En la mesa de los kages, todo era sonrisas y elogios. Naomi sentada sobre un cojín, a la derecha de Kain, miraba como los cinco poderosos señores de la guerra estaban riendo de buen humor mientras Rei, sentada sobre un cojín a la izquierda de Kain, reía de forma modesta mientras se cubría la boca con la punta de los dedos de su mano derecha, en un gesto elegante y tímido.
En un principio, Naomi intento introducir los temas que quería hablar con los kages, pero estos últimos poco o nada le hacían caso. De repente alguien decía algo, otro intercedía u otro lanzaba una broma y la conversación se desviaba. Naomi se sentía frustrada, ya que no recordaba a personas más falta de respeto. Bueno, también estaba el hecho de que en estos momentos ella no tenía ninguna posición de autoridad. Así que estos monstruos no estaban obligados a escucharla.
—Rei-chan es una de las mujeres más bonitas de mi clan— dijo Hiruzen con las mejillas rojas de tanto beber cerveza —no sé en qué estaba pensando mi padre al unirla con Kain—
Los kages se largaron a reír de buen humor mientras miraban a Kain. Este último solo tomaba té verde y los miraba con una sonrisa en los labios.
—Vaya, creo que Hiruzen-nii-sama necesita revisarse los ojos— respondió Rei con una sonrisa que no lo era —puede que necesite usar lentes—
—Mis ojos están buenos, Rei-chan—
—Bueno, lo digo porque te hacen falta más ojos para poder espiar— dijo Rei —o a lo mejor inventar un jutsu para espiar a las mujeres sin que se den cuenta—
Todo se envolvió en un silencio sepulcral, pero al instante siguiente se largaron a reír. Sobre todo, el mizukage se río a carcajadas y le recomendó a Hiruzen, algunos jutsus para ese tipo de espionaje. Por otro lado, Hiruzen sintió que se le paso la borrachera y se puso rojo desde el cuello hasta las orejas, de la pura vergüenza. Él le dirigió una mirada significativa a Rei, pero esta última solo sonrió con descaro. Como advirtiéndole de que no hablara mal de su relación con Kain o saldrían más cosas vergonzosas a la superficie.
—"A-san" ¿Quiere más cerveza?— preguntó Rei mirando al enorme tipo rubio y moreno, sentado a en diagonal, a la izquierda de Naomi.
—Oooh, claro— respondió el raikage con un pequeño rubor en sus mejillas
Considerando el brillo vidrioso en los ojos del raikage, Rei estaba segura de que estaba aguantándose de caer de frente sobre la mesa. Ella tomo una botella con cerveza y le sirvió una copa. El raikage asintió y le dio un pequeño sorbo, notando su propio estado de embriagues.
—Rei-san— dijo Onoki con el ceño fruncido, sentado en contraposición al raikage —le falta vino a mi copa—
—Claro, Onoki-sama— dijo Rei con una gran sonrisa —como está tan lejos, no me di cuenta. Déjeme ayudarlo con eso—
Rei se puso de pie, tomo la botella con vino y camino hasta donde estaba el Tsuchikage, Onoki. Rei se sentó en seiza, le sirvió vino y Onoki sonrió como cualquier tipo normal atendido por una mujer bonita.
Kain le dio una breve mirada a Onoki y se preguntó cómo respondería su esposa si lo viera tan fascinado con otra mujer. Bueno, estaba dentro de los márgenes, así que obviamente se iba a quedar callado.
Rei volvió a su asiento, miró a Kain sin expresar nada significativo, pero fue suficiente para que los dos supieran que era un buen momento.
—Disculpen— dijo Rei, los kages la miraron y ella continuo —me gustaría conversar con ustedes de algo ¿Puede ser?—
—Claro, Rei-chan es la luz de esta mesa— dijo el Gengetsu de buen humor
El raikage dio un golpe a la mesa y dijo —quien la interrumpa no tiene el Flow y tendrá que vérselas conmigo—
El resto sintieron que la borrachera se les paso un poco y fruncieron el ceño.
Sin embargo, Rei dio tres palmadas al aire y les dijo –"A-san" no es necesario que te lo tomes tan en serio. Solo es una ligera conversación—
El raikage asintió y eso gano varios puntos en la mente de todos. No cualquiera dominaba a una bestia como el raikage con algunas palabras. Gengetsu estaba fascinado con la personalidad de Rei, así que estaba pensando, dentro de su borrachera, pedirle que se fuera con él a su país. Kain Uchiha no importaba, era un niño, seguramente él ni siquiera la ha tratado como una mujer, pensó.
Solo Shamon, el segundo kazekage estaba sobrio, de brazos cruzados y era indiferente a los encantos de Rei.
