En estos momentos eran las seis de la mañana y Kain estaba solo en la cocina mientras preparaba el desayuno constituido por arroz, sopa, carne y otros vegetales cocidos al vapor. Cada cosa se preparaba en una olla aparte de manera que mantuvieran su sabor original. Por lo general, Mito o Tsubaki eran quienes preparaban el desayuno, pero como hoy Kain tenía que levantarse antes que los demás, decidió hacerlo por su cuenta.
Por otro lado, Kain se levantó tan temprano porque tenía una promesa de entrenar con Orochimaru en el mismo campo de práctica que nombro ayer Tsunade. El abuelo Orochi estaba un poco viejo como para tener combates con Orochimaru, así que el niño le pidió a Kain algo de su tiempo. Por supuesto, como su único pariente de sangre, Kain le dijo que sí. En la vida anterior ya aprendió que no hay vinculo más valioso que uno con los hermanos. Y aunque él y Orochimaru solo son primos, será lo más cercano a tener un hermano que tendrá en esta vida. Una vez que ambos maduren y crezcan, el vínculo se perderá, por lo cual, Kain quiere apreciar estos breves momentos.
La puerta corredera de la cocina se abrió hacia la izquierda y Kaoru entró. Ella vestía como la mayoría de los shinobis de Konoha, polera manga larga y pantalones oscuros, solo le faltaba la chaqueta verde pasto sin mangas con el espiral rojo en la espalda. Lo cual, al mismo tiempo, le permitió a Kain comprobar el crecimiento de las caderas y los senos. Igual que su madre Aoi, Kaoru iba a tener una hermosa figura de adulta. Sin embargo, Kain solo le dio una breve mirada, sonrió y se concentró en las ollas hirviendo. Cada una emitía un vapor que llenaba el aire de un delicioso aroma.
—Buenos días, Kaoru-chan— dijo Kain sonriendo mientras llevaba una cuchara de palo a la sopa de miso y la revolvía —¿Cómo te sientes hoy?—
Kaoru avanzó contoneando sus caderas y se detuvo al lado de Kain con las manos detrás de su espalda y entrelazadas. Ella se inclinó delante de las ollas y tomo una profunda respiración del aroma.
—Yo bien— respondió Kaoru apartando su rostro de las ollas y mirando a Kain hacia arriba con una sonrisa juguetona. Ella era una cabeza más baja que él, así que tenía que estirar su cuello. Kaoru quedó mirando a Kain durante un momento, y este último entendió el mensaje. Kain agacho su rostro, lo acercó a Kaoru y ella le dio un pequeño beso en los labios.
Ella lo miró con ojos rebosantes de amor y continuo —pero ahora estoy mejor—
—¿Mari-san fue muy estricta?— preguntó Kain
Kaoru tomo a Kain del brazo derecho y apego su rostro al hombro —sensei es muy estricta siempre— dijo con tono de voz mimado —la espada es un arte demasiado profundo—
—Puede ser— respondió Kain con una sonrisa recordando sus antiguas memorias —¿Ya dominas el imbuido de la espada?—
—Sí, pero sensei dice que la naturaleza de mi chakra tiene poca compatibilidad con su técnica—
—Ciertamente— respondió Kain con una sonrisa —ella y Sakumo son del tipo viento mientras que Kaoru es de naturaleza agua. Sin embargo, eso no quiere decir que falten aplicaciones—
—¿Kain-sama lo cree?— preguntó Kaoru con ojos amplios y llenos de curiosidad.
—Sí, por ejemplo, el agua fluye, se extiende y puede pasar por todos lados. Nunca pierde su naturaleza a pesar de la forma que pueda tomar. Si colocas el agua dentro de un vaso o una botella, seguirá siendo agua—
—Pero, pero, pero eso no dice mucho—
Kain sonrió y miró esos ojos de color malva. Su rostro ovalado estaba dejando atrás esos toques infantiles y se estaba volviendo más femenino, con cejas delgadas y largas pestañas mientras el lunar bajo el ojo izquierdo le daba un aspecto sexy. Kaoru se ruborizo al ser mirada de esa manera y pensó que iba a ser besada, así que cerró sus ojos y levantó sus labios. Sin embargo, Kain dio un paso atrás y ella despertó de sus pensamientos.
