Kain coloco una mesa cuadrada en medio del campo de entrenamiento, cuatro sillas alrededor y encima de la mesa un mantel blanco. Después sirvió arroz en cuencos y varios platos de acompañamiento.
Kain miró a Hiruzen a su izquierda. Este último lo miraba con intenso odio. Esos ojos jamás lo habían mirado con tanto odio. Kain soltó una risita al ver ese ceño tan fruncido al punto que se marcaba una línea entre las cejas.
Kain miró a Danzo, a su derecha. Él ni siquiera miraba a Kain, estaba absorto en Tobirama, miraba sus expresiones y como comía. Danzo estaba más preocupado por su sensei que por cualquier otra cosa. Puede que incluso se haya olvidado de Kain y Hiruzen. Después de todo, para Danzo no había persona más importante en el mundo que su sensei.
Kain miró al frente, al hombre que ocasiono todos estos problemas llamados Danzo y Hiruzen. Como siempre, Tobirama no tenía en consideración los sentimientos de los demás y comía con indiferencia sin importarle el estado de sus discípulos. Tobirama estaba hambriento. Ayer volvió a la vida y desde ese momento no había probado comida.
Kain miró a Hiruzen y Danzo y les dijo —por favor, coman, la comida se enfriará. Parece que a su sensei le gusto el sazón de mi sensei—
Tobirama detuvo el movimiento de sus palillos y dijo —la comida de Mito siempre fue mediocre, pero por alguna razón se volvió muy buena—
—La comida de sensei en un principio era buena, pero cuando llego okaa-sama y la abuela, sensei se volvió más cuidadosa con los detalles. Estar con otras personas te hace mejor persona ¿No lo crees?—
Tobirama llevaba puesto un kimono gris, el cabello gris desordenado y los sellos sobre su pecho y brazos. Miraba a Kain con esa filosa mirada, como si estuviera evaluando por donde atacarlo —en ese aspecto, te equivocas. Si fuera como tú dices, yo no estaría aquí y tú te hubieras vuelto una buena persona—
—¿Lo dice el hombre que mató al hijo de su sensei?—
Danzo y Hiruzen miraron a Tobirama con expresiones de incredulidad.
Tobirama los ignoro por completo y siguió mirando a Kain a los ojos, como si en cualquier momento pudiera tomar un palillo y clavárselo en la garganta. Sin embargo, Tobirama no era tonto y sabía que algo le había hecho Kain. No podía hacer circular su chakra y sin sus jutsus, jamás podría liberarse de este mocoso.
—Bueno, continuando con el tema de la comida— dijo Kain con una sonrisa amigable en los labios —por favor, coman, sería una pena que se desperdiciara—
Tobirama volvió a tomar su cuenco con arroz, los palillos y continúo comiendo. Al mismo tiempo, Danzo y Hiruzen miraron sus propias comidas. Ellos tomaron sus palillos, cuenco con arroz y comenzaron a sacar de otros pocillos vegetales cocidos. Lo fueron mezclando con el arroz y se lo llevaron a la boca.
Por su parte, Kain se mantenía en estado de alerta, pero comía de lo más bien, atacaba en especial la carne. Mito la había sazonado especialmente para él.
—Supongo que Mito sabe de tu crimen— dijo Tobirama
Kain lo miró a los ojos, le mantuvo la mirada y sonrió —por supuesto que sensei sabe— dijo —gracias a ti, yo me gane un par de bofetadas. Extrañamente sensei te tiene en gran estima, incluso si supo que tú fuiste el que atento contra mi tío Hashirama antes de que él muriera de forma natural. O que fuiste el que ocasiono todo el caos en la capital y por eso su hijo y nuera murieron. Tu condición actual es una solicitud de sensei. No te has preguntado ¿Por qué no puedes utilizar chakra?—
Tobirama frunció el ceño y respondió —esto es estúpido e infantil. Cualquier sello que hayas puesto en mí, lo superare con el tiempo—
Hiruzen y Danzo miraron a su sensei y sonrieron confiado en lo que decía.
Kain soltó un risita, miró hacia otro lado y se rio a carcajadas. Incluso él llego a toser de tanta gracia que le hizo el comentario de Tobirama.