—Bueno— dijo Rei con una sonrisa amable, estrecho sus manos como si estuviera rezando y continuo —la verdad es que la vida de todos es muy complicada. En lo personal he pasado por dificultades por la irresponsabilidad de mi padre. Eso me hizo madurar, crecer y tener que cuidar de mi hermano—
—Rei-chan, yo te protegeré— dijo Gengetsu
—No, yo lo haré— respondió el raikage
—Muchas gracias por su consideración, pero por favor, déjenme continuar— respondió Rei, sin negar ni aprobar sus propuestas.
—Lo siento— dijeron el raikage y mizukage al mismo tiempo
Rei asintió, consciente de que tenía la atención de todos y el dominio de la conversación —bueno, en base a eso, creo que la responsabilidad con la familia es importante. Para eso uno tiene que proveer de un ambiente ideal, lo cual implica educación y recursos—
Todos los kages, absortos en el rostro de Rei, asintieron.
Rei sonrió con naturalidad —en ese aspecto— dijo —el descuido de unas áreas para lograr otras cosas trajo caos a mi familia. Sin embargo, no puedo imaginar a los kages de esa manera—
El raikage bufó hacia un lado y respondió —claro que nos pasa lo mismo, pero tenemos que actuar de forma racional y proteger las vidas de personas a las que a veces ni siquiera conocemos. La villa es una gran familia, al menos, así lo veo yo—
—Concuerdo en ese aspecto con raikage-dono— respondió Onoki del otro lado —uno no conoce a todos los shinobis de un ejército, pero sus familias se acercan a uno reclamando sus pérdidas. En ese aspecto lo único que puede hacer uno es jurar en su corazón que hará lo mejor la próxima vez. Sin embargo ¿Qué es lo mejor?—
—En mi caso, lo importante es proteger los intereses de mi clan, pero qué pasa con los otros shinobis— dijo el Mizukage —los que viven por su cuenta, haciendo pequeños trabajos y mueren en el anonimato. Nadie te reclama por ellos, pero ahí están sus tumbas, incrementando las pérdidas de las villas. Odio eso, así que me he preocupado de derramar al menos una copa de vino en honor de aquellos que nadie recuerda—
—Asegurar los intereses de la villa debería ser lo principal para un kage, pero qué pasa con las vidas que se pierden en el proceso— dijo Hiruzen agachando la mirada y viendo la cerveza dentro de su vaso —¿Vale la pena tanto sacrificio? ¿Tanta muerte?—
—¿A dónde quiere llegar Rei-san con esta historia?— preguntó Shamon con un rostro serio, acentuado por su calvicie y ese tatuaje de dragón rodeando su cabeza. Se veía demasiado serio, muy diferente del resto.
—Solo quiero que nos conozcamos mejor— respondió Rei con tranquilidad —al final, incluso si cada uno se viste con una túnica de color diferente y representan a otra nación, sus preocupaciones son similares. Todos nos preocupamos por la gente que nos rodea y queremos garantizar un futuro adecuado para nuestros seres queridos. En ese aspecto, aunque parezca infantil, el Dios Shinobi, Hashirama Senju, era alguien visionario ¿no lo creen?—
—Un tonto idealista— respondió el mizukage mientras miraba a Kain para ver su reacción, pero Kain estaba tranquilo, bebiendo su té.
—Los ideales son los sueños que albergamos en nuestro corazón— dijo Rei —pueden ser tontos, pero son lo mejor de nosotros. Algo que a veces consideramos imposible, hasta que alguien lo hace posible—
—¿Tú punto?—
Rei mostro una sonrisa amable y respondió —mi punto es que negar un problema, cuando es visible, solo agranda el problema. Uno debe darle la oportunidad a las cosas y ver qué es lo que se puede rescatar de la situación—
—Hablas como si tuvieras una solución— intervino Shamon
—Las soluciones solo se encuentran con el paso del tiempo, lo que yo tengo es una propuesta—
—Y yo que pensaba que eras una mujer agradable— dijo Gengetsu
—Soy una mujer agradable y cuando escuche mi propuesta, me encontrara excepcional—
—Ja!—
—Puede dudar todo lo que quiera, pero una vez que sepa lo que tengo que decir, entenderá—
—¿De qué se trata, Rei-chan?— preguntó Hiruzen
—¡Oye! Hokage, no decidas por tu propia cuenta— respondió Gengetsu de malhumor
"A" y Onoki lo miraron al mismo tiempo y dijeron a coro —si no quieres escuchar, te puedes ir—
Eso sorprendió a Onoki y los otros kages, no esperaban que estuvieran tan de acuerdo en algo como para pensar en lo mismo. No obstante, Rei estaba feliz, la empatía abría puertas y derrumbaba murallas.
