Mundo Shinobi - El fin de la paz - 127

Kain salió al patio de la mansión Hyuga, un lugar extenso que más que un lugar de recreación parecía un coliseo. El suelo era de tierra y caminos empedrados. En el centro había un cuadrilátero hecho de cemento de ochenta metros cuadrados. A los lados había bancas hechas de metal enroscado, como las habían pintado de verde, parecían gruesas enredaderas. Kain se sentó en una de esas bancas y extendió sus brazos en el respaldo. Espero durante unos cinco minutos, para ver si alguien se le acercaba, pero como no fue así, saco la carta y la leyó.

Querido demonio,

Esta pura e inmaculada Sacerdotisa busca tu protección. Los dioses no me favorecen, así que mira mi causa y dame tu protección. Te daré mi alma y todo lo que tengo a cambio…

Kain entrecerró los ojos y se apretó el tabique. Entonces se puso a pensar en quien podría haber escrito esta carta. Recordó a la joven princesa de la nación del Fuego y entendió un poco el melodrama. Seguramente es alguien que lee y ve demasiadas obras teatrales. Confundiendo así la elegancia con el melodrama.

Kain siguió leyendo la carta, sintiendo tanto asco por la sobreactuación que pensó en romper la carta. Era como si una niña les dijera a sus padres que le estaban destruyendo la vida solo por decirle que no se vista de forma estrafalaria. Kain arrugo la carta en su puño izquierdo y después la llevo a su manga derecha. La guardo en un sello y entendió de que trataba.

Una joven princesa quiere hacer política, pero como es mujer y ni su hermano ni su abuelo la apoyan, quiere crear su propia facción. Kain ignoraba cuan inteligente se creía la princesa, pero era un mal intento. Prácticamente le estaba diciendo "conviértete en mi sirviente y te trataré bonito". Cosa que Kain nunca haría por dos motivos: uno, su fuerza no era gratis, y dos, la prosa de esta joven apestaba a mierda de la fétida.

-Lo que sea, ni siquiera es necesario responder- dijo Kain, tiro su cabeza hacía atrás apoyada en el respaldo y miró al cielo despejado con algunas nubes blancas.

-¿A quién no le vas a responder?- pregunto Kazuhiko mientras caminaba hasta donde estaba Kain

-A una mocosa molesta- respondió Kain como si nada, sin apartar la mirada del cielo.

Kazuhiko llego hasta la banca y dijo -saca tus brazos, también me quiero sentar-

-Ok, ok- respondió Kain con cierto fastidio, después se movió a un lado y le pregunto -¿Está bien que el anfitrión no esté en el banquete? Soy un don nadie, así que no hay problema ¿pero tú?-

-Está bien- dijo Kazuhiko soltando un suspiro, se sentó y echo su cabeza hacia atrás, apoyándola en el respaldo imitando a Kain. Kazuhiko continuo -soy el joven patriarca ¿recuerdas? No tengo la misma tolerancia que los viejos y experimentados. Malditos ancianos, solo cruzan los dedos para que me muera en el campo de batalla y puedan poner a alguien más como patriarca-

Kain se largó a reír y Kazuhiko le dio un puñetazo en el hombro.

-Auch, eso dolió- dijo Kain acariciándose el brazo, pero con una sonrisa en los labios.

Kazuhiko también sonreía y le dijo -te lo mereces, por reírte de mí desgracia-

-Desgracia ¿eh?- dijo Kain en tono sarcástico, miraba el cielo y le pregunto -¿Quién es la mujer y la muchacha?-

-Megumi y Manami- respondió Kazuhiko mirando al cielo, con las mejillas ruborizadas -tía y sobrina, de forma respectiva-

-Jejejeje, y me llamabas pervertido el otro día-

Kazuhiko se puso más colorado y Kain se largó a reír.

