Al día siguiente, Kain fue despertado como todos los días, temprano en la mañana. Hoy tocaba entrenamiento con Mito y, por ende, reparar al patio trasero cada vez que ella atacara de forma desmedida. De seguro quedaría lleno de cráteres por doquier después del entrenamiento.
Kain primero fue vestido y después lo llevaron a tomar su desayuno, pero justo cuando se iba a levantar para ir a preparase, Mito le pidió que volviera a la habitación de su abuela. Recorrió todo el pasillo de vuelta hasta llegar a la habitación y al abrir la puerta corredera, vio a su abuela Naori igual que otros días, sentada en el futon, con sus piernas cubiertas por una frazada y un haori café sobre sus hombros. Su largo cabello ceniciento estaba peinado como es usual, pero su rostro cada día se veía más avejentado. Ella masticaba un poco de arroz moviendo su boca llena de arrugas, mientras sostenía en su mano izquierda un cuenco y en la derecha unos palillos. Sobre sus muslos había puesta una bandeja con varios pocillos.
Por otro lado, Naoko estaba sentada al lado de ella, con una expresión en calma y comiendo sus alimentos. Desde niña había sido enseñada para comer por su cuenta, así que mientras pusieras el pocillo de arroz y el de carne en el centro, rodeado por los pocillos con verduras, sobre la bandeja, ella sabría guiarse por su propia cuenta.
Mito le dio un leve empujón a Kain y él avanzó hasta sentarse en seiza al lado izquierdo de Naori. Ella dejo el cuenco y los palillos sobre la bandeja en un gesto suave y poso sus manos sobre su regazo.
-Kain- dijo Naori -necesito que busques una persona para mí-
-Yo, no puedo salir a la calle solo- dijo Kain mirando hacia otro lugar
Naori sonrió y negó divertida -mocoso, soy vieja pero no tonta ¿A quién crees que tratas de engañar? Todos nos hemos dado cuenta de que andas practicando el genjutsu con la gente de la aldea. Como nadie ha salido herido, jamás te hemos dicho nada. Bueno, también me siento orgullosa, ya que nadie se ha dado cuenta de tu toque-
Kain sonrió satisfecho al escucharla, pero un manotazo en la cabeza lo devolvió a la tierra.
-Que tu abuela te elogie no quiere decir que este bien- dijo Mito en un tono fuerte
-Ok, no lo haré más- respondió Kain al mismo tiempo que se sobaba la cabeza
Mito bufo sin creerle demasiado. Todos los niños eran iguales, mientras todo salga bien, continuaran haciendo lo que quisieran. Y si en algún momento ocurre un gran problema, recién se plantearían detenerse.
Naori tosió y le dijo -esta persona se llama Ko Uchiha. Una vez que llegues al distrito Uchiha pregunta por él y dile que te acompañe. Da mi nombre, no habrá perdida-
-Sí abuela- dijo Kain -lo traeré lo antes posible-
-Ve, no pierdas tiempo-
Entonces Kain se levantó y salió de la habitación.
Por otro lado, Naori retomo su comida y fue cuestiona por Mito con la mirada.
-Si tienes algo que decir, dilo- dijo Naori
-¿Estará bien?- pregunto Mito
-Va a estar bien, para la mayoría de los Uchiha será como ver el retorno de su rey. Por otro lado, hay personas que lo están vigilando. Así que, si hay problemas, ellos lo defenderán. Por cierto, muchas gracias por avisarme-
Mito asintió y dijo -conociendo a Naori-sama, este es un tema muy importante para usted-
Naori tomo una profunda respiración y asintió -así lo es- dijo con voz triste -cada cierto tiempo alguien pierde la cabeza dentro del clan y pasan estas cosas. Ya paso en el pasado y me toco ordenar a mis hermanos. Los Uchiha no deberían pelear entre sí-
Mito se quedó callada, ya que, como princesa del país de los Remolinos, lo único que pudo hacer en el momento en que la necesitaba su pueblo, fue huir. Bueno, ni siquiera eso, ya que Hashirama la tuvo que cargar y sacarla de ese infierno.
Por otro lado, Kain iba corriendo a toda velocidad por las calles. La gente veía una cabeza y un haori blanco ondeando a gran velocidad, mientras otros shinobis iban corriendo por los techos tratando de alcanzarlo. Algunos civiles se preocuparon, pero los shinobis que más o menos entendían que estaba pasando, se hicieron a un lado. Muchos querían ver al hijo del demonio Uchiha, pero como estaba bajo el cuidado del hokage, ninguno quería ganar su enojo.
Kain paso cerca de la casa del viejo Orochi en el distrito Sarutobi y Orochi al notar su presencia salió a su patio. Vio a cinco shinobis corriendo por los techos, pero a Kain por ningún lado, así que supuso que iba por la calle. El viejo Orochi tomo una profunda respiración, dio un salto y en un par de movimientos alcanzo a los shinobis. Se detuvo delante de ellos impidiendo su paso, con su espalda encorvada y vistiendo su kimono verde pasto.