Kain tomo la cuchara de palo y la levantó en horizontal a la altura del pecho —el agua puede tomar cualquier forma y longitud— dijo mientras llevaba su chakra al hígado y el órgano lo devolvía imbuido en elemento agua. Kain tomo ese chakra y lo canalizo a la cuchara de palo para que poco a poco fuera emergiendo agua. La superficie de la cuchara se cubrió de agua hasta alcanzar los treinta centímetros. Entonces Kain movió la cuchara hacia la derecha mientras canalizaba más chakra. El agua empezó a extenderse mucho más allá de la cuchara de palo y alcanzo el metro de distancia mientras mantenía su forma larga, delgada y tubular. No obstante, Kain siguió alargando el alcance del agua hasta llegar a la mitad de la cocina y alcanzar la longitud de tres metros. De repente el agua cayó al suelo como si fuera un látigo. Kain sonrió, se dio la vuelta y vio un par de choclos colgados en la pared. Él realizó un movimiento de látigo y la punta del látigo de agua se movió para cortar los choclos a la mitad. Después miró a Kaoru quien tenía una sonrisa entremezclada con una expresión de asombro. Kain sonrió al verla tan impresionada, tomo el látigo de agua que había creado y lo llevó al lavaplatos. Entonces soltó su control sobre el elemento mientras el agua escurría por la cañería del desagüe.
—Kaoru-chan es muy fuerte, pero si quiere volverse más fuerte, tiene que mejorar su control sobre el chakra— dijo Kain en un tono de voz suave
—Kaoru no es tan fuerte— dijo Kaoru con voz pequeña
—Kaoru tiene más chakra que Hiruzen— respondió Kain —Kaoru es fuerte, solo le falta control sobre su fuerza—
Kain dejo la cuchara de palo en el lavaplatos, paso por la cocina, apago los fuegos y después se acercó a Kaoru. Ella agacho la cabeza, Kain la abrazo y ella levantó su rostro. Kain sonrió al ver este rostro tan tierno, lindo y amigable. Tomo una profunda respiración y dijo —Kaoru será la más fuerte, nunca se rendirá en su camino ¿Verdad?—
—Yo, pero—
Kain negó y le dio un pequeño beso en los labios. Después la miró a los ojos y continuo —Kaoru nunca se rendirá, será la más fuerte, de eso estoy seguro como que el día de mañana también saldrá el sol y después vendrá la noche y saldrá la luna—
—Eso es injusto, Kain-sama— protesto Kaoru ocultando su rostro en el pecho de Kain —Kaoru ya está preocupada, pero Kain-sama pone más preocupaciones en mi corazón—
—Es normal tener preocupaciones, Kaoru-chan— respondió Kain —cuanto más haces, más preocupado te vuelves. Si no te quieres preocupar de nada, deberías volverte monja y pasar todo el día orando—
—Kaoru no quiere eso—
—En ese caso sigue adelante, vuélvete la más fuerte y brilla como una estrella en el cielo—
Kaoru levantó su rostro y miró esos ojos azules. Él sonreía para ella, lo que la hizo tranquilizarse y sonreír. Ella levantó sus brazos y se colgó del cuello de Kain. Este último agacho un poco su rostro, pero no la beso. Ese era el privilegio de Kaoru, quien sonrió y lo beso.
Al mismo tiempo, Kain recordó las palabras que dijo el abuelo Orochi sobre Naori "ella es mi luna, Kain, la que me guio y me dio la motivación para perseverar a través de los años de los Estados Combatientes. Yo la ame más que a cualquier cosa en este mundo. Mi única pena es haber nacido Senju, si tan solo hubiera nacido Uchiha, la hubiera hecho la mujer más feliz del mundo".
Kain se sintió más dulce que nunca mientras besaba a Kaoru porque si hubieran estado en los viejos tiempos, Kaoru y él hubieran tenido problemas para estar juntos. Sin embargo, gracias a Konoha, ellos podían vivir bajo un mismo techo sin preocuparse por la procedencia ni nada de eso.