—¿De qué te ríes mocoso?— preguntó Tobirama con seriedad —una cosa son los sellos de Mito y otra son los sellos hechos por un mocoso—
—No sé si la resurrección te volvió estúpido o algo no funciona con el cuerpo que te di— dijo Kain
—No me puedes aprisionar para siempre— dijo Tobirama mirándolo a los ojos. Danzo y Hiruzen miraron a Kain para ver como reaccionaba. Tobirama continuo —será mejor que me liberes o me mates—
—No puedes usar chakra— respondió Kain con una mirada burlona, sus ojos brillaban de tanta diversión.
Los ojos de Danzo y Hiruzen se abrieron y miraron a su sensei. Ocuparon las habilidades de sensor que habían aprendido y vieron que el cuerpo de su sensei no poseía los puntos presión ni canales para que circulara el chakra.
—Idioteces, no me mientas— grito Tobirama y le lanzó el cuenco con arroz a Kain por la cabeza. Este último hizo a un lado la cabeza y vio como el cuenco con arroz pasaba cerca de su cabeza, pero en ningún momento lo golpeo. Solo saltó un grano de arroz cerca de su frente, pero nada más.
Kain miró a Tobirama y frunció el ceño —maldito mal agradecido, sensei cocino esta rica comida. No te volveré a traer comida— dijo
—¿A qué te refieres?— preguntó Tobirama
—Que no te volveré a traer comida. Incluso si pasas en este subterráneo por el resto de tu vida—
—No estoy hablando de la maldita comida— grito Tobirama
Kain sonrió de forma burlona —¿te refieres a volver a utilizar chakra? Es verdad, te di un cuerpo sin chakra—
Tobirama lo escucho y sus ojos que siempre mantenían la calma, se agrandaron en una expresión de espanto. Sin embargo, su expresión volvió a cambiar de inmediato y frunció el ceño y la nariz —¡Kain Uchiha!— grito furioso y se lanzó por encima de la mesa como si quisiera alcanzar a Kain por el cuello y estrangularlo. Sin embargo, antes de que pudiera caer sobre la mesa y desperdiciar la comida, fue envuelto en una energía purpura y levito por encima de la mesa.
Tobirama quedó asombrado, trato de mover sus pies, pero al instante siguiente sus brazos y pierna fueron cerrados y solo pudo mover sus manos. Tobirama miró a Kain, quien todavía estaba sentado en su silla, con el cuenco con arroz en su mano izquierda y los palillos en la derecha. Lo miraba con desdén, como si estuviera viendo un gusano arrastrándose por la tierra.
—No hay comida para ti— dijo Kain, lo apunto con los palillos y lo movió lejos de la mesa. Lo dejo suspendido en el aire, a dos metros de la mesa y a poco más de un metro de altura del nivel del suelo. Kain hizo el gesto con los palillos como si envolviera la cabeza de Tobirama y al instante siguiente apareció una raíz cubriéndole la boca para que ya no pudiera gritar más.
Kain miró a Danzo y Hiruzen —¿Van a comer tranquilos o tengo que hacer lo mismo que hice con su sensei?— preguntó
Danzo y Hiruzen quedaron aterrados, Kain era como una especie de dios que podía materializar lo que quisiera de la nada. Ellos asintieron en una expresión de miedo reverente y trataron de comer la comida preparada por Mito.
Kain asintió y siguió comiendo, probando el delicioso sazón de Mito. Tenía un equilibrio delicado entre los aliños, muy específico.
Una vez que termino la comida, Kain volvió a mirar a Tobirama, movió su mano de izquierda a derecha como si cortara algo y la energía purpura que rodeaba a Tobirama se desvaneció. Tobirama cayó al suelo desde un poco más de un metro de altura. No sería nada si tuviera chakra en su cuerpo, pero ahora era un ser humano normal, así que se retorció de dolor después del impacto. Tenía la nariz torcida y sangraba.
Danzo y Hiruzen lo fueron a ayudar, le quitaron la amarra de la boca y vieron que Tobirama había caído tan mal que se le había caído un diente y su boca sangraba. Hiruzen y Danzo miraron a Kain con furia salvaje, pero este último los miraba desde la mesa, sentado en su silla mientras sostenía una pequeña taza con té verde.
