teníamos hambre. —dijo obvio y nos enseñó un insecto. —Estoy comiendo un insecto gigante. —y le dio una mordida.
Hice una mueca.
—{Que asco.} —pensé mirando hacia otro lado.
—¿Y qué paso con el árbol que nos dijo dónde estaban Appa y Momo? —pregunto Aang.
—Esas son cosas de Avatar, no cuentan. —dijo Sokka y luego miro a Huu. —Lo único que no entiendo es como hiciste el tornado que nos arrastró. —
—Yo no puedo hacer nada como eso, solo controlo el agua de las plantas. —dijo.
—Bueno digamos que fue el clima. —concluyo Sokka. —No hay nada misterioso en el pantano. —
De repente se escuchó un grito que nos hizo saltar a los cuatro.
—Si como no, nada místico ni misterioso. —dije con sarcasmo.