Osamu guio a Kain y Kykio adentro de la casa de su abuelo y avanzaron por los pasillos hasta una habitación con puertas de corredera. Osamu se detuvo delante de la puerta y hablo —abuelo, soy yo, Osamu ¿Puedo entrar?—
—Sí, muchacho— dijo una voz ronca para después toser
Osamu abrió la puerta corredera dejando a la vista una pequeña habitación de no más de cinco metros de ancho por cinco de profundidad. El lugar a pesar de contar con luz eléctrica solo tenía velas encendidas, lo cual hizo fruncir el ceño a Osamu. Este último prendió un interruptor en la pared encendiendo las ampolletas y camino hasta las velas para apagarlas. Con la nueva luz, fue clara la figura del anciano acostado en un futon y una muchacha de cabello oscuro sentada en seiza a su lado. Ella tenía un rostro inocente, un cuerpo esbelto, el cabello negro ordenado en dos coletas.
La muchacha murmuro —por eso le dije que onii—chan se iba a enojar, pero usted nunca escucha—
—Mocoso— dijo el anciano acostado en el futón —no recuerdo haberte dado permiso para prender esa luz del demonio—
—Y yo recuerdo haberle dicho que las velas son peligrosas. Si tenemos luz eléctrica, úsela, por favor— respondió Osamu, después miró a la niña y continuo —y tú, Haruka, recuerdo haberte dado la orden de prohibir las velas—
La niña miró a Osamu y le dijo —lo siento, onii—chan, pero el abuelo es más testarudo que tú—
Osamu quedó mirando a la niña, la vio joven y risueña. Soltó un suspiro no respondió a su comentario.
El anciano de cabello ralo en el futón y brazos delgados como ramas (Tadashi), llevo su antebrazo a la cara y se cubrió de la potente luz eléctrica —no recuerdo el momento en que los dos mocosos estuvieran a cargo de esta casa. Vieja, di algo— dijo Tadashi de malhumor mientras su boca hacia una mueca en forma de "n".
—Bueno, desde que abuelito está enfermo, la abuelita está a cargo— respondió Haruka, extendió sus manos y tomo las callosas manos de Tadashi, entonces su expresión enérgica y alegre tomo un tinte de tristeza —abuelito debe cuidarse, yo no quiero que se vaya—
—Mocosa— murmuro Tadashi con voz gruesa
La anciana desde el dintel de la puerta corredera aplaudió un par de veces y dijo —suficiente de alegatos. Tadashi—sama mando a buscar a Kain—sama. Haruka y Osamu, dejen a Tadashi—sama tranquilo—
—Sí— respondieron Osamu y Haruka. Osamu le dio una mirada significativa a Kain y este último asintió.
El viejo Tadashi soltó una risita y quito su brazo de su rostro para mirar a su nieta —espera, vieja, esto también es para los niños. Deja que se queden—
—Como Tadashi—sama lo pida— respondió la anciana con una sonrisa. Camino hasta Tadashi y se sentó del lado izquierdo del futón. Le tomo la otra mano a Tadashi y el anciano la miró con una sonrisa.
Kain miró la habitación pequeña, el futon con Tadashi en el centro. La anciana Kykio en la izquierda y la niña Haruka en la derecha. Solo quedaba un metro de espacio entre su espalda y la muralla. Este lugar era demasiado humilde para alguien que había sido un general de Madara Uchiha, pensó. Por otro lado, sintió pena porque parece que Kazuto no era el único que moriría esta semana. No obstante, pese a que el aura de Tadashi estaba menguando, Kain mantuvo su sonrisa y entró a la habitación.
—Hola Tadashi—dono— dijo Kain, se sentó al lado izquierdo, después de la anciana Kykio
Tadashi levantó su nuca y miró al muchacho de cabello blanco —buenas tardes, Kain—kun— dijo
—¿Cómo está su salud?— preguntó Kain —Osamu me dijo que quería conversar conmigo—
—Mmm, como podrá ver, estoy viejo y cansado. Sé que Osamu y usted están trabajando en algo, pero no diré mucho ya que Osamu es un adulto y él sabe lo que hace con su vida. Sin embargo, Haruka es diferente—
Al mismo tiempo, Osamu se movió al lado derecho del futon y se sentó al lado de su hermana Haruka.