—Por favor, es algo simple, que no necesita que lo tomen tan en serio— intervino Rei —solo necesitan escuchar y si les parece bien, pueden decir que sí o no. Nadie quiere hacer algo que no quiere y aquí todos somos adultos; decidiremos por nuestra cuenta, sin presiones ni coerción—
—Está bien— dijo Gengetsu con el ceño fruncido —habla—
Rei asintió de forma tranquila, aceptando su comando. Eso suavizo la expresión de Gengetsu y le dio la oportunidad de hablar —verá— dijo —en estos momentos los shinobis se dedican a la guerra y a realizar tareas peligrosas que en muchos aspectos implican el enfrentamiento—
—Eso ha sido de toda la vida— intervino Shamon
Rei asintió y continuo —así es, pero qué pasa con aquellos shinobis que no quieren seguir el camino de la guerra o esos jóvenes que nacieron con poco chakra (esos que mizukage-sama llamo "los solitarios", aquellos que no tienen respaldo y que cuando mueren, nadie va a ver sus tumbas)—
—Los shinobis tienen un legado, algo especial que fluye por sus huesos y carne— dijo Gengetsu —no pueden solo hacerse a un lado—
—Claro, todos los shinobis tienen chakra, pero qué pasa con aquellos menos aventajados. Aquellos que, aunque se esfuercen, jamás llegaran a la fuerza de un chunin ¿Su único camino es servir a su villa y morir? ¿Y si en ese caso, ellos sirvieran a su villa de otra forma? Todos tenemos fortalezas y debilidades. En el caso de Konoha tenemos algunos niños sin chakra, pero con mentes abiertas a otras habilidades. No obstante, si siguiéramos las viejas costumbres, ellos tendrían que trabajar para sus clanes y morir por el bien de la villa. Desperdiciando así, un talento valioso—
—Solo por unos pocos, los shinobis no pueden dejar de vivir sus vidas— agrego Gengetsu
—No hablo de que dejen de vivir sus vidas. Hablo de que abramos un camino a nuevas posibilidades. En estos momentos, Kain-sama está experimentando y aprendiendo nuevos usos de habilidades que antes se utilizaron para la guerra. En el caso de que sus estudios tengan éxito ¿No sería genial que él compartiera esto con el mundo?—
Gengetsu soltó una risotada mientras el kazekage fruncia el ceño y miraba con escepticismo.
—¿Gratis?— preguntó Gengetsu de buen humor, como si le hubieran contado la mejor broma del mundo
—Nada es gratis en esta vida— intervino Kain, con rostro serio
—¿Ves? Ya veía venir esto. Rei-chan es temible, vende humo con una tierna sonrisa en los labios—
—Solo estas sacando conclusiones— respondió Kain —ni siquiera has escuchado la propuesta de Rei, ni los argumentos de Naomi. Durante todo este tiempo te has dedicado a contradecir y buscar problemas a lo que dice Rei. Lo cual me hace preguntarme ¿Realmente te preocupas por tu clan y tu villa?—
El mizukage golpeo la mesa y rompió la parte en donde él, Shamon y Hiruzen estaban sentados. Los platos y vasos cayeron al suelo, quebrandose en el instante —¿Qué dijiste, mocoso de mierda?— preguntó
—Lo que me escuchaste decir. Nadie te ha pedido nada y estas a la defensiva. Si ni siquiera eres capaz de escuchar cuando alguien te habla ¿Qué caso tiene negociar con alguien como tú?—
Gengetsu formo una pistola con su mano, con su dedo índice como cañón y su pulgar como el gatillo. Apuntó a Kain y sonrió con frialdad.
Kain permaneció tranquilo y llevó su mano al mentón —¿ves?— dijo repitiendo el tono del mizukage —ya veía venir esto. Mizukage dice que ama a su villa, pero no teme generar un conflicto por una pequeña discusión—
—Maldito— mascullo Gengetsu como si estuviera aguantando su enojo
Kain tomo una profunda respiración y noto como el resto de los kages estaban listos para luchar, con cuerpos tensos y manos listas para sacar armas o realizar jutsus. La pregunta era ¿A quién iban respaldar?
Kain miró a Gengetsu y continuo —déjalo, nadie quiere ponerse a pelear por un pequeño desacuerdo. La guerra anterior ocasiono muchas bajas en todos lados. Esto no vale la pena—
Gengetsu chasqueo la lengua, se levantó y empezó a caminar a la salida.
—Por favor, escucha la propuesta de Rei. Si después de eso no te parece correcto, puedes ignorarnos, pero no le cierres la puerta a una posibilidad. Dijiste que te importaban las personas de tu villa ¿Era mentira?—
Gengetsu se detuvo con el cuerpo tenso, lleno de furia. Sin embargo, al final soltó un suspiro y se devolvió a su cojín. Miró a Kain y lo apuntó con el dedo —si es un maldito robo, habrá guerra, te lo aseguro—
—No habrá guerra, Konoha no ira a la guerra por mi— respondió Kain con una sonrisa —tampoco permitiré que eso pase. También me importa mi villa—
Gengetsu miró hacia otro lado con una expresión molesta y bufó indignado.