-No es eso- dijo Kazuhiko

-¿No es qué?- pregunto Kain

-No es como piensas, solo me hago cargo de ellas. Veras, Megumi es una mujer de mi clan que se quedó soltera desde su juventud. Es bien conocida su historia dentro del clan, ya que su prometido murió y ella se negó a casarse con otro hombre. Por otro lado, Manami es la sobrina de Megumi, sus padres murieron jóvenes y Megumi la crio como su hija. Hace un par de meses la querían comprometer con un shinobi mayor, tenía unos treinta años, pero Manami no quería. Así que les dije que la tomaría como esposa-

-No sé si tu o ella tienen suerte-

-¿Por qué lo dices?-

-Por qué ella conservo su pureza y por eso te lo aguantaron, si no, Manami-san hubiera sido rechazada como candidata a esposa-

-¿Y yo?- pregunto Kazuhiko frunciendo el ceño

Kain hizo una sonrisa burlona y le dijo -y tu porque te ganaste el combo, tía y sobrina, ambas son Hyuga, se nota en su delantera, jajajaja-

Kazuhiko quedó pensando durante un rato y se tapó la cara. Después se comenzó a reír poco a poco hasta estallar en carcajadas. Kain también se rio y fueron un espectáculo para todos los que los vieron.

Después de reírse lo suficiente, Kain le dio un leve manotazo a Kazuhiko en el pecho y le dijo -¿Peleamos una última?-

-No podemos aquí- dijo Kazuhiko con una gran sonrisa

-Entonces vamos a otro sitio-

-¿A dónde?-

-Al valle del fin. Sakumo, Kaoru y Akane me llevaron la otra vez. Yo nunca había ido porque mi tío estaba en contra, decía que era un lugar vergonzoso y no había nada de que vanagloriarse. Sin embargo, ahora puedo ir-

-Estás loco, queda a varias horas de camino-

-¿Qué pasa? ¿El gran patriarca Hyuga tiene miedo de que un don nadie le dé una paliza?-

-Já- respondió Kazuhiko -¿Un don nadie que recibe la atención de todos los líderes de clanes?-

-Vamos, Kazu-nii, no seas cobarde-

-Ok, ok, pero tendrá que ser en otro momento. No hoy-

-Eres aburrido-

-A la noche, tipo doce-

-Ok, a la noche-

Al poco rato un sirviente vino a buscar a Kazuhiko y él tuvo que volver al banquete. Por otro lado, Kain también volvió. Se sentó en su puesto, donde Momotaro había vuelto a tomar el suyo a su izquierda y el patriarca Sarutobi se había devuelto con los viejos líderes. La comida duro una hora más hasta que Kazuhiko se retiró y el resto de las personas se empezó a retirar por nivel de jerarquía. Solo Kain se fue al mismo tiempo que salió Tobirama. Caminaron juntos por el pasillo, uno al lado del otro, pero sin nunca mirarse.

-¿Qué te entrego el sacerdote?- pregunto Tobirama mirando el camino

-Nada en especial, solo una carta con una pésima prosa y muy mal redactada- dijo Kain con una sonrisa -si la lees te hubiera dado diabetes o vomitado-

-Ya veo, si pasa algo extraño, habla con Shiori Aburame-

-Por cierto, enviaste a mis amigos a una misión-

Tobirama se detuvo y se volteó para mirar a Kain a los ojos. Todas las personas que los vieron en el pasillo se pusieron tensas. Kain también se detuvo y levantó su rostro esgrimiendo una sonrisa. Sin embargo, sus ojos no sonreían.

-Me prometiste algo- dijo Kain

-Y lo estoy cumpliendo, Kain Uchiha. Una misión de equipo está lejos de los términos hablados-

-Es un lugar peligroso- dijo Kain atribuyendo a una fortaleza en el extranjero

Tobirama entrecerró los ojos y respondió -es una misión especial ¿Qué esperabas?-

-Solo recuerda tu promesa-

-Y tú la tuya-

Kain asintió y siguió avanzando por el pasillo, sin esperar a Tobirama. Este último siguió avanzando varios metros por detrás, pero en ningún momento igualo la velocidad. Era difícil tratar con un monstruo, uno tan poderoso y joven. Mientras menos dijera, menos problemas tendría.

-Nii-san ¿Qué estabas pensando al crear semejante monstruo?- se preguntó Tobirama en un suave susurro, casi imperceptible

El valle del fin era el fondo de un acantilado con una larga cascada que descendía alimentando un extenso lago. A su vez, la cascada era custodiada por las estatuas de los dos fundadores de Konoha. A la izquierda de la cascada, Madara Uchiha y a la derecha, Hashirama Senju. Cada estatua debe haber medido unos cincuenta metros de alto. Bonito adorno, pensaba Kain. Solo era una forma de enmascarar el desastre que produjo el enfrentamiento de dos grandes guerreros.