-¿Por qué siguen al niño?- pregunto Orochi
Los shinobis se detuvieron al instante y se sintieron amenazados frente a su presencia. Un insensato de pelo pincho y cicatriz en forma de X en el mentón iba a sacar un kunai, pero Kagami Uchiha que lideraba el escuadrón, le puso la mano en el hombro. El joven shinobi lo miró y Kagami negó.
Entonces Kagami miró a Orochi y le dijo -honorable anciano, solo estamos cuidando de Kain-sama-
-A mí me da otra impresión- dijo el anciano avanzando por el tejado, con las manos en la espalda y entrecerrando los ojos.
-Es verdad, Hashirama-sama pidió que siempre mantuviéramos protegido al niño. Él sabe que es joven y juguetón y le gusta deambular por Konoha-
Orochi detuvo su avance y asintió en un gesto lento -está bien- dijo -te creeré. Pero si le llega a pasar algo al niño, todos ustedes tendrán que responder-
Kagami asintió y después palmeo el hombro al joven shinobi pelo pincho. Entonces reemprendieron su marcha. Orochi los quedo mirando desde el tejado, saltando y corriendo con tal de alcanzar a Kain.
-Viejo Orochi- grito alguien
El viejo Orochi miró hacia el patio trasero de la casa en la que estaba parado y vio a una mujer gorda que llevaba una pañoleta blanca en la cabeza. Seguramente estaba haciendo el aseo de la casa y noto las pisadas sobre su techo.
-Viejo Orochi- grito de nuevo la mujer -mi padre me enseñó a respetar a mis mayores, pero si no te bajas de mi techo tendré que bajarte a patadas-
Orochi asintió con un rostro serio y la mujer bufo mientras esperaba a que se bajara del techo con las manos apoyada en cada lado de la cadera.
Por otro lado, los jóvenes shinobis que perseguían a Kain por el distrito Sarutobi, se detuvieron en el techo de una gran casa.
-Danzo- dijo Kagami, refiriéndose al joven pelo pincho con la cicatriz en forma de X en el mentón. Camino por el techo y se detuvo frente a él.
-¿Qué pasa?- le pregunto el joven mirando hacia otro lado con una clara expresión de fastidio.
-No es ¿Qué pasa? - dijo Kagami en un tono estricto -es "sí, capitán". Recuerda quien está al mando-
-Sí…capitán-
-No actúes de forma irreflexiva- dijo Kagami -solo eres un joven genin, por no mencionar que apenas tienes quince años. La otra persona es un mayor, alguien que trabajo para Hashirama-sama durante años, sin contar que es un jounin experimentado. Si te hubiera atacado, ni siquiera te hubieras dado cuenta en qué momento fue. Recuerda tu lugar-
El joven pelo pincho, llamado Danzo, agacho la mirada y asintió -sí, capitán-
-Lo mismo va para ustedes- dijo Kagami mirando a los otros.
-Sí, capitán- respondieron los otros cuatro
-Hiruzen- dijo Kagami refiriéndose a unos de los cuatro, de apariencia amigable y pelo alborotado -este es tu distrito ¿por dónde avanzamos más rápido?-
El joven sonrió y le dijo -síganme-
De esa manera, el escuadrón siguió corriendo y saltando de techo en techo.
Sin embargo, para ese entonces en que retomaron su persecución, Kain ya había llegado al distrito Uchiha. Se detuvo frente a una puerta Torii hecha de madera con más de veinte metros de largo, conectando así ambas veredas. En el centro de la puerta Torii, a una altura de cuatro metros, había un gran letrero que decía "Uchiha". Kain atravesó la puerta Torii, avanzando por la calle y mirando los alrededores. Similar a otros distritos shinobis, las casas estaban construidas con una arquitectura clásica. Con grandes vigas de madera, puertas correderas y pisos de tatamis puestos sobre tocones de madera. Los techos estaban construidos con doble pendiente y revestidos de tejas de piedra. Todas las casas tenían amplios patios, con vallas que separaban el terreno con el del vecino. Kain avanzo notando que no había nada en especial, pero sintiendo algo en su corazón. A lo mejor, esto se le llamaba el sentimiento de pertenecer a un lugar, pensó.
Había niños jugando en las calles que detuvieron su diversión al notar al niño de cabello blanco. Había también un viejo en un pórtico fumando tabaco en una pipa, pero cuando notó al niño, quedo congelado. Dejo la pipa a un lado y camino hasta el niño de cabello blanco.
Por su parte, Kain estuvo atento al anciano de pelo corto y ceniciento. Sin embargo, para su sorpresa, él solo se postro con las manos y la frente tocando la tierra de la calle.
-Kain-sama- dijo el viejo -es bueno ver que está en buena salud-
Al mismo tiempo, los niños que tenían una edad similar a la de Kain, fueron a avisar a sus hogares, ya que era extraño que un anciano se postrara delante de un niño. Al instante siguiente salieron varios ancianos y se postraron delante de Kain. De solo una persona, pasaron a ser veinte ancianos postrados delante de un niño. Después vinieron los adultos y llevaron a sus hijos a realizar la misma acción.
