Mundo Shinobi - Lo que importa es la fuerza - 110

-Lo siento, okaa-sama- dijo Kain con una gran sonrisa

-No te preocupes Kain- dijo Naoko mirando en todas las direcciones. Asombrada del cielo gris, el movimiento de las hojas de los árboles y de resto de las personas que los miraban en la calle.

-El día de hoy está nublado. Te prometo que cuando haga un buen clima, te llevare a dar una vuelta. Entonces entenderás que el mundo es un lugar luminoso y lleno de colores-

-Lo estaré esperando- dijo Naoko absorta, mirando las calles de tierra, las casas de los civiles a su izquierda y el inmenso cielo sobre su cabeza. Parecía una cosa tan inmensa que nunca lo alcanzaría con las manos, pero a su vez, se veía tan cercano que daba la impresión de que se le caería sobre la cabeza. Era todo tan, maravilloso.

El experimento de Kain funciono, ya que le pudo mostrar los colores y formas de todas las cosas en su habitación. En ese momento, el mundo de Naoko se expandió. Por una parte, horrorizada y por otra, emocionada. Kain la llevo a pasear por la casa y fueron a una de las habitaciones de estudio de Mito y Hashirama. Los dos estaban sentados en una mesa, con la tela del kotatsu cubriendo sus piernas. Ambos miraron a Kain y Naoko, pero al instante siguiente fruncieron el ceño.

-¿Qué haces, Kain?- pregunto Hashirama en tono de voz autoritario

-Tranquilo, tío- dijo Kain con una sonrisa astuta -solo le muestro la casa a mi okaa-sama-

-Pero eso es…-

-Genjutsu- dijo Mito asombrada. El chakra era invisible para sus ojos, pero su percepción le podía hacer sentir que Kain estaba dentro de una gran caja de chakra.

-Exacto- dijo Kain -en lugar de extender mi chakra como un domo, como lo hacía la abuela, lo comprimo en cubos de un metro y los apilo a mi alrededor. En estos momentos, tengo un alcance de tres metros desde mi punto de origen-

-Mito- dijo Naoko, al lado de Kain, interrumpiendo la conversación -tu cabello están hermoso y vivido. No hay ningún color en la casa tan vibrante como tu cabello-

Mito hizo una sonrisa placentera, salió del kotatsu y se puso de pie. Camino hasta ponerse delante de Naoko y esta última extendió su mano para tocarle el cabello rojizo.

-He tocado muchas veces tu cabello- dijo Naoko -pero por alguna razón, ahora se siente tan especial-

Mito apretó sus labios y soltó una lágrima -es por los colores- dijo

Naoko sin apartar los ojos del vibrante cabello rojo, movió sus manos entre las mangas de su kimono y saco un pañuelo -¿esto es una lágrima?- preguntó, pasando la suave tela del pañuelo por encima de la sustancia cristalina, en la mejilla de Mito.

Mito asintió con una sonrisa, le dio un gran abrazo y después se apartaron. Después de eso, Mito abrazo a Kain, le susurro al oído "hiciste algo hermoso" y le beso la frente. Mito sentía mucho cariño por Kain, pero esto le provoco un orgullo tan grande, que sentía que no le caía en el pecho. Kain había ocupado algo conocido por ser una técnica para matar, y lo había transformado en una forma de traer alegría a alguien.

Hashirama también se puso de pie y camino para ver a Naoko. Ella lo vio de rostro envejecido, ojos cansados y sonrisa amable.

-Hashirama-sama, muchas gracias por cuidar de mi Kain todos estos años- dijo Naoko e hizo una profunda reverencia.

Hashirama soltó una risita y dijo -creo que no es necesario-

-Bueno, antes se lo dije- dijo Naoko, levantando su espalda y quedando frente a Hashirama. Para este era algo extraño, ya que Naoko actuaba como si lo pudiera ver, pero aún mantenía los ojos cerrados. Naoko continuo -pero ahora que puedo ver su rostro este agradecimiento es de todo corazón. Antes usted era solo una voz y una silueta. Pero ahora puedo ver su rostro y siento que tiene un significado mayor-

-Si tú lo dices- respondió Hashirama y después miró a Kain -¿Cómo lo haces? Siento tú chakra alrededor-

Kain asintió y dijo -creo cubos de chakra, los cuales apilo a mi alrededor y ellos sacan una imagen de todo lo que hay alrededor. Por ejemplo, si cerrara los ojos en estos momentos, aun podría verlos a usted con exactitud y todo en un radio de 12 metros cuadrados. También podría ver todo lo que está fuera de eso, pero las dimensiones y sentido de la distancia se pierde. Eso quiere decir que, si lanzo un kunai a un objeto fuera de esos 9 metros cuadrados, podría fallar. Ya que la distancia, profundidad y dimensiones están distorsionados-