A pesar de que hacia un frio considerable, el agua de la cascada seguía fluyendo y alimentando el extenso lago en su base. Kain estaba parado sobre el lago, mirando la estatua de su tío y su padre, ambos haciendo sellos de una mano en señal de saludo, como si estuvieran listos para lanzarse a luchar en cualquier momento.

En ese momento la luna estaba llena y brillante. De vez en cuando pasaba una nube generando sombra en la oscuridad de la noche, pero en su mayoría, la luna era benigna y apartaba las sombras. Para Kain, esta era la protección de su abuela. Todo esto venía de las ensoñaciones de su abuelo Orochi. Él era la serpiente que se enamoró de la luna. De ahí, que el propio Kain piense que la luz de la luna es la protección de su abuela.

Alguien saltó desde la parte alta de las murallas del acandilado que bordeaba el valle y cayó sobre el agua como si esta fuera un suelo firme. Kain siguió mirando las estatuas y escucho que alguien avanzaba en su dirección produciendo tenues chapoteos.

-Llegas tarde- dijo Kain -¿la tía y la sobrina no te querían soltar?-

Hubo el sonido de alguien zambulléndose en el agua y Kain se dio vuelta para ver a Kazuhiko con la pierna izquierda metida en el lago. Kain se largó a reír.

-Cállate, idiota- dijo Kazuhiko enojado, volvió a concentrar el chakra en sus pies y pudo levantarse del agua.

Kain camino hasta pararse frente a Kazuhiko y le dijo -viejo, llevo más de media hora esperándote-

-Silencio, yo no soy un muchacho sin deberes como tu-

-Claro, claro, lo que digas ¿Vas a pelear o no? ¿Qué pasa, esas chicas lastimaron tu espalda?-

-Te voy a hacer callar- dijo Kazuhiko dando un salto hacia atrás y tomando la postura del puño suave, al mismo tiempo que las venas a los costados de sus ojos se hinchaban.

-Ooooh, vas en serio desde el principio- dijo Kain con una gran sonrisa -no esperaba menos-. Levanto los puños a la altura del mentón y comenzó a dar pequeños saltitos.

-Eres raro- dijo Kazuhiko, al ver a Kain utilizar un tipo de taijutsu irregular.

-¿Cómo esto?- pregunto Kain, lanzándose hacia adelante. Llego delante de Kazuhiko y le puso una patada en la rodilla y otra en las costillas. Kazuhiko dio un paso hacia atrás mientras se sujetaba las costillas. Kain continuo -vamos, vamos, si no eres más rápido que eso te mataran en el campo de batalla-

-Cállate- dijo Kazuhiko y se lanzó de frente dando pesados golpes con sus palmas. Estos a su vez provocaban ondas de choque. Nunca tan fuertes como las de Kaoru, pero poderosas al final y al cabo.

Por su parte, Kain siguió saltando y esquivando de lado a lado.

-No sacas nada de querer competir en poder con Kaoru-chan- dijo Kain dando saltitos y bordeando a Kazuhiko al mismo tiempo que lo miraba a los ojos -si tus golpes no dan en el objetivo, cualquier fuerza extra será inútil-

Kazuhiko asintió y sacudió sus manos como si quisiera relajar los músculos de las muñecas. Después volvió a tomar la postura del puño suave y se lanzó al ataque. Esta vez sus palmas alcanzaron a Kain y él tuvo que bloquear con los antebrazos. Después de soportar el ataque durante cinco minutos, Kain busco una apertura y le puso una patada a Kazuhiko en el estómago, mandándolo a volar y caer en el agua.

-Maldito- dijo Kazuhiko emergiendo desde el agua, escupió agua y continuo -eso me dolió-

-Cállate, tarado- dijo Kain con rostro serio -me seguías atacando sin parar ¿Querías inutilizarme los brazos para siempre?-

Kain canalizo chakra a la superficie de sus palmas y golpeo sus ante brazos por la parte interna y del externo salieron volando pequeñas agujas de chakra. Esto era lo peligroso del estilo Hyuga, el daño acumulado tapaba los puntos de chakra y a su vez, limita la circulación.

Kazuhiko canalizo chakra en sus pies y se fue elevando como si estuviera ascendiendo hasta quedar de pie en el agua.

-Lo siento, es que me emocione- dijo Kazuhiko cerrando un ojo, mostrando una sonrisa y juntando las manos como si estuviera rezando

-Lo que digas, no me culpes por ser cruel- dijo Kain con una sonrisa carnívora y tomo la revancha.