Una vez que se separaron, Kain le siguió dando pequeños besos en los labios, manteniendo su rostro cerca al punto de que la punta de las narices se tocaba.
—Kaoru, eres mi luna— susurro Kain
Kaoru quedó impresionada por un momento, sin entender mucho, pero lo atribuyo a su belleza. Ella se sintió alagada y le dio otro beso apasionado. Solo Kain supo que le había entregado su corazón a la pequeña Hyuga que solo le llegaba hasta los hombros.
Después de permanecer veinte minutos abrazados y dándose besos, ellos se separaron y desayunaron solos en el comedor. Una vez que terminaron de comer, dejaron los platos en la cocina, Kain fue a buscar su haori blanco con el vajra y el abanico en la espalda mientras Kaoru iba a buscar su chaqueta táctica de color verde pasto con el remolino rojo en la espalda.
—¿Kaoru se va a reunir con Mari-san?— preguntó Kain mirando por sus sandalias a un costado de la entrada. Camino hasta las sandalias y al poner su pie, se preocupó de que la correa quedara entre el dedo pulgar y el índice. Después busco las zapatillas shinobi de Kaoru y se las acercó. Ella tomo las zapatillas, las puso en el suelo y abrió el cierre por el costado interno. Después metió sus pequeños pies dentro de las zapatillas, acomodo su pie y cerró el cierre.
—Sí, sensei quiere enseñarme algo antes de que partamos— dijo Kaoru con total normalidad. Ella miró a Kain y él sonrió y extendió su mano. Kaoru le tomo la mano, Kain la llevó hasta la puerta corredera y abrió. Entonces la luz de un incandescente sol los saludo. La brisa matutina soplaba llevando el aire fresco de las plantas y la humedad. Kain llevó su mano sobre sus ojos, la usó de visera y miró hacia el jardín. Las flores a los lados del camino y al final la gran puerta torii roja que daba a la calle.
—Vamos, Kaoru, hoy va a ser un día hermoso— dijo Kain, se dio la vuelta para mirarla y ella asintió con una hermosa sonrisa. Después cerraron la puerta de la casa, avanzaron por el camino que atravesaba el jardín hasta la puerta torii y salieron a la vereda. Después doblaron a la derecha y caminaron por la vereda como si se dirigieran al municipio.
Una vez que atravesaron la calle, pasaron por al lado del salón de té de la Serpiente y la Luna, ubicado en toda la esquina derecha del cruce de las avenidas. Kain y Kaoru pasaron mirando el local que estaba cerrado por ser demasiado temprano. Ellos siguieron avanzando por la vereda mientras iban tomados de la mano como si nada más importara en el mundo.
—¿Adónde piensa ir primero Mari-san?— preguntó Kain
—Bueno, sensei dice que sería un buen incentivo ir a la nación del Hierro, donde la forma y la espada son la tendencia— dijo Kaoru
—Entiendo, me parece adecuado para la educación que quiere darte Mari-san—
—Después de eso, quiere que vayamos a la nación del Trueno y busquemos algunos viejos conocidos para complementar los conocimientos—
—Parece que va a ser un viaje interesante—
—En ese caso— dijo Kaoru deteniéndose y haciendo que Kain también se detuviera. Ella lo miró a los ojos con una mirada triste y preguntó —¿Por qué no va Kain-sama con nosotras?—
Kain mostro una pequeña sonrisa de resignación y respondió —porque un entrenamiento lejos de la villa y apartado de las influencias normales no sería un entrenamiento serio si yo también voy. Kaoru necesita alejarse y encontrar su propio camino, brillar por su cuenta y mejorar—
Ella agacho la mirada y después se abrazó a Kain.
Mari Hatake iba a tomar a Kaoru fuera de la villa y la iba a llevar a entrenar. Eso asustaba a Kaoru que solo tenía doce años, porque nunca había estado tan lejos de casa ni de su hermano, madre, amigos, ni mucho menos de Kain.