—Dígame, en qué lo puedo ayudar— dijo Kain
—Seré sincero, quiero que pueda poner una buena palabra por Haruka para que ella pueda entrar al área de estudios e investigaciones de Konoha. Sé que es altamente valorado por Hiruzen Sarutobi—
—Usted también es altamente valorado por el hokage, él me contó como usted lo estuvo entrenando en la nación del Trueno—
—Cuando un favor no se cobra de inmediato, se pierde en el tiempo. Puedo ser valorado, pero en todo este tiempo no me ha visitado ni una sola vez—
Kain se rasco la cara y pensó que esto era incomodo. A veces la gente recibía ayuda, pero cuando superaban la dificultad, se olvidaban con mucha facilidad de quienes los ayudaron. Kain tomo un suspiro y asintió.
—Lo entiendo, Tadashi—dono, ayudaré a Haruka a entrar en el centro de investigación de Konoha, le doy mi palabra de que no descansare hasta que ella este realizando experimentos para la villa—
—En ese caso, estoy más que feliz— dijo Tadashi soltando un suspiro lleno de cansancio —Kykio, compañera de mi vida, gracias por todo lo que has hecho por mí. Nunca existirán suficientes palabras de agradecimiento para demostrar todo lo que te apreció. Eres, sin duda alguna, el punto de inicio de toda mi felicidad— la anciana asintió con una sonrisa mientras las lágrimas caían por sus ojos. Tadashi sonrió como pocas veces. Después miró hacia la derecha y se enfocó en Osamu y Haruka —estoy viejo y cansado, no sé si llegaré al invierno, pero quiero que vivan lo mejor posible y sin arrepentimientos. Incluso si el mundo se vuelve en su contra, nunca olviden los valores que les enseñe—
—Entendido, abuelo— respondieron Haruka y Osamu al mismo tiempo con voces suaves
Tadashi miró a Kain, el cabello blanco y los ojos azules. Sonrió teniendo sus dudas del linaje de Kain y le preguntó —podría, por favor, mostrarme sus ojos—
—No creo que sea el momento— dijo Kain
—Por favor, quisiera ver sus ojos—
Kain sonrió, cerró los ojos y lo abrió mostrando un iris rojo con un tomoe. Después el tomoe comenzó a girar, apareció un segundo y un tercero. Entonces, los tres tomoes se unieron formando un círculo hecho por tres matagamas unidos unos con otros.
Tadashi sonrió y asintió satisfecho, sabiendo que Kain era hijo de aquel hombre terrible que parecía exhalar hielo y arrastrar el infierno. Sin embargo, Konoha había hecho su trabajo bien y lo que en otra época podía haber sido un excepcional guerrero, era un muchacho con un brillo amigable y un espíritu libre de los prejuicios. Tadashi sonrió feliz y murmuro disfrutando el sentimiento —Madara—sama, a pesar de todo, Konoha ha ganado—
Kain cerró sus ojos por un momento y sus ojos volvieron a ser con de un azul intenso. El aura de Tadashi estaba débil, cansada, como él decía y solo le quedaba un par de días de vida. Kain agacho la mirada y lo pensó durante un minuto, pero negó con la cabeza. A estas alturas de la vida, Tadashi se abrió un camino en la vida y tomo su destino en sus manos. Ninguna de las dos cosas fue lograda porque era un Uchiha.
Kain salió de la casa de Tadashi, atravesó el pequeño jardín y cruzo la reja. Después por la vereda, miró al otro lado de la calle, donde estaba el bosque, detrás del patio trasero de su casa. Atravesó a la calle y se detuvo en la vereda al lado de las murallas que separaban el bosque de la calle. Podría haber saltado el muro, pero tenía ganas de caminar. Konoha estaba terminando una etapa, pensó, los ancianos que habían formado esta villa estaban dejando este mundo uno a uno. Todavía quedaba el abuelo Orochi, lo que provocaba un nudo en la garganta de Kain. También se preocupó por Orochimaru, ya que una vez que muera su abuelo se quedaría solo en el mundo. Entonces se detuvo mientras la expresión en su rostro era triste. Tomo una profunda respiración y pensó en pedirle permiso a Mito para traer a Orochimaru a su casa, de esa manera ya no estaría solo.