—¿Necesitan ayuda?— preguntó Kain con una sonrisa en los labios
—Bastardo— grito Tobirama con la boca ensangrentada —¡Lo estás disfrutando!—
—Por supuesto que lo estoy disfrutando— dijo Kain con total tranquilidad —es lo normal. Sin embargo, sensei me hizo prometer que no te mataría. Así que puedes estar seguro de que no te matare ni torturare hasta la muerte para después revivirte de nuevo ¡Qué gran suerte! ¿No lo crees?—
Kain se levantó de su silla, camino mientras sostenía la taza de té verde en su mano izquierda. Se detuvo frente a Tobirama, Hiruzen y Danzo. Estos dos últimos se pusieron por delante de Tobirama como si lo estuvieran protegiendo.
Kain sonrió y les dijo —a un lado, par de idiotas. Quiero sanar a tu sensei, tenemos muchas cosas que hablar y su boca ensangrentada es demasiado antiestética—
—Kain— dijo Hiruzen
—¿Qué sucede hokage-sama? ¿Todavía pretende defender a su sensei? Ooooh, puede ser porque no sabes que tu sensei metió a tu padre en un gran lio. Bueno, Sasuke se lo gano—
—¿A qué te refieres?— preguntó Hiruzen con dudas
Kain sonrió, le dio un par de palmadas en el hombro y le dijo —una vez que nos volvamos a sentar a la mesa, tú propio sensei te lo contará. No te preocupes, es una historia de lo más impresionante—
Kain hizo a un lado a Hiruzen y Danzo. Se detuvo delante de Tobirama. Este último lo miraba hacia arriba con furia. Tenía la mirada fija en Kain, la nariz doblada a la derecha y la boca ensangrentada —que gran vista— dijo Kain, se agacho y extendió su mano derecha. Tobirama lo miró en todo momento a los ojos, pero sus ojos casi se salen de sus cuencas cuando vio a Kain emitir ninjutsu medico fortalecido por el chakra del tipo madera.
—Tu— murmuro Tobirama mientras la saliva y la sangre caían por su boca ensangrentada. Sin embargo, él no pudo terminar. Kain le tomo la nariz con la mano derecha envuelta por el aura verdosa del ninjutsu médico. Kain le alineo la nariz y Tobirama grito de dolor.
—Kain— grito Hiruzen a su izquierda, por detrás de él. Kain casi lo podía ver mirándolo con puro odio. Hiruzen continuo —dijiste que no torturarías a sensei—
Kain soltó una risita y sin mirarlo, le dijo —¿Y cómo arreglo una nariz doblada si no la enderezo? ¿Una operación? Jajaja, lo mejor es arreglar una torcedura mientras el musculo todavía está caliente. Tranquilo, es todo lo que va a sufrir, ahora lo sanare—
—No digas idioteces— continuo Kain mientras miraba a Tobirama y le sostenía la mirada —yo soy hijo de Madara y Naoko Uchiha. Solo pasa que soy un poco más hábil que la mayoría—
Tobirama miraba a Kain mientras dos lagrimas caían por su rostro como consecuencia del intenso dolor de alinear la nariz. "Más habilidoso que la mayoría" y una mierda. Ni siquiera él pudo imitar el tipo de chakra de su hermano, aunque hizo mil experimentos. Tobirama siempre supo que Kain Uchiha era un genio y una gran amenaza, pero nunca espero que con un poco de tiempo se transformara en semejante monstruo.
—¿Quién eres Kain Uchiha?— preguntó Tobirama con voz nasal
—Lo que no pudiste matar— respondió Kain con una sonrisa en los labios —aquel que tomo la monstruosidad que tu creaste y la transformo en un mundo donde las personas pueden vivir en paz. Han pasado cinco años y todavía no hay rastro de guerra. Así de limitado eran tus pensamientos, "hokage-dono". Siempre hay otra forma de lograr un mismo objetivo— la sonrisa se desvaneció y lo miró con intenso odio en la mirada —esto es para ti, siéntelo en tu corazón, es el golpe más venenoso y brutal que podría recibir alguien como tú. Vae Victus—
Tobirama miraba a Kain a los ojos y podía ver la furia y el odio mezclado en su mirada. Era tanto que los ojos de Kain se tornaron rojos y aparecieron los tres tomoes. Sin embargo, los ojos de Kain no se detuvieron y cambiaron a tres matagamas unidos formando un círculo. Los ojos comenzaron a sangrar y los tres matagamas volvieron a cambiar. Esta vez los tres matagamas formaron una sola línea como si fueran los ojos de una serpiente con el iris rojo.
—Esta es mi venganza contra ti, Tobirama. No te matare por sensei, pero también es porque quiero que veas el mundo que tú no podrás disfrutar. Sufre la agonía del vencido—