Hashirama entendió lo que estaba haciendo y entendió también que era un gran esfuerzo. Para crear los cubos de chakra, Kain requeriría al menos del 50% de su chakra -ten cuidado, Kain- dijo a modo de advertencia -no te sobre esfuerces-

-No lo hago, tío- dijo Kain con una sonrisa astuta -los cubos de chakra son energía que no se pierde. La mantengo fuera de mi cuerpo, pero siempre puedo volver a introducirlos en mi cuerpo-

-Si tú lo dices- dijo Hashirama, cansado de solo tener que imaginar la locura de Kain ¿Cuántos shinobis podían mantener un control y dominio tan brutal sobre su chakra? Hashirama negó y solo pensó en su hermano. Sin embargo, las reservas de chakra de Tobirama estaban muy lejos de ser las de Kain.

-Bien- dijo Kain con una gran sonrisa -ahora vamos a salir a la calle-

-¿Eh?- respondieron Hashirama, Mito y Naoko. Todos mirándolos como si hubiera dicho algo extraño.

Así que ahora, volviendo a la avenida principal, unos metros antes del distrito shinobi. Kain se había detenido en el cruce de las dos grandes avenidas que partían a Konoha en cuatro.

-Kain- dijo Naoko -que es eso negro en el suelo del frente-

Kain miró a la calle del frente, donde empezaba el distrito shinobi -se llama asfalto, okaa-sama- dijo -¿te lo imaginabas así?-

Naoko negó, Kain sonrió y la guio, atravesando el cruce. Entonces Naoko se agacho y tocó el asfalto con sus finos dedos. Parecían pepitas negras, apretadas y pegadas con algo similar a un plástico negro derretido.

Por otro lado, la gente quedaba mirando a Kain, el niño de cabello blanco, y la hermosa mujer que lo acompañaba. Tenía un rostro en calma, suave y tranquilo como un estanque de agua pura. Sus finos rasgos y cabello liso y negro la hacían ver como la princesa de algún país.

Sin embargo, diferente del distrito civil, en donde Kain y Naoko caminaron a sus anchas, aquí llamaron la atención. Varios shinobis sentían algo extraño, pero ninguno podía identificar lo que pasaba alrededor de Kain. Los pocos que sabían de genjutsus, fruncían el ceño, preguntándose lo que estaría haciendo Kain.

-¿Qué estás haciendo Kain?- pregunto alguien, cayendo a tres metros de Kain. Era Hiruzen Sarutobi y todo el equipo Uno. Por alguna razón, Hiruzen miraba a Kain enojado. Naoko reacciono dando dos pasos hacia atrás, pero se detuvo una vez que sintió la mano de Kain sujetándola.

-Deja de poner esa cara fea de mono- dijo Kain frunciendo el ceño -solo le estoy mostrando la villa a mi okaa-sama ¿Qué piensas que estoy haciendo?-

-¿Cómo es eso, Kain-sama?- pregunto Kaoru avanzando hasta ponerse dentro del alcance del genjtusu.

-Esa voz- dijo Naoko -¿Kaoru-chan? ¿Eres tú, Kaoru-chan?-

-¿Eh?-

-Pero si es Kaoru-chan- dijo Naoko, avanzando unos pasos y acercándose a Kaoru. Le puso una mano en la mejilla y le dijo con una gran sonrisa -Kaoru-chan es más bonita de lo que pensaba. Estoy orgullosa de que algún día vayas a ser mi nuera-

-Naoko-sama- dijo Kaoru abriendo los ojos amplios, incapaz de creer lo que le estaba diciendo -pero usted es…-

Naoko asintió y le dijo -así es- levantó el mentón en una expresión orgullosa y continuo -pero mi Kain es un niño talentoso. Así que hizo algo para que yo pudiera ver el mundo-

Kaoru se quedó de piedra, casi sin poder creer lo que estaba escuchando. De repente derramo grandes lágrimas y Naoko la abrazo.

-No llores, Kaoru-chan- dijo Naoko -no llores-

-Estoy feliz, muy feliz- dijo Kaoru y también abrazo a Naoko

Akane y Sakumo miraron junto a Hiruzen, impactados de lo que estaban escuchando. Una vez que Kaoru se tranquilizó, Naoko camino hasta pararse delante de Hiruzen. Kain también avanzo para que el genjutsu abarcara a Hiruzen y al resto.

-Así que usted es Saru-san- dijo Naoko

Akane y Sakumo, por detrás de Hiruzen, se largaron a reír ya que el nombre de Hiruzen era diferente. Hiruzen volteó su rostro para mirarlos, lleno de enfado, y ellos se callaron al instante. Después volteó su rostro para mirar a Naoko, la cual seguía teniendo sus parpados cerrados, pero actuaba como si lo pudiera ver con sus ojos. Su sonrisa era cándida y sus facciones delicadas. De rostro ovalado, labios cereza y piel tersa. Sobre todo, el mentón y su cuello se veían sensuales. Sin embargo, gracias a las miradas demasiado descuidadas, Hiruzen se ganó una patada en las canillas.

