Una vez que Kain y Tsubaki llegaron a la puerta torii, atravesaron el jardín y llegaron frente a la puerta de corredera. Kain abrió la puerta y dejo entrar primero a Tsubaki. Ella entró y Kain la siguió cerrando la puerta de corredera por detrás de ellos. Kain se quitó las sandalias de madera y se agacho delante de Tsubaki y le ayudo a quitarse las zapatillas shinobis. Eran más cómodas y seguras que unas sandalias de madera, sobre todo para una embarazada.
Tsubaki levantó un pie a la vez, Kain le quito las zapatillas y las dejo a un lado de la entrada. Kain se quedó en cuclillas frente al vientre de Tsubaki, levantó la mirada y vio a Tsubaki mirándolo hacia abajo, con el cabello rojo ordenado en dos coletas que caían a los lados de su rostro. Se veía bonita, los ojos verdes emitiendo un brillo a felicidad. Kain sonrió, acercó su rostro al estómago y puso su oído para escuchar al bebé, pero fue recibido con una patada. Kain apartó su rostro y Tsubaki estallo en carcajadas.
—Parece que es una persona enérgica incluso antes de nacer— dijo Kain
—No lo puedes espiar, Kain-sama— dijo Tsubaki
—Así parece— dijo Kain, se puso de pie, le dio un pequeño beso en los labios y acompaño a Tsubaki al interior de la casa. Fueron al comedor y ahí se encontraron con Mito, Tsunade, Nawaki y Kurama sentados frente a un televisor (un aparato que transfería imágenes y sonidos a la distancia). Mito tenía el cabello rojo ordenado en dos moños, era la más alta de los tres con una espalda esbelta. Después lo seguía Tsunade quien tomaba a Nawaki de cinco años y lo sentaba entre sus piernas mientras lo abrazaba. A su vez, Nawaki abrazaba al zorro de pelaje naranja, Kurama, entre sus brazos. Todos absortos mirando el televisor y lo que parecía ser un programa de variedades.
—Hola— dijo Kain —¿Qué miran?—
Mito miró hacia atrás y levantó su rostro. Se veía igual de hermosa que siempre, pero su rostro estaba ganando algunas arrugas en la comisura de sus ojos y labios. Además de tener algunas canas a los costados de su cabeza. Sonreía de forma amigable y cuando vio el vientre de Tsubaki, sonrió maravillada —hola, Kain— dijo mientras extendía su mano y acariciaba el estómago de Tsubaki —estaba viendo televisión con mis nietos, nada en especial ¿y tú? ¿Cómo te fue?—
—Se podría decir que bien, sensei— respondió Kain, miró a Tsubaki y le preguntó —¿Quieres mirar la televisión o quieres hacer algo más?—
—Quiero acostarme, Kain-sama— respondió Tsubaki con un rostro cansado
—Bien, te acompañare—
—Oye, Uchiha— dijo Tsunade levantando su pequeño rostro enmarcado por el cabello rubio. Nawaki y el pequeño zorro Kurama también levantaron sus rostros para mirarlo. Kain sonrió al ver una visión tan peculiar y tierna. Tsunade continuo —quiero hacerte algunas preguntas ¿Puedes volver después?—
—Claro que puedo volver después—
—Gracias—
Tsunade se ruborizo y volvió a mirar el televisor mientras abrazaba a Nawaki y este hacia lo mismo junto a Kurama. Los tres miraban el enorme televisor que era como una caja de un metro de altura, demasiado aparatoso. Mito miró a su nieta, sonrió y le peino el cabello con suavidad como si entendiera lo que pasaba por su cabecita.
Por otro lado, Kain quedó mirando el televisor por veinte segundos y frunció el ceño pensando en una opción para que las personas no encontraran demasiado invasivo el sistema de trasmisión de información de Guardián. Kain negó con la cabeza, miró a Tsubaki y ella levantó su rostro para mirarlo a los ojos. Kain sonrió, llevo su mano y la apoyo en la espalda de Tsubaki. Después la guio a la salida del comedor y acompaño a su habitación. Una vez en la habitación, le acercó una silla para que ella se pudiera sentar. Kain busco el futon, lo extendió en el suelo y le puso las colchas. Entonces volvió por Tsubaki y la ayudo a recostarse en el futón.
—¿Te sientes bien?— preguntó Kain
—Sí, solo un poco cansada— respondió Tsubaki —Mito-sama me preparo una sopa para comer algo liviano y nutritivo. Solo necesito descansar—
—Entiendo, tienes que llamarme si te sientes mal. Puede que sea un hombre, pero también soy tu marido y médico. Así que soy tu mejor elección en términos de ayuda—
—Sí, Kain-sama— respondió Tsubaki con una sonrisa tierna en los labios.