Por su parte, Kain quedo congelado y sin saber que hacer. Jamás había sido tratado de esta manera, mucho menos por otras personas mayores. Bueno, cuando era el dios de la sangre hace muchas vidas, puede haber pasado un par de veces, pero por lo general, la gente se postraba con un sentimiento de terror y temblores por todo el cuerpo.
Kain tosió y les dijo -perdón, pero solo vengo a ver a un anciano llamado Ko Uchiha. Mi abuela Naori lo necesita para algo-
-Déjeme guiarlo- dijo el primer anciano que se postro
-No, yo lo haré- dijo otra anciana
-No, es mi deber, soy mayor- dijo otro viejo
Estaban a punto de enfrascarse en una pelea, ya habían activado hasta su sharingan, pero escucharon un par de aplausos.
-Lo siento, pero no necesito peleas, solo necesito que alguien me lleve donde Ko Uchiha- dijo Kain -por favor, no peleen. En último caso, díganme en qué dirección ir y caminare por mi cuenta-
-Lo sentimos- dijeron los tres ancianos al mismo tiempo, se miraron entre ellos y asintieron -lo llevaremos-
De esa manera, los tres ancianos guiaron a Kain por las calles con destino a una gran mansión con forma de pagoda. Kain levantó la vista admirando la construcción y pensando que de seguro su abuela lo mando, así como si nada, a ver a alguien importante. El resto de las personas lo acompaño y lo miraban desde lejos. Algunos niños se acercaban al distraído Kain para tocarle los blancos cabellos. Era muy raro ver a alguien con ese tipo de color. Sin embargo, los adultos los jalaban de un brazo y los reprendían. Por otro lado, la procesión se fue haciendo más grande a medida que avanzaban y cuando llegaron frente a la casa con forma de pagoda, ya se podía contar un centenar.
Kain por fin se fijó en la cantidad de personas que lo seguían y quedo sorprendido -¿Por qué me siguen?- pregunto
El primer anciano que lo vio primero dio un paso al frente y dijo -nosotros pensamos que usted venía a tomar el liderazgo del clan-
-Sí- dijeron varios
Kain abrió los ojos amplios en una expresión de asombro -no, no, no- dijo nervioso y agitando sus brazos -yo solo vengo a realizar un mandado para la abuela. Además, ustedes me rechazaron ¿Recuerdan? -
-Pero usted es el hijo del legitimo líder del clan- insistió una anciana
Kain negó y dijo -la abuela se preocupa por ustedes, pero eso no quiere decir que yo vaya a ser en algún momento el líder del clan. Lo siento. Ustedes ahora deben respetar al líder que eligieron y dejar de pelear. No lo sé a ciencia cierta, pero han corrido rumores de que están luchando-
Muchos negaron y alguien en la multitud dijo -es la generación mayor. Tienen una diferencia de opinión y se están atacando entre ellos-
Kain asintió y dijo con pesar -como ustedes pueden ver- levanto sus manos y las mangas de su haori blanco cayeron, dejando ver dos delgados brazos -soy un niño y carezco de la fuerza para ayudarlos. Lo siento. Pero como les dije, la abuela está preocupada por ustedes, así que mando a llamar a uno de los ancianos, esperen noticias por la tarde-
Varios se quedaron mirando desilusionados, pero Kain se negó a cualquier tipo de insistencia. Después camino hasta la casa en forma de pagoda y llamo a la puerta. Noto que la gente se empezaba a dispersar, cosa que le pareció correcto. Ya era bastante incomodo ser seguido por una multitud como una especie de mesías. Por otro lado, notó que a la derecha de la casa había un gran lago cruzado por un puente con forma de arco. El lago se veía bonito, con flores de loto emergiendo en la superficie.
Al rato después una mujer abrió la puerta y al ver al niño de cabello blanco abrió los ojos amplios en un gesto de asombro. Debería tener unos treinta años, cabello y ojos negros distintivos del clan.
Ella se postro en el suelo de inmediato y dijo en un tono respetuoso -Kain-sama ¿En qué lo puede ayudar esta humilde?-
-Hola- dijo Kain un poco incomodo al ser tratado con tanto respeto, se rasco la mejilla con el indicé y continuo -¿Cómo te llamas?-
-Puede llamarme Haruko- dijo la mujer
-Bueno, Haruko-san-
-Haruko, está bien-
-Bueno, Haruko, necesito encontrar a un anciano llamado Ko Uchiha. La abuela Naori quiere verlo-
Haruko levantó su rostro con una expresión de susto y dijo -espéreme un momento, lo traeré enseguida-
Entonces Haruko se levantó sin esperar más y comenzó a caminar rápido por toda la casa. Sus gritos preguntando por el anciano eran fuertes e insistentes, tanto que incluso cuando subió al segundo piso aún se escuchaban desde la entrada. Kain espero por un par de minutos, notando como la gente seguía pasando por la calle y cada vez que él los miraba, ellos saludaban haciendo un pequeño gesto con su cabeza. Después de un rato, decidió mirar hacia el lago al lado derecho de la casa y notó que al final del puente, había una gran casona sin rejas.
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