-¡¿Kain?!- grito Naoko, al mismo tiempo que vio a su hijo golpear a Hiruzen. Este último se agarró la pierna con ambas manos y comenzó a saltar en un pie. Naoko miró a Kain y le dijo en un fuerte tono -discúlpate ahora mismo, jovencito-

Kain miró hacia otro lado y dijo de mala gana -¿Por qué debería disculparme con un mirón? Ya tiene a Biwako-san, pero anda mirando a otras mujeres-

-He dijo que te disculpes- insistió Naoko.

Kain soltó un suspiro y dijo en un tono monótono -lo siento, Saru. Me disculpo por haberte golpeado, pero si sigues mirando a mi okaa-sama con tus ojos sucios, te los arrancaré-

-Kain Uchiha- dijo Naoko en un claro tono de reproche -esa boca sucia, espero que sea la última vez que te escuche decir algo así-

Kain soltó un suspiro y asintió -sí, okaa-sama- dijo

Naoko se dio la vuelta para ver a Hiruzen que estaba en cuclillas y aun se acariciaba la canilla.

-Lo siento, en realidad lo siento- dijo Naoko haciendo reiteradas reverencias -hemos intentado enseñarle valores, pero últimamente se comporta rebelde. Le pido por favor que busque en su corazón y lo disculpe-

-No se preocupe- dijo Hiruzen haciendo una gran sonrisa, al instante siguiente se puso de pie -fue solo una travesura-. Entonces se sonrojo y siguió mirando a Naoko, como evaluando sus proporciones. Sobre todo, por debajo del obi. Este hacia resaltar unas caderas bien proporcionadas.

-Maldito infeliz- grito Kain, Kaoru, Sakumo y Akane se lanzaron para abrazar a Kain y que este no golpeara a Hiruzen. Kain continúo gritando -te partiré la cara a puñetazos, a ver si aprendes la lección-

-Huye Hiruzen- dijo Sakumo que sostenía a Kain del brazo izquierdo -si Kain se escapa no tendrás salvación-

-Saru, maldito mirón- grito Akane sosteniendo a Kain desde el brazo derecho -corre idiota ¿Una bonita figura te estropeo el cerebro?-

-Kain-sama, Kain-sama- dijo Kaoru, abrazando a Kain desde el pecho -no se ensucie las manos, no vale la pena. Es una persona con el cerebro podrido, usted es mejor que eso-

-Creo, creo, que será mejor que me vaya- dijo Hiruzen poniendo una sonrisa incomoda, miró a Naoko y continuo -lo siento, será para una próxima vez-

-Una próxima vez, mal nacido- grito Kain furioso -una próxima vez te arrancaré ambos brazos y te golpearé con ellos-

Hiruzen hizo una pequeña reverencia a Naoko y salió corriendo, perdiéndose entre la multitud que los estaba mirando.

Kain miraba a la multitud con una clara molestia, pero al final se tranquilizó y dejo de forcejear.

-¿Te calmaste?- pregunto Akane aliviada -menos mal, ya me estaba cansando-

-Sí, sí- dijo Sakumo -detener a Kain es más duro que hacer una misión-

-Kain-sama- dijo Kaoru en tono reconciliador -debe controlar su enojo. Alrededor del mundo hay mucha gente de baja calaña. Sería malo que usted ensucie sus manos con cada uno de ellos-

-Kain Uchiha- dijo Naoko en tono estricto, miró al grupo y les hizo el gesto con las manos para que se apartaran de Kain -¿Qué clase de comportamiento es este?-

-Bueno, yo- dijo Kain agachando la cabeza -solo estaba defendiendo a okaa-sama-

-¿Qué clase de defensa es esa? ¡En seiza!-

Entonces Akane, Sakumo y Kaoru, junto a todos los transeúntes miraron a una hermosa mujer regañar a Kain. Este último estaba sentado sobre el pavimento, escuchando todos los regaños y asintiendo. Sus únicas intervenciones eran "Sí, okaa-sama" "Por supuesto, okaa-sama" "Lo haré mejor para la próxima".

-Nunca había visto a Kain tan obediente- dijo Akane con una gran sonrisa, disfrutando del espectáculo. Sus vibrantes pupilas purpuras brillaban con la luz de la diversión.

-Cierto, podríamos hacerlo enojar más seguido, de esa manera obtenemos justicia divina- dijo Sakumo, cansado de todas las palizas que le daba Kain cada vez que entrenaban.

-Pobre Kain-sama- dijo Kaoru -le comprare algo rico y se le pasará la pena de tal regaño injustificado-

Akane y Sakumo miraron a la pequeña Kaoru. Ella realmente creía que era injustificado. Ambos negaron y siguieron escuchando a Naoko regañar a Kain.