Kain le beso la frente y después la boca. Se levantó y salió de la habitación. De nuevo fue al comedor y encontró a los cuatro sentados en el tatami a dos metros frente al televisor. El aparato emitía la imagen en blanco y negro de un hombre en un traje del tipo que utilizaban los civiles. Hablaba sin parar y estaba acompañado de una hermosa asistente mientras daban vueltas a una ruleta.
Kain se sentó en el tatami junto a Mito, ella noto el toque en su hombro y miró hacia un lado. Ella sonrió con complicidad y de forma involuntaria, llevo su mano a la rodilla de Kain y la acaricio. Después apoyo su cabeza en el hombro de Kain y volvió a mirar el televisor. Kain apoyo su cabeza en la de Mito que ahora era un poco más baja que él. Quedo mirando el televisor, encontró el programa aburrido, pero interesante la tecnología para trasmitir información audiovisual y que no resultara invasivo.
El programa de televisión termino, Tsunade estaba cabeceando mientras Nawaki y el zorro Kurama se habían quedado dormidos.
Por otro lado, Mito parecía estar a punto de dormirse, pero cuando el programa termino, soltó un bostezo y miró a sus nietos. Negó con la cabeza y murmuro —seguro que dan vueltas a la noche en vez de quedarse dormidos—
—¿Te ayudo sensei?— preguntó Kain
Mito miró hacia el lado con los ojos pequeños, se tapó la boca, volvió a bostezar y asintió —sí, por favor—
—Ten cuidado, me voy a levantar— dijo Kain, apoyo su mano derecha en el tatami y se puso de pie. Después se movió hacia Tsunade, iba a tomar a Kurama para dejarlo a un lado y tomar a Nawaki en brazos, pero fue detenido por Mito.
—Por favor, lleva a Tsunade, está demasiado grande y pesada para mi— dijo Mito
Kain la quedó mirando y frunció el ceño, pero Mito mantuvo una apariencia neutral mientras lo miraba con expresión de sueño. Kain asintió, apartó al pequeño Kurama de pelaje naranja. Como estuvo entre los brazos de Nawaki estaba muy cálido. Kain ayudo a recostarse a Tsunade en el tatami y después tomo a Nawaki. Lo levantó y espero a que Mito se pusiera de pie para entregárselo. Una vez que Kain le entrego a Nawaki, miró a Tsunade quien estaba completamente dormida. Soltó un suspiro, porque si ella se despertaba de malhumor le gritaría un montón de estupideces. Kain tomo a Tsunade por la espalda y por detrás de las rodillas, la cargo y la llevo fuera del comedor. Tsunade era liviana y pequeña, así que maniobrar con ella por el pasillo no fue ningún problema. Kain la llevo a su habitación, abrió la puerta e hizo una mueca incomoda. Cerró los ojos, se concentró y murmuro —kagebunshin no jutsu—. Al instante siguiente ocurrió una leve explosión de humo blanco y una vez que se disipo, apareció otro Kain.
El Kain original con Tsunade en sus brazos, miró al clon y le dijo —busca el futon de Tsunade y prepáralo para acostarla—
—Entendido— respondió el clon y fue a buscar el futon. Una vez que lo encontró lo estiro sobre el tatami y coloco las colchas.
Kain se acercó con Tsunade, se arrodillo delante del futon y trato de dejar a Tsunade en el futon, pero ella se aferraba a él como si fuera una niña pequeña —oto-sama— murmuro.
Kain soltó un suspiro y dejo a Tsunade en el futon, después le abrió las manos con cuidado y se soltó. Tapo a Tsunade con las frazadas hasta la cintura y la dejo durmiendo. Le acaricio la frente y se hizo una vez más la misma pregunta que llevaba haciéndose años ¿Cómo explicarle a Tsunade todas las cosas que pasaron para que ella terminara sin padres? Algún día lo iba a tener que hacer e iba a ser complicado. A lo mejor ella nunca aceptaría que su padre no era tan bueno como pensaba y que lo perdió todo en una lucha política.
—¿Qué piensas, Kain?— preguntó Mito desde el dintel de la puerta. Miraba a Kain sentado en seiza frente al futon de Tsunade con una expresión seria en el rostro. Kain era alto, esbelto y bien parecido como la mayoría de los Uchihas. Su cabello blanco lo peinaba hacia atrás. El cabello era tan blanco que parecía brillar y emitir un halo de pureza. Tenía el rostro cuadrado, los ojos azules con un brillo frío, la nariz respingada, la boca grande y los labios gruesos.
—Por ahora, nada Sensei— dijo Kain, se levantó del tatami y miró a Mito. Sonrió y camino hacia ella —me gustan tus canas, te dan un aire maduro, pero me gusta más tu yo usual ¿Te gustaría remediar eso?—
Kain se detuvo frente a Mito y sonrió de manera arrogante. Mito levantó su rostro y sonrió fascinada por esa sonrisa. Sus ojos deambulaban entre los ojos de Kain y la boca. Sabía que se iría al infierno por ser una mujer lujuriosa, pero con Kain Uchiha no te podías contener. Incluso si ella sabía que estaba mal.